— ¡HAGAN QUINIENTAS VUELTAS EN EL ÁREA DEPORTIVA, RÁPIDO!
Tras ese poderoso y ronco grito, todos los novatos comenzaron a acatar sus ordenes exactamente como el lo indicó, y ninguno se atrevió a disminuir el ritmo frente a la aguda visión de su sargento. Cayendo entre jadeos dolorosos y sudor al pavimento de entrenamiento mientras que descansaban al terminar. . . La milicia era así, sacrificada.
— ¡Atención. holgazanes! ¡Un superior ha llegado, de pie!
Volvió a exclamar el suboficial y todos se quejaron, pero bastó que todos miraran de quien se trataba antes de ponerse de pie y colocar sus manos tras su espalda para mirar al frente. Apenados y controlando el nerviosismo de sus cuerpos y algunos el sonrojo que les había producido al ver al soldado profesional, teniente y leyenda ahí, Oh SeHun.
— YiFan, tranquilo. A los pobres les tiemblan las piernas por haber corrido tanto. . . Solo vine a relevarte, pues Siwon a mandado a llamarte a su despacho.
El rubio accedió en un suspiro ya que últimamente había tenido un par de problemas con unos revoltosos recién llegados, y de seguro su capitán le estaría llamando para darle una clara observación a cerca de eso y que debía tener a los nuevos reclutas bien vigilados. Por mientras, el ligeramente más bajo soldado con uniforme impecable y de atractiva apariencia, pasó una mano por sus cabellos y caminó con excesiva calma frente a las filas de los principiantes. . . Ninguno sin superar los veinte años, seguramente. a lo que el peliplateado suspiró. Odiaba tener que mandar.
— Algunos ya sabrán quien soy yo, pero de todas formas me presentaré. Soy el soldado profesional Oh SeHun y tengo veinticinco años actualmente. Me enlisté en el ejercito a la prematura edad de diez y siete años sin problemas, ya que había concluido mis estudios un año antes de lo normal, y aunque planeé que fuese temporal, la milicia como profesión acabó por agradarme y decidí hacer mi estancia permanente. Actualmente soy un soldado profesional y me especializo en combate cuerpo a cuerpo, y uso de armas de nivel catorce. Graduándome como el mejor de mi generación a la edad de veintiún años.
Si, él era sorprendente. Y por lo mismo muchos de los chicos quedaron sorprendidos al oírlo por primera vez, y los demás que ya lo sabían quedaron aún más sorprendidos por darse cuenta de los pequeños detalles que antes no se habrían percatado. La lucha cuerpo a cuerpo en la milicia coreana, eran sumamente difíciles. Habían chicos con brutal fuerza y descomunales cuerpos que aparentarían incluso la destrucción total de una roca, y sin embargo. . . Oh SeHun no se veía fornido en exceso, de hecho sus musculos en el área de brazos o muslos eran bastante "normales" militarmente hablando, y no había corpulencia en él. Sin contar que no se veía bruto como los demás, y en cambio con un traje de gala negro y un corbatín gris comos sus cabellos facilmente podría pasar por un noble por su aura elegante. . . Ese era el primer factor.
El segundo, constaba del nivel de armas. El uso de armas se divide en quince niveles de tres secciones (Desarmar y Armar, Puntería, número de disparos cada veinte segundos). Desde el nivel 1 al 5, son los que todo novato debería aprender al final de su primer y segundo año, pues eran los más básicos y los que la gente normal sabía en las zonas más peligrosas y delictivas. Conclusión: lo que sabe un asaltante promedio. En el nivel 6 al 10, ya era un poco más avanzado y las habilidades estarían mejor pulidas, por lo tanto y los que llegaban a este nivel serían enviados a la guerra (Si hubiese alguna) o estarían calificados para volverse maestros de los próximos novatos en el curso de manejo de armas de fuego. Para llegar a este nivel contarían por lo menos tres a cinco años de duro entrenamiento. Y finalmente estaba el nivel 11 al 15, que se podría llamar el "más alto" y eran prácticamente leyendas los que los dominaban al interior de ese campo de entrenamiento militar. Ahí no solo estaban las armas de fuego pequeñas, si no que también estaban las grandes, y las armas blancas (Cuchillos. sables, lanzas, puñales, etc) como maniobras de combate con estas últimas, y los que podían superar estos niveles, eran soldados profesionales.
A diferencia de los soldados comunes que eran llevados a la guerra, los soldados profesionales después de ocho o diez años (Que era lo que tomaba llegar a ser uno), hacían trabajos de espionaje en seguridad nacional, los exponían a misiones de reconocimiento enemigo en situaciones extremas, y eran alertados para guerras mucho antes que los simples civiles para prepararse para las mismas. Sus salarios eran ridiculamente excesivos, y era porque realmente, sus vidas se volverían pasar los 365 días del año en un campo de entrenamiento secreto mil veces más duro que los de reclusión. Inclusive habiendo algunos que habrían perdido sus vidas en los exámenes finales de semestre donde se simulaban combates o supervivencia en condiciones extremas.
— ¿Preguntas? —Cuestionó el de mayor rango ahí al ser rodeado de tantos susurros y miradas lascivas a su cuerpo y postura elegante en general— .
— Yo, mayor.
Nadie, pero absolutamente nadie, había atrevido a preguntarle algo a SeHun una vez este les hizo silenciar con esa simple interrogación. Todos habrían sido petrificados por su voz aún un poco inmadura pero masculina a la vez, y su seguridad innata. Exceptuando a alguien al parecer.
— Avanza, cadete. Desde aquí no te veo. —Gruñó un poco irritado al solo ver su mano alzada entre las filas de en medio, y esperó pacientemente en su lugar mientras que todos volteaban a ver al intrépido primerizo— .
— Si.
Los susurros no se detuvieron al igual que las ligeras miradas de lujuria que algunos le daban al rubio que se habría paso entre las filas de cuerpos humanos, y solo admiraban como se arreglaba un poco la playera blanca sudada por la reciente maratón, y se retiraba el sudor de su frente en un rostro tan angelical y hermoso como el de una chica. . . Quizás se divertirían bastante con "alguién" en los dormitorios de uso compartido.
— ¿Nombre?
Hasta ahora el seguro chico, fue perdiendo la calma y paciencia con aquellos asquerosos ojos puestos sobre él, y estuvo a punto de golpear brutalmente a uno de los reclutados ahí cuando este le intentó agarrar el trasero y por suerte no logró. . . Probablemente hubiese escupido todo su enojo con el soldado que les supervisaba en frente, y de verdad lo hubiese hecho, si este no se hubiese tratado de Oh SeHun. . . a quien por primera vez podía ver.
— Lu-Lu. . .
— ¿Lulú? ¿Ese es tu nombre? —Enarcó una ceja el más alto en dirección al recién aparecido, y reprimió una sonrisa traviesa con gran dificultad solo para que un ambiente más relajado y lleno de risas por los demás presentes no se llevara a cabo—.
— ¡No!. . . Mi nombre es LuHan. . . Xi LuHan, mayor.
— Muy bien. . . ¿Cual es tu pregunta?
Los ojos avellanas del chino, vagaron desde su rostro hasta el piso y tragó pesadamente. Estaba seguro de que el sonrojo de sus mejillas era visible, y que todos allí podrían escuchar el sonido de su agitado corazón, pero no podía llorar. . . Era demasiado orgulloso como para hacerlo, y además sentía y sabía que su mejor amigo, Zhang YiXing estaba dándole ánimos desde las filas de atrás.
Pero ahora que lo pensaba. . . ¿Cual era la pregunta que quería hacerle? ¿Que era lo que deseaba decir antes de tener una visión completa del soldado que le pareció tan arrogante en su momento? Mierda. No tenía tiempo de replantearse la idea, ni de decir "Se me olvidó." porque de seguro se convertiría en la burla de todos sus compañeros en lo que restaba de los tres años de entrenamiento hasta el momento de la graduación. . . Y si lo pensaba mucho, sería tachado como un retrasado.
Mierda, mierda. . . ¡Por supuesto! Simplemente era interrogarle sobre como había podido salir tan rápidamente y adelantar tantos años de entrenamientos para incluso graduarse con honores. . . Claro, solo era eso.
— ¿Tiene novia?
Silencio.
No fue si no hasta que vio la sorpresa y estupefacción disimulada en el estoico rostro del soldado ahí, que se dio cuenta de lo que acabó por salir de su boca, y que a su vez las risas de los casi doscientos alumnos ahí no tardaron en aparecer con carcajadas y arcadas en algunos casos menos disimulados.
Adiós tranquilidad. . .
— No, no la tengo cadete Xi. Ella me abandonó hace seis años atrás.
Respondió con tranquilidad, y fue en esos momentos en los que todos estaban tan ocupados de burlarse de él, que LuHan pudo percatarse también como una sonrisa pícara brotaba en el borde de sus labios y que el había ocultado al instante con los nudillos en una pose pensante, como si estuviese estudiándole por completo con su mirada.
— ¿L-Lo abandonó. . . ? ¿A usted? ¿Es en serio?
En un suspiro y con clara incomodidad, SeHun asintió al novato, y cambió de postura para cortar todo el ambiente amigable que se estaba dando ya ahí. ¿La razón? Él, quien nunca perdía los estribos o se dejaba provocar por nadie, sintió una repentina irritación al notar como todos se estaban riendo del único que había osado en preguntar lo que nadie atrevía a decirle a la cara.
— ¡A callar! —Ordenó con una mirada general a la clase de su amigo, y todos inmediatamente obedecieron con cierto nerviosismo por la mutilación que estaban recibiendo por parte de su mirada—. Quiero novecientos abdominales a todo aquel que se atrevió a reírse. Ahora.
Y aunque quisieron gemir en desagrado por el excesivo número de ejercicios (Incluso para su teniente Kris), ninguno se atrevió a contradecirle y no hubo cuerpo que no se echó al piso con rapidez para llevarse las manos tras sus cabezas y comenzar a doblar su estomago una y otra vez.
— Xi LuHan ¿No?
— S-Si. . .
Ya más calmado, e incluso con una voz más tranquila y baja que les aseguraba privacidad a ambos, el peliplata se dirigió a él. Y bastó la afirmación del nuevo en la academia para que SeHun asintiese en respuesta y pasara por su lado con una delicada y efímera caricia a sus sudados cabellos dorados.
— Bienvenido al ejercito.