Me desplome boca arriba sobre la cama cansado por las cuatro horas de viaje. Luego de la tercera guerra mundial desatada en los pasillos de la casa de Andrew, habíamos acordado el dueño de cada habitación. Derek había aceptado quedarse con la habitación cerca de las escaleras mientras que Connor y yo nos quedaríamos con las habitaciones cerca del baño. Andrew por último se quedaría con la habitación del fondo justo al lado de la mía.
-Está bien. Pero yo elegiré quien hará la limpieza cada día de la semana-dijo Derek cruzado de brazos.
Aceptamos a regañadientes su condición. Desde un principio sospeche que lo había hecho apropósito. Que había fingido gustarle esa habitación para llegar a esto y para ser sincero me daba igual. Yo estaba feliz con mi cuarto pero si Derek me elija para fregar se iba a enterar. A decir verdad, mi habitación era uno de los cuartos más grandes de la casa junto al living y la sala. Pero no mencione nada a Andrew por miedo a que se diera cuenta y cámbiesenos de habitaciones.
No me moleste en darle una mirada atenta al cuarto ya que a primera vista no había nada que me llamar la atención. Abajo los demás charlaban amenamente en el patio trasero donde se encontraba la piscina. Apenas habían dejado sus cosas en las habitaciones, bajaron entusiasmados por probar el agua y refugiarse del sofocante calor. Mientras que yo descansaba en las piezas de arriba como buen oso perezoso que era. Después del karaoke en el mini van y las emociones pasadas me encontraba exhausto. No lograrían levantarme de la cama ni siquiera con una grúa.
Escuchaba con los ojos cerrados los gritos de los chicos y el movimiento del agua producido por sus chapuzones cuando de repente escucho el sonido de pasos apresurados en el pasillo que se detienen frente de mi habitación. Alguien llamo con los nudillos a la puerta y la voz de Andrew me pregunto a través de esta:
-¿Puedo pasar?
Le respondí con un gruñido sin abrir siquiera los ojos y escuche el sonido de la puerta al abrirse. Luego sentí la cama hundirse por a mi lado el peso de mi amigo
-¿Qué pasa?- murmure sin ganas.
-¿No quieres acompañarnos? Pensábamos ir a dar una vuelta por la playa.
¿Me estaba pidiendo que me levantara de la cama? Ni loco. Que se vallan a divertir sin mí. Aunque estuviese en la playa eso no significaba que estuviese en ella todo el día. Total tenía la piscina y no me hacía falta caminar demasiado ni tampoco necesitaba congeniar con las personas que se aglomeraban en la orilla. Era lo único que necesitaba para sobrevivir esta semana. Paz y tranquilidad. Con la idea en mente le conteste cortante:
-Vallan sin mí. Yo me quedo aquí descansando.
Recibí el frio y húmedo tacto de su toalla como respuesta. Asustado abrí los ojos y tense los músculos.
-Aburrido-río burlón y se levantó de la cama.
Antes de que saliese por la puerta le arroje el trapo que sin mucha suerte dio justo en la pared a medio metro de su nuca.
Escuche la risa de Andrew en el pasillo y oí como desaparecía en las escaleras.
El sonido de la puerta principal al cerrarse retumbo entre las paredes de la casa que fue seguido con el sonido del motor de la mini van. Solo. Al fin solo. Mire el reloj de la mesita de luz. Dos y cuarto. Suspire ruidosamente y volví a cerrar los ojos. Sonreí para mis adentros planeando mis planes para esta tarde. Me metería en la piscina, comería lo que hubiese en la alacena y esperaría a que volviesen. Y eso sería a más tarde las ocho. Para mí eso era la felicidad pura.
Pero antes usaría dos de las cinco y media horas que tenía para descansar. Después de todo se habían ido y por lo tanto nadie perturbaría mi sueño.
Me tape apenas con una frazada que se encontraba en la esquina de la cama fatigosamente y solo tarde unos minutos en caer profundamente dormido.
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Abrí los ojos pesadamente y mire a mí alrededor confundido y perdido. Lo primero que hice fue mirar al reloj. Marcaba las cuatro en punto. Me obligue a levantarme aunque me sentía cansado. Bostece y me desperece en la cama como un felino. Me senté en el borde de esta pensativo y aun cabeceando. Talvez no fue tan buena idea haber dormido
Cogí mi traje de baño y me lo puse. Baje al primer piso con una toalla a mano. Me dirigí a la cocina para salir al patio trasero. Y de paso tome una gaseosa del refrigerador. A pesar de que fuesen las cuatro de la tarde, el sol seguía brillando amenazante. De un salto me tire al agua salpicando la toalla que había dejado en la reposera ¡Que suerte la mía!
Nade por casi una hora. Decidí que era mejor salir si no quería quedar como una pasa.
Tome la toalla; y me la pase por el cuerpo y deje que mi pelo se secara con el calor del sol. Me acosté en la reposera y cogí el libro que había tomado prestado de la biblioteca de Andrew. Medio hora después me di cuenta que no tenía ganas de leer. Pasaba los ojos por las palabras pero cuando terminaba de leer el párrafo, me olvidaba que acababa de leer. O el libro era aburrido o yo tenía ganas de hacer otra cosa. No había caso. Mejor me iba a ver la televisión.
Entre a la casa y deje el libro de donde lo había sacado. Y volví a la cocina para coger papas fritas. De nuevo en la sala me acosté en el sillón cuan largo era y prendí el aparato. Justo a tiempo. Estaban dando la maratón de las películas de los juegos del miedo. Me acomode mejor y me senté como Andrew lo había hecho hoy a la mañana con los pies sobre la mesita.
Estaba tan ensimismado en Saw que no me di cuenta que habían abierto la puerta. De haberme dado cuenta no hubiese pegado el grito del siglo cuando Derek me abrazo por detrás y me dijo al oído: BU. Y no podía ser de menos que justo en ese momento apareciese el bendito muñeco con triciclo en la pantalla. Casi le pego un codazo pero el muy hijo de su madre se alejó antes de que pudiese al menos tocarlo. Y encima se destornillaba de risa. Ya se enteraría.
Tome el almohadón más cercano y se lo lance con fuerza. No sé si fue suerte o que el karma realmente existía pero lo importante es que dio de pleno en su cara. Me arrepentí al instante.
Derek me miraba más divertido que enojado. Alzando la almohada que había tirado dijo:
-¿Así que quieres guerra? Pues guerra tendrás- y me lanzo el almohadón.
Esquive el golpe y este fue a parar al florero que estaba en la mesa que cayó estrepitosamente al piso haciéndose pedazos. Mierda. Mire con los ojos abierto a Derek que me miraba igual. Escuchamos inmóviles el sonido de pasos y Andrew se asomó por la entrada de la sala. Nos miró a Derek y a mí alternativamente para luego fijar su vista en el cristal roto del suelo. Su mirada cambio de tranquila a molesta. Estábamos muertos. No, mentira. Derek estaba muerto, yo no fui quien tiro el almohadón. Él había empezado. Puse mi mejor cara de inocente y dije:
-Fue Derek. El empezó- el nombrado me miro sorprendido y se volvió hacia Andrew.
-¡Mentira, el empezó!-
-¡¿Perdona?!¡Tú me asustaste primero!
-Era una broma, bobo. ¡Tú empezaste con la pelea de almohadas!
Parecíamos dos niños pequeños y Andrew cumpliendo su rol de mama enojada dijo:
-¡Me importa un bledo quien haya comenzado! ¡Ahora los dos van a limpiar el desastre que hicieron!
Me levante como un resorte y corrí rápido a la cocina para buscar un trapo y una bolsa. Cuando volví Derek levantaba los cristales con mala gana. Deje escapar una risita. Me le acerque y abrí la bolsa.
-Ponlos aquí- y eso hizo.
-¿De qué te ríes?- pregunto divertido. Después de todo no se podía enojar. La situación había sido cómica.
-De nada- sonreí y largue la risa que me había tragado momentos antes. Valla que era convincente.
Derek me miro de soslayo y se empezó a reír también. Debíamos parecer dos idiotas. Me reí más fuerte.
-¡Debiste ver tu cara!
Pera capaz que nos reímos muy fuerte porque Andrew nos gritó desde el piso de arriba:
-¡Dejen de reírse y limpien! ¡Cuando vaya quiero ver todo limpio!
Nos reímos pero en bajo volumen. Llevamos las cosas a la cocina y me volví a la sala donde seguían dando Saw. Derek me siguió. Lo mire receloso. Al parecer le dio gracia mi actitud.
-Tranquilo. No te voy a asustar.
-Más te vale.
A la mitad de la película cuando ya me estaba aburriendo de ver tanta sangre le pregunte a Derek:
-¿Y Connor?- no lo había vito entrar cuando ellos llegaron a la casa y tampoco es que él se haya pasado dos horas en el dormitorio.
Derek me miro pícaro y sonrió.
-Se fue con su levante del día- lo mire extrañado ¿Connor? ¿Casanova? No me hagas reír.
-¿Y ustedes qué? ¿No tuvieran tanta suerte?-bromee.
Derek me dio con su puño un golpe en el hombro.
-¿Qué crees? Decenas de chicas estaban muertas por mí pero no podía dejara a mis amigos.
-Sí, claro. Te creo- dije sarcásticamente.
De repente el timbre sonó. Desde arriba nos gritó:
-¡Abran, debe ser la pizza! ¡El dinero está en la mesa de entrada!
Derek y yo nos miramos.
-¿Piedra, papel o tijera?-asentí
El saco papel y yo piedra. Bravo. Me levante del sillón mientras que Derek miraba la película.
El timbre volvió a sonar.
-¡Ya va!- grite a la vez que apuraba el paso.
Abrí la puerta. Una chica aproximadamente de mi edad, un poco más alta y con una trenza a un costado llevaba la pizza en una mano.
-Buenos noches- dijo con una voz cantarina.
-Buenas noche ¿Cuánto es?
-Son cincuenta.
Tome la caja y le di el dinero justo. La chica miro adentro de la casa buscando a alguien.
-¿Esta Derek adentro?- me pregunto mientras se acomodaba el flequillo detrás de la oreja.
-Emmh, sí. Espera aquí.- camine hacia la sala y mire a Derek que aun seguía mirando la película, despreocupado.
-Derek- lo llame.- Tienes visita.
Me miro con el ceño fruncido.
-Es uno de tus “levantes”- forme comillas en el aire con la mano libre.
Abrió los ojos y se levantó de un salto del sofá. Paso al lado mío casi corriendo. Por su reacción debió ser cierto. ¿Así que tenía chicas muertas por él, eh?
Me senté en el sillón y apoye la caja en la mesa. En el estómago me rugía pero no podía empezar a comer hasta que estuviésemos todos. Resignado me pare y subí las escaleras. Abrí sin tocar la puerta del cuarto de Andrew. Vacía. El baño. Nada ¿Dónde se había metido?
Baje las escaleras y me encontré con la escena de Andrew y Derek comiendo la pizza. Al parecer yo no podía comer la pizza pero ellos sí. Me senté en el espacio entre ellos. Abrí la caja. Solo me habían dejado dos rebanadas.
-¡Cerdos!-Exclame.
Derek eructo como respuesta. Suspire y comencé a comer las rebanadas.
Dos horas más tarde me estaba por quedar dormido en el sofá cuando la puerta se abre y Connor entra silencioso. Cerré los ojos y fingí estar dormido. Derek le hablo entre susurros:
-¿Qué tal? ¿Y la chica?
-La acompañe a su casa- también susurro.
-Ey, estos palmaron.
Creo que se refería a Andrew y a mí. Andrew apenas empezó la película se había dormido mientras que yo, bueno, estaba “durmiendo”.
-Déjalos ahí. No pienso subirlos a sus habitaciones.-
Derek rio.
-Bueno. Apaga la luz.
Derek se levantó del sofá y apago la televisión. Escuche los pasos de ambos en las escaleras dejándome solo en la sala con Andrew que roncaba a más alto no poder. Me acomode; y puse mis pies sobre el posa brazos y use las piernas de Andrew como almohada. A pesar de todo el movimiento que hice este no se movió ni un ápice. Valla sueño pesado tenía.
Cerré los ojos y trate de dormir en el silencio de la noche.