Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Caminar bajo la lluvia. SULAY por Lilium04

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Bueno... nació mientras caminaba a mi casa... bajo la lluvia, lol xD

Tengo algo interesante al final *w*

Un joven recorría las calles desiertas. A pesar de que el reloj aún marcaba las 5 de la tarde, no había ni un alma en las calles debido a la lluvia que se encontraba cayendo. No era densa, apenas y sentía las gotas chocar con la piel desnuda de sus brazos y parte de su cuello, sentía cono las gotas se dispersaban en su cabellos hasta llegar al final de estos y caer nuevamente para parar en la tela de su camiseta o directamente al pavimento.

Tenía pequeñas hileras cristalinas que le recorrían la cara y bajaban hasta sus clavículas, pero él no se molestaba en limpiarlas, para que, si después de unos segundos las tendría de nuevo formadas. Llevaba la mirada al frente pero tampoco le importaba saber el número de la calle, solo extendía sus manos para sentir como las gotas se estampaban en sus palmas abiertas.

Caminaba sin un rumbo fijo, total, él era tan despistado que siempre se perdía, ya que según él ‘todas las calles son iguales’ y terminaba tomando un taxi que con solo dar su dirección regresaba a casa.

Sus padres ya no le tomaban importancia a la mente tan desorientada de su hijo, porque después del regaño, él joven se olvidaba de todo lo ocurrido y volvía a escaparse para caminar, no es que sea malo, pero el joven tenía una enorme preferencia por los días lluviosos y les era inevitable impedirle que saliera, una vez lo intentaron y el dolor que se mostró en los ojos del joven de tan solo seis años dejo a su madre llorando por casi dos horas, simplemente no sé le podría romper el corazón así a un pequeño y más cuando dejaba a su progenitora en un terrible mar de lágrimas.

Y a pesar de salir en las noches más frías y tormentosas, él joven jamás pescaba un resfriado, contaba con  una salud envidiable. Sus heridas siempre sanaban rápido y nunca tuvo una fractura, los padres jamás pagaron por doctores a causa de enfermedades, solo bastaba un simple ‘estoy bien’ del joven para que en las siguientes horas se encontrara de nuevo jugando como si nada ocurrido.

La fría sensación de las gotas resbalar por su blanca piel mientras que las telas se pegaban más a su cuerpo como si fueran uno solo era todo lo que necesitaba para su satisfacción.

La lluvia le hacía sentir renovado, como si al caer y recorrer su cuerpo hasta sus pies, se llevaran todos los males que pudiera tener otorgándole otro comienzo, uno más limpio.

Él joven no se percató de la espalda con la que fue a chocar.

 

-Auch... lo lamento. – antes de que siquiera el extraño se volteara a verlo, ya se encontraba haciendo una reverencia y pidiendo disculpas.

-No hay problema – el extraño se tornó para ver quien había chocado con él y de paso, conocer al dueño de esa dulce voz – Al parecer no soy al único que le gusta caminar bajo la lluvia. – el joven levantó la cara para ver al otro que le hablaba.

-No... Supongo que no... – el joven al fijar su vista en el contrario sintió su corazón palpitar frenéticamente, era realmente guapo. Facciones suaves y sutiles con la cantidad de masculinidad necesaria para darse cuenta que era él y no ella, piel blanca casi como la suya, apenas unos milímetros más alto que él, pero el joven lo atribuyo al hermoso cabello marrón (al igual que sus ojos)  esponjado que se distribuía en mechones rebeldes, unos labios delgados y rosas que formaban una encantadora sonrisa.

 

El joven sintió sus mejillas arder por fijarse en el extraño de tal manera, pero agradeció a las frías gotas que le ayudaban a bajar la temperatura y *pasar desapercibido*

Él extraño noto al otro detenidamente. Aquella voz era tan dulce y de un timbre del cual se sentirían celosos los ángeles, sus ojos adormilados que mostraban ternura e inocencia, sus mejillas sonrosadas y empapadas, al igual que su cabello café claro que se le pagaba en la frente, e inconscientemente ese hoyuelo que se formaba en la mejilla derecha. Muy lindo.

 

-¿Sabías que Dios tiene encargados que le ayudan con la Tierra? – Le pregunto el extraño al menor, este, proceso la pregunta un segundo y negó con un movimiento de cabeza –Sí, escucha... – el extraño comenzó a caminar de nuevo y a un costado tenía al pequeño siguiéndolo con su total atención en él.

 

<<Hay un mito que dice que Dios creo a varios ayudantes para que se encargaran de pequeñas obras en la Tierra mientras que el ve por los humanos. Dios está muy ocupado, siempre viendo por a lo que él llama ‘Sus más grandes creaciones’, su salud, sus necesidades y problemas, por lo que necesita cierta ayuda extra.

Sus ayudantes tienen la misma forma que los humanos, que a su vez, están hechos a la imagen de Dios. Esto les ayuda a los Mios, como él les llama, a relacionarse con la gente y poder cumplir sus trabajos.

Existen Mios del viento, estos crean las brisas más juguetonas y frescas, al igual que los desastrosos tornados.

Los Mios de la luz se encargan de que los rayos del Sol lleguen a todos los lugares en el día, al igual que juegan con los tonos del cielo.

Tenemos al Mios de la tierra, que ve por la naturaleza y como su nombre, por la tierra.

Los Mios del agua mueven los mares y hacen que llueva, como en este momento.

 

El extraño hablador miro al joven y se dio cuenta que en ningún momento la curiosidad se había marchado de sus pupilas y tenía su plena atención.

 

Hay Mios que nacen de otros Mios, por ejemplo, el Mios de los relámpagos nacen de los de agua y la luz.

Tenemos al Mios del hielo, que nace del Mios de agua.

El Mios del fuego nació gracias al Mios del relámpago.

También hay Mios que se encuentran más cerca de Dios, como es el Mios del tiempo, gracias a él, Dios puede medir en cuando obrar, es de utilidad en las acciones humanas al igual para nacimientos y muertes.

El Mios de la teletransportación le ayuda a Dios a realizar sus obras, es como el enlace ente los humanos, los Mios y Dios.

El Mios guardián es como un enorme dragón que se encarga de vigilar las acciones de todos los Mios y ver que cumplan bien su trabajo.

Y por último el Mios de la telequinesis, ayuda al Mios de la teletranportación en el cumplimiento de obras, además de que ayuda a Dios para que le lleguen las plegarias de los humanos.

Prácticamente, esos serían los once Mios que cuenta el mito. >>

 

-Eso es interesante – el joven tenía sus ojos adormilados más abiertos de lo normal. La lluvia aún continuaba con su ligero paso – Sería genial ser como un Mios, uno que se encargue de curar a los demás, a aquellos que están herido o tengan un mal o enfermedad... sí, ese sería un buen Mios... – el pequeño hablaba sincero, con la ensoñación de formar parte de ese extraño mundo en sus ojos. El extraño al ver que era tan puro y bondadoso de corazón, no pudo evitar darle mostrarle una sonrisa.

-Pero aún no te he terminado de contar... – el extraño le recriminó.

-¡Pues síguele! – le apuro el joven con una gran sonrisa marcando aún más su hoyuelo.

-Bueno... –

 

<

Al Mios del agua le encantaba recorrer los caminos humanos mientras que caía su obra, la lluvia. La sensación de la lluvia le traía tanta pureza y serenidad que era lo que más amaba de su trabajo, pero a ninguno de los otros Mios disfrutaban con él de su trabajo.

El Mios del viento solo necesitaba soplar para crear las brisas que recorrían por todos lados moviendo las copas de los árboles, además de que prefería no moverse de su lugar porque si no dejaría de tener cerca al Mios de la telequinesis.

El Mios de la luz de vez en cuando salía con el Mios del agua, pero prefería no hacerlo ya que era muy cercano a Mios del fuego y este al estar cerca del agua quedaba muy débil, preocupando mucho al Mios de la luz. Aunque después de cada lluvia, el Mios de la luz jugaba con los reflejos del Sol con las gotas para pintarle un cielo de colores y sacarle una sonrisa al Mios del agua.

Su compañero de las tormentas, el Mios del relámpago, muy pocas veces salía con él, ya que no siempre se presentaba un fuerte aguacero, además de que era flojo y con un simple tronar de sus dedos, en ese segundo se creaba un destello en el cielo oscuro seguido del retumbar de sus dedos mil veces más estruendoso, y también porque parecía un gato y le rehuía a mojarse.

Su amigo, el Mios del hielo, formaba con las gruesas gotas ligeros copos de nieve, con la cual cubría el la tierra de un manto blanco, pero solo necesitaba caminar, para que en el camino detrás se fueran formando el hielo y se valla expandiendo, al igual que el Mios del relámpago, prefería ir a acurrucarse con él y tener una siesta calientita.

El Mios de la tierra le agradecía enormemente cuando llevaba el agua a los lugares secos para refrescarlos, pero simplemente le causaba miedo al Mios del agua, además de que el Mios de la teletransportación siempre se encontraba con él.

El dragón, el Mios guardián, jamás se movía de su sitio de vigilancia, teniendo como único compañero capaz de soportarlo al Mios del tiempo.

No había nadie que le gustara tanto como al Mios del agua, caminar bajo la lluvia.>>

 

 

-Eso debe ser muy triste... – el joven dijo un poco afligido.

-¿Por qué lo dices? – el extraño le cuestionó.

-Estar acompañado y estar tan solo. Creo que debería haber alguien para el Mios del agua también. – respondió el joven.

-¿Lo crees? –

-¡Por supuesto que lo creo! La lluvia es hermosa y el Mios del agua merece disfrutarla a plenitud, y tener a alguien con quien compartirla y que le haga feliz es forma de decir que está haciendo un buen trabajo – se sinceró el joven.

-Creo que tienes razón – el extraño dio una sonrisa completa - ¡Qué descuidado! Mi nombre es Suho. – el extraño ahora no extraño le tendió la mano al joven que se encontraba a un lado, desde minutos atrás, ellos ya se encontraban en una bancas sentados con la ropas empapadas.

-Yixing – el joven tomo la mano de Suho y le dio un ligero apretón.

-Mucho gusto, Yixing – Suho le entrego otra de sus sonrisas, el menor tuvo que desviar la mirada para evitar que se quedara como bobo viéndola. -Sabes... no, no es nada, olvídalo.

-¿Qué es? –

-Nada importante, solo una tontería. –

-No importa, dime. – Yixing suplicaba y a esos ojitos cafés jamás nadie se le había negado.

-Bueno... es solo una suposición... y una tontería... – volvió a decir Suho, soltando un suspiro.

-Quiero saberla – suplico de nuevo Yixing.

 

Suho soltó otro suspiro y miro a su acompañante.

 

-Creo que el Mios de agua ya tiene a alguien con quien disfrutar de sus días lluviosos – los penetrantes ojos cafés de Suho se fijaron en los de Yixing, esté, a pesar de ser extremadamente despistado, capto la indirecta y no pudo evitar sonrojarse fuertemente, dejando ver unas hermosas mejillas carmesís.

-Los días lluviosos son hermosos si todos son obra del Mios de agua... – declaró Yixing con la mirada baja sin enfrentar de nuevo a Suho.

 

La lluvia continuaba cayendo, pero extrañamente ya no se sentía fría, al contrario, era cálida.

 

Después de eso, hubo muchos días más para Caminar bajo la lluvia.

Notas finales:

Ahora lo bueno, pero antes, ¿Les gusto?f8;f8;

¡¡¡PRIMER CONCURSO DE LILIUM!!!

Por si notaron, hubieron dos palabras que estuvieron entre **, esas dos palabras son el nombre de una canción, tal vez no la conozcan, tal vez sí, como sea, pero esto es lo interesante:

Las dos primeras personas que dejen en un review quien canta la canción, de que disco es y el año, tendrá un one-shot o drabble de EXO, además de que les haré una portada o un fanart del fic completamente dedicado a ustedes.

Podrá ser de la pareja que gusten y temática, les invito a darle like a mi página Lilium04 ya que ahí anunciaré a los ganadores y para ponerme en contacto con ellos, además de que anunciaré cuando ya haya publicado el fic junto con el fanart o portada.

Pueden googlear el nombre de la canción y así buscar toda la información, no es necesario que se lo sepan, APOYO TOTALMENTE EL HACER TRAMPA xD

Sí de casualidad aquí hay alguien que está leyendo  Un Simple Mortal., perdón, estoy trabajando en eso >w<

SALUDOS!!! (/ ¬w¬)/


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).