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DOS CORAZONES ROTOS POR AMOR por Neko Angeluss

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Notas del fanfic:

Es mi primer fanfic, espero que les guste.

Notas del capitulo:

La verdad es mi primer fanfic con tematica yaoi, me encanta leerlos y me aventure a hacer ahora uno, espero y sea de su agrado.

DOS CORAZONES ROTOS POR AMOR

Su corazón se aceleraba al correr a toda velocidad, sus últimas esperanzas hicieron que su alma sintiera agonía y su única esperanza era encontrarlo en aquella vieja cabaña a los límites de la frontera más alejada de la civilización, su alma ya no aclamaba sangre, ni venganza solo encontrarlo y no perderlo jamás, le quería demasiado para perderlo.

Subió esa colina que llevaba a la vieja casa, sus ojos le buscaban al igual que su corazón, como no pudo darse cuenta de la verdad que vivía ante sus ojos como las flores del verano, pero era ciego, más que la propia ceguera que podría fundir su venganza era ciego por no saber lo que el corazón de él aclamaba era ciego por no ver mas allá del egoísmo tan grande como el cielo negro de la noche que era su destino.

Al llegar a la cima de la dorada colina lo encontró frente al risco viendo el atardecer que enmarcaba en sus bellos tonos dorados como el trigo y rojizos anaranjados como los tulipanes de la mañana, ahí estaba a quien tanto buscaba, sus hermosos cabellos rubios pero tan obscuros como las joyas de antigüedad, sedoso, largo y lacio, su nariz respingada y recta, sus labios pequeños y ligeramente carnosos, sus ojos dorados cual rizos de sol, estaba ahí mirándolo, apreciando al fin su presencia.

Sus nervios crecieron cuando ese hombre poso sus ojos en los de él, sus mirada, profunda y misteriosa nunca le aturdió tanto como ahora, jamás pensó que el primer y único hombre que le atrajera le hipnotizaría de esa manera, era el hombre más imponente que había conocido, su cuerpo alto, delgado e irónicamente fornido, el más alto al que se había atrevido a mirar detenidamente, a pesar del abrigo que llevaba su corpulento cuerpo era difícil de no notarse, pero lo que le llamo la atención fueron sus manos, largas, grandes y ligeramente toscas por el trabajo duro.

Debía aceptarlo ese hombre le atraía de sobremanera, su propio instinto se lo decía, pero también sabia que esto tenía que acabar ahora y evitar que su deseo por el creciera cada día mas.

-¿Así que es cierto?, realmente has huido como un cobarde de mi alcance-pronuncio con toda la ira que su alma era capaz de retener, mientras los latidos de su corazón aceleraban como el resonar de las campanas al amanecer.

El hombre que hasta ahora había logrado salir de su asombro, le miro con agonía, con dolor y pesar tan grande como su pesar.

-Si sigo a tu lado terminare lastimando lo que más quiero en la vida, tu eres demasiado preciado para mí, pero el solo ver tus ojos me ha hechizado como un el simple sirviente que he llegado a ser a tus pies, y no me arrepiento de seguirte, te quiero, más que mi propia felicidad-contesto el hombre frente a él con tanta sinceridad que su asombro no podía ser más claro, sus bellos ojos celestes lo decían claramente.

-¿Que es lo que provoco realmente en ti-.le pregunto, con gran intriga como había crecido en su alma, tantos años de conocerlo y ahora veía frente a él a que era su mejor amigo o al menos su corazón albergaba la esperanza de no haberlo ya perdido.

Pero lo que sus oídos finos y absortos de esas palabras que oyeron le llenaron de asombro mas allá de lo que su corazón deseara, o al menos sabia que solo su pasión sumergida en el mar de la soledad que le abrigo durante seis años también deseaba.

-Te deseo, te deseo más que el verano a la lluvia y mas que las rosas a las espinas, te deseo cada noche, cada día, cada segundo que mi corazón te siente más lejos, y aunque sé que nunca te tendré eternamente un solo suspiro, una palabra, una caricia matara esta obsesión, y solo eso bastara para ser libre, porque tú eres  el aire que respiro, el vino que deseo probar, el volcán dormido que quiero despertar, y el cielo que anhelo mirar hasta que mis ojos no soporten tu brillo.

Sus palabras le quitaron el aliento, su alma se abatió, y su corazón estaba por llevarlo al infarto, tantas emociones, tantos sentimientos encontrados en unas solas palabras del hombre que ahora sabía que quiera, y deseaba amar.

Que terrible, que trágico, aquel hombre ya amaba a una mujer, pero aun lo deseaba, quería que volviera a su lado, aunque solo se tratase de su amigo, lo necesitaba a su lado, aunque sea totalmente alejado, no necesitaba su ausencia, su corazón le pedía a gritos que lo llevara a casa aunque eso implicara aceptar su deseo aunque sea una vez, lo haría, el hermano de ese hombre le había dicho claramente que su plan era viajar para nunca volver, y sin él en su vida, todo perdería el sentido de existir.

-Lo hare-sus palabras atrajeron la atención del hombre claramente, sorprendido y confundido por dichas palabras que salieron en un suspiro.

-¿Que has dicho?-pregunto el hombre confuso y asustado casi sin aliento, y rogando por qué no hablase en serio.

-Me entregare a ti Mitchell, con la condición de que vuelvas a casa y esto quede como el más grande secreto y mas intimo de los dos-dijo apenado y con un ligero rozado en sus mejillas, palabras tan difíciles y tan internamente dolorosas que Mitchell no supo distinguir.

-Christopher, no dañare tu vida de esa manera, el que mi ser desee algo tan impuro de ti me hace sentir la culpa sobre mis espaldas cada, si te hago esta, la cruz será mucho más grande-pronuncio Mitchell con terror y lógica a sabiendas de lo que Christopher decía era más serio de lo que alguna vez oyó de sus bellos labios, esos hermosos labios, tan pequeños y perfectos color durazno, amaba verlos siempre, sonreír, hablar, cantar, esa hermosa sonrisa que parecía creada por los seres más divinos, y su voz, esa hermosa voz, tan gruesa y aterciopelada como el canto de un ruiseñor, y esos poemas, esos hermosos escritos que eran pronunciados por esa voz, tan perfecta, tan discreta y tan única.

Le miro de nuevo, fino, delicado, tallado por ángeles dándole ese hermosos toque marfil que relucía su piel, sus ojos, rasgados ligeramente y bellos, sus pestañas espesas y largas, sus hermosos rizos dorados, su cuerpo, delgado y estético, su delgada cintura difícilmente de percibir con ese abrigo, alto pero pequeño a su comparación, el era el joven más bello que había visto en toda su vida, y al único que le daría su primera noche y la cual sería la más bella, se encargaría que Christopher no se sintiera utilizado.

Cuando Christopher reparo en su situación actual los labios de Mitchell estaban posados sobre los suyos mientras sus grandes manos sostenían su rostro, era el mejor beso que había recibido, era suave, delicado, pero apasionado, el suave sabor a vainilla llego a su boca, vainilla sabía que Mitchell adoraba los postres con vainilla, pero nunca pensó que en sus labios sabría mejor, era esquicito, pero más cuando sus lenguas se juntaron en un beso arrollador, con lentitud Mitchell lo sujeto de la cintura con ambas manos, era tan delgada como imagino, el pequeño gemido de Christopher llego a sus oídos sus instintos fueron detenidos por su razón.

Al momento de que sus bocas se separaron vio al menor respirar rápidamente, era normal, Christopher nunca había tenido un beso así de demandador, ese si bien sabía que era verdad, ese había sido su...primer beso, que idiota iba a ser si se atrevía a pedirle algo mas al pequeño, Christopher era puro y ahora llegaba rogándole que regresara a cambio de su virginidad.

-Después de esto, ¿estas seguro?-su voz tan profunda y gruesa lo saco de su ensoñación, ese beso era mejor de lo que a su mente llego idea alguna de lo que sería el primer beso, era impresionante recordar que juro a si mismo jamás intentarlo pero ahora, le daría su virtud a ese hombre solo por una cosa.

-Ambos deseamos lo mismo aunque sea una sola vez-dijo sonriendo a Mitchell mientras lo dirigía a la cabaña.

Era cierto, perdería algo más que una simple muestra de insaculación, pero también sabia que perdería al que pudo ser el amor de su vida, los labios de ese hombre otorgándole caricias y su profunda voz marcándolo para siempre, porque estaba seguro de algo, solo seria de ese hombre, el que le había dado algo más que solo físico, la experiencia mas hermosa que nunca olvidaría, sus besos, sus caricias, sus acciones no solo le hicieron saber que de verdad le quiere sino que también en su corazón hasta hoy en día después de su partida, las memorias siguen presentes de esa noche, en la que no solo se le entrego al único hombre de su vida, sino que también el mismo se rompió el corazón de la manera más trágica...enamorándose del hombre que nunca volvería por su amor.


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