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Memorias por Circe 98

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Notas del capitulo:

Buenos días, buenas tardes, buenas noches, buenas madrugadas, depende de la hora en que me lean.

Primero, Yu-Gi-Oh! Es propiedad de Kazuki Takahashi, partes importantes de la trama de este fanfic son a base de su obra original pero también vuelco parte de mi imaginación a base de una teoría que creé hace mucho rato.

Segundo, contador de palabras.

Total de palabras: 1406

Tercero, espero que lo disfruten

Cuando Atem levantó la cabeza, se vio una mirada capaz de detener el corazón de quien le viera. La ira del joven Rey era legendaria entre los mismos soldados. Le temían por la carencia de piedad cuando todo les señalaba a los criminales que eran culpables y que el castigo divino era sobrevivir a un enfrentamiento contra él. Entraba un trance tan extraño que ninguno deseaba ver cómo negaba a esos seres la entrada al otro mundo.

Bakura miró hacia el Rey que estaba de espaldas, sonriendo al pensar que con su Diabound podría atacarlo tan fácilmente. Atem no volteó ante el peligro y solo dejó que este se acercara. Los Sacerdotes entraron, lo más rápido que sus nervios les permitieron, a ayudar al joven Rey. Entre ellos mismos peleaban con saber quién defendería a Atem. Al final, el sacerdote Seto fue quien decidió lanzarse como carnada, ganándose la atención de Bakura quien ignoró al rey y atacó al Minotaurus de Seto.

Los dos se burlaron del otro alegando que quien quedaría quieto en definitiva sería el ladrón puesto que el Mago de las Ilusiones de Mahad voló para lanzar un hechizo con tal de inmovilizarlo, provocando cierto nivel de desagrado en Bakura.

Simultáneamente a ello, Atem miraba el cadáver de Aknamkanon, preguntándose si era cierto todo aquello que Bakura había dicho. Siempre se había mantenido al margen de lo que era la creación de los Artículos del Milenio, durante tanto tiempo creyó inocentemente que los mismos llevaban siglos de existir, desde el primero de la Dinastía en que vivía. Incluso por mucho más tiempo. Ahora deseaba saber la verdad. ¿Fue con ese fin con el que fueron creados? ¿El de llenar de maldad a su usuario? ¿El detectar la maldad en el mismo para decidir quedarse con él?

O fue por otra cosa la razón de que fueran creados. ¿Qué tantos misterios rondaban en ellos?

Atem cerró los ojos, concentrándose y sintió calidez del cadáver, como si todavía estuviera vivo su padre. La misma que sintió por tantos años al ser cuidado por él y estar presente, a su lado. Esa calidez desbordante que recordaba. Esa calidez que le reconfortó incluso cuando él ni sabía qué era lo que le apenaba.

La justicia está en los dioses.

Abrió los ojos, sorprendido.

¿En los Dioses? ¿Era en los nombres que había estado pensando desde hacía tanto tiempo? ¿Era a esos Dioses a los que se refería?

—¡Por favor Faraón! ¡Venga aquí rápido! —llamó su visir. Atem hizo caso, esquivando nuevamente el fragor de la batalla que los monstruos llevaban. Bakura intentando librar a su monstruo y los demás tratando de ganarle.

Una vez llegado, Shimon miró el cadáver, lamentándose completamente del deplorable estado en el que fue sacado para regresar a aquel palacio. Miró al rey, con ojos determinados.

—Tenga la seguridad, Faraón —comenzó a decir, mirando de reojo a los sacerdotes quienes estaban comenzando a perder—, la venganza del rey Aknamkanon será cumplida. En lugar de los dioses, los sacerdotes entregarán un juicio divino.

Atem ocultó su rostro con el cabello, apretando con más fuerza el cuerpo momificado.

—Él no es rey —comenzó a decir. Shimon exclamó con absoluta sorpresa ante lo dicho por el hijo de Aknamkanon que tuvo que gritar—. Este pobre cadáver que solamente se arrastra… —aflojando su agarre, lo entregó a su visir quien lo recibió bastante confundido. ¿Qué le pasaba al pobre chico? Siempre había sido bastante alejado de los demás, frío hasta cierto punto—. ¡Es mi padre!

Mirando hacia donde la batalla se desataba, Atem miró a todos lleno de ira. A Bakura por profanar la tumba de su padre y a los sacerdotes por fallar tanto. ¿No se suponía que eran los más destacados? ¿No deberían haber puesto a ese ladrón en un castigo divino? No importaba qué tanto se esforzaran, terminaron derrotados, teniendo él que tomar el control de aquello, colocándose frente a los cuerpos exhaustos de todos ellos. El profanador se sorprendió de verle a él, un Rey, hacerle frente.

—¡Voy a pelear! —exclamó, levantando su brazo derecho, haciendo un ademán de que se apartaran—. ¡Todos ustedes retírense!

Los sacerdotes exclamaron el título del gobernante con sorpresa. Bakura comenzó a reírse.

—Señor Rey, finalmente está llegando a primera línea —soltó otra carcajada—. ¡Muy pronto te convertiré a ti también en una momia!

La mirada del ladrón era confiada, seguro de saber que aquel hombre era incapaz de invocar algo lo suficientemente fuerte como para hacerle frente a su Diabound. Lanzó el primer ataque, confiando completamente en que lo mataría y obtendría una pequeña venganza.

La justicia está en los Dioses.

Eso fue lo que el joven príncipe tenía en mente cuando su Sennen Puzuru comenzó a brillar al mismo tiempo en que sus sacerdotes gritaban por su seguridad.

En el templo de Udyat, las lápidas que tenían a tres monstruos rodeando al Rompecabezas comenzó a brillar, el brillo provino del mismo símbolo del Rey y lo pasó hacia su derecha, señalando a uno de ellos. Los guardias vieron tal brillo y volvieron a preguntarse qué es lo que estaría pasando pero imposible de descubrir con aquel deslumbrante brillo, provocando que todos se cubrieran los ojos.

—¡Obelisk! —llamó con fuerza. Todos se preguntaron qué era lo que pasaba, Bakura sorprendido de tal nivel de fuerza, los sacerdotes por desconocer todo lo relacionado con este—. Te mostraré a mi sirviente de las leyendas. ¡Una figura de los dioses!

Poco a poco comenzó a aparecer un gigante en color azul, asombrando a todos ante tan colosal ser que a Bakura dejó sin palabras. ¡Había un contrincante digno!

—¡Inclínate ante los Dioses Bakura! ¡El pilar de los tres Dioses ocultos! ¡Obelisk, adelante!

Diabound estaba quieto, esperando a una orden del ladrón quien no hablaba mientras veía con asombro a la bestia invocada por, quien sería, su oponente. Los sacerdotes murmuraban entre ellos, sacando la sorpresa que poseían de ver finalmente a un Dios. Shimon, de la sorpresa, había soltado al cadáver. No apartaba la mirada del Dios del Obelisk y, simultáneamente, le hablaba mentalmente al antiguo Aknamkanon y pensando en la antigua profecía de la existencia y liberación de aquellas deidades, pensando en el halcón con las alas del sol y el señor de los cielos, además del pilar que sostendría a ambos. ¿Qué sorpresas guardaría aquel muchacho?

Bakura fue el primero en atacar con su Spiral Wave de Diabound, Obelisk recibió de manera directa el golpe, causando cierto dolor en su convocador pero no más allá de eso. ¿Qué había causado eso? ¡Era imposible! ¡Diabound debería tener más poder que el Obelisk mismo al depender su energía de un pobre niño que no tenía la misma fuerza que él!

Exclamó su sorpresa al ver que no había causado el mínimo daño esperado por él.

Atem estaba serio, mirándolo. Con sus palabras, le dijo que la búsqueda de su supuesta justicia, era tan nimia e inútil al lanzar su God Hand Cruser, causándole un profundo daño a Bakura, quien llevó su mano al pecho, ahogando una expresión de profundo dolor, siendo lanzado hacia atrás junto a su monstruo. Los sacerdotes se veían aliviados al ver el gran poder de uno de sus protectores.

A Bakura, aquel ataque le había consumido demasiado su Ba. Causando que gran parte de su vida fuera acortada pero no importándole en ese preciso momento. Con la poca energía que le quedaba por aquellos momentos logró sembrar miedo en aquellos seres y amenazar al faraón antes de irse, atravesando la pared gracias a Diabound. Mientras lo hacía, se despidió completamente, sabiendo que nadie lograría jamás seguirle por mucho que enviara a los guardias.


Aquella batalla había durado gran parte de la noche y su escape lo poco que quedaba de la misma. Bakura veía el movimiento en el pueblo, riéndose de que aquella ilusoria paz en que vivían esos bastardos llegaría a su fin con su llegada, luego de años de prepararse con el odio y venganza de su vida. Soltó una pequeña risa.

—Este es el preludio de la caída de la dinastía —miró más atentamente, esperando el momento de ver a un montón de guardias patrullar a la ciudad—. ¡Un ladrón comenzará la guerra! —varias heridas se veían en su cuello y rostro, de la batalla tenida y la herida que su Ba tenía. Además, claro, las que su Ka se llevó—. Estoy deseando que llegue.

Notas finales:

Quiero darme este pequeño lujo de recordarles que estoy buscando la creación de una especie de soundtrack. Lo que me gustaría aclarar por las dudas que surgieron es que no es que me den uno ya creado, es que me digan, por ejemplo, que "It is you (lo acabo de sacar de un vídeo blindshipping que me enamoró como no tienen idea)" le queda a las escenas en las que Atem amnésico recuerda a Heba. Solo es un ejemplo, no estoy diciendo que le quede xD y ya de allí, según las opiniones, yo escucharé las canciones o melodías (que vale también de orquestas o pianos o guitarras o violines o lo que quieran) y ya les daré un vínculo según lo que yo sienta :P

En fin, mucha nota, nos leemos!


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