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Memorias por Circe 98

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Notas del capitulo:

Buenos días, buenas tardes, buenas noches, buenas madrugadas, depende de la hora en que me lean.

Primero, Yu-Gi-Oh! Es propiedad de Kazuki Takahashi, partes importantes de la trama de este fanfic son a base de su obra original pero también vuelco parte de mi imaginación a base de una teoría que creé hace mucho rato.

Segundo, contador de palabras.

Total de palabras: 1861

Tercero, espero que lo disfruten

El ataque le hirió gravemente, provocando que el sabor de la sangre se quedara impregnado en su boca. Bakura se burló de eso, preguntándole cómo derrotaría a Diabound ahora. Atem vio las heridas en Osiris, sabía que no iba a aguantar un segundo golpe antes de ser eliminado y sumaba el hecho de que aquel monstruo iba a atacar cualquier lugar de la ciudad cuando quisiera, solo para meterle más presión en lo que iba a hacer.

Detuvo su caballo cuando vio al ladrón, estaban en los límites de la ciudad. Aquel hombre le explicó que toda esa destrucción que veía era obra de la voluntad de los artículos que su corte poseía. Sabía perfectamente que ese Señor Rey era muchísimo más joven de lo que él era por lo que era bastante obvio que desconociera sobre ellos aunque no le importaba.

Gritó todo lo que escuchaba: los gritos de su aldea en los más profundos infiernos y su única conexión eran aquellas cosas que una maldita corte traía. Exigió al faraón la entrega de su artículo para evitar la destrucción de su tierra y mantener a salvo a la gente.

Atem sabía que estaba en una encrucijada, cualquier decisión que tomara traería una terrible consecuencia. Apretó el Rompecabezas, preguntándose qué hacer. Al abrir los ojos, tuvo la visión de Osiris por el rabillo del ojo. Mentalmente le ordenó que emboscara a Bakura y él se quitó el Sennen Puzzle del cuello, estirándolo hasta donde su brazo podía.

El ladrón comenzó a reírse, celebrando lo callado y quieto que estaba el Señor Rey. Sin embargo, notó algo y levantó la cabeza, viendo la boca principal de Osiris abierta. Soltó un quejido mientras Atem pensaba en que llamaría a Diabound y revelaría su posición. El ladrón no pensaba lo mismo.

Lo que le reveló la ubicación del monstruo fue la sencilla risa que soltó. Provocó que abriera sus ojos en sorpresa hasta donde podía. El Ka del ladrón estaba escondido en el suelo, detrás de él, amenazándole. Bakura se rio fuerte, recordándole que ningún monstruo —incluyendo a los Dioses— podía moverse mientras su maestro estuviera en peligro. El joven rey estaba mudo, soltando pequeños quejidos de vez en cuando al notar las garras de la bestia acercarse peligrosamente a su rostro.

Una orden fue lo que bastó para desencadenar los siguientes acontecimientos. Bakura ordenó que lo matara y una oleada de sangre manchó el cuerpo del faraón pero no era su sangre. Era la sangre de Diabound, provocando que el ladrón gritara al sentir como si alguien le arrancara la mano. Atem estaba sorprendido y aliviado de ver a Duos. Regresó lo más rápido el artículo a su cuello.

Alcanzando a Duos llegaron otros dos monstruos por lo que el rey giró, encontrándose con tres de los cinco sacerdotes y un enorme pelotón de guardias. Kalim se le acercó, preguntándole por su bienestar. Rápidamente asintió, quitándole importancia a la sangre que sentía, no importaba, una herida menor comparado con lo que había pasado en el pueblo.

El ladrón se sintió bastante abrumado al ver aparecer a los sacerdotes por lo que ordenó a Diabound a esconderse en el cielo nuevamente. Con aquella pequeña distracción, Bakura también desapareció. El faraón ordenó que protegieran al pueblo, deteniendo de una vez la matanza que estaba ocurriendo por culpa del odio de aquel hombre.

Por darse ánimos a la manera de Seto y las órdenes del faraón, ignoraron lo débiles que eran sus monstruos por lo que un ataque de un punto cualquiera en el cielo a Zerua, hirió gravemente a Shada. El sacerdote de ojos azules le ordenó que no se rindiera y convocara a algún otro Ka. El mayor en esa conversación asintió. Lo siguiente que el castaño ordenó fue que separar a los soldados que le seguían: la caballería a buscar a Bakura mientras que los guardias a evacuar la ciudad.

Kalim estaba seguro de que Diabound no podía estar muy lejos por la profunda herida provocada y al ser una mano, el Spiral Wave estaba seriamente acortado de rango. Le propuso al portador del Sennen Rod que usaran a su monstruo Ka como carnada y así atacar al enemigo.

Atem escuchó eso, sintiéndose completamente inútil por lo que harían ellos. El castaño y el pelinegro avanzaron, dejando que Shada se quedara cuidando del faraón. Este asintió y, al verlo, se preocupó bastante.

—¡Gran Faraón! ¡Se ve realmente mal! El Santo Dragón fue gravemente herido por los ataques de Bakura —dijo, llamando la atención del muchacho. Este no le vio pero sí le escuchó, era testarudo, no iba a abandonar nada—. No solo eso. ¡Si continúa esta lucha, Gran Faraón, su propia vida estará en riesgo! —el sacerdote se sentía ligeramente extraño, era la primera vez desde la coronación del joven en tener que decirle algo realmente, no le había dirigido la palabra más que una aceptación o una negación—. ¡Por favor, tome a Osiris y regrese al palacio! ¡Deje el resto a los sacerdotes!

—¡Lucharé hasta el final! —exclamó, con el ceño fruncido y una determinación poderosa—. ¡Ese es el deber del faraón!

No esperó a ninguna réplica de su sacerdote al momento de que avanzara con su caballo, haciendo que Osiris avanzara a gran velocidad. Lo más oculto que podía de los ojos de su sacerdote, llevó una mano a su torso y cuello, apretando lo más que el oro le podía permitir. Estaba exhausto y sabía que Osiris estaba más que herido, sin poder pero debía intentar ese último movimiento.

Escuchó al caballo de Shada por lo que regresó la mano a las riendas, no debía llamar más la atención por sus heridas.

—Mi amo… Para la gente el faraón es la encarnación viviente de un Dios, él es como el Dios del Sol Ra que brilla con la luz que da la esperanza. Su misma existencia ilumina las sombras de este mundo.

Atem entrecerró los ojos, mandando a Osiris a hacer su movimiento suicida.

—No soy un Dios… —por eso no me quedé con ese otro nombre, por eso lo cambié por este. Algo se lo había gritado, mucho antes de escuchar el nombre Atum—. Y yo nunca… ¡Nunca lo perdonaré por tratar de apagar las luces de este mundo!

Shada levantó la cabeza, sorprendiéndose de lo que haría su rey. Cada vez Osiris volaba más y más y más alto, dejándolo como una carnada segura para un ataque, llamando la atención de Kalim y Seto, quienes también se preguntaban la razón de que hiciera ese arriesgado movimiento.

Bakura observó al Santo Dragón elevarse, ocultando de su vista a los otros dos pequeños pero no le importaba. Si atacaba con la debilidad que estaba teniendo aquel bastardo, acabaría con el Ba y cuando aquella fuerza vital se esfumara, el Ka le seguiría. Con una sonrisa mandó a Diabound a atacar al dragón rojo con su Spiral Wave.

Un ataque certero, partiendo al dragón a la mitad, provocando un enorme dolor en Atem a quien le costó tomar aire al sentir que sus pulmones se negaban a respirar. Esta vez la sangre subió hasta su boca, ahogándolo, teniendo que escupirla frente a un preocupado Shada. Su débil pensamiento fue que era el momento apropiado para atacar a Diabound.

Seto mandó que Duos le atacara, lanzando su espada hasta donde habían visto el golpe del Ka maligno. El castaño pensó que había matado al monstruo, celebrándolo y ordenándole que se mostrara. Sin embargo, la voz de Bakura preguntándole si estaba ciego resonó, causando que Atem levantara la mirada lo más que podía por el dolor, causando que Seto se sorprendiera ante esas palabras.

El Ka que había atacado era a uno distinto, uno perteneciente al santuario de Udyat. Bakura le recordó qué pasaba con aquellos que traían un artículo eran capaces de convocar a más Ka por lo que, previendo lo que haría Seto, convocó a uno que no le costara muchísimo Ba.

Apretó las riendas con toda la fuerza que tenía, respirando con fuerza, sintiendo que se ahogaba. Con los ojos cerrados trató de inhalar con más fuerza.

Ra… La luz de la esperanza… La única cosa que puede vencer a esta oscuridad…

Abrió los ojos, pensando en poder convocar lo que podría salvarle. No obstante, cerró sus ojos.

Ra… Pero mi Ba… ya se ha ido…

La risa de Bakura le hizo abrir los ojos de nuevo, solo eso porque no pudo seguir escuchando más, estaba ligeramente sordo, escupiendo más sangre. Vio que Diabound atacaba al Ka de Kalim.

Sabía que si no hacía nada, la vida de todos los sacerdotes peligraría terriblemente. No le quedaba demasiada vida pero decidió sacrificarse por el bien de los demás, haría todo lo posible con tal de darles más tiempo a ellos. Cabalgó, aún con el mareo que tenía, aún con el dolor que le recorría por el correr del caballo. Avanzó ante un sorprendido Shada, buscando al responsable de todo en aquellos momentos.

El sacerdote poseedor del Sennen Ankh le gritó que regresara. Cuando no le hizo caso, dijo a los guardias lo que pasaba por lo que todo el grupo comenzó a seguirlo, teniendo una larguísima desventaja. Atem tenía demasiado recorrido ya muy a pesar de todo. Subió el acantilado por el que, intuía, estaba el ladrón, cansándose cada vez más y más.

Cuando llegó al lugar, el faraón estaba respirando lo más que podía, terriblemente agotado. Intercambiaron unas palabras, el rey reuniendo toda su fuerza para sacar unas cuantas palabras. Estaba muerto. No obstante, el ladrón logró hacer que viera su ciudad, su palacio desde aquella distancia.

—Si obtener todo lo que quieres es todo para ser un rey. ¡Entonces como el rey de los ladrones soy el rey de los reyes! ¡¿Eh, Faraón?! —exclamó, carcajeándose.

—No has obtenido nada —jadeó. Su rostro estaba envuelto en sudor, su vista se hacía borrosa de vez en cuando, iba a desmayarse y no sabía si se quedaría de esa manera o despertaría nuevamente—. ¡Solamente estás pisoteando las luces de la vida en esta ciudad… —tomó una enorme bocanada de aire, aguantando los fuertes mareos que le daban— sobre las esperanzas de la gente!

La risa de Bakura menguó hasta una risilla prepotente. Estaba realmente contento de lo débil que estaba aquel sujeto, el inútil.

—No importa lo que dices… —ordenó a Diabound a atacar al faraón, escondido todavía— Porque yo gano.

La tierra donde el caballo del faraón descansaba comenzó a fragmentarse, el caballo relinchó y Atem soltó un grito, el muchacho saltó del caballo, tratando de llegar al borde del acantilado antes de caer aunque supiera que no soportaría mucho.

Shada gritó al verle caer, temiendo lo que Bakura hiciera cuando este pudo sostenerse con una sola mano. Aquella emoción de vida o muerte le asfixió con fuerza, ya no sabiendo qué más hacer. Vio a Bakura acercársele y tomó la cuerda de su artículo, arrancándolo, sonriendo de saber que lo tenía ya. Luego, pisó la piedra, fracturando el lugar donde se había agarrado, haciendo que cayera irremediablemente al vacío. Y el ladrón comenzó a reír ante el patético grito del portador del Sennen Ankh.

Notas finales:

El día de hoy cumple cuatro meses desde que Memorias se publicó por primera vez xD y no llego ni al clímax xD jaja no me acuerdo quién dijo que algo se volvió un demonio de siete cabezas y esto terminó así, como un demonio de siete cabezas porque tengo hasta el capítulo 28 en mi lap pero sigo en la aparición de Mahad xD creo que mi hermana y muchas personas quedaran ya hastiadas por tantos capítulos y no llegar a un lado.

Pero lo dije desde un inicio cuando comenzamos a ver esto, es prácticamente un copy-paste de las memorias de Atem que Takahashi puso así que no puedo hacer mucho que digamos. Normalmente me llevo de 2-5 capítulos del manga por cada capítulo del fic, ¿se quieren imaginar cómo me siento yo de llevar tanto y no acabar? ¡Me estoy desesperando! Voy en el capítulo 28, no llego ni a la pelea entre Seto y Atem donde Mahad (para mí) muere antes de la pelea contra Zorc, estoy a punto de llegar a la resurrección del demonio pero NO llega.

Demonios, no llega. He llegado a ver que muchos se perdieron con la llegada del manga porque inició con una conversación entre Atem y Yami y estos dos prácticamente se me han desaparecido y es que no sé dónde meterlos! D: también me he comenzado a sentir medio nerviosa con lo que significa meter escenas de Bakura y Yugi y Jonouichi y Marik y D: muero!

X_x terminaré muerta si veo que llego a 40 capítulos y no avanza.


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