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Memorias por Circe 98

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Notas del capitulo:

Buenos días, buenas tardes, buenas noches, buenas madrugadas, depende de la hora en que me lean.

Primero, Yu-Gi-Oh! Es propiedad de Kazuki Takahashi, partes importantes de la trama de este fanfic son a base de su obra original pero también vuelco parte de mi imaginación a base de una teoría que creé hace mucho rato.

Segundo, contador de palabras.

Total de palabras: 1133

Tercero, espero que lo disfruten

 

Faraón, mi alma es su eterno sirviente.

… Mahad…

Esa era la voz que había escuchado encimada a la del niño, pidiéndole que aguantara.

Shada y los soldados se sorprendieron de ver al antiguo hombre, amigo del faraón, mago de gran poder. Bakura gruñó al verlo, sabiendo la imposibilidad del gobernante de invocar a los Dioses pero aquel Ka salía como un protector, no estando conectado con el Ba de Atem.

Por favor de pie, mi faraón.

El adolescente dio una profunda respiración, aliviado de que aquel peso desapareciera momentáneamente pero estaba sorprendido de escuchar al mago hablarle. Le preguntó si era él a lo que el Ka respondió que solo estaría presente mientras lo necesitara, mientras tuviera aquella voluntad de pelear porque, sin ella, él desaparecería para siempre.

¿Mi voluntad de pelear? Se preguntó Atem, bajando la mirada para que Bakura no viera lo devastado que se sentía en aquellos momentos. Más allá del dolor físico, no quería creer que su padre ordenara aquella masacre. Estaba confundido, pensando en lo dicho por el ladrón frente a él, en lo que era el verdadero significado de la justicia.

Faraón llamó el antiguo sacerdote, sacándolo de aquellos pensamientos tormentosos, cuando yo estuve vivo, sentí el mal del Sennen Ring, y a través de eso aprendí el origen de los artículos. Yo conozco esta atrocidad.

El muchacho se sintió abrumado ante aquella verdad. ¿Quiénes más? ¿Quién más conocería cosas que él no? ¿Qué más habría hecho por la supuesta paz?

Pero el antiguo rey Aknamkanon no supo de esta verdad…

Atem levantó la cabeza, sorprendido de lo dicho.

Un día, después de que me había convertido en sacerdote y con la maldad contenida dentro del Sennen Ring confronté al rey Aknamkanon. Mahad bajó la mirada, concentrándose en sus recuerdos, sabiendo que estaba sorprendiendo al joven. Le conté la verdad.

No. El joven no lo creería. Tragó con fuerza. No era la primera vez que escuchaba sobre la magia negra respecto a los artículos que la corte real traía. Pero de eso a saber que su padre fue conocedor por alguien más de la creación de los mismos, era distinto a solo escucharlo.

Faraón, su predecesor sintió el mismo dolor que tú sientes ahora, mencionó, con ojos cerrados. Esa fue la misma razón de que él cayó enfermo… y murió.

¿Eso lo había matado? Dos personas distintas le decían que no había nada bueno alrededor de los artículos pero solo uno de ellos se lo dijo al faraón, ¿por qué el otro se quedó callado? Además, ¿era verdad aquella voz fantasma? Tantas cosas le daban vuelta a su cabeza en aquellos momentos, se ahogaba en miles de pensamientos.

Si yo no le hubiera dicho toda la verdad ese día…

Atem bajó la mirada, apartando todas esas dudas respecto al niño fantasma, recordando aquellos últimos días en que vio a su padre, lo agonizante que se veía. Veía el antes y el después de aquello en su propia forma de ser. Shimon se lo comentó en aquellos días de la sepultura, aquellos setenta días por los cuarenta años dados en forma de paz por su padre.

Fueron dos a quienes perdiste, pareció escuchar a Mana alguna vez, en algún lejano tiempo. También percibió a Shimon decirle pero, al preguntarle más tarde la razón de que dijera aquello, el hombre le negó cualquier cosa, diciendo que nunca había dicho algo como eso, aclarando que el tono y formas de decirlo fue lo más respetuosa posible para él, quien tomaría el trono más adelante.

Pero los deseos del antiguo rey por un reino pacífico no fueron en vano. Animó Mahad, volteando la cara para mirar al muchacho quien regresó la mirada a quien, desde momentos atrás, se había vuelto su protector. ¡Ahora usted ha heredado esas intenciones, faraón!

Atem levantó la mirada, determinado. Todo el dolor físico apartado, viendo con cierta ira al ladrón Bakura, quien le regresó la mirada, hastiado y molesto. Aquel maldito Mago de las Ilusiones le había quitado el gusto de ver morir a ese bastardo.

Si los Sennen Items caen en las manos de Bakura, este país estará hundido en la oscuridad. El mago regresó la mirada al ladrón, protegiendo con su báculo y cuerpo al joven protegido. Ignorando lo que este hacía.

Con las palabras del exsacerdote, Atem comenzó a ponerse en pie, usando sus brazos como palanca, sintiendo un profundo dolor en el derecho, brazo que había estado sosteniendo mientras salía de la cueva, sus piernas también se quejaron, habían resultado demasiado heridas en la caída, ahora estaban más cansadas.

Faraón, si usted no se levanta ante él…

—¡Te mataré cuantas veces sea necesario! —gruñó, con una cara deformada en ira—. ¡Fantasmas! ¡Destruyan los espíritus del faraón y mago en pedazos!

Gracias, Mahad, pensó Atem mientras se ponía en pie, viendo a los furiosos espíritus que se acercaban con rapidez a ambos. Yo… ¡Lucharé como rey! Le dijo a su amigo, una vez en pie, tragándose cualquier deseo o necesidad de su propio cuerpo, su pueblo le mantendría de pie hasta el último momento. Mahad levantó una mano, repeliendo el peligro.

Bakura intentó regresarlos, ordenándoles atacarlos pero el Mago habló con él, diciéndole que sería imposible pelear contra él teniendo un Heka tan fuerte. Y mientras lo tuviera, no haría daño a su protegido. Mientras lo tuviera.

Primero, soltó otro gruñido, después, rio con locura, pensando en que si los espíritus no podían llegar a nada, su Diabound sí lo haría. Atem sudó frío, sabiendo lo que venía, sabiendo que, mientras Mahad estuviera ligado a su Ba para la pelea, limitaría demasiado sus habilidades. Era fuerte mientras él estaba débil pero… lo iba a limitar en extremo.

Aquella bestia apareció, más grande, más monstruosa. El ladrón explicó que todo era gracias a los dos Artículos que tenía en sus manos, ocultando que también había absorbido el poder del Dios destruido. El rey alertó a su amigo sobre la habilidad que tenía. El mago recordó que, al ser derrotado, aquella bestia tenía su habilidad.

—¡Thunder Force! —exclamó Bakura.

Mahad le habló al ladrón, explicándole que olvidaba cosas como, el hecho, de que entrenó en el otro lado, mejorando su heka por lo que, aunque Atem estuviera malherido y débil, él estaría fuerte.

Abrió un portal hacia el más allá, desviando el ataque del Ka de Bakura, sorprendiéndolo. Se preguntaba lo que estaba haciendo y hacia a dónde se iría. El mago explicó que aquella energía saldría en algún otro punto por lo que Atem le recordó la habilidad especial de la bestia, cambiando el objetivo del desvío, golpeando una columna. Cabía decir que el ladrón se burló de su mal tino.

El faraón soltó una risa sin humor, diciéndole que no había fallado.

La columna golpeada comenzó a caer hacia un lado.

Notas finales:

Ahora lo siento menos pesado pero al escribirlo, Dios, fue un eterno dolor de cabeza. Por ahora quiero especificarme mucho en ver si le crearé una continuación o qué porque no se me viene absolutamente nada respecto a qué podría servir. Creo que esto morirá aquí -cuando acabe el fic- y ya veré en qué me dedico luego :v que tengo muchos fics que terminar todavía.

¿Qué más? Pues solamente espero sus comentarios~

P.S. Miento, tengo al menos la introducción de Lazos Más Allá del tiempo combinando los trabajos de México con Colombia (en eso pasé mi mañana y tarde :v)


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