Maldito pitido.
Era muy molesto cuando lo único que querías hacer era descansar, pero al parecer nadie más lo entendía.
-¿Dris?
-manda a arrestar al que me drogo, creo que moriré.
-deliras.
Ya decía yo.
-sabes un buen amigo se apiadaría de mí.
-…
-¿Qué pasa?
-Hasel está afuera. Quiere llamar a tus padres.
Mierda.
-Que dijo el médico.
-el desgraciado les conto todo.
-dame mi celular.
Esto no le podía estar pasando a él, cogió el teléfono y silenciosamente marco.
-vigila
Samir camino lentamente hacia la puerta, dispuesto a escuchar cualquier ruido.
-¿Sren?
La gruesa voz contesto- mi Sera (*), es un placer escuchar de usted.
-también lo es para mí, he estado preocupado por ti, y me atreví a llamarte, espero no incomodar.
-no lo hace, llama en un mal momento.
-¿Cuándo?
-me estoy muriendo ahora.
-estoy en el hospital.
-iré en seguida.
Estaba bien, era difícil pero estaba bien.-pensó.
-ya viene.
Samir se acercó sigilosamente como un gato. Un gato de comedia.
Obviamente no había podido contener su risa
La puerta se deslizo dejando pasar a un muy bastante- demasiado-enojado Hasel.
Si las miradas mataran.
-Sarim déjanos a solas.
-NO.
-¿sabes?, puedo llegar a ser bastante violento.
-¿eso es una amenaza? Porque si lo es, tal vez debiera empezara llamar a uno de los novios de Dris o ¿tal vez a todos?
¡Ahí! Sarim, a veces simplemente quisiera matarte.
-¿no sería mejor que llamaras a tú PROPIO novio?
Ok. Eso es todo.
-retira lo que dijiste.
-¿por qué lo haría? él siempre te usa como escudo debería bus—
-CA-LLA-TE.
¿Porque tenía que poner él orden? ¿Que no era el pobre enfermo? Al que deberían estar mimando y peguntando si necesitaba un maldito vaso de agua, o tal vez una mordidita (*2).
-bien, entonces ¿qué fue lo que paso?
¿Cómo es que todo se está a dirigiendo a él? en una situación tan tensa, debió haberse mantenido callado, ¡ah! pero no, él tenía que hacerla de gran amigo.
-Sabes hay una cosa llamada delicadeza.-volvió a hablar Sarim.
Cierto. Hasel no tenía derecho a preguntar algo tan sensible como sus costumbres alimenticias.
-lo has oído, tu no simplemente puedes ven-
-¡CORTA ESA MIERDA AHORA DRIS! estas colmando mi paciencia comportándote como un niño malcriado.
Ok. Ahora si estaba en shock Hasel le había gritado y más aún, había usado una grotesca palabra y su nombre en una misma línea.
Eso significaba que las cosa deberían estar muy, muy mal.
Con eso en mente Dris de inmediato cambio a una actitud defensiva, no necesitaba que le dijeran si estaba haciendo mal, pero si guardaba la compostura y tranquilizaba a Hasel de seguro esta tormenta pasaría. Además tenía secretos que quería que permanecieran así frente a Sarim, era su único aliado después de todo.
-Sarim, déjanos solos por favor.
-¿Qué pasa? No te conviene quedarte a solas con él.
-Hasel puede ser muy latoso si se lo propone, espera abajo a Sren y dile que espere hasta que te llame.
-¡ya escuchaste sal de aquí!
-Hasel, él no tiene la culpa de nada, déjalo en paz.
-yo no me creo eso, si él fuera un poquito responsable respecto a ti, te hubiera advertido sobre la manera en la que te conduces.
-¿sabes? Hace mucho que tengo una conciencia propia.- replico con acides.
-ve.
-me llamas, él se enojara mucho, cuando lo descubra.
Sarim salió silenciosamente, Dris se voltio hacia Hasel y trato de sonar angustiado y arrepentido, la cara de cachorrito perdido siempre funcionaria, sus años de actuar, de seguro lo probaban.
-yo… sé que no he estado… no se creó que he estado bajo mucha presión.
Sin embargo a pesar de su genial performance, Hasel parecía muy concentrado, mientras caminaba acercándose a la cama.
Cuando se sentó a un costado suyo mirándolo profundamente a los ojos, las alarmas empezaron a sonar en su cabeza.
- Bebe de mí.
Rayos, rayos, rayos… y ahora como salgo de esta.
-Hasel estoy muy cansado ahora, no se siquiera como estoy conversando, deseo descansar más que nada ahora.-siguiendo la línea que había trazado hace años, negó su hambre.
-Dris, tú eres muy preciosos para mí, me preocupas, hoy cuando vi a Sarim pálido junto a ti, me sentí un imbécil, tú y yo parecemos conocernos tan bien pero la verdad es que siento, que hay mucho entre nosotros, yo debí saber que no te estabas alimentado correctamente-Si lo he hecho, más de la cuenta en realidad, pero eso no funciona y eso es por ti.- no sé porque no me dijiste que no lo habías podido hacer yo jamás te negaría mi esencia, ayer mismo te la ofrecí.
- HASEL. Para, yo jamás tomaría de ti, tu estas sucio, yo nunca podría desear tu esencia.
Era verdad en casi todo, excepto la última parte, claro que había deseado tomar de él y al mismo tiempo la sola idea lo aterraba por dos razones, la primera era que eso lo haría dependiente de él, Dris por supuesto no quería eso, suficiente tenía con estar enamorado y la última era que no quería morir, no pensaba rendirse tan fácilmente tenía unos padres a los cuales hacer orgullosos de haberlo engendrado, y proteger el secreto de su raza de las menen.
Junto a él, Hasel lo miraba completamente aturdido, por su mirada se deducía que no creía que esas palabras hubieran salido de Dris dirigidas hacia él.
Él era consciente de los prejuicios que Dris tenía contra cualquiera que no tuviera la sangre pura y más aún contra las menen, pero ¿hasta el punto de insultarlo como si fuera basura y su proposición le ofendiera?
-…
-Creo que es mejor que me dejes solo.
Era incomprensible donde estaba el dulce Dris que siempre había cuidado. Aquel, que le sonreía cuando estaba triste, sabía que su relación había empezado a retorcerse hace mucho pero ¿a tal extremo? Siempre se consideró especial para él, ya que a pesar de mostrar su aversión a aquellos de “denigraban” su linaje, siempre lo había tratado como parte de su círculo más cercano.
-no puedo creer que dijeras eso.
-¿la verdad? he tratado de ignorar todo esto de las menen hace mucho, pero ¿qué puedo decir? llegue a mi limite.
- antes no te importo-
-¡¿No me importo?!- ahora era Dris el que se sentía aturdido- ¡he tratado de persuadirte a dejar ese comportamiento tuyo tan denigrante desde siempre!, ¿es que he estado hablando con una pared?
Seguro eso era, las menen te embrujaban a su antojo como un maniquí, y Hasel hace mucho que había sido seducido, ¿porque siquiera se sorprendía? – pensó amargamente.
Lo amo.
¡OH! Era tan estúpido por guardar ese sentimiento, sin embargo Dris estaba cansado a un límite insoportable.
-¿Estas cortando nuestros lazos?
-LO HAGO.
-Dris…
La desesperación golpeaba en Hasel, rompiéndolo. Estiro una de sus garras y desgarro la piel en su cuello que protegía una vena, la sangre comenzó a correr libremente y este con fuerza se acercó a Dris tomándolo con fuerza y acercarlo a su sangrante herida.
-¡NO!
Dris lucho contra él, cuando sintió la humedad en sus labios, no quería, esto no podía aguantarlo, sello sus labios y comenzó a llorar.
-¿Es tan horrible?- susurro un suplicante Hasel. Presionándose más contra Dris.
A pesar de sus esfuerzas por no probar una gota de la esencia de Hasel, entreabrió un poco los labios y una pequeña gota se deslizo a través de estos, la electricidad que lo recorrió cuando la trago, lo despertó.
-¡por favor no!... no te acerques.-rogaba desesperado.
Inmediatamente Hasel se separó, ¿qué estaba haciendo?, ¿Que pensaba lograr obligando a Dris a beber de él?
No lo sabía, pero muy dentro una parte de él, que se sentía muy difusa no quería sentirse rechazada, por Dris.
- vendré más tarde.
Tambaleándose y sin fuerzas salió de la habitación.
¿Qué me pasa?
Aun en la habitación, Dris comenzó retorcerse por el hambre que había despertado Hasel, si bien es cierto el saber que aún no había tomado de las menen le quito un poco el miedo a morir envenenado, casi se veía tomando de él y muriendo en agonía y traición.
La puerta volvió a abrirse y un Dren sorprendido se acercó para calmarlo.
-Dris.
Olvidándose de cualquier promesa para con Sarim dirigió sus colmillos al grueso cuello de este.
Este era el trato, el reconfortaba las heridas del alma y a cambio recibía su esencia.