Ahí donde no hay tiempo, y aparece la neblina, se escucha a dos, dos que hablan, de un secreto que todos conocen pero es callado, por el temor.
Se dice que cuando dices el nombre de tu mayor temor muchas veces, viene por ti.
¿Le temes al dolor? , ¿Al odio?, ¿al amor? … no importa realmente. Todos enfrentamos nuestras propias fieras.
- La escuchaste?... la profecía
- Sí, todos lo hacemos.
- ¿qué te dijo?
- Una verdad, una mentira.
- Lo adivinaste.
- No.
- Y ¿Qué harás?
- Esperare, a que venga a mi
- y ¿si no vine?
- Vendrá, siempre lo hace, aunque sea en el último aliento.
- Sí, siempre, pero casi siempre lo hace solo cuando ya no hay esperanza.
- Yo no me preocuparía por ello, a veces es mejor que llegue al final, que al comienzo.
- ¿Cómo?
- Porque pensamos demasiado.
- No lo negare, sin embargo siempre es mejor saber la verdad.
- Aunque las mentiras tienen más secretos, ¿no es así?
- Si, lo es, una realidad que debemos vivir.
…Para aprender.
“Si la vez,
Escapa y escóndete
Porque te revelara
Tu futuro
Con ojos que ven al vacío
Sin color
En la oscuridad vive
Se alimenta de dolor
No vayas al lugar oscuro,
Una mentira y una verdad te esperan
No te acerques
No quieres escucharlo.
Caminando,
Por una senda
Ella guía tus pasos
Para que te pierdas.
Si adivinas,
No siempre es el final
Lo que escuchas.
Lo que crees.
Ella juega,
Tú lloras
Para que tenga recompensa,
Un milagro, una maldición.
Por eso, huye,
Que el futuro te llegara
No hay razón, para adivinarlo
Hacia el vas.
De donde se esconde,
Jamás debe salir
Si la buscas
Te estará esperando”
Las voces se elevaban y descendían, con un sutil miedo.
Una canción, una advertencia escondida.
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¿Era tan estúpido?
El blanco y vacio de la habitación le hicieron arrepentirse de haberse marchado, y haberle dado la oportunidad de escaparse a Dris.
Debí llamar a sus padres.
Estaba permitiendo que el meuseim (*1) se cumpliera. Quizá si fuera a hablar con Ahnlia ella solucionara todo, ella siempre parecía tener las respuestas, aunque a veces no pudiera responder a sus preguntas. Lo entendía, las decisiones equivocadas podían destruir muchas vidas…
…algo se le escapaba, pero otra vez la confusión lo atrapaba.
Quiero saber…
Un deseo que no es muy bien respondido siempre. Tendría que dar algo, para recibir por supuesto, pero lo haría.
…para salvar a Dris.
Primero tendría que arreglar un poco la habitación, no quería que encontraran el cuarto destrozado después de todo.
¿Qué excusa daría?
Suspiro al terminar la labor. Y media hora después ya estaba en casa saludo a los servidores, bajo al sótano y la encontró.
Pasaban los años pero ella no cambiaba, siempre sentada en un rincón, siempre con eso cabellos largos color paja, y siempre con esos ojos blancos…
Esta vez, él no se quedaría a ver como Dris sufría, el haría algo, tan solo debía dar algo.
Se sentía extraño el compartir con ella, aquello que solo le había ofrecido Dris, no se sentía correcto darle su esencia a alguien aparte de Dris.
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Ya en casa, y bien alimentado, solo observaba a Sarim sentado en una silla a lado de la cama.
- Siento que me ahogo.
- Yo también.
- Dren, no tiene la culpa.
- Claro que no, y si estoy siendo sarcástico.
- Siempre pareces saber lo que quiero decir.
- No en realidad.
- Aun así tu estas aquí conmigo, cuando más lo necesito.
- Tú también lo estuviste.
- Yo te oculto muchas otras cosas.
- Yo también.
- También parece ser tu palabra hoy.
- Hmm… yo estoy aquí, y estuviste.
- Y eso nos hace hermanos.
- Ciertamente.
- Talvez algún día te lo cuente todo.
- No creo que todo, pero lo que puedas ¿verdad?
El sentimiento, de un eterno lazo que tal fuera más verdadera, que el amor. Al menos de un amor que estaba condenado.
- Te lo contare.
Su voz sonó un poco más grave de lo normal, si seguían solo usando el teleum empezaría a perder la voz, o al menos la capacidad de hablarse normalmente sin sentirse extraños.
- Deberíamos hablar.
- Si… cl-claro.
- Deberías hablar con Dren.
- Solo lo dices porque te sientes culpable.
- Te gusta.
- Si es así, y eso solo me ha hecho ver cómo un total estúpido, es como si no tuviera control sobre mí mismo, me comporto como un cachorrito que salta y mueve la cola, solo para escuchar un “buen chico”, no voy a seguir con esto más.
- ¿tú, estás enamorado?
- Estoy diciendo que lo dejo y tu sales con esto- a pesar de escuchar esta respuesta, Dris no dejaba de temer sus propias palabras, la manera en la que Sarim hablaba, mostraba cansancio, el por supuesto conocía esa sensación, pero como siempre son en las cosas más importantes para otras personas en las que solo puedes ver, y esperar que no se equivoquen.
- No te voy a animar, creo que no soy lo suficiente valiente para aceptar las consecuencias, pero tampoco quiero que te quedes con la idea de estar siendo animado a olvidarlo. ¿estamos claros?
- Bien, no eres bueno dando consejos, en realidad nuca o has sido-Sarim dijo estoy como si fueran un suspiro.- ¿Qué hay de tus padres? ¿crees que Hasel les diga algo?
- ¿Un interrogatorio?, venganza ¿verdad?- Dris dio un largo suspiro y se dispuso a hablar, estaba tan cansado-realmente no lo creo, pero últimamente no puedo leerlo, parece hacer todo lo contrario a lo que espero. Si lo hace… no podría perdonarlo, solo… no podría.
¿Hasta cuándo duraría esta sensación de estar perdiéndolo?, Dris solo tenía la esperanza, que no fuera por mucho más. Este amor tenía que morir, por su bien.