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Galneryus por Room 13943

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Notas del fanfic:

Es tan AU y tan OoC, además de tan Pervert, que en verdad parece mío (?). Yyyyyy, además, he combinado tres géneros literarios que me fascinan sin ningún remedio alguno gracias a los siguientes autores de mi alma y corazón: J.K Rowlling, Edgar Allan Poe y Agatha Christie. 

¿Ya saben qué géneros son, no? Sino, aunque no lo creo, ya les digo. Fantasía, Suspenso, Misterio.

El título es temporal, aunque puede que ni lo cambie :v. Quise hacer algo diferente para variar, y en mis días sin wi-fi esta idea cruzó mi mente como un rayo de luz esperanzador... Pero antes de hacerlo, terminé el libro que dio origen a toda la porquería que van a leer en los próximos capítulos que sepa la bola cuantos serán (el libro, por si a alguien le interesa buscarlo -seguramente en PDF- se llama Tragedia en Tres Actos, de Agatha Christie).

El nombre de la academia lo saque de una banda de Power Metal Japonés que simplemente me ha fascinado, que es, obviamente, Galneryus. Por si a alguien le interesaba UnUr

Y a continuación -porque en todos los libros de la ya mencionada autora- la lista de los personajes que aparecen en la obra por orden alfabético.

 

• Bucket (Cole): Alumno de la Academia Galneryus. Forma parte del clan de los Devoradores. 

• Garmadon (Lloyd Montgomery): Alumno recien ingresado en la Academia Galneryus. Forma parte de los Ángeles. 

• Julien (Zane): Alumno de la Academia Galneryus. Es del clan de los Invocadores. 

• Smith (Kai): Alumno de la Academia Galneryus. Es un Inmortal. 

• Walker (Jayn): Alumno recien ingresado en la Academia Galneryus. Es parte de los Armas.

 

Si te gusta la historia, échale un ojo a las otras de la misma pareja (:D):

Aisareteitahibi, Sensei (Original).

Aisareteitahibi, Sensei (Remake).

Cinderella Fantasy.

Cinderella Fantasy (Especiales).

De borrachera va la cosa (One-Shot).

Akazukin (One-Shot).

30 días ~Reto~.

 

Ninguno de los personajes, salvo algunos que irán apareciendo a lo largo de la historia, me pertenecen. Todos los derechos a sus respectivos autores. Sin embargo, la historia es 100% de mi autoria, evita el plagio.

Notas del capitulo:

¡Mejoré el prólogo en cinco horas donde el internet gusta irse de parranda a “chingatumadrelandia”! Internet-kun me odia (?), pues yo también a él... Pero lo quiero, señorita Laura (ya dejaron de transmitir su programa y apenas me enteré *inserte el emoji que se llora riéndose*).

Espero que el nuevo prólogo les guste, ¡ya casi tengo el capítulo uno listo! Me falta darle unos retoques, así que esperenlo, ya saben, lo de siempre.

Tamborileaba sus dedos índice y corazón sobre el asiento, mirando por la ventana con la cabeza recargada en su mano derecha. Seguía el camino de grava con sus ojos, sintiendo una ligera sensación de mareo que sólo aumentaba sus nauseas nerviosas.

Hacia ya una hora que había dejado atrás la ciudad para introducirse de lleno en la espesura de un bosque no tan verde como le gustaría. Parecía todo sacado de una película de horror, y la verdad era que tenía los pelos de punta, ya esperaba cualquier cosa, incluso fantasmas a mitad del camino.

Una semana antes, la discusión con su madre sólo había hecho no otra cosa que acrecentar los deseos de ésta para que él, su hijo, fuera de una buena y “maldita” vez a un colegio especializado. La palabra venía con comillas, le quedaba corta al lugar donde se dirigía; raro y famoso le quedaban más como anillo al dedo. Sobre todo, ni siquiera era un “colegio”, sino una academia. La gente, ni su madre, parecía conocer la diferencia entra ambas.

Cerró los ojos, a todo color y volumen las últimas palabras de la mujer sobre el tema, una vez que se había hartado de todas las excusas que le daba él.

«— ¡Irás y no discutirémos más el asunto!— Lo había amenazado con un cucharón, pues en aquéllos momentos se hallaban en la cocina. —Necesitas aprender a controlar esos impulsos... Hacerlo solo te llevaría una vida y no me apatece enterarme de las cosas que terminarías haciendo. Así que ve empacando todo de una vez, no importa que aún falten días para que te vayas, no quiero tampoco nada de última hora. ¿Entendido?»

Suspiró y pestañeó antes de abrir los ojos por completo para regresar la vista hacia afuera, ahora al cielo grisáceo como un día de tormenta. Esperaba que no lo fuera, así todo se haría más tenebroso de lo que era de por sí.

— ¿Sigues vivo ahí atrás?

La voz del taxista le llegó como si se hallara debajo del agua. Entonces se dio cuenta de que en la hora y media, o más, que había transcurrido de camino nunca medió palabra alguna. Aunque tampoco era necesario hacerlo, se sentió un poco avergonzado por eso.

Se encogió de hombros, susurrando un «sí» entre dientes, dejando así de sentir la inquietante mirada del conductor por el espejo retrovisor.

Dejó sus pensamientos y recuerdos tranquilos, enfocándose en la realidad que lo envolvía: primer día de clases. O tal vez “primer día” a secas. Una noche antes de marcharse, se tomó el tiempo de investigar un poco sobre cómo eran las cosas en la academia. Lo peor había sido que en ningún momento pudo despegar la vista de la pantalla del ordenador; la historias que se contaban del lugar eran simplemente emocionantes, tanto que al despertar se percató de que había caído dormido sentado con su cabeza pegada al escritorio. El dolor en su cuello y hombros llegó de nuevo, tal vez no debió haber pensando en ello. El primer día constituía básicamente en un tour por todas las instalaciones, que no eran pocas, para los “novatos”.

En un parpadeo el edificio principal ya estaba formándose ante sus ojos. Una construcción enorme de color hueso pálido, llegando a blanco, con pilares externos de color dorado y escaleras grandes de una manera exagerada que daban a la puerta principal más grande que había visto. 

Tragó saliva, tratando de también tragarse sus nervios. 

A cada segundo el edificio adquiría mayor tamaño, así como un carácter imponente ante cualquier persona; de verdad que era intimidante. 

En menos de lo que creyó, el auto paró su marcha, el motor dejó de perforarle los oídos y la puerta del conductor se abrió y cerró, para después hacer el mismo procedimiento con la cajuela.

Igualmente, salió del taxi aún con la mirada perdida en cada centímetro de la fachada. Ni siquiera se percató de que el hombre, algo pequeño de estatura para su edad, esperaba a su lado de brazos cruzados por el dinero hasta que éste carraspeó.

—Perdón —susurró, buscando en sus bolsillos del pantalón el dinero que su madre le había proporcionado para estos gastos.

Una vez que lo encontró, se lo tendió al hombre. Cuando éste segundo le iba a regresar el cambio, negó con la cabeza, indicando que se quedara con todo.

El conductor sonrió, deseándole un feliz día y se marchó a toda velocidad del lugar en el taxi.

A tientas, buscó el mango de la maleta, para apretarlo con fuerza, notando que el dolor en su hombro derecho era mayor. También estaba temblando, ¿serían los nervios? 

Echó otro suspiro al aire, se ajustó la ligera mochila que traía en el otro hombro e inclinó hacia delante la maleta para ponerse en marcha de una vez. Ver las escaleras le daba un dolor de piernas terrible, y se preguntó qué pretendían con tantos escalones. Pero un toque algo brusco en su hombro adolorido lo hizo dar un respingo y voltear con aire de pocos amigos hacia atrás en busca de la persona causante del dolor.

Notas finales:

Yo creo que este prólogo está mejor que el otro, así que borraré el anterior para no confundir o aburrir. En fin, espero que les haya gustado y que se animen a seguir este fic, aunque las actualizaciones sean algo lentas.

Besos :D


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