-Emiratos Árabes Unidos, Dubái-
La chica frente a él sonreía mucho para su gusto, su mano derecha acaricio con mucho cuidado su bonito y delicado rostro mientras la miraba todo el tiempo a los ojos con una sonrisa que solo podía expresar un infinito amor, la sonrisa de ella se amplió aun más cuando la rodeo en sus brazos mientras ella rodeaba su cuello con ambos brazos apretando demasiado el agarre volviéndolo un tanto asfixiante, sus labios se rozaron hasta que finalmente se unieron en un dulce beso impregnado de los más dulces sentimientos y emociones teniendo como fondo las hermosas luces de la ciudad que se filtraban por las ventanas de aquella habitación siendo testigo de aquella preciosa escena.
-¡CORTE!-grito el director haciendo que ambos se separaran mientras todos los miembros de la producción aplaudían de pie-Magnifico, simplemente magnifico-felicito el simpático hombre con una brillante sonrisa.
-Muchas gracias señor director, de verdad me esforcé mucho-dijo la bella actriz con una falsa sonrisa de humildad.
-Lo veo, lo veo-una risa salió de los labios de aquel hombre mientras él solo podía asentir como si estuviese de acuerdo con la chica.
-Oppa-llamo ella con su aguda y molesta voz mirándolo a los ojos con esa cara de inocencia que sabía no era real-Ya que terminamos el trabajo... ¿no querrías ir a dar una vuelta por la ciudad antes de irnos?-propuso ella guindándose sin permiso de su brazo como siempre hacia.
-Me encantaría pero ya tengo planes, será para otra ocasión-se disculpo educadamente viendo como una mueca de disgusto se formaba en su bonito rostros, sonrió a manera de disculpa mientras retiraba la mano de la bella joven para ir a hablar con el director de la película y los miembros de la producción.
Le llevo una hora más poder despedirse en medio de tantas felicitaciones y comentarios sobre su maravillosa actuación pero finalmente logro salir de todo aquel tumulto de elogios y felicitaciones, afuera de aquel lugar por fin pudo ver a la persona que había querido ver durante todo el día esperando por él, una sonrisa ilumino su rostro mientras apresuraba el paso para llegar a él y para cuando estuvo lo suficientemente cerca se abalanzo sobre el pelinegro que lo esperaba ya con los brazos abiertos.
-¡Viniste!-chillo como una chica emocionada enredando sus brazos en su cuello y sus piernas en la cintura del chico que ahora lo sostenía en brazos.
-Te dije que vendría a verte, ¿recuerdas?-asintió felizmente a la vez que sus pies eran puestos de regreso en el suelo-¿Quieres que vayamos a comer a algún lugar o algo?-pregunto el pelinegro que ya abría la puerta del auto deportivo que habían rentado mientras estaban ahí.
-No, quiero quedarme en la habitación del hotel, podemos pedir algo ahí mismo y comerlo en la habitación-propuso.
-Sí eso quieres lo haremos-acepto sin más el más alto cerrando la puerta para luego rodear el auto y subir también.
Durante el camino no paro ni un segundo de hablar sobre lo agotador que había sido gravar las últimas escenas de la película y lo empalagosa que era la actriz con la que había coprotagonizado pero a su acompañante no le molestaba escuchar todo lo que decía y también llegaba a reír o hacer algún comentario mientras manejaba y cuando finalmente llegaron al hotel sonrió alegremente, estaba muy cansado y lo único que deseaba era darse una larga ducha, comer y finalmente meterse a la cama.
El valet parking del hotel abrió la puerta para él y no espero ni un segundo para bajar y caminar a la entrada del hotel deseando entrar cuanto antes al lujoso lugar para poder ir a su habitación y tener un poco de paz finalmente.
-Oye-llamó el pelinegro-Te recuerdo que venimos juntos-una pequeña risita escapó de sus labios mientras asentía y se detenía a esperarlo.
-Lo siento-se disculpo en cuanto ambos se reunieron en la entrada.
-Supongo que debes estar cansado pero ya casi llegamos a la habitación, vamos por la llave-indicó revolviendo su cabello juguetonamente.
-No hagas eso-se quejó apartando la mano ajena de su cabeza.
-Que quejumbroso eres-dijo él con diversión comenzando a caminar a la recepción.
Se quedó un momento en su lugar murmurando una que otra maldición con los brazos cruzados, llevó su mirada al pelinegro que pedía su llave a la recepcionista que le coqueteaba descaradamente, su ceño se frunció de forma automática y término de llegar a la recepción en menos de un segundo.
-Vámonos-ordenó mirando con desdén a la castaña que miraba nerviosa en otra dirección.
-Bien-respondió el más alto que ya tenía las llaves en sus manos.
Ambos entraron al elevador que los llevaría a su habitación, noto la mirada de la recepcionista aún puesta sobre ambos y sin decir nada sus brazos se enredaron en la cintura del más alto que no opuso resistencia y también lo abrazo, la chica miraba en shock la escena y él le sonrió con superioridad antes de que las puertas se cerraran, el elevador se detuvo en el tercer piso y ambos bajaron charlando tranquilamente mientras atravesaban el largo y elegante pasillo hasta su habitación.
-Por fin-suspiro dramáticamente dejando caer al suelo su abrigo.
-¿Qué quieres cenar?-pregunto pasando a su lado para llegar al teléfono.
-Lo que tú elijas está perfecto para mí-respondió quitándose finalmente su camiseta.
-Bien-asintió sin objeción alzando la bocina para poder hacer su pedido.
Término de desvestirse hasta quedar en ropa interior frente a la mirada ajena, le dio una sonrisa y luego se metió al baño dejando solo al otro para que recibiera lo que habían pedido, no supo cuanto tiempo se quedó dentro del baño pero se tomo el tiempo de lavar su cansado cuerpo a conciencia hasta que finalmente salió envuelto en una bata de baño y una pequeña toalla sobre su cuello.
-Justo a tiempo, la comida llegó-anunció el pelinegro.
-Bien, ¿me ayudas a secar mi cabello?-pregunto con una brillante sonrisa.
-Ya estás muy grandecito hazlo tú solo-respondió.
-Pero es relajante cuando tú lo haces, por favor-pidió poniendo ojitos de cachorro.
-Eres un niño-señaló como si estuviese molesto y aún así hacia lo que le pedía.
Cuando su cabello ya no goteaba ambos se sentaron a comer mientras veían una película que a ninguno de los dos les parecía ni interesante y mucho menos divertida o graciosa aún cuando se suponía era una comedia.
-Que aburrida-comentó con fastidio el pelinegro cuando terminaron de comer.
-Te dije que viéramos la otra-le recordó mientras sacaba del armario su pijama.
-Seguramente era igual de aburrida-murmuro, su mano fue hasta uno de los bolsillos de su chaqueta y saco una pequeña tarjeta para leerla.
-¿Qué es eso?-pregunto curioso quitándole la tarjeta para leer su contenido, su ceño se frunció de inmediato y su mirada de disgusto se poso sobre el chico frente a él.
-No me veas así que yo no le pedí su número, ella me lo dio por iniciativa propia-se defendió mostrando una sonrisa divertida.
-Sí tan feliz te hace vete con ella-soltó molesto.
-Dios ya comenzaste, mejor me voy a mi habitación que cuando te pones así nadie puede contigo-se levanto de su asiento y sin decir nada más salió de la habitación dejándolo solo.
Su ceño se había mantenido fruncido hasta que la puerta se cerró, suspiro cansado manteniendo la mirada sobre sus pies descalzos sobre la bella alfombra, sintió ganas de ir a buscarlo pero no se atrevió a salir de la habitación y en su lugar sólo apagó la luz antes de deslizarse bajo las sábanas de su cama.
Su mirada fue hasta la puerta en espera de que se abriera pero no lo hizo, se cubrió de pies a cabeza y abrazo la almohada a su lado manteniendo sus ojos cerrados con fuerza, se sentía tan estúpido ahora por aquella escena de celos que no tenía derecho a hacer pero no podía evitarlo, odiaba que alguien más se acercara a él y por eso reaccionaba así.
-¿Estas llorando?-pregunto en un susurro.
Una sonrisa estúpida y un agradable calor se instalaron en su rostro por lo cual se obligó a mantenerse oculto bajo las mantas abrazando aún con más fuerza aquella almohada.
-Claro que no-respondió en voz baja.
-Pensé que sí por como estas envuelto en las mantas-dijo como sí nada.
-Yo pensé que te ibas a tú habitación porque yo era insoportable-murmuro fingiendo seguir molesto.
-La cama es estúpidamente grande y odio eso, además siempre dormimos juntos.
-Tienes razón.
-¿Me dejas entrar?
-Sí-susurro apenas aflojando su agarré que mantenía sobre las mantas.
Sintió como las mantas se removían un poco antes de que aquel calor familiar lo rodeara haciéndolo recordar lo cansado que se sentía, los brazos ajenos rodearon su cintura pegando su pecho a su espalda acariciando su nuca con su suave respiración.
-Buenas noches-susurro antes de besar suavemente su cabello.
-Buenas noches-bostezo antes de cerrar sus ojos y dejarse vencer por el cansancio.
La suave respiración ajena le hizo saber que el chico en sus brazos estaba profundamente dormido, acaricio con sus labios pero sobre todo con mucha delicadeza la nuca del hermoso hombre que dormía en su brazos siendo interrumpido por el molesto tono de llamada del celular del mayor, se movió con mucho cuidado para poder responder el celular ajeno y cesar el odioso ruido.
Miro el nombre del contacto y frunció el ceño antes de remplazar esa mueca con una sonrisa maliciosa, corto la llamada y apagó el teléfono para luego ponerlo de vuelta en su sitio, no iba a dejar que arruinara todo, se dijo a sí mismo mientras se acomodaba mejor en la cama volviendo a abrazar al mayor disponiéndose a dormir.
Cuando la luz se filtro por las cortinas se tuvo que obligar a abrir los ojos encontrándose con el hermoso rostro dormido de su niño, aunque en realidad aún encontraba un tanto extraña la forma en cómo lo seguía llamando porque su niño entonces era todo menos un niño, su lacio cabello negro estaba revuelto, su apacible rostro dormido lo hacía ver realmente perfecto, su pecho desnudo y firme ya no era el de un pequeño, era más alto que él a pesar de ser más joven, sus brazos fuertes seguían aferrando a su cuerpo en un abrazo posesivo el cual no tenía deseos de romper.
Sonrió cariñosamente acurrucándose más entre los brazos ajenos depositado un suave beso en el pecho de su niño, la luz de sus ojos, su pequeño Sehun, su amado hermanito menor.
-Tú forma de decir buenos días es rara Xiao Lu-hablo sin abrir los ojos.
-¿Te molesta?-pregunto sin dejar de sonreír.
-No, estoy acostumbrado a que seas muy cariñoso-aseguro abriendo finalmente los ojos.
-Eres mi hermano pequeño, obviamente me comportare cariñoso con mi niño-aseguro con una sonrisa.
-¿Tú niño?, te recuerdo que el único que parece un niño aquí eres tú hyung-recalcó con algo de burla lo último haciendo reír al chico a su lado.
-Dejemos esto por ahora o seguramente terminaremos peleando y tenemos un vuelo que tomar en un par de horas-le recordó tratando de levantarse.
-Aún es temprano sigamos durmiendo-pidió de forma infantil apretando un poco más el agarré sobre el cuerpo ajeno.
-Nada de eso, son como diez horas de viaje y entre más rápido mejor-dijo apartando las manos del menor de su cuerpo para levantarse.
-Bien-acepto de mala gana.
-¿Recuérdame por qué reservamos dos habitaciones sí dormimos juntos todo el tiempo?-pregunto mientras se acercaba al armario.
-Mmm…porque quién hizo la reservación fue el asistente del productor de la película y no tú, aún no puedo creer que te dejaran traerme.
-Sólo digamos que tal vez pude hacer algunas amenazas para que me dejaran traer a mi niño-comentó con fingida inocencia.
-Deja eso de tú niño, ya no soy un niño y tal vez deberías entrar al baño cuando yo este duchándome para terminar de convencerte-una sonrisa traviesa se dibujo en sus labios dejando en shock a Luhan durante unos minutos.
-¡Oh Sehun!-casi grito con las mejillas cubiertas de un intenso color rojo que hizo rodar a Sehun sobre la cama debido a la risa.
-Tranquilo, no te enojes Xiao Lu-pidió acercándose a él para revólver su suave cabello negro igual al suyo-Iré por mis maletas para irnos cuanto antes-Luhan asintió aún sonrojado viendo cómo salía de la habitación.
Suspiro pesadamente antes de continuar ordenando su equipaje para poder salir del hotel rumbo al aeropuerto, era muy temprano aún pero tenían que regresar cuanto antes a casa, mientras terminaba de acomodar todo dentro de su mochila encontró su cámara fotográfica, la saco con cuidado observándola de cerca sintiendo remordimiento al recordar la razón por la cual llevaba esa cámara con él.
-Ya estoy listo para irnos-anuncio el más alto entrando a la habitación con sus maletas listas-¿Luhan?-volvió a llamarlo para sacarlo de sus pensamientos.
-Lo lamento.
-Da igual, ya estoy listo podemos...
-No Hunnie yo...es sólo que ahora que veo la cámara acabó de recordar que yo te pedí que me acompañaras aquí, a Dubái, para unas vacaciones en las que se supone que íbamos a descansar y a divertirnos pero yo me pase el tiempo trabajando en la película y te dejaba solo aquí en el hotel, lo siento tanto Hunnie.
-Xiao Lu no digas tonterías, yo no vine aquí porque quisiera salir ni nada parecido, yo vine porque quería acompañarte, vine por ti, además si me quedaba en casa seguramente hubiera sido igual o peor-aseguro con una sonrisa.
-Pero eran tus vacaciones se suponía que debías divertirte y salir, dijiste que querías ir a Japón.
-Xiao Lu, está bien además sí yo no hubiera querido venir no vengo y ya, es cierto que quería ir a Japón pero quería que fueras conmigo, lo que yo quería realmente era pasar todas mis vacaciones contigo Xiao Lu por eso no estoy molesto y no debes sentirte mal-aseguro.
-Eres tan lindo Hunnie-afirmó abrazándolo con fuerza, adoraba a su hermano, lo amaba con todo su corazón.
-Lo sé, deberías apreciarme más-aconsejo recibiendo un débil golpe como respuesta por parte de su hermano mayor.
-No me hagas enojar-advirtió a manera de broma.
-Bien, bien, sólo termina de preparar tú equipaje para irnos y no te olvides de llamar a Donghae hyung para que vaya a buscarnos al aeropuerto antes de que tus fans aparezcan y no desnuden o descuarticen para poder alcanzarse-fingió sentir escalofríos haciendo reír al mayor.
-Mis fans son agradables-afirmó.
-Sí, claro-bufo-Sí te digo todo esto es porque aún recuerdo la última vez que salimos y lo olvidaste llamar a Donghae hyung, ellas están locas y casi nos arrancan las extremidades-Luhan no pudo evitar reír al recordar aquello-No te rías.
-Lo siento, prometo que llamara a Donghae hyung.
-Muy bien y ya que dejaste de alabar a tus fans y apresúrate o se nos hará tarde y debes desayunar antes de abordar el avión.
-Sí papá-respondió poniendo los ojos en blanco.
-Muy bien, ¿listo?
-Listo-respondió sonriente tomando su mochila y su maleta para finalmente salir de la habitación e irse por fin rumbo al aeropuerto.