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El chico que hablaba con las estrellas. por DNA

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Notas del capitulo:

Ultimo cap de hoy ^u^

Luego de una larga y exhaustiva jornada de 20 horas sin parar, finalmente y luego de que todos lo obligaran se dejó caer sobre aquella incómoda silla pero era lo único que tenía y tuvo que conformarse, un par de manos se colocaron sobre sus tensos hombros dando un reconfortante masaje que agradeció con una suave sonrisa.

-Deberías dejar de sobre exigirte-lo regañó el rubio.

-Ya sé pero tengo que esforzarme mucho para terminar rápido y poder dedicarle a Sehun el tiempo que merece-explicó sintiendo como la tensión de sus músculos se iba gracias a las hábiles manos ajenas.

-Tu hermano menor no estará feliz sí te enfermas y yo también me preocupare por ti hyung-afirmó.

-¿Te preocuparas?-le preguntó divertido.

-Claro que sí-afirmó con un puchero-Eres mi hyung favorito y me asustare sí algo malo te pasa-murmuró un poco afligido.

-Lo sé, era una broma, no te pongas triste mi ángel-pidió echando su cabeza hacia atrás para ver como una sonrisa aparecía en el rostro de su pequeño ángel.

-Nunca he entendido esa manía por decirme de esa forma pero está bien e igual promete que te cuidaras más-pidió.

-Está bien-respondió con una sonrisa.

-Que bueno, porque sería muy malo que enfermeras, estaría muy angustiado y Sehun ya de por sí parece odiarme lo suficiente como para que me culpe a mí porque te enfermes-dijo con una mueca.

-Sehun es especial y lo sabes, él no te odia-afirmó.

-Oh, pues díselo a él-bufó.

-Se que en el fondo le agradas-aseguró.

-Sí pero muy, muy, muy en el fondo-dijo dejando salir una suave risita.

El mayor también rió, alguien llamó a la puerta y luego de que el mayor de los dos gruñera a forma de respuesta la puerta se abrió dejando pasar a un hombre castaño mayor que ambos.

-¿Mal día?-preguntó el recién llegado al ver como el rubio le daba un masaje.

-No malo, agitado tal vez-respondió dándole una sonrisa-¿Cómo te fue?-preguntó.

-Bueno por dónde empezar-resoplo irritado, él miró a su ángel que rápidamente asintió dejando su masaje de lado para sentarse en otra silla cercana a la suya.

-¿Qué hizo?-preguntó cansado.

-Primero que nada creo que casi provocó un incendió, cuando llegué la cocina era un caos-comenzó.

-¡¿Qué?!-alzó la voz poniéndose de pie bruscamente volcando la silla con esa acción-¡Sehun sabe que no puede entrar a la cocina, se lo he repetido mil veces!

-Bueno pues aparentemente necesita que se lo digas una vez más, además, cuando llegué no estaba y no regresó hasta la tarde-informó.

-¡¿Por qué diablos Sehun no puede sólo escucharme?!-estaba muy enojado, tanto que no pudo calmarse ni cuando su dulce ángel tomó su mano.

-No eres el único al cual Sehun no escucha, se enojó cuando le recordé que no podía entrar a la cocina y mucho menos salir, se enojó cuando le entregué el paquete y se enojó más cuando le dije que no irías, me dijo que ya sabía que ibas a dejarlo porque preferías pasar tiempo con...-pausó mirando al rubio.

-¿Conmigo?-se señaló a sí mismo.

-Sí, contigo.

-¡¿Esta estúpido o qué?!-fue turno del rubio de enfurecer-¡Su hermano mayor se está esforzando por terminar rápido con esto para dedicarle cada segundo de su tiempo y el imbécil nunca se lo reconoce además de pasársela diciendo estupideces, ¿cuál es su maldito problema?!-soltó furioso.

-Hey, tranquilo pequeño tú no puedes alterarte-le recordó acunando su rostro para hacerlo calmarse.

-Pero me enoja mucho que Sehun sea así contigo-murmuró con el ceño fruncido.

-Ya sé pero...debe sentirse solo desde que yo deje que lo recluyeran ahí totalmente aislado de todos-susurró arrepentido.

-Esto es por su bien, no había otra forma-dijo el mayor tratando de consolarlo.

-Lo sé-suspiró-Gracias por todo hyung, haré lo que pueda para ir hacerme de un espacio para poder ir y hablar seriamente con él-prometió.

-Bien, los dejó entonces, hasta luego chicos-se despidió.

-Adiós-respondió el rubio y luego de que la puerta se cerrará volvió a mirarlo solo a él.

-¿Qué voy a hacer con Sehun?-se preguntó más a sí mismo que al rubio.

-Tranquilo, tú te esfuerzas mucho, Sehun seguramente pronto se dará cuenta de ello y dejara de darte problemas-aseguró y de verdad esperaba que las palabras de su ángel se cumplieran.

-Eso espero-suspiró agobiado.

-Siempre puedo ir a hablar con él si me lo pides-le recordó.

-No, gracias pero no, no quiero que Sehun te haga pasar por un momento desagradable por mi culpa-el menor le sonrió estando de acuerdo con él, tomó su mano para llevarlo de regresó a la silla obligándolo a sentarse para volver a su antiguo trabajo, una sonrisa se dibujó en sus labios a medida que se iba relajando más con ayuda de las manos de su ángel, no sabía que sería de su vida sin ese angelical y bello chico.

*****

Lo primero de lo que se percató al entrar de vuelta a la casa fue que la cocina había sido limpiada luego de que ambos hubieran tratado de cocinar, no comentó nada al respecto dejando simplemente que Sehun lo guiará al lugar donde estaba aquello que quería mostrarle tan de repente, atravesaron el largo comedor, la sala de estar siguiendo hasta encontrarse subiendo por las escaleras hasta la segunda planta donde siguieron por el pasillo que llevaba al alá izquierda de la mansión, un largo pasillo con muchas puertas era lo único que había pero no entraron a ninguna habitación y únicamente siguieron hasta llegar al final del pasillo.

Luhan no comprendía eso pero no dijo nada y permaneció en silencio, Sehun soltó su mano por primera vez luego de que habían salido de la bodega, caminó hasta la puerta en el costado derecho y entró para salir segundos después cargando una silla que puso frente a él.

Lo vio subir a ella y sólo entonces cuando Sehun tomó y tiró de aquella cadena fue que Luhan la notó, la cadena abrió una pequeña entrada que liberó unas escaleras de madera.

Cuando Sehun abrió por completo aquella secreta entrada y se aseguro que está no iba a cerrarse sorpresivamente, hizo la silla a un lado y volvió a mirar a Luhan.

-Sígueme-indicó subiendo primero por las escaleras de madera hasta desaparecer por aquella entrada.

Luhan lo pensó durante varios minutos antes de finalmente decidirse a subir y seguir al peli plata, la luz, de lo que suponía era el ático de aquella mansión, lo cegó momentáneamente, abrió los ojos despacio parpadeando repetidas veces hasta que pudo ver bien y lo primero que vio fueron estrellas.

Había estrellas por toda la pared frente a él, no eran estrellas reales claro pero frente a él había un mural de un perfecto y hermoso cielo nocturno.

-Wow-fue lo único que pudo decir cuando entró por completó a ese lugar.

Sus ojos lo recorrieron por completo mirando maravillado las cuatro paredes cubiertas de lo mismo, un perfecto cielo nocturno con algunas nubes por aquí y por allá siendo un perfecto complemento para las miles de estrellas, había incluso estrellas fugases, escuchó a Sehun cerrar nuevamente la puerta pero estaba muy ocupado mirando aquella preciosa obra de arte.

-¿Listo para una sorpresa más?-le preguntó Sehun y él lo miró incrédulo, no podía haber nada más sorprendente.

Sehun le sonrió listo para probarle lo contrario, camino hasta la pared para poder apagar la luz y cuando lo hizo Luhan quedó aún más maravillado.

-Imposible-dijo sorprendido.

Todas y cada una de las estrellas en la pared estaban brillando dentro de aquella habitación, Luhan nuevamente miró a todos lados como un niño que veía algo por primera vez algo, miro al techo y sus ojos se ampliaron más, ahí estaba la Luna brillando igual que todas las estrellas, eso era mágico, algo simplemente maravilloso.

-¡Esto es hermoso!-exclamó maravillado.

-Lo sé-habló Sehun.

-¿Cómo hiciste esto?-preguntó mirando a todos lados con emoción.

-Esto fue un obsequio de mi madre, ella lo hizo para mí antes de morir-explicó.

-Es maravilloso, me gustaría poder tener un lugar así-aseguró.

-Este es mi refugio mi pequeña estrella y ahora también el tuyo, sí algo está mal y yo no puedo estar a tu lado tú podrás venir aquí para estar seguro, nadie te encontrará porque sólo tú y yo sabemos de esto-explicó el peli plata.

-Tú... ¿de verdad quieres compartir esto conmigo?-preguntó sorprendido y confuso.

-Sí-asintió.

Luhan se sonrojó y su corazón nuevamente enloquecido cuando él le sonrió, se veía simplemente impresionante con esa hermosa sonrisa y rodeado por las brillantes estrellas que iluminaban la oscuridad de aquella habitación.

-Y-yo...

-Promételo, prométeme que siempre que algo vaya mal vendrás aquí-pidió.

-Pero...esto es algo importante...tu mamá...

-Por favor-suplicó.

-B-bien-aceptó finalmente.

-Esa es mi pequeña estrella-dijo ampliando su sonrisa.

-¿Po-por qué me dices así?-preguntó tímidamente.

-Porque lo eres-afirmó.

-Pero...

-No te explicare porque lo hago, no ahora pero ten por seguro que te lo diré-prometió.

-Está bien-murmuró.

Sehun encendió entonces la luz y aunque la habitación seguía siendo algo impresionante había perdido la magia, Luhan miró a Sehun nervioso, quería que la luz se fuera para que las estrellas brillaran pero se moría de miedo de pedirlo, su mirada se clavó en el suelo, Sehun le había dicho que si quería algo podía pedírselo pero no se atrevía.

-Se-Sehun-tartamudeó sin dejar de mirar el suelo.

-¿Qué pasa?-le preguntó él.

-L-la luz tú...tú podrías...-no se atrevía.

-¿La apagó?-término su oración con su pregunta.

-S-sí...bueno no…si tú no…no quieres no…no tienes que...-la luz se fue y las estrellas volvieron a brillar.

Alzó la mirada muy sorprendido recibiendo una sonrisa de parte de Sehun, no podía creer que él hubiese hecho algo que él quería así nada más, Luhan ni siquiera podía recordar la última vez que eso había sucedido.

-¿Así está bien?

-Gra-gracias-susurró.

-Recuerda que siempre podrás pedirme lo que quieras y yo voy a hacerlo para ti-le recordó aquella promesa que le había hecho.

Luhan asintió rápidamente para luego comenzar a recorrer la habitación con la mirada, caminó a una de las paredes poniendo sobre una de las estrellas su mano viendo con mucha atención la brillante luz, esa habitación era como un sueño, la recorrió atentamente notando entonces que los únicos muebles que ahí había eran un gran colchón en el suelo, una pequeña mesita estaba frente a él con algo que no distinguía bien sobre ella y hasta el fondo en la esquina derecha de la habitación había una pequeña cajonera, era todo.

-Podemos dormir aquí si tú quieres-propuso el peli plata.

-¿De verdad?-preguntó dudoso.

-Claro-asintió él.

-Quiero...sí quiero-susurró.

-Bien y como todavía falta mucho para que sea de noche vayamos a conseguir algo para comer y podemos jugar video juegos-sugirió.

-Yo...no sé jugar-murmuró.

-Yo te enseñó Luhan, yo siempre voy a enseñarte todo lo que tú no sepas-aseguró y Luhan asintió a lo dicho por él.

-Bien hay que bajar-dijo.

-Y...la luz de las...

-Ven aquí-pidió llamándolo con su mano-Las estrellas dejan de brillar cuando sale el sol-dijo, Luhan no entendió hasta que lo vio presionar otro botón donde estaba el interruptor, escuchó un extraño ruido y miró a todos lados buscando la fuente hasta que los rayos del sol comenzaron a entrar por el techo apagando el brillo de las estrellas, miró hacia arriba donde había un tragaluz de cristal que era por donde la luz del sol entraba.

-Sorprendente-murmuró.

-Luhan vamos-llamó Sehun, Luhan asintió y sé apresuró a ir junto a él.

Todo volvió desaparecer como si no existiera cuando ambos estuvieron fuera de aquella habitación y la puerta secreta fue cerrada una vez más, Sehun no le dijo nada antes de tomar su mano y arrastrarlo a una de las habitaciones cercanas.

Lo hizo entrar a aquella habitación equipada con una impresionante pantalla de plasma, equipo de sonido, la consola de Sehun y frente a la pantalla un sofá en L para que pudieran sentarse, realmente era lo más moderno que había visto en esa mansión llena de muebles viejos.

-Preparare todo, tú mientras ponte cómodo-pidió.

-¿Y la cena?-preguntó en voz baja.

-Es verdad-Luhan lo vio quedarse pensando hasta que asintió-Pediré una pizza ya que es obvio que somos un peligro mortal tratando de cocinar-dijo riendo un poco.

Luhan asintió viendo como él se marchaba para buscar el teléfono, miró un momento la puerta por donde se había marchado hasta que finalmente se animó a tomar asiento en el enorme sofá, estar solo en lugares que no conocía siempre lo ponían muy nervioso acerca de cómo debía actuar y esa ocasión no era la excepción, un ruido lo asustó hasta que lo reconoció como el tono de su celular que hasta ese momento recordaba que llevaba con él, lo sacó del bolsillo delantero de sus pantalones y luego de acomodarse las gafas miró la pantalla.

Mala idea.

"El gran Kris le da una paliza al chico basura", ese era el nombre del video que acaban de compartir en el blog de la escuela, no lo vio, él nunca veía eso y comenzó a prepararse mentalmente porque Luhan sabía que eso no era lo peor, lo peor era lo que siempre le enviaban después.

«Ni defenderte solo puedes jajajajaja»

«Te lo mereces fenómeno»

«Debió golpearte más haber si con eso desapareces»

«No deberían dejar que tú estés en nuestra escuela»

« ¿Por qué no te largas?, maldito desviado»

«Das asco»

«Personas como tú no deberían existir»

«Vete ya ratito»

«Nadie te quiere»

«Haznos un favor y muérete ya»

Luhan sintió las lágrimas picar en sus ojos, se quitó las gafas dejando que las calientes lágrimas fluyeran mientras el incesante sonido del aviso de los nuevos mensajes llegando uno tras otro lo atormentaban, ¿por qué no podían dejarlo en paz?, ya ni siquiera recordaba cuantas veces había cambiado su número para que dejaran de acosarlo pero siempre lo conseguían continuando con aquella horrible tortura.

«Todo sería mejor sí te murieras»

«Le harías un favor a todos si te matas»

«Suicídate ya»

«Nunca debiste haber nacido»

«Si tú madre supiera lo asqueroso que eres seguramente te hubiese abortado»

Alejó su celular cuando ya no fue capaz de seguir leyendo, las lágrimas no querían parar, metió las manos en los bolsillos de su sudadera como sí eso pudiese ayudar en algo y entonces una de sus manos alcanzó algo familiar.

Su navaja lo saludó cuando la sacó de su bolsillo, lo pensó varios minutos antes de considerar aquello, su celular no dejaba de sonar y luego de darle una mirada finalmente la abrió viendo brillar la delgada hoja de acero inoxidable.

Descubrió su brazo izquierdo donde varias cicatrices marcaban su piel, unas viejas y otras tantas más recientes, su mano temblaba cuando la filosa hoja tocó su piel dejando a su pasó un pequeño hilo de sangre comenzaba a emanar haciéndose más grande con cada milímetro que la navaja avanzaba sobre su blanca piel.

-¡LUHAN NO!-gritó Sehun.

Luhan alejó la navaja de su piel de golpe para poder mirarlo, su expresión era de horror y antes de que pudiese pensar en algo que decirle él llegó a su lado y le arrebató la navaja arrojándola lejos para luego tomar su mano herida.

-¡¿Por qué Luhan?!-preguntó asustado y molesto a la vez.

-Yo...yo...-no podía hablar tan sólo lloraba.

-¡Prometiste que ya no ibas a hacerlo!

-¡No puedo evitarlo...no me gusta Sehun, odio lastimarme pero entonces...entonces todos me lastiman y duele aún más que lo físico y...y sólo así deja de doler lo demás!

-¡Te estás haciendo daño, date cuenta maldición!

-¡No sé cómo parar, no puedo, lo intentó pero...ellos...todos dicen que estaría mejor muerto y...y...tal vez tienen razón!

-No los escuches Luhan-suplicó llorando, ¿lloraba por él, en verdad Sehun lloraba por él?-Esa gente, no, esos monstruos no tienen razón, no los escuches, no los mires, mírame y escúchame sólo a mí, yo jamás te haría daño mi pequeña estrella-prometió.

-¿Estas llorando...por mí?-preguntó incrédulo.

-No quiero que nada te pase Luhan y necesito que entiendas que yo estoy aquí para ti-Luhan parecía tan perdido que le rompía el corazón-Ahora me tienen a mí, si lloras yo limpiare tus lágrimas, si ríes yo compartiré tu alegría, si gritas yo voy a escucharte, si sonríes yo lo haré contigo, si tienes miedo yo haré que se vaya, yo siempre voy a estar ahí para ti-aseguró.

-¡¿POR QUÉ?!-gritó confundido, no podía ser tan bueno, eso no le pasaba a él-¡No me conoces, es la primera vez que estamos juntos, ¿por qué estas tan obsesionado con querer protegerme?!

-No puedo decirte pero...voy a ser tu guardián, tú no me conoces pero yo a ti sí, confía en mí-pidió, no de hecho él estaba rogándole aquello.

Nadie lo haría, Sehun era alguien muy extraño, todo lo que hacía o decía tan sólo provocaba que hubiera más preguntas que respuestas pero él estaba desesperado, querían dejar de correr, querían dejar de estar solo, quería alguien que le ofreciera todo lo que Sehun le ofrecía, Luhan quería a Sehun a su lado aunque eso lo pusiera en riesgo.

-Yo confío...confío en ti-respondió.

Sehun sonrió antes de envolverlo en sus brazos, su lugar seguro, su refugio, su escudo, el celular seguía sonando pero ya no importaba, estaba a salvo porque su guardián estaba protegiéndolo.

Notas finales:

Espero que los capítulos de hoy les hayan gustado, dejen sus Rw si fue así o si tienen una duda o si hay alguna amenaza contra mi persona jajajajaja ok no, muchas gracias por leer, hasta la próxima bye bye OuO


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