¿No crees que fue un poco egoísta dejarla sola?
La cálida voz de aquella persona a su lado lo hizo girarse.
No. Sé que estará mejor con ellos…
Donghae sonrió ligeramente y tomó su mano, apretándola ligeramente mientras volvía su vista a donde el castaño miraba. El día era lluvioso y frío, típico de un día de otoño en Seoul.
Grandes sombrillas de color negro se abrían sobre los cuerpos de aquellas personas, cubriéndolos de las finas gotas de lluvia que caían sin parar.
Ambos amantes caminaron silenciosamente por aquél cementerio tomados de las manos. Nadie podía verlos… ya no más. Un grupo de personas se encontraba reunido frente a un féretro de color negro. Era un funeral… su funeral.
Donghae suspiró. Recordando como hacía 7 años había visto a su esposo llorar amargamente sobre aquél ataúd, quería correr hasta él y decirle que lo amaba y que estaba allí con él pero no podía verlo ni escucharlo, nadie podía.
Cada uno de los miembros del que alguna vez fue el grupo más poderoso de todo el Hallyu se encontraban allí; SungMin, quien al igual que Henry y Zhou Mi había viajado desde Estados Unidos para su funeral, caminó lentamente hasta el frente del ataúd, depositando cuidadosamente una rosa blanca sobre él.
Los sollozos de Leeteuk se podían escuchar por sobre todas las personas mientras Kangin lo abrazaba, intentando consolarlo. Una pérdida más se había sumado a ellos…
{#}
Kangin había irrumpido escandalosamente en el apartamento de Eunhyuk cuando él y Leeteuk habían descubierto los papeles que Seoyeong llevaba en su pequeña mochila.
Un grito ahogado salió de los labios de Leeteuk al divisarlo sobre el piso de la sala.
-¡EunHyuk! –Gritó Kangin mientras levantaba su flácido cuerpo del suelo, golpeándole las mejillas en un intento de despertarlo.
-¡Imbécil despierta!, ¡Despierta por Dios!, ¡EunHyuk tienes una hija, despierta maldita sea! –Gritaba Kangin con desesperación mientras las lágrimas ya corrían por su rostro.
La ambulancia ya estaba en camino y Seoyeong y Luna se encontraban en casa de Ryeowook.
-Kangin… -Susurró Leeteuk con voz ahogada al notar el sobre amarillo en la mesa de junto.
Allí fue cuando todo tuvo sentido. EunHyuk había planeado perfectamente el quitarse la vida, no había sido un simple accidente como su mente intentaba que creyeran, todo estaba planeado.
Peinó todo el lugar con la vista encontrándose con unas cuantas píldoras regadas por el suelo y una botella de vodka cerca del cuerpo de Eunhyuk.
-Maldito seas EunHyuk… - Gritó el líder al terminar de leer la ‘nota suicida’ del menor y arrojándola contra uno de los muebles de allí.
Los paramédicos entraron rápidamente mientras ellos dos lloraban amargamente sobre el otro. Aún quedaba un poco de esperanza en sus corazones al ver como aquellos expertos hombres trabajaban sobre su amigo pero… todo se esfumó al notar como uno de ellos detenía las acciones de los demás mientras negaba con la cabeza.
-Lo siento mucho pero… ya no hay nada que hacer… -
Aquellas palabras abrieron la herida que a pesar de haber pasado 7 años aún no se había borrado por completo. Un miembro más había muerto…
A pesar de los gritos y lágrimas del líder habían cubierto su cuerpo lentamente con una sábana blanca, esperando la llegada de la policía.
{~}
Leeteuk había llamado a cada uno de los miembros para comunicarles la trágica noticia. SungMin, Zhou Mi y Henry habían tomado el vuelo más rápido hacia Seoul al igual que Shindong mientras que los demás miembros conducían desde sus casas hasta el hospital donde se encontraba el cuerpo de EunHyuk.
La sensación fue exactamente la misma que hacía 7 años. Uno a uno fue llegando a aquella sala funeraria dentro del hospital. Ryeowook se había encargado de explicarle la situación a la pequeña hija de la pareja pescado.
Kangin la apretó entre sus brazos cuando cruzó la puerta de aquél triste lugar.
-EunHyuk appa se encuentra ahora con Donghae cariño –
-¿En el cielo? –Preguntó inocentemente.
Kangin sonrió tristemente.
-Si… en el cielo. –
{#}
Ella es preciosa…
EunHyuk sonrió mientras asentía. Kangin, Siwon, Yesung y Kyuhyun se acercaron sin pensarlo demasiado; se miraron unos momentos con los ojos llorosos y levantaron el ataúd sobre sus hombros, llevándolo hasta donde debía ser enterrado… junto a Donghae.
Lamento haber hecho que tomaras esa decisión…
Eunhyuk volvió su mirada hasta el otro. ¿Se estaba disculpando?.
No es tu culpa. Simplemente no podía vivir un día más sin ti.
Donghae sonrió y se acercó su rostro hasta el de él. Podía sentir su respiración sobre su rostro; a pesar de ser dos simples almas vagando por el mundo terrenal aún podían sentirse el uno al otro… ahora todo era como antes. Sus labios se juntaron en un tierno y dulce beso, expresándose cuanto se habían extrañado.
Al separarse notaron como su hija caminaba hacia ellos lentamente. Ambos sonrieron. Donghae se arrodilló y llevó uno de sus dedos hacia sus labios, dándole a entender que no hablara. ¿Quién diría que los niños pueden ver a los muertos?
-¡Seoyeong! –Gritó Heechul mientras corría hasta la niña, atrapándola antes de poder llegar hacia sus padres.
Siempre estaremos contigo Seoyeong…
La pequeña sonrió al escuchar las palabras de EunHyuk. Donghae rió al mirar la cara de Heechul al ver a la pequeña sonreírle a la nada.
Se buena con Leeteuk y Kangin Hyung. Ellos van a cuidarse a partir de ahora…
Seoyeong volvió a asentir pero esta vez hacia Donghae y fue literalmente arrastrada por Heechul de vuelta al funeral.
…hasta que nos volvamos a encontrar.
Ambos se tomaron de la mano y caminaron lentamente hasta perderse en el horizonte. Jamás dejarán de pensar en ella ni un solo minuto; siempre estarán allí, velando el que sería su destino en el mundo de los vivos porque después de todo solo había que esperar ya que… tendrían una eternidad para estar juntos.