Las semanas habían pasado y las cosas seguían un poco igual de tensas. Dentro del palacio, en uno de los jardines internos, se encontraban los tres Dragon Slayers, era medio día y como era ya costumbre a esas horas salían a tomar algo de aire, el joven príncipe había considerado un poco el estado emocional de los tres chicos al estar encerrados todo el tiempo, así que decidió sacar a estos en uno de los jardines privados. Era un poco pequeño pero era suficiente como para que los chicos respiraran algo; era un área circular, hecha de tierra donde brotaba el pasto entre otras especies de flores, además de estar rodeado por enormes murallas de piedra, privándoles del horizonte, solo el cielo era alcanzable a la vista de ellos.
-Gajeel-san… mira…- Dijo la joven que sostenía una corona hecha de flores blancas, las cuales enlazo.
-Si- Dijo cortante el hombre, para después sentir aquella mirada fija en el - ¿Qué sucede?- Pero la chica no hacia mas que mirarle como si pidiera algo con la mirada – No me digas que… quieres que use eso…- Dijo y la chica sonrió, Gajeel solo suspiro inclinando la cabeza donde la chica deposito su creación
-Se te ve genial- Rio la niña
-Sí, pero sabes no creo que sea un buen momento para estar haciendo estas cosas, Wendy- Dijo el pelinegro a o que la chica bajo la mirada
-Lo siento…-
-Tranquilo Gajeel- Dijo el peli rosa que se encontraba sentado mirando el cielo – Tienes razón en eso, pero Wendy solo quiere animarnos un poco. No le veo lo malo, después de todo distraerse un rato es buena idea- Volteo y sonrió a los chicos
-Natsu-san- Pronuncio la peli azul en una sonrisa, y sin decir nada tomo la gran mano del moreno a su lado y la jalo hasta estar con él peli rosa, donde hizo lo mismo que con el pelinegro –Juguemos- Añadió, los chicos se le quedaron mirando dudosos
-¿Que se supone que haremos?- Pregunto el pelinegro
-Toma la mano de Natsu Gajeel, hagamos un circulo- Explico la chica, una vez estando el circulo comenzaron a dar vueltas y vueltas, era divertido; podría verse un ambiente de “mejores amigos” – Ahora corran- Dijo la chica soltando el agarre y corriendo
-¿Eh?- Expulsaron los dos chicos
-¿Quién será el dragón?- Dijo la chica, ambos jóvenes se miraron
-Seré yo- Dijo Gajeel intentando atacar a Natsu quien tomo distancia
-Entonces yo y Wendy seremos los Mata dragones- Dijo Natsu divertido
-Veremos de que son capaces- Dijo el joven impetuoso
-Rugido del dragón del cielo- Dijo la chica expulsando aire de su boca, no tenían el poder, pero fingían tenerlo, usaban su imaginación para olvidar por un momento su desdicha.
Pasaron unas horas hasta que los tres se encontraban recostados en el pasto mirando las nubes.
-A que fue divertido- Sonrió la peli azul, seguida de las risas de sus compañeros. Pronto la gran puerta que les encerraba se abrió, entrando cinco guardias.
-Es hora de regresar a su habitación- Dijo uno de los guardias, sin más los tres fueron escoltados hasta aquel oscuro calabozo, mas el peli rosa fue el único que se le ordeno permanecer en el jardín
-¿Por qué soy el único que se queda?- Se quejo haciendo una mueca
-Es orden del joven príncipe- Respondió uno, escuchar aquello solo le hacia un frio recorrerle
-¿Qué es lo que “su majestad” desea?- Dijo y antes de que estos le contestaran, el mencionado apareció
-Dejadme a solas – Ordeno el peli azul y en menos de un instante se encontraban solos
-¿Que sucede?- Inicio Natsu, pero el hombre no respondió, más bien comenzó a caminar hasta estar frente de él.
-Salamandra…- Pronuncio sin despegar sus ojos de aquellos que le miraban con temor
-Deja de actuar así- Evadió Natsu - ¿Qué es lo que realmente quieres? ¿Por qué estoy aquí?- Pidió
-Je, que no es lo mas obvio- Rio, rápidamente había cambado a aquella actitud tan arrogante que poseía. Rodeando el cuerpo del peli rosa, enredándolo en sus brazos, atrayéndolo hacia él.
-P... ¿Pero qué pretendes?- Reprocho intentando inútilmente zafarse del agarre.
-Te lo dije antes ¿no? … - Dijo paseando sus dedos por la rosa cabellera
-¡Deja de jugar Jellal!- Gruño
-No estoy jugando, Natsu- Dijo para tomar el mentón del chico y obligarle a verle, permanecieron sus miradas en constante lucha, hasta que el peli azul acerco sus fríos labios a los cálidos del chico, quien intentaba romper aquel beso, mas todos sus intentos fueron inútiles. Jellal besaba con pasión indescriptible, besaba y mordisqueaba los labios del menor con pasión desmedida, se sentía más bien como un beso desesperado, Natsu se negaba a corresponderle, pero su voluntad se vino a bajo ante la insistencia del príncipe, dejándole entrar a su boca; mas maldijo haberle permitido aquello al sentir como el joven le arrebataba el aliento. Jellal le beso hasta hartarse, liberando al chico del martirio que le imponía. Cayendo el menor de rodillas, con la respiración agitada y su voluntad afligida.
-….P..Porque….- Decía jadeante de aire Natsu, sin poder reprimir su propio llanto, sus ojos humedecieron al instante que sus mejillas habían enrojecido y sus sentimientos hechos una revolución. El príncipe se inclino hasta estar a su altura, tomando aquel rostro entre sus manos, sonrió al mirar el rostro del muchacho.
-No llores Natsu- Dijo a la vez que retiraba las lagrimas del chico con su lengua – Je, tu agonía tiene un sabor dulce-
-Eres… eres un maldito sádico- Exclamo
-Jejeje comprendo, ¿te he robado tu primer beso?- Dedujo entre risas, a lo que el chico solo se sonrojo y desvió la mirada de aquellos ojos que le miraban divertidos –Esa actitud tuya…ahora estoy más seguro en poseerte- Se relamió los labios.
-Y…yo… ¡yo no te pertenezco!- Gruño dando la cara a aquel hombre arrogante
-Eso es cuestión de tiempo, Natsu; solo tengo que doblegar tu voluntad hasta que sea completamente mía- Dijo y beso nuevamente al chico, quien se seguía resistiendo. Pasaron unas horas, donde el príncipe solo ocasionaba sufrimiento al joven dragón.
-Dime que me amas Natsu- Dijo el peli azul besando al peli rosa que se encontraba tendido boca arriba en el suelo y con el joven monarca encima suyo; una vez este se despego de aquellos labios le miro. El joven no mostraba expresión alguna, ya no le daba importancia si aquel sujeto le besaba a la fuerza, no se oponía a los retorcidos deseos que poseía el monarca.
-No puedo…- Dijo con la voz quebrada – Quieres que te ame a la fuerza…. Quieres que tenga un sentimiento hacia ti que no poseo… eres muy injusto- lloraba
-Natsu…- Susurro a la vez que pegaba su frente a la del chico –No llores… - Pidió a la vez que le besaba, aquellos labios gastados de tantos besos robados.
-¿Cómo quieres que no me ponga así, Idiota?- Exploto
-Jeje, así esta mejor- Rio, cosa que le saco de quicio al peli rosa
-¿Te da tanta gracia jugar con migo? ¡Yo también siento para tu información!- Rugió
-No…- Nego con la cabeza – lo que quiero decir… es que no me gusta mirarte llorar… la verdad es que tu sonrisa, el destello en tu mirada, tú actitud entusiasta, la calidez que desprendes con aquella seguridad… tu cálido corazón, todo eso me gusta; por eso no me gusta que llores, porque todo aquello se desvanece en cada sollozo tuyo- Acaricio las mejillas del chico que le miraba incrédulo – Lo que te pido no es que me quieras así como así, solo quiero que correspondas a mis sentimientos- Confeso
-Que arrogante- Rompió aquella escena – Quieres que te quiera a la fuerza, solo por el simple hecho de que te gusto. El hecho de que te guste a una persona no quiere decir que esta sienta lo mismo por ti-
-Que cruel- Dijo – Pero tienes razón. Admito que me gusta tu mirada, admito que amo el sonido de tu voz, admito que sueño con el suspirar de tus gemidos, admito que anhelo besar cada parte de tu ser, admito que estoy loco por ti… - Dijo, mirando lo rojo que logro poner al chico con aquella confesión, para después besar aquellos labios y después pasar al cuello del menor
-E…espera… Jellal…- Dijo el muchacho con las mejillas coloradas, tenía una extraña sensación recorrerle el cuerpo sin mencionar que sentía cosquilleo por todo el cuello a causa de las caricias que el peli azul daba.
-Di que me amas, Natsu- Pidió nuevamente el hombre
-….No…- Negó, a la vez que el sujeto dejo su labor para mirarle nuevamente – Detente… por favor….- Pidió al verle, Jellal miro aquellos ojos suplicar y se compadeció.
-Está bien… aunque, me gustaría saber si en el futuro podríamos aspirar a más-
-¿A qué te refieres?- Dijo dudoso
-Que te parece un heredero- Sonrió
-¿Qué?- ¿Era en serio, le estaba proponiendo engendrar? – Mi único hijo es Happy-
-En ese caso tengamos muchos Happys- Sonrió con una sonrisa boba
-Oi, oi, príncipe se que quieres el típico final perfecto, pero te recuerdo que soy hombre- Explico
-Jajaja eso lo sé- Sonrió – Pero aun así eres a quien amo- Natsu no sabía si reírse de las sonseadas que decía el hombre o golpearlo por su descaro –Bueno ¿a que estaban jugando?- Dijo poniéndose de pie a la vez que ayudaba a Natsu a ponerse de pie, mas este rechazo la ayuda.
-A nada-
-Jeje no seas tímido- Dijo y tomo las manos del chico y comenzó a dar vueltas junto con el – Esto era lo que hacían cierto-
-Pero como lo sabes-
-Solo digamos que mire un poco por accidente-
-claro…- Escupió como si se fuera a tragar la mentira, y después sintió que era jalado hacia el suelo, cayendo encima del peli azul que le retenía en su pecho
-Partiré…- Dijo
-¿Eh?-
-Mañana saldré del palacio, iré a una de las aéreas del batallón para planear la estrategia- Explico
-¿Porque me cuentas esto a mi?-
-Porque quería decirte mis sentimientos antes de irme… la verdad no se cuando volvre, solo pensar eso me deprime, el no poder verte- Dijo mirando el cielo
-Todo saldrá bien Jellal- Animo – No creo que pierdas ante un reino poco competente-
-Gracias Natsu- Sonrió
Pasaron todo ese rato tendidos en el suelo sintiendo la respiración y latidos del otro, Natsu no sabía porque, pero el joven lograba despertar en el sentimientos imposibles de describir, no sabía que estaba pasando exactamente en su interior, pero le aterraba.