Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Love-30 por Kitty Pasta

[Reviews - 21]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Los cuatro amigos se reúnen para entrenar antes del abierto y de paso, charlar sobre sus nuevos estados sentimentales.

Para la tarde de ese domingo, el clima ya se había calmado y la tormenta había desaparecido, dejando el cielo de un limpio color azul que invitaba a salir a pasear. Por lo tanto, el grupo se reunió a las tres ante la entrada del Asuka Valley con la intención de entrenar, jugar un poco y (fundamentalmente) conocerse mejor, hablando de aquel asunto que ya no podía ser ocultado.

Roxy había regresado al hotel inmediatamente después de desayunar, tras prometerle a Lior que sería discreto y pasaría a buscarlo por la tarde para entrenar con los demás. Habían intercambiado un nuevo y dulce beso que le dio fuerzas más tarde para enfrentarse a los reproches de Romina, no así a los de Roger porque éste tenía la conciencia sucia y no quiso indagarlo demasiado, tal y como quedó demostrado cuando bajaron al gimnasio a hacer un poco de bicicleta fija. Los dos amigos hablaron de tópicos generales sin animarse a abordar el otro asunto, el de Allen, quien al final había logrado salir de la suite sin ser visto pero que igualmente había dejado rastros de su presencia en la habitación de Roger. Roxy lo sintió en cuanto cruzó el umbral de la puerta, sin mencionar el reloj que vio en la mesita de noche y que no pertenecía al moreno, pero aún así no le preguntó nada directamente. Quizá porque su reciente confesión a Lior le había dado algo más en que pensar, y lo demás ya no era prioritario. Pero tal pensamiento se disipó en cuanto los cuatro se encontraron en el Asuka Valley, y cruzaron saludos y miradas extrañas que dejaban mucho a la imaginación.

Habían utilizado el mismo auto para pasar a buscar a los jóvenes, primero a Lior y después a Allen, quienes lucían ambos nerviosos y se sentaron en la parte de atrás sin mirarse al principio pero rompiendo el hielo al poco tiempo cuando surgió (de boca de Roxy) el tema del Magalia Open, que se acercaba velozmente con todos sus campeones en forma. Allen logró por fin apartar el pensamiento de Roger y sumergirlo en el tenis, y entonces la conversación entre todos se volvió más fluida y natural, mezclando las voces de la experiencia y de la juventud en un animado debate sobre los torneos y los grandes jugadores. La charla prosiguió mientras recorrían las hermosas instalaciones del complejo tenístico, privilegio obtenido por las gestiones de Roxy, aunque se hizo más intermitente por tener la atención repartida entre la conversación y la visita.

-Éste será el court principal del torneo, el Claude Ashley Stadium (1*)- informó Roxy a los más jóvenes, con un aire catedrático que los divirtió.- Supongo que nunca vieron un partido suyo, pero al menos reconocerán su status de campeón, ¿verdad?

-Por supuesto, ¿Qué te crees?- retrucó Lior con agudeza, mirando la amplitud de las cuatro tribunas- fue el número uno del ranking durante seis años consecutivos. Es una leyenda aquí.

-Correcto. Aquí también se jugará la final del Abierto, y hasta es posible que el propio Ashley asista a ver los juegos y le estreche la mano al campeón.

-Supongo que será muy estimulante para los jugadores magalianos, ¿no?- observó Roger refiriéndose a los cuatro tenistas locales que competían en el torneo. Allen, uno de esos cuatro, lo miró y asintió con orgullo patriótico.

-Sería genial que el trofeo se quede en casa. Anda con cuidado.

El comentario hizo reír a todos mientras bajaban la escalerita para salir del court, a ir a conocer los otros dos más grandes del complejo. Luego de impregnarse de la atmosfera del lugar y tras una prolongada charla sobre tenis, Allen y Lior estaban ya más que ansiosos por jugar un poco, de modo que Roxy los guió hacia la zona de canchas cubiertas y les abrió galantemente la puerta para que pasaran primero y dejaran sus bolsos sobre uno de los bancos, mientras él y Roger hacían lo propio en el otro.

-No sé qué piensa Roger, pero a mí antes de empezar me gustaría comprobar con mis propios ojos que tan buenos jugadores de dobles son ustedes. ¿Les parece bien? Un trabajo en equipo ayuda a evaluar también la capacidad de adaptación de un jugador en un medio que le es adverso, y como Roger no es bueno en dobles...

-Eh, un momento- protestó el moreno- yo nunca dije que no fuera bueno en dobles, solo que no es mi especialidad. Soy un jugador de individuales, eso es lo que soy.

-Por mí no hay problema- apuntó Lior con confianza, sacando una raqueta de su envoltorio y evaluándola con aire de experto.- Pero les advierto... no nos subestimen por ser principiantes. Ali y yo ganamos varios torneos intercolegiales como pareja de dobles, y desde la primaria no hemos dejado de practicar ni un día.

-Aquí su experiencia no les será de mucha ayuda- completó Allen divertido al ver las caras de los irlandeses, caras sorprendidas y escépticas.- Ninguno de los dos ha jugado tanto a dobles como nosotros, y tampoco es que la edad esté de su parte...

-Oye... ¡eso estuvo de más!- exclamó Roger fingiendo enojo y desatando más risas en todos, distendiendo (si cabía) aún más el ambiente. Tras lo cual tomó una de sus propias raquetas y varias pelotas, haciendo rebotar a una de ellas contra el suelo mientras los desafiaba.- Hagamos un poco de peloteo primero y luego sortearemos el primer saque. Vamos a ver quién es mejor y si estos viejitos pueden ganarles.

Para Allen fue algo muy movilizador aquel segundo partido contra Roger, aún cuando fuera una simple práctica y con acompañantes de cada lado. La diferencia era, seguramente, que ahora ya habían traspasado la barrera de la amistad, y al verlo a los ojos sus sentimientos eran diferentes y también su actitud, puesto que ya no tenía culpa ni sentía dolor por desearlo como hombre. Calculó que a Roger le estaría pasando otro tanto cuando sus miradas se cruzaron y notó la tierna sonrisa que le dedicaba, y el alivio que sentía por ser correspondido era tanto que todo su cuerpo rezumaba energía y vitalidad y su mente se llenaba de emoción ante la idea del juego. Roger y él comenzaban a formar una relación profunda sostenida no solo por lo que sentían si no también por sus gustos mutuos, de modo que el jugar tenis uno contra otro era algo que a ambos los satisfacía y llenaba de contento, aún cuando no estuvieran solos. Era una situación que probablemente se repetiría mil veces en el futuro, y la perspectiva les parecía de lo más hermosa.

-Bueno- anunció de repente, cesando el peloteo y acercándose a la red en actitud confiada.- ¿Empezamos ya? No necesito hacer más calentamiento.

-Como quieran- aceptó Allen con una sonrisita.- Pero no esperen llegar muy lejos.

Utilizaron la raqueta de Roxy para hacer el sorteo y ganaron los menores, que eligieron recibir sin mayores preocupaciones: como no era un partido oficial no había ninguna necesidad de tener el saque sí o sí, de modo que lo cedieron a sus superiores y se colocaron en sus lugares, Lior en la red y Ali en el fondo, que era su formación de dobles habitual.

A pesar de las bromas y bravuconadas de ambos lados, ni Roxy ni Roger creían que fueran a perder; no es que menospreciaran a los chicos, claro está, pero ambos eran veteranos con más de 25 años de experiencia entre los dos y les parecían en extremo difícil que perdieran un partido jugando juntos, aún cuando los dobles no fueran su especialidad. Pero al cabo de solo diez minutos debieron rever su opinión sobre sí mismos, con desasosiego: Allen y Lior les habían ganado cuatro games en rápida sucesión, casi sin darles tiempo a que se dieran cuenta que estaba pasando y sin que pudieran contrarrestar sus rápidos movimientos. No solo Allen demostró sus cualidades de jugador veloz y certero, sino que el propio Lior (a quien nunca habían visto jugar en persona) los sorprendió con potentes smashes y movimientos casi acrobáticos que demostraban a las claras su pronta recuperación. No erraban ni una pelota: como si estuvieran conectados por telepatía enviaban golpes fuertes sin estorbarse ni cruzarse en el camino del otro, defendían la totalidad del court sin vacilar y sin necesidad de mirar atrás, y eso, sumado a una impresionante aura de confianza que era casi visible, hizo que ganaran el partido (de un solo set) por 6-1, sin que les hubieran dado ni una oportunidad a los irlandeses de que les empataran el encuentro. Contentos, cruzaron raquetas y se abrazaron, riendo como niños en su primera victoria. Roxy y Roger se acercaron a la red cansados pero igual de felices, reconociendo su derrota y felicitándolos por su excelente coordinación.

-Realmente no me lo esperaba- admitió Roxy mirando con admiración a Lior, quien le sonreía pícaramente.- Les pido perdón por haberlos subestimado, chicos: ustedes tenían razón. Son la pareja de dobles más coordinada que he visto en mi vida.

-Nos han dado una paliza- admitió Roger pasándose la mano por el pelo, suspirando.- Evidentemente pueden hacer cosas que nosotros no. Los felicito.

-Gracias- respondió Ali de buen humor mientras les alcanzaba unas toallas y bebía un poco de agua para rehidratarse.- Sin presumir, pero Lior y yo somos demasiado buenos en esto. Tal vez algún día juguemos dobles para nuestra selección... ¿no, Li?

-Por supuesto. Esa es una de mis metas.

-Lior, debo decir que me alegra mucho ver lo bien que juegas, a pesar de la lesión que supe que tuviste hace poco. Es una suerte para ti, pero no vayas a esforzarte demasiado, ¿eh? Por experiencia propia te aconsejo que te lo tomes con mucha calma.

-Gracias, Roxy. Me limitaré a entrenamientos cortos por ahora, así me curo del todo antes de volver a la titularidad de mi equipo. Igualmente, espero que eso sea pronto...

-Entonces, ¿Qué te parece si tú y Allen descansan un poco, mientras yo hago correr a Roger para ponerlo en forma?- propuso, ignorando la mueca del moreno.- Después cambiamos, y ustedes juegan un poquito más. ¿Está bien así, Ali?

-Sí, claro- aceptó el rubio mirando vagamente a Roger, pero saliendo del court para dejarles espacio y sentándose junto a Lior en uno de los bancos. Roger tomó otra raqueta y luego se acercó a Roxy en la red para hacerle una pregunta en voz baja, mirando de reojo detrás suyo y exhibiendo un leve tono de impaciencia.

-Oye, Rox, ¿no te dije yo que quería jugar con Ali? No es por nada pero...

-Tú, no seas impaciente hombre- lo reconvino Roxy poniéndose bien de espaldas para que los muchachos no vieran su sonrisa- primero nosotros y después ellos, así de esa manera tú y yo podremos conversar un poquito a solas con la excusa de ir a trotar un poco o algo así. ¿O qué pensabas? ¿Qué me olvidé de nuestro asunto pendiente?

-Ah... eso- balbuceó Roger, atolondrado.- Supongo que en ese caso...

-Hazme caso a mí, que yo sé cómo se hacen las cosas. Cuando nos vayamos además yo llevaré a Lior a su casa, y tú tendrás tiempo para Ali... ¿puedes esperar hasta entonces, o a estas alturas ya es pedir un imposible?

Roger tosió un poco y recuperó su compostura habitual, reconociendo que su amigo tenía razón y que además también a Allen le vendría bien un pequeño tiempo "a solas" con Lior para ir preparándolo para la noticia. Los miró un segundo y vio que intercambiaban sosegadas frases mientras fingían comparar sus raquetas y hurgaban en sus bolsos, seguramente para no dar a entender que su charla era íntima y no levantar sospechas, lo cual le pareció justo. Lior merecía de parte de Allen la misma sinceridad que él le debía a Roxy, y era bueno que no se tardara demasiado para que no hubiera más confusiones en el futuro. Tranquilizado, volvió a dedicar su atención a la pista y a su amigo, quien lo hizo jugar a toda marcha y con eso borró los últimos restos de preocupaciones de su mente. Mientras tanto, Allen y Lior hacían exactamente eso que él sospechaba, siendo el rubio consciente que no solo Roger tenía cosas que aclarar a los suyos. Si bien seguía prefiriendo la discreción hasta tanto el mayor no rompiera su compromiso, Lior era especial para él y debía decírselo, debía decirle la verdad o al menos una parte de ella que lo calmara. Sabía que su amigo se preocupaba por él, y no le parecía correcto dejarlo en un error solo para mantener en silencio el amor de Roger, especialmente porque Li era de toda confianza. En ese contexto lo mejor sería ser honesto, y contarle que ya no tenía motivos para sentirse mal por él.

-¿Entiendes, Li...? Roger y yo hablamos mucho estos dos últimos días y... bueno... nos dimos cuenta que nos llevamos muy muy bien.- Aún entonces no era capaz de decirlo con todas las letras, presa de nervios galopantes.- Estaba tan atormentado por quererlo como hombre, que cuando me fue a buscar al vestuario la noche de la lluvia casi me desmayo de la impresión, porque no podía creerlo. Pero pasó... Lior, ocurrió un milagro y pasó lo que yo más deseaba, y no puedo dejar escapar esta oportunidad por nada del mundo aunque sea difícil y aunque haya dificultades en el camino. Yo lo quiero- susurró, mirándolo de reojo con veneración.- Lo quiero más que a nadie. Y él me quiere también. A pesar de ser quien es... me eligió a mí...

-Entiendo entonces la razón de tu repentino buen humor- contestó Lior despacio y asimilando el impacto de esa confesión, pues aunque ya lo sospechaba no era lo mismo que oír la confirmación de boca del propio Allen.- Lo entiendo y... bueno, realmente no hay nada que pueda decir ahora que refleje lo que siento.- Alegría, por una parte (supongo), porque eres mi mejor amigo y me gusta ver que has logrado atraer al hombre que siempre te gustó en secreto. Pero también tristeza, y un poco de temor, porque no sé como seguirá esto de ahora en adelante... si entiendes a lo que me refiero. Roger no es un hombre completamente libre. No quisiera que sufras por eso.

-Sí, ya sé que él está de novio con Shanna Miller- admitió a desgano y con un ligero estremecimiento.- Pero Roger me prometió que en cuando ella venga al país terminará con el noviazgo y el compromiso, porque ya no la ama y no puede seguir una relación que ya no desea. Me lo prometió, y yo confío en él- recalcó orgulloso- sé que es sincero porque lo vi en sus ojos. Roger ahora me ama a mí, y quiere estar conmigo a pesar de todo.

-De acuerdo, Allen. Si tú dices que le crees entonces acepto tu palabra y por ende, la suya. Espero que puedan ser felices cuando las cosas se hayan calmado, lo deseo de todo corazón y estaré apoyándote siempre que me necesites.

-¡Ja! ¡Set y partido para mí!- anunció Roxy triunfante en ese momento, haciendo un gesto de triunfo y mirando hacia los jóvenes con actitud presumida.- Gracias por prestarnos atención mientras jugábamos, ¿eh? Pero ya verán, cuando estén jugando ustedes nosotros también nos la pasaremos cuchicheando y todo. Ingratos.

-¡Roxy, no te enfades por eso!- exclamó Lior acercándose a él y palmeándole el hombro, comprendiendo su intención y decidiendo que lo ayudaría. El corazón aún le latía un poco fuerte y le vendría bien sumergirse en un partido con Allen, en tanto que estaba seguro que su amante querría hacer la misma charla con Roger antes de que terminara la tarde, y era su deber moral ayudarlo en eso. Intercambió una breve mirada con él, y eso fue suficiente.- Mira, si lo deseas, tú y Roger vayan a dar una vuelta para bajar el ritmo mientras nosotros tenemos nuestro partido. No nos sentiremos ofendidos.

-Iremos al vestuario a refrescarnos un poco- interrumpió Roger, aceptando el papel que se le asignaba en aquella obra y cruzando una mirada cómplice con Roxy.- Pero tranquilos, que volveremos por ustedes. Allen- agregó, revolviéndole cariñosamente el cabello- no seas duro con Lior pero tampoco te limites. En el Abierto deberás desplegar toda tu fuerza.

-Entendido. Bueno, vayan yendo y cierren la puerta que no queremos perder pelotas- respondió con sentido práctico para ocultar lo que en verdad quería responder. Roger y Roxy tomaron una toalla cada uno y se marcharon despacio, ambos un tanto agitados por el partido y las muchas emociones que Allen y Lior les despertaban.

(...)

Los dos hombres caminaron lentamente hacia los vestuarios, silenciosos y pensativos. Allí se relajaron sentándose sobre los bancos y estirando los brazos, bebiendo agua y mojándose el cabello, luego de lo cual recién fueron capaces de mirarse a los ojos y reconocer que no habían ido allí a hablar de tenis. Roger, que llevaba días con ese enorme peso en sus espaldas, fue el primero en quebrarse y soltarlo todo, incapaz de permanecer en silencio ni un minuto más con respecto a sus sentimientos por Allen.

-No tiene sentido que siga haciéndome el desentendido, ¿verdad?- soltó de golpe.- Tú ya lo sabes desde hace rato, lo mismo que Romina. Nada más han sido lo bastante educados como para no preguntármelo de frente para no ponerme incomodo, pero ya lo saben.

-Bueno... sí. Ha sido todo muy precipitado pero sí- admitió el mayor, quitándose la remera transpirada y poniéndose otra.- No tenías maneras de ocultárnoslo.

-No, no tenía. Porque estoy enamorado de Allen- dijo de golpe y sin mirar a ningún lugar en particular, liberado de pronto de todas las ataduras mentales que hasta entonces lo reprimían.- Mucho. Estoy enamorado de él porque es tierno y hermoso y no hay vuelta atrás, una vez que admití para mí mismo que lo quiero me resultó imposible apartarlo de mis pensamientos y ahora ya no me interesa fingir que no lo quiero. ¿Entiendes? Se ha metido en lo más profundo de mi corazón. Ahora, si se apartara de mi lado mi vida ya no sería la misma y no tendría sentido para mí.

-Oh, Roger...- Roxy silbó para demostrar lo impresionado que estaba por esas palabras, ya que a pesar de "saberlo" era muy diferente oírlo con ese tono tan apasionado.- Vaya que te pegó fuerte Allen, ¿no? Nunca te había visto así de enamorado, ni siquiera cuando conociste a Shanna.- Tosió.- ¿Alguna vez tú...?

-No, Roxy, no, nunca me interesaron los hombres- interrumpió el moreno anticipándose a su pregunta.- Tú me conoces y sabes que jamás fui así. Siempre he sido heterosexual y he querido a mis novias sinceramente, a las mujeres con quienes tuve relaciones largas y a las que no también. Y tampoco he sido infiel nunca. Esto que me está pasando sin embargo es... diferente... ¿piensas por un segundo que de poder elegir habría elegido cambiar mi vida por completo? Pero el amor no se elige... y voy a quedarme con Allen aunque eso sea la locura más grande que pueda cometer. Lo amo. Aunque no lo haya elegido, lo amo y me voy a quedar con él pase lo que pase- repitió con énfasis.

-No sé que decirte- articuló Roxy por fin, aún impactado- salvo (tal vez) que me alegra verte tan feliz... ¿eso significa que Ali te ha correspondido, no?

-Ah, sí- asintió Roger con fervor adolescente, recordando su primer encuentro con el rubiecito en el vestuario de la Academia Rin.- No quiero parecer arrogante, pero siempre fue obvio que Allen me tenía una gran admiración así que me arriesgué a avanzarlo esperando una respuesta afirmativa y eso fue justamente lo que pasó: me confesó que estaba enamorado de mí y yo hice lo mismo, y ahí supimos que era algo mutuo. De modo que que no te sorprenda ahora verme tan contento- terminó con una gran sonrisa, que realzaba todavía más la belleza de su rostro. Roxy sonrió a su vez y le palmeó el hombro en un gesto de leal amistad, aceptando su amor por un joven sin más dilación puesto que realmente no había nada que cuestionar. Roger tenía razón: el amor no se elige, así que, ¿Qué sentido tendría ponerse en contra o criticarlo por haberse enamorado de un muchacho cuando eso lo hacía tan dichoso? Y menos podía hacerlo cuando él andaba siguiéndole los pasos bien de cerca, al proponer una relación informal a Lior.

-Eres como mi hermano, Roger, así que me alegro por ti y ojalá Allen y tú sean felices- completó abrazándolo brevemente.- De verdad lo deseo.

-Pero... añadió Roger, sabiendo que aún le faltaba algo por decir.

-Pero- repitió Roxy- antes de ser feliz con otra persona debes terminar la relación que ya tienes. Viejo, Shanna viene al país en unos días y hasta donde ella sabe, tú sigues siendo su prometido. No puedes dejar todo como está y seguir ignorándola como estos días, o esperar a que ella y Ali se encuentren y se arme un escándalo. ¿Te imaginas...?

-No, por Dios, nunca permitiría que las cosas llegaran tan lejos- exclamó Roger, estremeciéndose ante la sola idea de ese encuentro.- No soy tan malo... además, no quiero lastimar a Shanna, de modo que en cuanto pueda le diré la verdad para que no siga ilusionándose y creyendo que todo está bien cuando no es así.- Suspiró.- Sabes, me siento muy culpable por Shanna porque, actúe yo como actúe, sé que la verdad le causará mucho daño. No hay manera de atenuar el hecho de que voy a dejarla, ¿verdad? Eso me preocupa, pero ¿qué más puedo hacer? Quisiera que hubiera un modo fácil de resolver las cosas, pero como no lo hay...

-Bueno, no te quiero atormentar más por hoy- se disculpó Roxy mientras se paraba y alisaba la ropa, meditando un último consejo.- Así que volvamos, que los chicos nos están esperando. En cuanto a lo otro, no te preocupes demasiado: estoy seguro que algo se te ocurrirá cuando llegue el momento, porque eres un tipo inteligente y actúas con buenas intenciones.

-Sí... sí, espero que sí. Porque tampoco quisiera que Allen saliera herido por un error mío, ¿sabes?

-Hay que ver, la suerte que tiene ese chico- soltó Roxy de pronto con una risita.- Se ha pasado diez años esperando conocerte y cuando te conoce vas y te enamoras de él. ¡Es que ni en una novela pasaría algo así! Espero que todo les salga bien a los dos... y por supuesto cuentas con todo mi apoyo para cualquier cosa que necesites.- Le tendió una mano, con aire solemne, y Roger se la estrechó y lo abrazó sin agregar nada más a lo ya dicho, inmensamente aliviado de que todo hubiera salido tan bien. Cuando regresaron a la cancha de prácticas vio a los dos jóvenes riendo y descansando junto a la red, y sintió el fuerte impulso de acercársele y abrazarlo, pero aún conservaba el sentido de la discreción que le pidiera el menor y no lo hizo. Aún así, Roxy y Lior parecieron embarcarse en una conversación propia que nada tenía que ver con ellos, de modo que al poco tiempo pudo acercársele y susurrarle algo al oído.

-Cuando salgamos de aquí te llevaré a casa, ¿de acuerdo? Me muero por que estemos a solas.

-O... okey- aceptó Allen nervioso y mirando hacia los lados, observando por primera vez que Lior no estaba ni de lejos espiando lo que él hacía y por eso animándose a agregar unas cosas más.- A mí también me encantaría que conozcas mi departamento, y será mejor porque ahí nadie nos interrumpirá. Solo avísale a Roxy y a tu hermana, para que no se preocupen.

-Ningún problema, porque a Roxy ya se lo he dicho- anunció tomándole la mano al rubio ya sin importarle si era discreto o no.- De modo que no creo que se sorprenda si me voy contigo en vez de regresar al hotel.

-¿Se lo has contado?- preguntó tragando saliva, mirando al manager y a su amigo sentados ahora en uno de los bancos y muy inmersos en lo suyo.

-Sí, mi amor... era necesario y no me arrepiento. Pero no tienes que preocuparte, porque Roxy es mi mejor amigo y se lo ha tomado muy bien, de modo que no nos causará ningún problema. A él le caes muy bien y lo sabes, además de todo, de manera que no te sientas avergonzado la próxima vez que nos reunamos, ¿sí?

-De acuerdo...

-¡Ey, Roger!- gritó de pronto Roxy. El entrenador se les había acercado y se agachó junto a ellos, con una atrevida sonrisa en los labios que ya iba tornándosele característica.- Me tendrás que disculpar pero debo irme antes, así que regresarás solo al hotel. No te preocupes que yo le aviso a Romina, así que tú regresa cuando quieras que todo está bien.

-Bueno. ¿Oye, y Lior?

-Yo me encargo de Lior. Lo llevaré a su departamento ahora mismo.

-¿Eh, Lior se va? ¡Entonces voy a despedirme de él!- intervino Allen alejándose, dejando a los amigos en un silencio cómplice y divertido.

-Me debes una. Estoy seguro que no saldrás de aquí para el hotel.

-Pues no- admitió Roger tentado, parándose y sacudiéndose el short.- Tengo que aprovechar todo el tiempo que pueda para estar con Ali, porque se vienen días muy complicados y no sé cuanto podré dedicarle de hoy en adelante. Así que gracias.

-Oh, no hay de qué. De todas maneras de verdad tengo asuntos de que ocuparme.

-¿Ah, sí? No sabía. ¿Y no se te complicará si primero debes llevar a Lior a su casa?

-Para nada- aseguró el mayor mirando de reojo al pelinegro.- Lior es un chico muy agradable una vez que lo conoces, ¿sabes? Me gusta pasar tiempo con él, así que no será para nada una carga tenerlo a mi lado mientras tú seduces a su amigo.

-Jaja, me muero de la risa- fingió celebrar Roger.

-Lo siento, lo siento, se me escapó. ¡Pero en serio! Lior es una monada si te tomas la molestia de ver debajo de esa máscara de seriedad que tiene, de modo que no sufras por mí que está muy lejos de ser un fastidio. Me encanta ese chico.

-¿Cómo es eso?- inquirió Roger de pronto, alerta.- ¿Qué te encanta?

-¿Por qué lo dices con ese tono?- respondió Roxy sin dejar de sonreír, dejando más en evidencia el doble sentido de sus palabras y sin tomarse la molestia de disimularlo.- No eres el único con derecho a hacer... nuevas amistades.

-Ajá. ¿Amistades?- repitió, jocoso.- Roxy, ¿no me digas que tú...?

-¿Nos vamos ya, Rox?- preguntó el pelinegro acercándose, envuelto en un abrigado jumper negro y cargando sus raqueteros con cierta tensión en el brazo derecho, el que se había lesionado. Al advertir ese detalle, Roxy se le acercó solícitamente y tomó uno de sus bolsos para aligerarle el peso, asintiendo con dulzura.

-Sí, ya nos vamos. Te llevaré enseguida a casa para que puedas descansar, ¿bien?- Se volvió hacia Roger y Allen y se despidió de ambos, con una expresión tan pícara que ellos no pudieron menos que notarlo.- Nos vemos mañana, Allen, ¿sí? Tú también descansa. Roger, a ti te veo más tarde. Suerte... aunque se me hace que no la necesitas.

Les guiñó un ojo y salió airosamente del court con Lior a su lado, que parecía avergonzado a juzgar por el rubor de su rostro y no se animó a hablarle hasta que estuvieron en el auto, camino a su departamento. Ahí pudo aflojarse y decir lo que pensaba, con tanta fragilidad que Roxy no pudo sino quererlo más por eso.

-¡Roxy, has sido muy explícito...! Apuesto a que ellos sospecharán de nosotros ahora. ¿Viste como nos miró Roger cuando me ayudaste con mis bolsos?

-¿Y? ¿Cuál sería el problema, corazón?- preguntó Roxy con paciencia, mirándolo de reojo y deseando poder tomarle la mano.- Ellos se han sincerado con nosotros. Ahora nos tocará el turno de ser honestos, a menos que quieras lo contrario, claro.

-Bueno... no es que haya algo que ocultar, pero...

-Al menos nosotros somos solteros- apuntó el rubio cenizo sacándole una sonrisa a su compañero, que era lo que quería.- Lior, estoy empezando a sentirme muy atraído por ti y no veo motivo para ocultarlo, salvo que creas que eso te perjudicará o molestará en alguna forma. Si es así no dudes en decírmelo, y yo coseré mi boca para no decir nada; pero si te animas, si piensas que puedes llegar a quererme...

Antes que hubiera terminado la frase Lior se le acercó y se recostó contra él, conteniendo su pudor natural para demostrarle a ese hombre que si lo quería y si se animaba.- Tienes razón, Rox. No hay motivo alguno para que nosotros nos escondamos, como si estuviéramos haciendo algo vergonzoso.- Bajó la voz.- Yo también estoy empezando a quererte. Me gustas y me gusta estar contigo. Si quieres... díselo a Roger. No me importa.

La calle estaba desierta y justo estaban ante un semáforo en rojo, así que Roxy aprovechó y se sacó las ganas de hacer lo que hace rato se moría por hacer; con ternura tomó a Lior por la cintura y le dio un beso apasionado, todo lo apasionado que pudo, como para que no se lo olvidara y deseara más el resto del trayecto. Ya en el departamento podría continuar y seguir besándolo hasta que ambos cayeran rendidos.  

Notas finales:

Hay una sola aclaración:

(1*): Claude Ashley es un jugador de tenis ficticio oriundo de Magalia y leyenda de ese deporte. Se me ocurrió al pensar en otros grandes cuyos nombres sirvieron para bautizar otros estadios de Grand Slam, como Rod Laver en el Australian Open y Arthur Ashe en el US Open. Básicamente la época de oro de Claude ocurrió tres décadas antes de los sucesos de Love-30, por lo que difícilmente Allen y Lior hayan visto un partido suyo.

Y por ahora eso es todo, mientras sigo trabajando en la charla entre Roger y Shanna... no fue fácil, pero había que hacerlo. Ya lo verán pronto.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).