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Love-30 por Kitty Pasta

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Notas del capitulo:

Después de revelar la identidad de Allen, Roger se enfrenta a la cólera de Shanna...

Durante un rato solo reinó el silencio entre ambos, hasta que Shanna reaccionó y, por primera vez en la charla, esbozó algo parecido a una sonrisa.- Nah... estás jugando conmigo.


-¿Tengo cara de estar jugando?- fue la seria respuesta de Roger, a quien le temblaban ligeramente las piernas pero aún así decidió continuar.- Te dije antes que no era tu culpa el que ya no te ame y te lo digo ahora: no es tu culpa. ¿Cómo podría serlo, cuando eres una mujer, y Ali es un hombre?- Hizo una pausa.- No sé por qué él me atrajo siendo que nunca me gustaron los hombres pero me atrajo, al punto de enamorarme. Aún cuando tú hubieras sabido de su existencia no habrías podido hacer nada por retener mi amor...


-Porque no hay manera en que una mujer compita contra un hombre- completó Shanna con un curioso sentimiento de alivio que se manifestó como una risa nerviosa, hecho que sorprendió a Roger. La rubia se secó una vez más las lágrimas y trató de mostrar calma y sonreír, puesto que como dijera el moreno ya no había nada que hacer.- Mira, Roger, acabas de asestar un golpe que difícilmente sane hasta la próxima vez que nos veamos, que seguramente será pronto, y eso me aterra, me duele y me enfurece. Pero por alguna retorcida razón no me duele ni me enfurece tanto como si lo hubieras hecho por otra mujer, por alguna jovencita que me haría sentir humillada y vencida como una vieja. Eso, eso nunca te lo hubiera perdonado, por mucho que pasaran los años. Lo sabes. Y no es que me haga gracia que mi novio me haya dejado por un mocoso... pero...- rió con histerismo por unos segundos, antes de poder seguir y terminar la frase- ¡sigue siendo el menor de los males, porque lo que sea que él te de nunca te lo podría dar yo! ¿Verdad? Es un hombre joven... seguramente un admirador tuyo, que te ha hecho sentir cosas que hacía mucho no sentías...


-Shanna, espera, no sigas por ahí. No es un problema de la edad y nunca lo fue, no tiene nada que ver el que Allen sea joven con que me guste así que no lo insinúes.


-Lo que sea. Si te enamoraste de él tan rápido es que algo tiene que no tiene nadie más, y que ciertamente no tengo yo, ¿así que por qué no podría ser su juventud? Tú mismo has dicho que no sabes por qué te gustó cuando no te han gustado nunca los hombres. ¿Qué hay de malo- preguntó, frustrada- en que trate de comprender por qué de repente lo amas a él y no a mí, que soy tu novia? ¡Roger, esto es... es...!


-¿Una locura? Tal vez... pero...


-No me vengas con peros ni sofismas, Roger Henders- cortó Shanna con un nudo en el estómago, mientras imaginaba a su novio abrazando a un risueño jovencito y contenía las ganas de gritar.- No puedes seguir disfrazando la verdad con sutilezas. Por el amor de Dios, deja de hablar con esa superioridad...


-Está bien, está bien. Me rindo- dijo con dureza, cansado de tratar de ser suave para no herirla y recibir a cambio tanta hostilidad. Sabía que en el fondo ella tenía razón, pero no podía evitar sentir una pizca de egoísmo y pensar que Shanna estaba siendo injusta al asediarlo con preguntas incómodas sobre Allen.- Evidentemente no hay nada que pueda decir que vaya a consolarte, así que me rindo. Ya no trataré de disfrazar la realidad. ¿Querías que fuera honesto, no? Bueno, seré honesto.


-¡Adelante!- incitó ella, sabiendo que la paciencia de Roger estaba llegando a su fin y sin que le importara, o mejor dicho, deseándolo: total que no creía en las separaciones amistosas y la suya seguro no lo sería, así que lo mejor iba a ser dejar las tonterías de lado desde un principio y oír lo que el moreno pensaba de verdad.- Si quieres terminar terminemos de una vez, pero deja de comportarte como un idiota complaciente.


-Muy bien. La verdad es que amo a Allen desde que lo vi, y me arrepiento de haber tardado cinco días en decírselo. No puedo explicar por qué pero no me importa porque de todos modos él me corresponde, así que lo único que deseo ahora es estar a su lado y ser feliz, moleste a quien le moleste. Lamento hacerte daño, sí; pero como no lo hice a propósito no voy a sentirme culpable más tiempo ni voy a dejar que sigas con ese juego masoquista. Como es Allen, como luce o qué edad tiene no es asunto tuyo. No debieras preguntármelo ahora y lo sabes, así que para con eso.


-¡Ah, con que es así!- estalló Shanna, dolida por las afirmaciones de Roger y sintiendo claramente como la esperanza desaparecía por completo de su cuerpo.- ¡Pues no sé qué esperas a cerrar la laptop y correr con él, que seguramente es lo que quieres hacer! Deja de perder el tiempo conmigo. ¡Ya me quedó en claro que no eres más el Roger que amaba! Vete con ese chico o con quien quieras y déjame en paz con tus excusas, miserable... eso es lo que eres, has destruido en un momento toda la imagen que tenía de ti y el respeto que te tenía. ¡Eres un miserable!


-Es una pena que lo veas así, pero está bien, si es lo que quieres así será. Me marcho. Sé que tarde o temprano tendremos que volver a hablar y espero que para entonces estés menos agresiva, porque no es así como quiero terminar las cosas. Aunque no me creas.


-No me pongas condiciones. Vete al diablo- espetó.- Regresaré a Irlanda ahora para no tener que verte a ti y a ese Allen en la casa que iba a ser nuestra...- un nudo le cerró el estómago al imaginar eso- y me llevaré todas mis cosas, hasta lo último. Cuando tú vuelvas no encontrarás ni una raqueta mía, pero eso sí, óyeme bien: ni se te ocurra pensar que van a vivir allí juntos y felices. Esa casa es tan mía como tuya y solo sobre mi cadáver te la quedarás para llevar a tu nueva pareja. La pondrás en venta ni bien regreses, ¿oíste? Tendrás que buscarte otro refugio si deseas vivir con alguien.


-Está bien, Shanna, ya lo suponía. Sería imposible ahora para cualquiera de los dos vivir en esa casa, así que la venderemos y repartiremos el dinero como es justo. No tengo objeciones contra eso, ni contra vender nuestros otros apartamentos conjuntos.


-Cierto... el de Londres y el de Nueva York. Parece mentira que lugares donde pasamos tantos buenos momentos ya no los volveremos a ver nunca- dijo con amargura la rubia.


-Claro que si quieres yo podría...


-Ni se te ocurra decirlo- amenazó Shanna con ira- nunca te los vendería a ti porque sería lo mismo que regalártelos. Y no es por la plata, que se entienda, sino porque no llevarás a ese mocoso a un lugar al que yo llamé "mi casa". Jamás. Primero muerta.


Parecía difícil ya agregar algo, así que Roger vaciló y se paró, mirando por última vez a Shanna mientras procuraba que no lo invadiera la tristeza. Sabía que no había sido su culpa pero aun así la había destrozado, y tendría que vivir con eso por siempre.


-Adiós, Shanna. Una vez más lo lamento y te deseo suerte.


Shanna no le dijo nada, pero lo miró desafiante un segundo y luego cerró su laptop primero, con dedos fríos y temblorosos. Roger hizo lo propio y caminó lentamente hacia la cama para dejase caer en ella, agotado por dentro mucho más que después de cualquier partido difícil. Las sienes le latían como si fuera a estallar y la incertidumbre le llenaba el pecho de un modo doloroso, pero, y tal vez fuera lo único bueno del asunto, ya estaba hecho. Desde que había besado a Allen en el vestuario supo que un día tendría que hacerlo y ya estaba hecho, y eso le proporcionaba un alivio indescriptible que moría por anunciar al rubio y a los demás ya que significaba su propia libertad. Ahora que había roto con su novia era libre para ofrecer a Allen una posición mejor que la de simple amante, y eso era en extremo valioso para él que estaba sinceramente enamorado.


-Allen, mi amor- musitó- te prometí que sería todo tuyo y así será... ya nadie se interpone entre nosotros, querido, nadie. Seré tu novio como siempre soñaste.


(...)


-Dios mío, Roger, que cara- fue lo primero que le dijo Romina a la mañana siguiente, durante el desayuno.- Parece que no hubieras dormido en toda la noche por tu expresión. ¿Qué sucedió? ¿Tuviste un mal sueño?


-Ojalá. Antes de acostarme decidí hacer lo que me aconsejaron y hablé con Shanna por video conferencia, y, bueno... como se imaginarán no fue una experiencia agradable. Terminé diciéndole toda la verdad y no saben cómo me arrepiento de haber sido brusco, porque ella no lo merecía.


-¿Toda la verdad?- intervino Roxy, preocupado por él.- ¿Toda, toda?


-Sí, toda. En determinado momento se me escapó decir el nombre de Allen, y Shanna se puso tan furiosa que prácticamente me obligó a revelarle quien era Allen y... demonios, ya sé que no debí decírselo, pero me puso nervioso y lo hice. Le dije que Ali es un muchacho universitario que conocí aquí y que me enamoré de él si proponérmelo; solo omití decir que fue el ganador del torneo universitario porque pensé que no hacía falta aclararlo, ya que después de todo es una noticia que está recorriendo el mundo y no tardará en verlo y atar cabos al respecto. Que Dios me ayude...


-Roger, lo siento tanto- se condolió Romina, tomándole la mano para ofrecerle su apoyo- me imagino lo dura que debió ser esa charla.


-Fue horrible, especialmente porque no sabía si ponerme alegre o triste por dejarla. Ciertamente no puedo estar contento por haberla lastimado, pero por otra parte hacerlo es lo que ahora me permitirá estar con Allen... y yo lo amo, ¿entienden?


-Entendemos más que bien, Roger. Pero ahora lo que deberías hacer sin pérdida de tiempo es ir a ver a Allen y contárselo todo también: tiene que estar preparado para cualquier cosa que pueda llegar a pasar ahora que Shanna sabe la verdad de tu relación con él.


Era cierto, claro. No creía que Shanna fuera a dar un escándalo contándoselo todo a la prensa, pero como nunca se sabía debía alertar a Ali y ponerlo al tanto de las novedades. Sonrió de forma inconsciente al pensar en lo que diría el rubio al saber que había cumplido su promesa, y abandonó el hotel solo por primera vez para ir a buscarlo.


Al salir del hotel por supuesto encontró la habitual guardia de fanáticos y periodistas, a los que amablemente concedió unos minutos desde el auto antes de subir la ventanilla y marcharse hacia el centro. No pudo evitar pensar en lo diferente que sería esa misma situación cuando Ali fuera oficialmente su pareja y todo el mundo los persiguiera para obtener una foto o una declaración suya, cosa que indudablemente pasaría. Algo le decía que para Allen sería una difícil prueba de pasar. En cuanto a él, puede que se sintiese algo intimidado, pero no lo suficiente como para callarse: cuando el momento llegara se sentiría orgulloso de decirle al mundo que Allen era su persona especial, porque así era como se sentía.


(...)


Allen, completamente agotado y feliz por el domingo pasado en compañía de sus amigos y Roger, se quedó dormido y no se despertó hasta que oyó el timbre del portero eléctrico sonar con insistencia a la mañana siguiente. Aturdido, bajó de la cama despeinado y bostezando para ver quién era, y se llevó una verdadera sorpresa al ver que era el mismísimo Roger, sonriente como de costumbre y vestido con un conjunto Nike negro.


-¿Roger? ¿Qué haces aquí tan temprano?- preguntó con un balbuceo.


-Son las diez, Ali. Vine a buscarte para que vayamos a entrenar.


-¿Las diez? ¡Oh, cielos, no me había dado cuenta! Sube, por favor. Aún estoy en pijama y no quiero que te quedes esperando en la puerta mientras tanto.


Allen le abrió la puerta mediante el intercomunicador y luego corrió al baño a mojarse la cara y el pelo, aunque sea, ya que no quería que su enamorado lo viera con el aspecto desaliñado que tenía al levantarse y eso era lo único para lo que le alcanzó el tiempo antes que llegase a su departamento. Antes de abrirle respiró hondo, pues estaba nervioso, pero apenas lo vio todos sus temores desaparecieron y lo abrazó con naturalidad, cerrando la puerta con un empujón y dejándose llevar por la intimidad del momento.


-Qué lindo de tu parte venir a buscarme, Roger... no tenías por qué.


-¿Cómo que no? Eres mi pupilo y mi novio, así que es lógico que cuide de ti y de tu entrenamiento- aseguró divertido mientras lo apretaba contra su pecho.- Además, desde anoche que tenía ganas de venir a verte para contarte una cosa que seguramente te alegrará, así que vine para que tengamos una charla a solas antes de salir.


-¿Ah, sí? Bueno, espera a que me cambie y hablaremos... me da vergüenza recibirte con estas fachas. No tardaré mucho, ¿sabes?


-De acuerdo. Y mientras tú te duchas, ¿Qué te parece si te preparo un café? Tienes que desayunar bien de ahora en más, si quieres estar fuerte y con energías.


-¿ me harás el desayuno?- preguntó Allen con incredulidad, mirándolo fijo.


-¿Por qué lo preguntas con ese tono, mi amor? Que sea un tenista famoso no significa que sea un extraterrestre. Puedo arreglármelas lo más bien para preparar una comida decente.


-Está bien, lo siento- se disculpó el menor- no quería sonar ofensivo, solo me tomó de sorpresa. ¡Pero me encantaría comer algo preparado por ti, te lo aseguro! Ven, te llevaré a la cocina para mostrarte donde está todo.


A Allen le pareció sumamente romántico tener al guapo Roger Henders en su cocina, haciendo café y calentando unos pastelitos del día anterior en el horno como si fuera su propia casa, la de ambos. Le hizo imaginar que eran uno de esos matrimonios a la antigua, cálidos y seguros, y como había sido una de sus fantasías más recurrentes en la adolescencia el que ahora estuviera pasando lo llenaba de más emoción de la que podía expresar con palabras. Al salir del baño ya duchado y cambiado, con el pelo todavía húmedo, no dudó un segundo en volver a abrazarlo y plantarle un beso en los labios.


-Mm... ¿eso fue por algo en especial?- preguntó Roger con las mejillas rojas, encantado con el joven cuerpo que se pegaba al suyo y lo abrazaba.


-No. Solo tenía ganas. Me gustas- susurró con aire de conspirador, como si aquello fuera una novedad.- Me gusta besarte y sentir como me correspondes.


-Lo mismo digo. Mejor sentémonos antes que me tientes y te coma a besos.


Allen acató la sugerencia con una sonrisa traviesa y se sentó, impresionado en el fondo por lo bien que lucía la mesa; en su mente, Roger era un deportista famoso y todavía le costaba verlo como un hombre normal, un novio cariñoso que lo consentía y lo miraba con esos impresionantes ojos oscuros que tanto le gustaban. El mayor le sirvió un café bien cargado y luego se sirvió a sí mismo, sentándose enfrente suyo y mirándolo de a ratos como si no estuviera seguro de cómo seguir la charla. En realidad, Roger sabía perfectamente lo que quería decirle, solo que no estaba seguro de cómo reaccionaría. Finalmente tosió y le dijo, con tanta serenidad como le fue posible:


-Lo que quería decirte, Ali, es que anoche hablé con Shanna por video conferencia.- De inmediato a Allen se le borró la sonrisa del rostro y fue reemplazada por una mueca de preocupación, porque le aterrorizaba cualquier referencia a la mujer que verdaderamente tenía derecho a Roger y que podía quitárselo. El moreno, sin embargo, le tomó una mano cariñosamente y lo tranquilizó.- Tenía que suceder tarde o temprano, y yo preferí que fuera temprano, mi amor. La llamé y le pedí por favor que no viniera a Magalia para el Abierto, como me aconsejaron Roxy y Romina, porque fue la mejor manera que encontré para que ella y tú no se cruzaran. No tenía sentido dejarla que viniera sabiendo que todo iba a terminar mal: además, no actué de manera justa ignorándola por tanto tiempo, así que era mi obligación llamarla y aclarar las cosas.


-Sí, sí, claro- balbuceó Allen, repentinamente nervioso como para comer.- Tienes razón, por supuesto. ¿Y...? Bueno, ella... debió enojarse, ¿verdad? No debe haberle gustado nada que ya no quisieras que venga. ¿Qué excusa le diste?


-¿Excusas?- el moreno lo meditó un instante.- No, Ali, no creo haberle dado ninguna excusa. Fui recto y honesto como siempre lo he sido y le dije que no podía seguir fingiendo que todo iba bien cuando no era así, de modo que no tenía motivos para venir. Por supuesto que se ofendió y me exigió una explicación, y tuve que dársela. ¿No tenía que hacerlo de todos modos? Así que cuando me preguntó si el "problema" era otra mujer (y diría que no lo sospechó hasta el final), me armé de valor y se lo conté todo. No exactamente lo de la mujer, claro; pero si le confesé que me había enamorado de otra persona y que por eso ya no podía seguir con ella. Fue algo horrible porque tuve que ver como la lastimaba, pero era la única solución posible.


-Oh, Dios mío- dijo Allen tragando saliva, ahora sí completamente inquieto.- ¿Y después?


-Y después lo previsible, Ali. Shanna se puso a llorar y me acusó de ser un hijo de puta egoísta, cosa que no le discutí porque tiene razón. Traté de convencerla de que quería una separación limpia, regresar a Irlanda para arreglar las cosas de forma civilizada y hacerme cargo de la situación ante nuestros parientes, pero ella solo quería saber quién era la otra. Me sacó de quicio, lo admito. Aún sabiendo que tenía todo el derecho del mundo para estar enfadada me sacó de quicio y le dije más cosas de las que debiera, y después ya no pude echarme atrás.


-¿Qué quieres decir con eso?- preguntó el rubio, alarmado.


-Se me escapó decirle tu nombre- confesó, avergonzado por la mirada asustada de Allen.- Era lo último que quería decirle pero se lo dije sin querer, lo siento. ¡Es que... sus preguntas me pusieron tan incómodo! Que en el afán de asegurarle que me haría responsable ante la familia y la gente le expliqué que no me pasearía contigo de entrada para no humillarla, y me salió decir Ali del corazón sin que lo notara. Luego no pude retractarme, ¿entiendes? Especialmente porque ella lo notó y se empeñó en saber quien eras, creía que eras una chica joven, se puso furiosa...


-Roger, ¿Qué hiciste?- gimió Allen parándose angustiado, caminando de un lado al otro de la cocina con las pulsaciones aceleradas al pensar en la reacción de Shanna ante aquellas revelaciones.- ¿No me vas a decir que le contaste toda, toda la verdad?


-¡Mi amor, ella prácticamente me obligó!- exclamó Roger y al instante se arrepintió, pues había sonado muy pusilánime. Tomando aire se paró y se acercó a Allen procurando apaciguarlo.- Sé que no fue muy inteligente de mi parte pero ya está hecho, Allen, así que por favor cálmate y toma asiento otra vez. Sí, terminé diciéndole que eras un hombre y que yo te amaba demasiado como para seguir con ella, lo cual por supuesto que no le gustó pero al menos dejó las cosas en claro, como debió ser desde un principio. Iba a enterarse, cielo: dentro de quince días o poco más regresaré a Irlanda contigo, ¿y qué crees que hubiera pasado si de repente me veía siendo cariñoso con un chico? Te aseguro que hubiera sido inevitable que armara un escándalo, no por maldad sino por la sorpresa, y eso apuesto a que no te habría gustado nada.


-¡Claro que no me hubiera gustado! Pero... a ver, ¿Qué impedirá ahora que Shanna, por rencor hacia ti, no le cuente de tu romance a toda la prensa?- gimió meneando la cabeza, muerto de miedo por la idea de que todos los descubrieran y quizá ridiculizaran.- En menos de un día los tendrás haciendo guardia en la puerta del hotel, y yo los tendré siguiéndome en la universidad, en la calle... ¡dios mío, Roger! Me harán ver como un rompe hogares, un desvergonzado que se mete con hombres comprometidos, si no algo peor por ser gay...


-Ali, tranquilo- dijo despacio Roger, abrazándolo.- No pasará nada de eso, te lo prometo.


-¿Cómo estás tan seguro?- exigió saber el rubio al borde de un ataque de pánico, que el mayor debió controlar dándole un nuevo beso: dulce, largo y profundamente apasionado, tuvo la virtud de relajar el cuerpo tenso de Allen y su mente sobrecargada de imágenes. En ese estado lo ayudó a sentarse y terminó de contarle las novedades en orden y calma, convencido de verdad de que todo saldría bien.


-Puedo equivocarme, claro, pero no creo que Shanna nos delate porque ella me lo dijo y me dijo por qué. Tiene menos interés que nosotros aún en que esto se sepa, Ali, porque aunque no sea una mujer orgullosa es una mujer herida y odiaría ser blanco de la lástima ajena si se sabe que su novio la dejó, ¿entiendes?- preguntó, acariciándole la mano.- Me insultó, me mandó al diablo y también te insultó a ti, pero no cuadra con su personalidad una actitud tan baja como esa; conozco a Shanna, y sé que no sería capaz de contar una intimidad a la prensa para vengarse de mí. No lo hará, Allen, así que no tienes que angustiarte pensando en eso.


-Si... si me lo aseguras así... bueno, confiaré en tu palabra- dijo Allen despacio pero aún sosteniendo la mano de Roger, un poco nervioso.- Aunque igual me siento culpable por ella, al fin y al cabo tú eras su novio. Cielos, Roger, estoy muy confundido... abrázame.


-Por supuesto- aceptó el moreno de inmediato, acariciándole el pelo con suavidad.- Pero tengo que decirte lo mismo que a ella, y es que no te sientas culpable, Ali, porque nadie hizo lo que hizo para lastimar a otro. Simplemente nos enamoramos y eso es todo, no planeamos burlarnos de Shanna ni hacerle daño a nadie con nuestra decisión. No sufras por esto, lindo. Piensa que ahora por fin podemos empezar a pensar en una relación de verdad...


-Es cierto- se animó un poco el rubio al oír aquello, sonriendo débilmente.- Volveré a Irlanda contigo y conoceré tu hogar, el que ahora será nuestro, y con el correr del tiempo podrás presentarme a tu familia y seremos felices...- rió por lo trillado de su frase.


-Sí, mi amor. Seremos felices, y vamos a recorrer el mundo jugando al tenis como siempre soñaste. Habrá muchas veces en que no coincidirán nuestros torneos, pero aún así te aseguro que será muy divertido. Y cuando yo me retire, me convertiré en tu entrenador y entonces sí estaremos juntos para siempre, ¿te gusta la idea?


-¿Qué si me gusta? El único motivo por el que no festejo es que me entristece pensar en tu retiro- contestó Allen con soltura.- Pero sé que es inevitable que ese día llegue, así que solo voy a disfrutar cada día y listo.


No se dijeron nada más pero se sonrieron mucho, y al cabo de unos segundos ya estaban besándose otra vez: Roger lo apoyó despacio contra la mesa para poder acariciarlo libremente y Allen se dejó hacer, puesto que le gustaba mucho el modo en que Roger empezaba sus mimos. Era un éxtasis demasiado profundo sentir esas manos recorriéndole la espalda y la cintura, y sentir esos labios en su boca y en su cuello. Antes que lo notara ya había empezado a gemir, y debió contenerse para no subir demasiado el volumen cuando el mayor le dio una mordida juguetona.


-Roger... espera, espera... mmm, por favor espera, que me estás...


-¿Te estoy qué, lindo?- provocó éste susurrándole al oído, excitado.


-Me estás haciendo... haaa, por dios... no me toques ahí...


-Es que tienes un cuerpo tan lindo, Ali... ¡tan suave y esponjoso!- le dijo con ardor, sorprendido en el fondo de poder actuar con tanto descaro siendo que siempre había sido muy respetuoso y formal en sus relaciones.- Que me gusta tocarte y sentir como te calientas, es muy agradable. Tienes una piel de seda y podría estar todo el día acariciándola.


-Ah, cielos- susurró el rubio avergonzado, cerrando los ojos pero permitiendo que Roger lo tocara un poco más en donde él quisiera. Se sentía tan bien y era tan difícil resistirse a ese hombre, que supuso que no tendría tiempo para terminar de desayunar. Simplemente no podía apartarlo y decirle "basta" a esas sensuales caricias, a esos besos desvergonzados que le encendían el rostro y cumplían sus más locas fantasías. Si bien le daba vergüenza descubrió que le gustaba y decidió con audacia que se dejaría hacer lo que sea, puesto que al fin y al cabo es lo que venía esperando desde hacía mucho y evidentemente Roger estaba motivado. Pero el moreno, a pesar de todo, tenía tan poca experiencia como él y ante un momento de duda aflojó el abrazo: se quedó mirándolo fijo, con la respiración alterada, preguntándose si valía la pena continuar y que su primera relación sexual fuera sobre la mesa de la cocina. Porque todo ese jugueteo no era sino una previa del sexo, eso lo sabía bien, y él quería que la primera vez fuera la más especial y romántica de todas. No porque ambos fueran hombres tenía que ser algo tosco y bruto, un simple intercambio físico con el que aliviar el cuerpo. Él creía en el amor, y Allen era su amor.


-¿Q... qué pasa, Roger?- preguntó el rubio intranquilo al ver que había parado.- ¿Está todo bien?


-Sí, lindo, por supuesto- aseguró mientras le acomodaba el pelo con una sonrisa.- Es solo que si me dejo llevar no sé donde terminaré, y quiero algo mejor para nosotros. ¿Entiendes?- dijo, despacio.- No es así como debe ser la primera vez. Incluso nos están esperando para el mediodía Roxy y los otros, así que tendríamos que andar a las apuradas, no podríamos disfrutarlo todo lo que nos merecemos. Yo no quiero eso... quiero hacerte el amor y pasar el resto del día tirado en la cama contigo, sin nadie que nos interrumpa ni moleste, mimándote y si se puede haciéndote el amor otra vez.


La sinceridad de aquella afirmación tan pasional lo puso como la grana y lo obligó a alejarse para tomar un poco de aire, sofocado y caliente al oír como el moreno quería poseerlo. "Dios mío, lo dice en serio", pensó arrobado mirándolo de reojo y comprobando que éste seguía viéndolo a él.


-Entonces no sigamos y guardemos las ganas para otra ocasión mejor- aceptó el rubio sentándose y bebiendo jugo en lugar de su café ya frío, forzándose a enfriar también su cuerpo excitado.- No hay apuro, ¿o sí?


-No, no hay apuro. Podremos hacerlo tanto como queramos de ahora en más.


Todo estaba saliendo mejor de lo planeado, pensó Roger contento mientras ayudaba a su pequeño a acomodar la cocina antes de salir del departamento. Después de aquel sensual y breve encuentro Allen parecía haber olvidado por completo sus temores acerca de Shanna y eso era muy bueno, se dijo, ya que no lo quería ver atormentado por un problema que le correspondía a él. En el estacionamiento se cruzaron unos pocos vecinos que al reconocerlo lo saludaron con entusiasmo pero nada más, y la ausencia de alboroto o preguntas indiscretas solo logró relajarlo más, concluyendo que su visita había sido todo un éxito. Camino al Asuka Valley experimentó unas fuertes ganas de torcer para cualquier lado y tener una cita con Allen, tenerlo solo para sí, pero enseguida se rió de su propia infantilidad y volvió a concentrarse en la meta que ambos compartían, que era triunfar en ese torneo. A él, en realidad, ganar ya no era lo que más le importaba. Un trofeo más, un trofeo menos, ¿Qué diferencia hacía? Ni siquiera hubiera participado si no fuera por la insistencia de Roxy, aunque ahora le daba las gracias por ello. No; lo que ahora más valoraba de todo aquel viaje era el propio Ali, tan hermoso e inocente que había llorado al confesarse por temor a que lo rechazara. Él era el que más merecía triunfar en aquel Grand Slam, su primera oportunidad en serio y la puerta de entrada al mundo de los profesionales. Él, Roger Henders, ya estaba hecho, pero Ali era la siguiente generación y llegaría, y lo llenaba de satisfacción pensar que podía ayudar a lograrlo. Desde luego, una vez en cancha usaría toda su habilidad para jugar y ganar, pero si perdía no se haría demasiado problema. Ya tenía algo más importante de que ocuparse.


-¿Qué te pasa, Roger? Te veo muy pensativo.


-Nada, Ali. Pensaba en esto y aquello, nada más...


-Bueno. ¡Ey, mira! ¿Aquel no es el auto de Lior? ¿Qué hace ahí estacionado?


Estaban a una cuadra del Asuka Valley y en efecto el auto de Lior no avanzaba, lo que los hizo suponer que el joven estaría ocupado con algo, o se le habría descompuesto. Pero no; al acercarse un poco más para saludarlo y preguntarle qué sucedía lo vieron notablemente ocupado en la tarea de besar y abrazar a Roxy, a quien se le había sentado encima y quien no parecía para nada disgustado por ese trato. Estaban tan sumergidos en ese beso que no los hubieran visto sino hubiera sido por la exclamación de sorpresa involuntaria de Allen, que los alertó y los hizo separarse bruscamente con expresiones culpables. Roger, sin embargo, se echó a reír.


-¡Cuánta razón tenías en decirme que debía participar de este torneo, Roxy! ¡Cuánta razón! 


 
Notas finales:

Bueno, fue duro, pero ya está hecho. Roger es libre para vivir su nuevo amor. Qué les depara el futuro inmediato? Ya lo veremos.

Si quieren pueden encontrarme en Wattpad como Kitty Pasta y en FB como Kitty Pasta Historias BL. No sé si se puede acceder desde esta página, pero por si acaso les dejo los links:

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