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No tengo que ser el peor de los dos por AbiHummel3007

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Notas del capitulo:

-se asoma sigilosamente con un cartel que dice "NO ME MATEN"- Lo sé... Me tarde mucho más de lo normal... Pero tuve un asqueroso bloqueo u.u no podía escribir ni una palabra, pero las musas han vuelto a mí y aquí esta el capítulo, espero que no me odien(?)

Comunico que ya se subieron los premios restantes por si no los han visto.

*Amór genético (cap dos) para Honey27

*Entre sábanas la música suena mejor para ClaireWesker0

*Por qué tú eres mi vida para Inés.

También aprovechó para decirles que me acabo de hacer un página en FB para mantenerlos al tanto de mis actualizaciones, nuevos proyectos y algún spoiler si ando de buenas jaja, si les interesa CLICK AQUI

Capítulo 37

Se viene el caos

 

Lo que lo despertó fueron las leves turbulencias y el sonido de alguien anunciando por los altavoces que se abrocharan los cinturones para descender, se sentía un poco desorientado y más cansado que antes de dormirse, no estaba seguro de como había hecho para dormir todo el camino pero se alegraba, no había tenido que soportar a la chica hablando todo el viaje, habían llegado a su primer destino… Aún no estaba seguro de cómo estaba organizado el itinerario de la gira pero suponía que eso se lo dirían en el hotel o algo similar, por el momento solo quería bajar del avión e ir a dormir a su habitación después de hablar con el rubio delegado.

 

Las turbulencias del aterrizaje terminaron bastante rápido y una vez que el avión se detuvo las azafatas aparecieron para dar indicaciones de nueva cuenta, lo típico, mantener el orden, no empujar… Nada que realmente le importará en ese momento, se deshizo del cinturón de seguridad, la castaña hizo lo propio y salió de su asiento hacía el pasillo del avión para bajar por fin, tomó su equipaje y ambos abandonaron la lata esa.

 

Ambos bajaron y se encontraron con el representante de la chica abajo que ya los esperaba para dirigirse al hotel después de recoger el equipaje y pasar por las revisiones, suspiró mientras se dejaba arrastrar por todo el engorroso proceso que le permitiría iniciar la dichosa aventura, las cosas pasaban a su alrededor casi como si fueran ajenas, definitivamente dormir en el viaje lo había dejado en peores condiciones que si se hubiera quedado despierto, parecía que ese sueño lo había privado de la poca energía que tenía.

 

Luego de lo que le pareció una eternidad se encontró a sí mismo en un taxi de camino al hotel, sentía a la castaña ligeramente apoyada en él mientras hablaba con su representante, con el cual compartían el asiento trasero del vehículo, supuso que en esas circunstancias no podía quejarse sin parecer ridículo, así que tuvo que contentarse con apretar la quijada mientras miraba por la ventana y los escuchaba hablar de fondo, a pesar de lo cual su cerebro no procesaba lo que estaban diciendo del todo, la única pieza de información que alcanzó a entender fue que el resto de la banda de la chica había llegado el día anterior.

 

Por el momento la cosa iba más normal de lo que había esperado, fuera de los “disimulados” intentos de Debrah de mantenerse en contacto físico con él el mayor tiempo posible no había hecho mucho más y eso lo calmaba increíblemente, podía lidiar con eso, mientras no correspondiera esos acercamientos, no estaría haciendo nada malo en esencia y podría mantener la cordura, alrededor de quince minutos después por fin llegaron a su destino, era un hotel que lucía bien, no excesivo pero al menos parecía un lugar decente para pasar un par de noches.

 

Bajaron del auto y ayudó a bajar las maletas, aunque aún se sentía con unos deseos enormes de simplemente dejarse caer en la cama y descansar de verdad, también comenzaba a salir a flote su emoción y su anhelo de aventuras, era lo más contrario que había sentido nunca, por un lado era inevitable sentirse embargado por la emoción y por el otro se sentía agotado y  preocupado de lo que fuera que estuviera por llegar, pasaron por la entrada llevando las maletas y mientras los registraban en recepción miró de reojo a la castaña, sabía que no solo lo había invitado por tocar bien la guitarra, estaba bastante seguro de que tendría una segunda intención.

 

Golpeó el suelo con su zapato repetidamente, quería algo de espacio para llamar a Nathaniel, cuando finalmente el representante de la chica apareció con las llaves de las habitaciones le falto poco para saltar de felicidad, algo de privacidad por fin… Claro, hasta que mencionó que primero tenía que presentarlo con el resto de la banda y explicarle los horarios, sabía que no podía negarse a eso así que se tuvo que conformar con asentir levemente, aún era temprano así que no era como que pudiera alegar que necesitaba dormir, ni siquiera anochecía aún, había sido un vuelo corto, de Francia a Londres no había demasiada distancia.

 

Debrah parecía especialmente satisfecha con la idea de retenerlo más tiempo lejos de la habitación y no le costaba adivinar el por qué, lo llevaron a las demás habitaciones del resto de compañeros de Debrah presentándole a cada uno de ellos, nombre y posición, les faltaba la primera guitarra, ese era su puesto en esa gira, era una banda curiosa, los chicos que la conformaban no parecían la clase de personas que tenían la tolerancia para aguantar a alguien como Debrah, incluso lucían como personas más afines a él.

 

La banda de la chica consistía de un segundo guitarra, un baterista y un tecladista, obviamente dejándolos a él y a Debrah fuera de la cuenta, el otro guitarrista era alguien bajo, con el cabello negro muy corto, casi militar pero con una sonrisa tan calma que por un momento le recordó a la sensación que transmitía Lysandro, el chico del teclado, tenía el cabello entre cobrizo y pelirrojo y contrario al guitarrista llevaba el cabello largo sujeto en una coleta baja, hablaba a media voz pero su manera de gesticular era bastante firme, como si estuviese acostumbrado a llevar razón en lo que decía, y al final le presentaron al baterista, un chico de cabello rubio opaco, como oro viejo, era casi de su estatura y tenía una mirada que le recordaba a la propia.

 

Probablemente era el que más afín de todos a sí mismo, tenía un aura que era interesante, casi peligrosa, ¿sería ese chico algo así como su reemplazo? Solo se saludaron y ambos volvieron a lo suyo, el chico entró a su habitación y él siguió a Debrah y a su representante a otra habitación para que le dieran el itinerario oficial, ahora estaba curioso respecto a cómo serían realmente esas personas con las que tendría que convivir cinco meses.

 

Entro a la habitación y le entregó el programa mientras explicaba las paradas, el tiempo que se quedarían en cada lugar, además de que harían dos presentaciones por zona, alzó una ceja, también le entregaron las partituras de las canciones que se tocarían para que empezará a practicar básicamente en ese mismo momento, solo tenía un día para prepararse como tal antes de la primera presentación… Suspiró de nuevo, todo sería demasiado caótico.

 

Al menos estuvo una hora en ello, escuchando y organizando las canciones, tenía mucho que aprenderse, aunque habiendo escuchado la música que producía esa banda las melodías no eran especialmente variadas así que confiaba en poder memorizarlas y hacerlo bien… Escuchó a Debrah decir algo así como “si fallas gatito, podremos arreglarlo” quiso maldecirla pero se mordió la lengua, sabía lo que pretendía con tanta amabilidad y lo detestaba profundamente, finalmente lo dejaron ir así que se marchó tan rápido como le fue posible, no quería darle tiempo a la chica de detenerlo, apenas tomó la llave huyó.

 

No tardó en encontrar la habitación marcada con el número de su llave y se encerró, lo primero que hizo fue buscar su celular, tomaría cinco minutos para llamar a su pareja antes de enterrarse en ensayos, tal vez no podría llamar a su pareja tan seguido como había planeado originalmente, no que le hiciera gracia no cumplir su  palabra pero no podía dejarse en ridículo a sí mismo… Malditas emociones contradictorias… Marcó el número del rubio y se colocó el aparato en el oído, su contrario no tardó en responder.

 

-Cast…- la suave voz ajena lo relajó sobremanera -¿Llegaste bien?- sonaba tan calmo como siempre, ¿realmente se sentiría tan tranquilo como aparentaba en ese momento?

-Todo bien delegado… Solo algo cansado de tanta charla y presentaciones…- bostezó un poco y se sentó al borde de la cama, lo extrañaba.

-Deberías dormir… Fue un vuelo corto pero debes estar agotado…- cerró los ojos imaginando el rostro del rubio… Su sonrisa… Acababa de verlo esa mañana pero lo extrañaba, tal vez solo era el hecho de tener la certeza de que no lo vería en un largo tiempo.

-Nath… No podré llamar a diario…- tenía que decírselo –Voy a estar ahogado en ensayos… No conozco todas las canciones… Lo siento…- susurro apretando el aparato en su mano suavemente, a esas palabras les siguió un momento de silencio, como si el otro lo estuviera procesando.

-Entiendo… Es normal, concéntrate en hacerlo bien y disfrútalo al máximo…- y ahí estaba de nuevo, esa parte tan madura de su pareja que le gustaba y exasperaba a partes iguales, a veces solo quería que le gritará y le exigiera las cosas pero sabía que eso nunca pasaría.

-Gracias…- susurró –Debo irme Nath… Te amo…- agregó suave levantándose de la cama en el proceso –Hablaremos tan pronto como pueda.

-También te amo…- la forma suave en que pronunciaba esas palabras lo hizo sonreír, tendría unos meses caóticos, cumpliría su sueño y luego podría volver a la calma y la felicidad que lo aguardaban en casa.

Notas finales:

Pues de nuevo me disculpó por la tardanza pero al fin aquí esta, lo siento mucho y haré mi mejor esfuerzo para que no suceda de nuevo, un beso!


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