Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Tus regalos deberían de llegar por Aphrodita

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Tus regalos deberían de llegar

 

 

Aphrodita

 

 

Este es mi humilde regalo para el bunny, sé que Shun si le diesen a elegir un buen regalo, lo elegiría a Hyoga... Espero no equivocarme con mi regalo XD.

Dedicado a todos los patonejos y patonejas y muy especialmente a Sapphire Celeste por abrirme los ojos y demostrarme que después de Ikki & Seiya esta es la mejor pareja del mundo (Entre los de Bronce ¬¬ Claro) Gracias mi cielo, todo este tiempo viví engañada por las Odas y los Odas, esos seres malvados que buscaban arrastrarme por el camino de la perdición y el pecado (Espero que ni Luri, ni Sasori, ni Ice lean esto sino estoy frita ¡Jajajajaja! XD Sin broncas... Me gustan las dos parejas XD).

Fuera de joda, este fic se lo quiero regalar a mi sobrina Malena, que cumple justo hoy (Es Hades, yo siempre lo digo) Aunque no es para menores y no lo pueda leer con sus dos años, simbólicamente quiero decirle que la extraño y que la amo aun más.

Aviso de ante manos, el tema de este fic es muy ñoño y cursi, pero... Se me ocurrió y quise plasmarlo, creo que quedo aun más meloso y tonto, carente de argumento, de lo que yo había imaginado.

 

One Shot:

 

--Ganso... ¿De qué vas?... –Investigó Ikki de manera prepotente.

Hyoga de pie entre la puerta de su cuarto y el pasillo endureció aun más sus facciones, preparado ante cualquier eventualidad.

--No trabaja... Tiene casi veinte años y no ha buscado jamas un empleo...

--No lo necesita... No te olvides que también es un Kido... –Objetó el Cisne con algo de sarcasmo.

--Ni siquiera esta estudiando...

--¿Adónde quieres llegar con todo esto?... –Se impacientó el rubio.

--Me molesta que se la pase todo el día encerrado contigo en un cuarto... –Explicó el Phoenix a punto de perder la paciencia.

Entonces ¿Eran celos? ¿O el peliazul aun no sé hacia a la idea de que su otouto era gay?.

--Nunca ordena su cuarto...

--¿Y me hechas la culpa a mi, de eso?... –El ruso arqueó una ceja y se cruzó de brazos, aquello era irrisorio.

--Escúchame... ¿A ti te parece bien que ni siquiera tenga ganas de bañarse como corresponde todos los días?...

--Lo ultimo que faltaba... Que encima lo trates de sucio...

--¡Óyeme rubito!... –Se exaltó Ikki tomándolo por el cuello de la remera, observó sus pupilas que danzaban furiosas, dispuesto a dar guerra, meditó la situación y lo soltó –Le estas arruinando la vida... ¿No te das cuenta?...

--¿Eh?...

--Shun no es el mismo, se ha convertido en una lacra humana... –Lejos de querer insultar a su otouto estaba tratando de demostrarle al otro la verdad, y por su rostro pareció surtir efecto --¡Mira como has puesto su mundo!...

--¡¿Yo?!... –Espetó Hyoga algo ofendido, algo confuso.

--Si, tu... Y todo porque no eres capaz de amar a nadie... Estoy cansado de verlos discutir todo el día, de ver como lo psicopateas todo el tiempo.

--¿¡Y que carajo quieres que haga!?... –La conversación lo había alterado por demás.

--¡¿Qué no le jodas mas la vida de lo que ya lo hiciste?!

--¡Pues bien!... –Exclamó el Cisne harto de vivir bajo la mirada inquisidora de su cuñado y sus palabras amenazante --¡Si eso es lo que quieres! ¡Me haces un favor!... –Dio la media vuelta e ingresó a su cuarto de donde siguió gritando --¡Me das la excusa necesaria para no verte nunca mas! ¡No se como Shun te soporta!...

"Porque yo de verdad lo amo" Se dijo el peliazul interiormente y lanzando una mirada fugaz a su ex cuñado se alejó rumbo a las escaleras, justo donde un peliverde algo desaliñado subió, incapaz de descifrar la mirada de su niisan y su andar apresurado, se encontró después con la escena de su koibito haciendo su maleta.

--¿Qué sucede Hyoga?... –Se atrevió a investigar Shun temiendo a la respuesta.

--¡Me voy! ¡En esta casa me tienen todos harto!... –Respondió el rubio de mala manera, aun enojado y furioso consigo mismo, acaso ¿Ikki tuvo razón? ¿Lo estaba perjudicando a Shun de alguna manera? Que no era el mismo, eso desde ya pero ¿Fue su culpa? ¿Ese cambio para mal?.

--¿Qué pasó?... –Preguntó nuevamente Andrómeda algo preocupado, con su voz tomada.

--¡Estoy harto de las estupideces de Seiya! ¡Estoy harto de los consejos soberbios y superados de Shiryu! ¡ESTOY HARTO DEL SORETE DE TU NIISAN! ¡¡HARTO!!... –Finalizó metiendo sus prendas como si se tratasen de enemigos dentro de su bolso. --¡Y estoy harto de Saori, que lo único que hace es meterse para mal!

--¡Pero Hyoga! ¡Eso no es lo importante!... –El peliverde buscó la manera de hacerse entender porque acaso ¿El amor que se tenían no lo valía? ¿No valía suficiente como para superar cualquier adversidad?

--¡No Shun! ¡Esto se termino!...

--Hyoga... –Pronunció el menor con lagrimas ya en sus ojos --¿Ya no me amas?...

Hyoga levantó su mirada, cerró su bolso con energía, lo cargó al hombro y caminó hasta su koibito.

--Hyo-ga...

--Adiós Shun... –El Cisne pasó junto al hombre que amaba y lo dejó llorando en el cuarto en donde muchas noches de pasión habían compartido, sin explicaciones y sin palabras amables se fue, en parte dándole la razón al Phoenix.

Ikki se sintió un poco culpable ¿Por qué negarlo? Pero creyó que esa era la única forma de solucionar las cosas. Hyoga se alejó de la Mansión, tomó un taxi que lo dejó en la ciudad y sin rumbo fijo, vagó por ahí; amaba hasta la locura a Shun pero... ¿Pero que? El Cisne no le quiso dar demasiadas vueltas al asunto, por temor a descubrir que las palabras del Phoenix eran ciertas, y hasta cierto punto lo eran. Shun no era el mismo peliverde de antes.

Andrómeda se encerró en su cuarto todo ese día y el siguiente, el Phoenix comenzó a preocuparse por su aislamiento, una cosa era un día, otra muy distinta era estar allí sin siquiera ir al baño o bajar a comer bocado alguno, o bueno, en realidad no lo había visto salir, no pudo asegurar que no lo hacía.

El peliazul caminó con duda hasta el cuarto de su otouto, golpeó la puerta y no recibió respuesta, sin dudarlo ingresó, encontrándose con su pequeño de espaldas aferrado a la almohada, llorando profundamente, quizás era mejor que Shun se quedase con la idea de que el Cisne ya no lo amaba, pues aparentemente no pensaba volver, después de todo el amor que le profesaba ¿Era mentira?. Sin embargo Andrómeda no era un niño, había entendido la situación desde un principio y no poder hacer nada lo enojaba consigo mismo, pero como consigo mismo no podía pelearse, se encabronó con su niisan:

--¡Todo por tu culpa!... –Exclamó cuando se dio cuenta de su presencia.

--Shun... otouto... –Susurró Ikki entristecido –Ahora quizás estés muy enojado conmigo...

--¡Quizás no! ¡Lo estoy y mucho!... –Corrigió el peliverde llorando a mares.

--Ya pasara otouto, veras que no será tanto... No es tan trágico...

--Tú lo dices porque eres... Un insensible... –En su tono de voz se notó el enojo.

--No me digas eso Shun... –El Phoenix se sentó en la cama junto a su otouto y acarició su ensortijada melena.

--Lo siento, niisan... –Susurró Shun sorpresivamente luego de meditarlo unos segundos–No es tu culpa, es que... Estoy muy enojado...

--Te comprendo...

Andrómeda dio la vuelta dejando al descubierto sus esmeraldas rojas de tanto llorar y su nariz colorada.

--No me ama... Se fue, y no le importó... –Hundió su rostro entre las piernas de su niisan y lo uso de pañuelo.

--No sé que decirte Shun... No es un tema que... –No supo como expresarse –No es algo que yo pueda afirmar o negar aunque lo intuyo... Lo único que puedo decirte es que: Estarás mejor, con el tiempo...

Las palabras de su hermano fueron un bálsamo para su agitado corazón, el peliverde secó sus lagrimas y se incorporó en la cama, sentado en la posición de Loto, justo cuando su estomago crujió de manera aterradora, sus mejillas se tornaron carmesí y el Phoenix sonrió:

--¿Por qué no bajamos a comer algo?...

Shun asintió débilmente y poniéndose de pie acompañó a su niisan hasta la cocina, ni Seiya ni Shiryu dijeron algo al verlo, quizás para no incomodarlo, quizás porque sabían que Andrómeda naturalizaría la situación diciendo que estaba todo muy bien, en tal caso no tenia sentido... Y eso el peliverde lo agradeció interiormente.

Ese día pasó, y pasaron muchos mas, en donde Shun extrañamente tenia días, días en donde se sentía estupendamente bien, hasta que algo, una palabra, un recuerdo le traía la memoria de su Cisne, y tenia días malos, en donde se despertaba pensando en él y su figura no lo abandonaba hasta que conciliaba el sueño nuevamente al terminar ese día... Una real tortura, que poco a poco fue menguando, pero para ello Andrómeda necesitaba estar haciendo algo y así no pensar en el rubio, lo que fuese, cualquier actividad por mas ridícula que fuera, toda actividad que lo alejaba unos minutos de su ruso eran muy bienvenidas por el pequeño peliverde.

Había pesado ya mas de un mes desde la partida furiosa de Hyoga, durante ese tiempo Shun no supo ni quiso saber nada de su paradero, y aunque intentaba sonreír y hacer de cuenta que todo estaba bien, se notaba la tristeza en sus pupilas y la soledad desprenderse por cada poro de su piel, es que ¡Extrañaba tanto a su Cisne! Sus caricias, tan ausentes, se sentían aun sobre su piel, por las noches Andrómeda juraba sentir las manos de su rubio quemando su piel. Y solo había pasado un mes y medio ¿Qué le quedaba por delante? ¿Era cierto eso de que con el tiempo conseguiría olvidar? ¿O seria aun peor? La ausencia del ruso se sentía en cada rincón de la Mansión, por lo menos para el peliverde.

Y esa tristeza que se había apoderado de Shun se hacía cada vez más notoria cuando la fecha de su cumpleaños se aproximaba, Ikki observaba a su otouto por la ventana, sentado en los bancos del Jardín llorando lagrimas silenciosas de desasosiego, y negaba con su cabeza incapaz de poder hacer algo por él ¿Incapaz?...

Para mal en peor, el día de su cumpleaños inevitablemente llegó, contra todo intento de retrasar el tiempo, y en dicha fecha Andrómeda no solo sufrió la ausencia de su koibito sino también se le sumaba la de su niisan, solía tener esas huidas fugaces pero ¿Por algún extraño motivo tuvo que elegir esa fecha? Shiryu lo supo y por eso solo confesó:

--Fue a buscar tu regalo Shun...

Y se mordió la lengua, ojalá el Phoenix tuviese suerte con su regalo, pero seria algo difícil.

El peliazul tomó el tren y bajó en una estación desconocida para él, leyó el papel que el Dragón le había dado y se guió, buscando con éxito la dichosa dirección.

Ikki ingresó a la pensión y caminó por el largo pasillo, se situó frente a la puerta y golpeó, espero un buen rato hasta que finalmente se abrió:

--¿Tu?... –Fue lo único que le surgió a Hyoga.

--¿Quién mas?... –Se quejó el Phoenix

--Shiryu... –Soltó el Cisne con voz de hartazgo --Lo voy a asesinar por darte la dirección...

--¿Sabes que día es hoy?...

--Por supuesto... –El rubio se cruzó de brazos ¿Cómo olvidar esa fecha? –No entiendo que haces aquí...

--Si me dejas pasar te explico... –Argumento el peliazul con voz parca.

El ruso ingresó nuevamente dejando su puerta abierta, invitándolo así a su compañero a seguirlo. Ikki se encontró con un mono ambiente bastante pobre, no en aspecto, ya que era nuevo, sino en muebles, solo había una mesada, cocina, mesa, dos sillas, una cama y un mueble, lo necesario y no más.

--¿A que has venido?... –Sin pelos en la lengua, Hyoga investigó impaciente.

--A buscarte... Hoy es el cumpleaños de...

El Cisne lanzo una risa sarcástica.

--¿Después de que me echaste vienes a pedirme que regrese?... –El ruso sonrió de manera cínica.

--Yo no te eché, no te equivoques...

--Pues, quizás no fuiste concreto, pero me pediste que no le arruinara mas la vida a tu otouto ¿Cómo quieres que tome eso?...

--Yo no te pedí que te fueras, que te alejaras de él... Solo que te dieras cuenta... –Ikki calló de repente, y buscando una silla tomó asiento –Desde que tu no estas... En este mes y medio, Shun no solo tiene su cuarto ordenado y su vida... Se anotó en un taller literario, y esta pensando en buscar empleo...

Se produjo unos minutos de silencio necesario, el Phoenix intentó demostrarle al otro lo que por mucho tiempo intento decirles, jamas reprochó su unión o se puso en contra, pero tampoco permitiría que su otouto se viese influenciado de una manera negativa, desde ya que nunca creyó que el rubio era mala persona, o una mala influencia. El haberles dado "Carta libre" A su relación desencadeno esa caótica situación, Shun prefería estar con Hyoga antes de salir a algún sitio, estudiar, o trabajar, y eso no era correcto... Ya tenia 18 años, aunque en actitudes demostraba tener menos.

--Entonces... Esta mejor... –El tono de voz del ruso dejo en claro su decepción, por un lado estaba contento de ver como su chico encontraba la motivación perdida, pero le dolía descubrir que era gracias a su ausencia.

--No... Esta muy triste... –Corrigió el peliazul –Ha organizado su vida, pero le faltas tu... Y eso se nota...

Hyoga levantó su mirada, incapaz de poder pronunciar palabra alguna, comenzaba a comprender a su amigo, Ikki nunca buscó separarlos, sino que durante mucho tiempo había intentando demostrarles que el tipo de relación simbiótica que llevaban no era bueno para el menor de los tres.

--¿Qué dices? ¿Vienes al cumpleaños de mi otouto?...

--Ikki...

--Quiero dejarte en claro muchas cosas... –Interrumpió el aludido –No me molesta saber que mi otouto es gay... –Desde ya, el no podía objetar nada, no después de esa noche que Shiryu y Seiya los invitaron a participar de sus sesiones amorosas --Y aunque en un principio me molestó que fueras tu, me has demostrado que realmente lo amas... –Ante el desconcierto del otro, se apuro a acotar observando el lugar –Lo has puesto como tu prioridad, dejándolo... Aunque el se haya enojado y no lo haya comprendido... Aunque hayas quedado como un pato egoísta con todas las cosas que gritaste, no me cabe duda de que lo hiciste por él, te dio bronca saber que era cierto, que la relación los estaba consumiendo y por eso te fuiste... Si no te hubiese importado, te hubieses quedado a su lado follando como lo hacen todas las noches...

--Yo... Ikki...

--No soy idiota ganso, lo único que te pido es que no lo lastimes nunca, y que estés a su lado dándole un motivo mas en su vida para vivirla a pleno...

--¿Me dejas hablar?...

--Sí...

--¿Shun sabe que viniste hasta aquí?...

--No... Me fui sin darle explicaciones...

--Entonces, no sabe que tu...

--No lo sé... –Respondió el Phoenix –Quizás para estas alturas Shiryu ya se lo dijo.

--¿Y esta enojado conmigo todavía?...

--Pato cobarde... –Reprochó el peliazul.

El Cisne no podía permitir que su cuñado pensase que no amaba a Shun, que el miedo a ser rechazado era mas fuerte que su amor por el peliverde.

--Ya va a ser la hora de la cena... –Hyoga buscó su chaqueta, tomó las llaves y junto a un silencioso Ikki partieron rumbo a la Mansión.

 

Durante el trayecto los dos hombres no hablaron de nada, estaban sumidos en sus propios pensamientos, y a pesar de que aun reinaba entre ellos ese pesado aire de discordia, en su interior supieron que su relación no seria ya mas la misma... Por supuesto, Hyoga había comprendido la lógica petición de Ikki, y el Phoenix había comprobado cuanto lo amaba ese Cisne pata sucia a su hermano, por mas que le pesase que un vago lo hubiese enamorado.

Llegaron a la Mansión entrada la noche, el peliazul entró primero con el ruso a sus espaldas, el ambiente era lúgubre, mas que un cumpleaños parecía un velatorio. Ikki cruzó la entrada principal y llegó a la sala. Quizás por temor de ver las orbes verdes de su niño repletas de agua y enojo, el rubio no pudo seguir a su cuñado.

En la mesa estaban Saori, Tatsumi dando vueltas por ahí, Shiryu, Seiya y Shun con cara de velorio, y en cuanto vio a su niisan le reprochó:

--¿Dónde estabas Ikki?... Ya casi termina mi cumpleaños...

--Espero que el regalo sea bueno... –Susurró Seiya suficientemente audible y el Dragón lo codeó.

--Lo siento usabi... Fui en busca de tu regalo... –Observó atrás y se vio solo –Ganso cobarde...

Hyoga dio un paso al frente y salió a la luz, el silencio fue abrumador, los rostros serios observaban inquisidoramente al invitado, sin embargo a este, solo le importaba el de uno, justamente el del cumpleañero, levantó su mirada y posó sus pupilas celestes en las esmeraldas de su niño, y efectivamente vio lo que temió, dolor y enojo... Pero, era Shun, y en Andrómeda el enojo era fugaz.

--Feliz cumpleaños Shunny... –Esbozó el Cisne con timidez.

Shun sonrió justo cuando una lagrima rodó su mejilla, y poniéndose de pie camino hasta su hombre para abrazarlo fuerte, Ikki viendo la situación los dejó solos y fue directo a la mesa, se estaba muriendo de hambre literalmente.

--Gracias niisan... Es el mejor regalo... –Expresó Andrómeda con felicidad, sin embargo su niisan no volteó ni dijo nada, haciendo de cuenta que no había escuchado.

--Lo siento amor... –Susurró Hyoga en el oído de su niño abrazando su cintura.

--Nosotros dos tenemos que hablar muy seriamente... –Objetó el peliverde con energía, endureciendo sus facciones –No pienses que será tan sencillo conquistarme de nuevo... No soy un chico fácil... –Dicho esto dio la vuelta dándole la espalda a su koibito y se cruzó de brazos.

El Cisne se quedó helado con esa respuesta y ese alejamiento, Ikki y Seiya rieron al ver la escena, mientras Shiryu y Saori negaron con sus cabezas, y así empezaron, ese seria solo el primer día, pero volver a conquistar a su conejo seria mucho más difícil que vencer a todos los Dioses juntos, pues Shun no se lo dejó tan sencillo, era un hueso duro de roer y no había palabra dulce o caricia que derribara esa muralla que graciosamente había impuesto ¿Por qué negar que la situación lo divertía por demás?

El Phoenix no solo le había devuelto al hombre que amaba sino también la posibilidad de cambiar la relación para bien de los dos, les había enseñado a amarse de una manera mas sana y no tan sofocante. Habían perdido personalidad en su relación, haciéndose dependientes mutuamente, la idea era recuperar la libertad perdida y la identidad, debieron reconocer que ambos buscaban volver a ser los mismos que eran antes, pues ya se habían olvidado como eran.

Ese fue un cumpleaños que el peliverde no olvidaría jamas, y fue el mejor regalo que su niisan le había dado en toda su vida.

©©© FIN ©©©

 

¡Ah! Que pedorro, jajajaja! Perdón por no poder traerles algo mejor, pero mis musas están en huelga.

Nos leemos si los Dioses lo permiten con un Hades x Poseidón.

 

¡Rosas! Gracias por leer esta cosa que no llega ni siqueira a fic *_*

 

09/09/2006 12:04 p.m. San Luis, Capital, Argentina.

Exclamaciondeathena@hotmail.com

Kurumadasama@gmail.com


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).