Mabel sonreía alegre mientras bebía lo que sea que se hubiera servido esa noche en aquel vaso de plástico rojo. Pyronica no dejaba de ver a la castaña y seguirle la conversación mientras los dos hombres se veían con aburrimiento ignorando a las chicas.
El día anterior M.U.K había llegado inventándoles a una fiesta y usando a las chicas para que ambos asistieran a la fiesta, después de todo Dipper aceptaría todo por Mabel y Verónica arrastraría a Bill le gustara o no, era su única amiga femenina y no era exactamente por el cuerpo de infarto que la chica tenía, o no, por más que muchos categorizaran a Pyronica de puta la chica te mandaba al hospital mucho antes de que pudieras insinuártele. Además de tener ojos solo para la castaña Pines y su hiperactividad, de la misma forma que su amigo rubio solo podía ver al gemelo Pines.
—¡Chicas, Dipper! —sonrió alegre M.U.K al verlos y se acercó corriendo a ellos para hablar. —¿Qué hacen sentados?, esperaba que se divirtieran más, en especial Pyronica y la linda Belly, estos son sus ambientes cotidianos.
—¿A quién llamas Belly jodido pitufo? —pregunto el rubio viendo mal a la anfitriona de la fiesta.
—Oh, porque estamos muy a gusto platicando querida. —sonrió la pelirrosa evitando una pelea entre ambos rubios que seguro acabaría con los hermanos de la chica interviniendo de mala forma. La rubia hizo un puchero ante la respuesta y sonrió alegre.
—M.U.K—llamo l gemelo Pines curioso por el lugar, pues no era el departamento de enfrente en donde vivía la rubia si no una jodida mansión para más de cincuenta personas. —¿De dónde sacaste este lugar?
—Oh, no es mío es de una amiga. —sonrió. —Ella es la verdadera anfitriona, se acaba de mudar a California y aunque es más de andar en bares la convecinos de hacer mejor una fiesta… si te aburres creo que por ahí están Marco y Wirt… en cuanto a Belly su único amigo aquí es Tom pero no se dónde este, tal vez en la barra.
—¿Barra? —pregunto curiosa la aspirante a chef con una sonrisa de oreja a oreja.
—Al fondo Pery. —sonrió divertida la rubia. —Tiene de todo, más que nada cerveza pero bueno… por cierto Dipper, la anfitriona te quiere conocer, y créeme la quieres conocer. —le guiño un ojo y salió corriendo sin dar más explicaciones.
Bill miro iracundo a la chica, nunca sabía que tramaba, la semana pasada le ayudo a declarase de manera directamente indirecta al castaño y ahora estaba empujando a Dipper a los brazos de una desconocida dueña de una jodida mansión… mataría a la rubia en cuanto le dieran la oportunidad. Sin pesarlo se paró y fue al lugar en donde estaría más cómodo; la barra, al menos tomaría y eso le gustaba, además si Tom estaba ahí podría quejarse con él de la locura que se acarreaba la rubia rusa. La pelirosa sonrío ante los pensamientos de su rubio amigo, este no necesitaba hablar para entender sus pensamientos, los comprendía a la perfección sin que este dijera alguna palabra, sonrió y jalo a la castaña para llevarla a bailar, a diferencia de Bill ella si seguía avanzando con la chica Pines desde que la rubia les había empujado a besarlos y el lado positivo es que la chica no rechazaba sus avances, pero su amigo y Dipper eran otro cantar, demasiado orgullosos para avanzar por si solos, tal vez por eso la rubia hacía lo que hacía al querer presentarle una chica a Dipper.
Por su parte el castaño al verse solo se resignó a pararse e ir a buscar a Marco y a Wirt, no tardo en encontrarlos, Marco con Star y Wirt con Beatriz, sonrió y se acercó a los cuatro para empezar a hablar alegres mientras las chicas los abandonaban pues “ya iban a empezar con sus cosas de nerds”. Empezaron a hablar sobre magia, la poesía de Wirt y Dipper no pudo evitar comentar que aún le daba miedo el novio de Wirt, el simple apodo de este daba miedo; “The beast”, la bestia, no sabía que le pasaba por la cabeza a su amigo al estar con un chico así, no era solo por su apodo, sino porque también tenía antecedentes penales. Marco no apoyo a ninguno de los dos pues sabía que Dipper solo se quejaba por miedo a que algo le pasara a su amigo y Wirt veía el lado bueno de su novio que muy pocos veían.
La plática siguió de manera más normal y los tres explicando cómo es que los convencieron de ir a una fiesta así, reían y al contrario de los demás no tomaban ni una pizca de alcohol, los tres se encargarían de llevar a sus acompañantes a la casa después de la fiesta (borrachera). Una chica de cabellera ceniza y ojos verde oscuro se acercó al trío con una sonrisa coqueta, al estar parada a su lado toco el hombro de Dipper tres veces para llamar su atención cosa que consiguió y noto como el castaño se queda impacto al verla.
—¿Eres Dipper Pines, cierto? —pregunto lo más dulce que pudo aunque se asqueaba por dentro, ella no coqueteaba con nadie, todos coqueteaban con ella. Miro al chico asentir sin decir nada.—Yo soy la anfitriona de la fiesta, me llaman Mary Ann, un gusto.
—Igualmente. —hablo apenas pues era raro que una chica como ella se fijara en el grupo que no bailaba ni se emborrachaba y solo reían.
—Soy amiga de M.U.K, ella me ha hablado mucho sobre ti, me dijo que te encantaba lo sobrenatural… tal vez te gustaría que te prestara unos libros que tengo sobre eso, son muy raros y creo que si a M.U.K le gustaron a ti también te gustaran, ¿te parece? —pregunto sonriendo dulce obteniendo otro asentimiento de cabeza. —Perfecto, te espero en casa de M.U.K el próximo viernes por la noche. —se dio vuelta y se fue, al estar lejos de la vista de los tres se juntó con la loca de su amiga y le dio un buen golpe en el hombro por obligarla a actuar así. —Dime que al menos Bill lo vio.
—Claro que lo vio querida. —sonrió M.U.K divertida. —Ahora vamos a molestar a mi hermano y tu primo. —la rubia sonrió y siguió a la aparente rusa a otro lado de la fiesta.
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Al regresar a la casa Dipper tuvo que llevar uno por uno al departamento y a su cama, el delirio cayo cuando fue el turno de Bill para llevarlo a la habitación. Al intentar dejarlo en la cama el chico no se soltaba y se aferraba cada vez más fuerte a él hasta que no pudo hacer nada más que terminar sobre el rubio mientras este lo abrazaba como un oso de peluche sin señales de soltarlo en algún momento, desesperado empujo y se movió sin lograr nada, el rubio tenía fuerza, no mucha pero su la suficiente para retenerlo.
—¿Bill que te pasa? —pregunto molesto empujándolo para alejarlo.
—No es justo Pines. —gruño molesto el rubio soltándolo por fin pero mirándolo aún acostado en la cama sin que el castaño entendiera nada. —Siempre hago de todo para molestarte y tener tu atención, para admirarte y esa chica se te acerco de manera linda y le haces caso.
—Chiper por favor, tu coqueteaste toda la noche con cuanta persona te pasara por enfrente, incluso con Pyronica y Tom, además no entiendo para que quieres mi atención si casi soy como tu sirviente. —gruño cruzándose de brazos molesto. —Además estas más borracho que una cubana.
El rubio río divertido y se sentó como pudo. —Los borrachos siempre dicen la verdad… me gustas Dipper.
—Bill, estas borracho y si lo dices por lo de la semana pasada… solo reaccionaste a las provocaciones de M.U.K como siempre, no fue nada.
—¿No fue nada para ti?, porque para mí fue mucho Pines. —se apoyó en la cama y se paró tambaleándose riendo. —Porque a mí me gustas desde hace mucho Mason Pines. —lo abrazo del cuello y lo beso jalándolo más hacía él. Dipper no supo que hacer pero tampoco quería empujar al rubio, estaba borracho y eso era todo… no debía hacerse ilusiones, pero aun así tomo a Bill por la cintura para corresponder al beso con cierta inexperiencia, los labios de ambos se movían a un ritmo lento pero pasional y antes de que pasara a más el castaño se separó y empujo al rubio haciéndolo caer en la cama.
—No, estas borracho. —se alejó y salió del cuarto dejando al rubio solo.