Los dulces, alegran la vida…
Los dulces se vuelven más dulces cuando...
Los comes con la persona que amas.
-¿Sabes? Recibí un beso de Naeun, la chica que se sienta al lado mío en clases.
-¿Eh? ¿Por qué? –sacó del horno la bandeja con los panecillos recién hechos, a pesar de estar de espaldas, podía imaginarse que…. Esa persona tenía una cara serena como si fuera algo común que estaba comentando, mientras, se saboreaba aquel relleno cremoso de vainilla que tanto le gustaba a él.
-Ella dijo que me veía apetitoso y que olía a dulce.
-¿¡Qué demon-¡? ¿¡Naeun!? –Aquellas palabras lo tomaron sorpresa, pero aun así, siguió en su labor de rellenar los panecillos con la crema de vainilla.
-¿Qué? Es culpa tuya.
-¿Yo?, ¿Por qué? –lo observó tomando uno de los panecillos ya hechos y acercárselo a la boca para así, degustarlo con tanto gusto que Minho había preparado.
-Porque siempre me haces cosas dulces y deliciosas… Mi cuerpo… se volvió dulce como el azúcar.
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Parecía una completa maldición estar rodeado de aquel dulce y adictivo aroma de vainilla por poco tiempo, cuando preparaba los panecillos en la cocina del local, lo hacía recordar completamente a aquella persona… Su razón de existir...
-¡Minho-ah! –Jonghyun estaba de pie en la puerta que conducía del mostrador a la cocina, con su típico uniforme de la pastelería-. ¿Podrás hacer 6 más de cream pufs? Hay un cliente que vino desde Busan a probar tus postres, ¿Puedes creerlo? –La risa de Jonghyun a veces era algo ronca, pero Minho estaba más entretenido acomodándose su gorro y las mangas de su filipina para volver a ponerse a rellenar aquellos panecillos.
-Está bien, será el último pedido, no ofrezcas más.
-De acuerdo, pondré el letrero en la vitrina que ya están agotados.
-Gracias. –Escuchó los pasos de su amigo volver a su lugar y atender con la amabilidad que siempre mostraba ante los clientes.
Minho amaba hacer postres desde que tenía 8 años, herencia de su adorada madre. No había un solo día en que no preparaba algún postre para acompañar con la comida, era su más gran afición y cuando se graduó de la preparatoria, sin pensarlo dos veces, comenzó a estudiar para chef y especializarse en la repostería. Sus postres se hacía muy populares entre el campus y por consecuencia de aquello, le llovían demasiadas ofertas de trabajo en diferentes restaurantes de Corea, catalogados como los mejores, e incluso ofrecimientos al extranjero como París, Inglaterra, China y Estados Unidos. Pero, Minho tenía un mejor plan, en satisfacción suya, abrir una pastelería en uno de los barrios más concurrentes de Seúl en donde la gente podría ir, en vez de solamente comprar dulces y llevarlos a casa, disfrutarlos en un área especial con mesas y sillas cómodas con estantes de libros de varias temáticas y bebidas, y a sus recién 25 años lo logra, con la ayuda de su amigo Jonghyun que era administrador empresarial y compañero de la preparatoria, y Jinki, compañero de la universidad y también repostero como Minho.
Pero había otra razón… No quería alejarse de aquella persona que desde la vida conocía y jamás podrá desprenderse de él, a pesar de qué… estaba completamente prohibido.
El reloj marcaba las 9:45 pm, había unas cuantas luces encendidas en el local, iluminando unas cuantas mesas, estiró el cuello y hacía movimientos circulares, había demasiado trabajo en la pastelería debido a su enorme popularidad y las notas destacadas de cada revista publicada, recomendando la tienda de Minho a cada ciudadano y turista.
(Y eso qué, solamente llevaban 2 años trabajando.)
-¡Buen trabajo, Minho! –Jinki tomó asiento frente a Minho, quitándose el delantal y su gorro, colocándolos en la mesa-. Como siempre, tus cream puffs se venden inmediatamente, te envidio. –hace un puchero mientras desabotona uno de los botones de su uniforme.
-Tranquilo hombre, tus cupcakes son igual de populares. –Sonríe, mientras toma un trago de la lata de cerveza que tenía junto a él.
-Buen trabajo a los dos, los chicos se fueron, les dije que se quedaran a beber algo pero se negaron. Están molidos. –Suspira, tomando asiento junto a Jinki, dejando dos latas de cerveza y masajea ambos hombros-. Este día fue muy duro, cada vez nos llenamos más de clientes.
-Solo es temporal Jonghyun, esto es debido a las notas de las revistas.
-Lo sé, pero, esto es bueno, puede que algún patissiere venga a la tienda y te elogie. –Ríe suave mientras abre la lata de cerveza y da un enorme trago a ella.
-Jjong tiene razón, la clientela cada vez incrementa, incluso han venido gente fuera de Seúl.
-¡Cierto! A pesar que habíamos vendido todo, un niño entró a la tienda muy insistente por llevar una caja de esos panecillos rellenos de vainilla.
-Se llaman cream puffs, tonto. –Dijeron Minho y Jinki al mismo tiempo.
Jonghyun frunce el entrecejo y bufa-. Da igual, pero, me tomó por sorpresa, aquel chiquillo venía de Incheon. Eso está demasiado lejos. –Minho estaba en shock al escuchar lo último que salió de la boca de su amigo.
-Wow. –Jinki tomó un sorbo de su cerveza-. Debió venir especialmente por las notas que salen en las revistas, ¿Incheon? –Miró a Minho señalándolo con su lata de cerveza casi vacía-. Minho, tú también eres de allá, ¿no?
-¿E-eh? –Parpadea varias veces y se aclara la garganta-. Si, Jonghyun igual.
-Vaya, menuda coincidencia.
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Camina con tranquilidad, la calle no estaba totalmente transitada pero tampoco vacía, faltaba escasos metros para llegar a su departamento. Estaba completamente agotado y necesitaba llegar para así dormir. Aunque algo rondaba por su mente.
Coincidencia, ¿huh?
“Estos saben… como si fueran tus cream puffs, hyung.”
Y… Una escena de beso invade la mente de Minho, provocando en él, que sus mejillas se sonrojaran, queriendo echarle la culpa al alcohol… Cuando estaba más lúcido que nada-. No debería estar recordando eso justo ahora.
Sube al elevador de su edificio departamental, oprimiendo el botón de su piso. La mente de Minho era completamente un caos, había cometido el gravísimo error de haber empezado aquel beso con aquella persona, en aquel entonces tenía solamente 15 años y esa persona 14… pero, siempre tenía aquella atracción hacia él desde que tiene uso de razón.
No debí hacerlo… a pesar que no es nada mío, lo hice.
Las puertas del ascensor se abren y Minho bosteza, y… Desde cierta distancia, podía ver a alguien recargado en su puerta, de cabellos negros, piel blanca como la leche y un rostro que recuerda con tanta claridad. Un rostro que jamás… Se atrevería a olvidar por nada del mundo.
-Hace mucho tiempo que no te veía. –Dice Minho, a escasos pasos de él.
-Tardaste demasiado en llegar, Minho-hyung. –Sonríe, dejando a un Minho completamente inexpresivo, sin saber cómo reaccionar por unos momentos.
-¿Por qué no entras? Tienes un duplicado de la llave, Taemin. –No era una coincidencia, era una realidad, nuevamente tenía frente a él… A la persona que tanto se procuraba en no tocar después de aquél incidente, su hermano.
-La olvidé en casa. –Se hizo a un lado y Minho abre la puerta del departamento, manteniendo su serio semblante mientras entra-. Que frío te has vuelto hyung, tú lindo hermanito vino a verte desde lejos y tú recibiéndome así, que cruel.
-Un lindo hermanito llama antes de venir a la capital. –Taemin cierra la puerta y avanza a la sala, sentándose en un sofá mientras qué, Minho estaba en la cocina sirviendo dos vasos de jugo de naranja.
-y lo dice la persona que se fue lejos. –susurra lo más bajo posible para qué Minho no escuchase. Observa el cómo su hyung se iba acercando mientras le daba el vaso con jugo y, caminaba hacia la ventana, mostrando una deslumbrante vista nocturna de Seúl.
-¿Fuiste tú el que vino a la tienda, verdad? –Cuestiona, mirando de reojo como Taemin bebía con delicadeza y tranquilidad el jugo que había servido.
-Sí. He ido desde que no estabas en casa. –Minho cargaba una mirada neutra, Taemin no lo miraba, estaba más concentrado en beber su jugo que verlo a él-. Quise comer uno de tus cream puff. Le pregunté a Jonghyun-hyung, sigue aún sin reconocerme y dijo que eran de los más populares en tu tienda… Estoy tan celoso. –Dice con una cara serena, pero llena de inocencia, como un niño pequeño-. Se supone que ese postre era especialmente para mí.
Y lo son, al menos para Taemin, qué, siempre esperaba con ansias el cómo su hermano preparase aquellos panecillos rellenos de crema con ese exquisita fragancia de vainilla. Miró a Minho con una cara completamente sería, el menor suspira y mira hacia otro lado.
-Parece que no estás contento de verme.
Minho reacciona al escuchar la voz apagada de Taemin-. No, no es eso.
-Entonces, ¿Puedo quedarme aquí un tiempo? Si quieres, claro. Después de todo estoy de vacaciones en la universidad.
-¡¡Minhonnie~!! Mira aquí. –Una mujer sostenía una cámara y un Minho de 8 años comía con tanta tranquilidad su cream puff, mientras qué, un Taemin de 5 años estaba alado suyo robándole una mordida a su panecillo. De repente, un disparo de cámara suena-. Qué lindo, Taemin comerá cualquier cosa que su hermano coma… Lo hacer ver más delicioso, ¿no?
Ambos eran inseparables, se complementaban tanto a pesar de ser hermanastros.
-Puse la merienda en el refrigerador, ten mucho cuidado Minho, ¿sí? Mamá se va a trabajar.
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Bosteza y se estira, el reloj de pared marcaban las 7:05 am y faltaba una hora para abrir la tienda. Agradecía que Jonghyun era el que abría la tienda y no él porque siempre olvidaba portar la llave.
(Y eso que él es el dueño de la pastelería.)
Sus ojos se desvían en un bulto envuelto en sábanas blancas, durmiendo tranquilamente en el suelo, con sus cabellos desarreglados y el sonido de su respiración profunda. Minho se acercó a él, decidido a tocarlo… Aunque sea un mechón de aquellos cabellos de chocolate, pero después, se arrepiente y suspira por frustración. Taemin era completamente una tortura para Minho y eso lo estaba matando. Así que optó por salir de la habitación y arreglarse para el trabajo... Mientras que, alguien abre los ojos con lentitud y observa como él se iba y cerraba la puerta de la habitación.
-Eres un tonto, Minho-hyung.
Después de la muerte de su madre, ambos debían mantenerse más juntos y poder resolver las cosas por su propia cuenta, el padre de Taemin había hecho su propia ida, mientras que, el de Minho igualmente había fallecido cuando era un bebé. Pero, eso no impidió que nada se desmoronase, con tan solo 16 años, Minho supo sacar a Taemin adelante, los ahorros, las herencias de ambos padres y el dinero que a veces el papá de Taemin depositaba a su cuenta, los sacaba de apuros cuando los había, pero disfrutó su vida de adolescente, ambos estaban metidos en su propio mundo, en donde Minho preparaba aquellos dulces panecillos de crema de vainilla y Taemin los disfrutaba con tantas ansias.
Sale del departamento y camina calles adelante para tomar el autobús que lo llevaría a la pastelería. Su mente estaba siendo un lío y hoy debía atender un pedido para un pastel de bodas, debía concentrarse en su trabajo.
-Oh, llegaste Minho. –Jonghyun estaba entregando una bolsa grande, probablemente un pastel, había una enorme fila de gente esperando pedir algún postre delicioso, creo que ya era momento de contratar más personal-. Onew se le están juntando los pedidos de los panecillos.
-Perdón, iré a ayudarlo. –se apresura a entrar a la cocina, y ahí estaba, Onew decorando los cupcakes y metiéndolos rápidamente, pero con mucho cuidado para no estropear el decorado de merengue-. Lo siento, llegué algo tarde.
-Solo apresúrate y ayúdame a meter todos estos postres a las cajas. –Dijo con voz seria, concentrado en decorar, esa era su modo de responder en Jinki cuando estaba bajo estrés. Cosa que Minho ya se acostumbró.
Se acercó a la enorme mesa de la cocina, con su uniforme puesto y comenzó a empacar y a preparar la masa para los cream puff, no sin antes, hacer aquel delicioso manjar de vainilla. Imágenes de Taemin comiéndolos y chupando sus dedos que tenían el relleno del puff le invadían la mente, Minho ya no podía negarlo. Desde que se fue de casa para enfocarse en su tienda y carrera, había puesto el postre favorito del menor como la especialidad de la tienda, porque, con ellos se habían creado tantos recuerdos y a Minho le hacía sentir a gusto cuando no tenía la presencia de su querido hermanito a su lado.
Pero… había tomado una decisión tan descabellada que, ocasionó que jamás obtuviera contacto con el menor desde hace 3 años.
“Estos puffs… saben iguales a los que tú haces, hyung.”
Una imagen de Taemin sorprendido ante semejante acción que Minho provocó en él, lo deja pensativo y, al mirar el reloj de su celular que marcaban las 5:56 pm, supo que debía tomar un leve descanso antes de seguir con el trabajo. Suspira, aquel recuerdo lo tenía demasiado ido y el tener al menor viviendo con él no era nada bueno, había pasado 3 años desde aquel incidente y después de eso, se prometió nunca mirarlo con aquellos ojos que muchos lo miraban… se juró no mirarlo como si no fuera en realidad parte de la familia.
¿Y ahora qué hago?
-Minho, volvió ese chico de Incheon. –La voz de Jinki lo sacó de sus propios pensamientos, mientras que su amigo miraba por la puerta de la cocina que conectaba con el resto del local-. Parece que Jonghyun le hizo tema de conversación.
Minho se acercó al escuchar la escandalosa risa de Jonghyun, quería ver con sus propios ojos que la persona que estaba con Jonghyun era un desconocido y no él.
-Lo siento, lo siento. De verdad no te reconocí, minnie-ah. –Jonghyun sonreía ampliamente-. Ha pasado mucho tiempo sin verte, incluso de pintaste el cabello.
-Sí, ha pasado mucho tiempo hyung. –La encantadora sonrisa de Taemin tenía completamente cautivado a Minho, esa sonrisa era algo digna de admirar.
Taemin desvía su vista hacia donde estaba Minho, su sonrisa se vuelve dulce e inocente-. Ya llegué hyung.
-Oh, ¿Este es el hermano que tanto mencionabas en la universidad, Minho? –Jinki observó que su amigo mantenía su mismo semblante, solo qué, el ambiente se estaba volviendo algo pesado.
-Sí.
-¡Minho, de verdad Taemin está cambiado! No lo reconocí jajaja. Antes tenía el cabello largo, cierto ¿Siempre viajas de Incheon hasta acá?
-Sí, solo vengo a comer los cream puffs de Minho-hyung.
-Debo admitir que tu hermano es muy lindo amigo, incluso viene a comer los postres que hace su hermano mayor.
Taemin siempre llamaba la atención de todo mundo desde pequeño, desde la vecina de alado, los compañeros de clases, aquella chica del otro salón, todos interponiéndose… ante el inmenso deseo de Minho sobre manipular al menor y tenerlo solo para él.
-¿Te gustan demasiado esos panecillos? –Cuestiona Jonghyun, mientras que Jinki ayudaba a algunos empleados a atender y entregar pedidos en el mostrador.
-Sí, los como desde pequeño hyung. –Dijo con suavidad, Minho no despegaba la mirada del rostro del menor-. Si el pan está blando… Es que no son los puffs hechos de Hyung.
Sus miradas se encontraron, Minho sorprendido por aquella pequeña confesión de Taemin y Taemin sonriéndole… con las mejillas sonrosadas y un leve brillo en sus ojos.
-Eres el único que hace que mi cuerpo se ponga así, asume la responsabilidad.
*********
Minho caminaba al frente mientras que el menor lo seguía por atrás, la noche estaba siendo un poco fría debido a que se acercaba la temporada de invierno.
-¿Estás enojado? –Minho detiene su caminar ante la pregunta del menor.
-No… No realmente. –Taemin lo ve seguir caminando 5 pasos delante de él, como si, quisiese escapar de la situación… o del pasado.
-A ellos les extrañó que nos fuésemos así de repente, ¿eh? –Minho seguía caminando, y Taemin no obtenía respuesta alguna de él-. Hey, te estoy hablando.
Pero Minho seguía sin responder. Faltaban pocos metros para llegar al complejo departamental y el menor seguía intentando hablar con él, pero Minho no daba su brazo a torcer.
-Si no estás molesto, ¿Podrías al menos responder mis preguntas? –Al menor se le estaba acabando la paciencia... Ya era hora de afrontar la situación-. ¿Por qué… Por qué me besaste?
Minho reacciona a la pregunta del menor y se detiene en la entrada del edificio, voltea y ve la cara de Taemin, algo inexpresiva, con las manos entrelazadas y moviendo los dedos, conocía ese gesto, estaba completamente nervioso.
¿Cómo quieres que te diga el porqué de ese beso? Ni yo mismo lo sé.
“Hy-Hyung…”
Estoy completamente jodido.
Voltea, no quería mostrar una cara que podría preocupar al menor, le importaba tanto el cómo lo mirase y como reaccione. Ingresa al edificio y oprime el botón del ascensor, podía sentir la profunda mirada de Taemin… Esperando una respuesta… Esperando… Alguna esperanza.
-Hyung.
-¿Qué quieres que diga, huh? Han pasado 3 años, Tae… -las puertas del elevador se abren y Minho entra, al igual que el menor.
Entonces… lo sintió, sus brazos alrededor de su cintura, su cabeza en su espalda y los leves espasmos de su adorado, derramando lágrimas, expresando su dolor y la desesperación porque en verdad… Minho tome la iniciativa y acabe con todo esto que sucedía.
-P-Por favor, si… si no te disgustó… Te lo suplico… No te vayas lejos de mí, hyung.
-Sigues oliendo a dulce.
Pensé que todo terminaría si me alejaba de él… Que equivocado estuve.
Jamás se me atravesó por la mente lo mucho que sufría esto…
Todo por mi culpa…
El menor se sorprendió al escuchar aquello y, deshace el abrazo mientras qué, Minho voltea, sus manos se posan en aquel rostro angelical que… Durante mucho tiempo añoraba por marcarlo-. ¿Q-qué…?
-Realmente… Hueles demasiado dulce. –Besa uno de sus parpados, provocando que Taemin se sonrojase y no le quitase la mirada de él-. Tú dulce rostro que se volvió popular en toda la escuela. –Besó sus cabellos.
-Minhonnie. –Susurra, cerrando los ojos mientras disfruta de las suaves caricias de su hyung.
-Tú actitud rebelde. –Da una suave mordida, escuchando un suave respingo del menor ante semejante acto-. Todos ellos…. –Sus ojos se encontraron, mirándose uno al otro-. ¿Es mi culpa?
Sus brazos toman el cuello de su hyung, la distancia era cada vez menos y el ascensor seguía subiendo de forma lenta, porque el estar ahí estaba siendo eterna.
-Sí, todo es tu culpa… así que, apúrate y-
Sus labios se unieron en un apasionante beso, Minho podía saborear ese dulce de vainilla en aquellos esponjosos labios, los mordisquea, los lame… Como si fuera realmente un dulce. Todo este tormento ha terminado… Terminó en el momento que Taemin correspondió sus besos, cuando sede ante los suaves mordiscos de su cuello y el rose de sus manos en su piel… Al fin… Era suyo completamente… cuando, de aquellos labios sale aquellas palabras que tanto deseaba oír.
Por favor cómeme… Hyung.