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29. El Secreto de Dongho (21) por dayanstyle

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Dongho no tenía idea de por qué había perdido la maldita mente. Todo lo que sabía es que tenía urgencia de jugar. Cuando Soo Hyun se dio la vuelta, le presentó a Dongho la perfecta oportunidad. Lo travieso en él surgió fuerte en su cabeza y Dongho saltó.

Ahora estaba acostado en la espalda de su pareja, feliz como una almeja. Podría decir feliz como un gatito, pero…eso estaba tan lleno de doble sentido.

Soo Hyun siguió acostado, permitiendo a Dongho su tiempo de brillar. Oyó a sus hermanos en la puerta, pero a Dongho no le importó en ese momento. Su pareja no lo rechazó ni se alejó. Él estaba brillando.

—Cena, niños —el padre de Soo Hyun gritó desde la puerta trasera cuarenta y cinco minutos después. Maldición, Dongho estaba disfrutando una pacífica siesta. Nunca se había sentido tan cómodo en su vida.

Soo Hyun gruñó y se estiró, tumbando inadvertidamente a Dongho de su espalda. Dongho carraspeó hacia Soo Hyun antes de estirar su lánguido cuerpo.

El padre de su pareja sostuvo la puerta abierta para que Dongho y Soo Hyun entraran, Dongho siguió a Soo Hyun arriba de las escaleras. Él olfateaba por el camino. El olor de osos era fuerte. Trotó a la recámara mientras Soo Hyun cambiaba y cerraba la puerta.

—Puedo darte algo de ropa —dijo su pareja mientras revisaba los cajones. Cuando se giró con la ropa en sus manos  y Dongho aun no había cambiado, se arrodilló.

 

Querido Dios, ¡el hombre era muy velludo! Era un oso en todo el sentido de la palabra. —Con lo hermoso que eres, creo que Pa se pondría histérico si te apareces a cenar en tu forma de felino.

Para ser honesto, Dongho temía cambiar. Había hecho una escena en la sala y estaba demasiado avergonzado de enfrentar a la familia de Soo Hyun.

—Cambia, bebé, así podemos ir a comer. —Soo Hyun dio un paso más cerca y Dongho corrió bajo la cama maullando. Estaba preocupado de que Soo Hyun ya no quisiera ser su mejor amigo. Lo había puesto en ridículo frente a su familia. Por la experiencia de Dongho, ese era un motivo para evitarlo.

Su padre lo había ignorado, su padrastro lo veía como si fuera una abominación, su tío se burlaba de él y su primo lo trataba como un tonto. ¿Por qué esta familia haría algo diferente?

Soo Hyun sólo estaba siendo agradable porque él realmente no conocía a Dongho. Ellos se acababan de conocer. ¿Qué, si cuando su pareja lo conociera, su relación terminaba como la de sus padres? Dongho no podría tratar con eso.

Las discusiones, las peleas, el odio y la maldad mientras crecía lo habían dejado con muchas inseguridades. Dongho estaba consciente de eso. —Miau,

—Vamos, sal de debajo de ahí, bebé. Cambia y dime qué está mal. Si no puedo arreglar eso, me comeré a quien te haya ofendido.

Dongho inclinó la cabeza ante las palabras de Soo Hyun. ¿El hombre estaba loco? Si él se comía a quien fuera que estuviera equivocado, Dongho estaba horneado. —Miau.

 

—No  puedo  ayudarte  si  no me dices lo que  está    mal

r13;Soo Hyun le dijo poniéndose sobre sus manos y rodillas y asomándose bajo la cama—. Vamos, bebé.

Dongho retrocedió hasta golpear contra la pared. —Miau.

—Te prometo que estás a salvo. —Soo Hyun dejó salir un largo suspiro—. Por favor —agregó con una lastimosa voz.

Dongho se arrastró al borde de la cama y se asomó a ver a Soo Hyun dejando salir un suave maullido.

—Si, lo prometo. Ahora, sal bebé. —Soo Hyun se sentó y cruzó las piernas, extendiendo sus brazos hacia Dongho. Dongho quería babear al ver a su pareja sentado ahí desnudo, no había tenido oportunidad antes de revisar todo el paquete…y qué paquete.

Dongho estaba tan distraído viendo el cuerpo de Soo Hyun que no reaccionó a tiempo cuando Soo Hyun lo jaló de debajo de la cama y colocó a Dongho en su regazo. —Mantén las garras  dentro

—le advirtió.

 

Se rio mentalmente. No había manera de que fuera a dañar nada del cuerpo de su pareja. Dongho no quería que nadie  dañara a su oso. —Vamos, bebé, muéstrame tu linda cara.

Dongho cambió, escondió la cabeza entre los brazos de Dongho mientras sentía su cara caliente.

Él sólo había empeorado las cosas en minutos. —Lo siento.

—¿Por qué?

—Por avergonzarte.

 

Soo Hyun gruñó. —Tú nunca podrás avergonzarme. Admito que fue un poco impactante cuando cambiaste, ¿pero avergonzarme? Nunca. —Soo Hyun tomó la ropa del suelo y la dejó en el regazo de Dongho—. Ahora, vístete bebé. Estoy hambriento.

—T–Tú puedes decirme gatito —le dijo con una suave vozr13;. Me gusta cuando viene de ti.

 

El  gran  pecho  de  Soo Hyun  retumbó  con  una  carcajada.

r13;Gracias, a  mi también me gusta. Ahora, vamos gatito, estoy hambriento como un oso.

Dongho rodó los ojos y se levantó del regazo de Soo Hyun para ponerse los pantalones de pijama. Gritó cuando Soo Hyun palmeó su trasero antes de que él tuviera oportunidad de cubrirlo. —¿Por qué fue eso?

—Por  huir  de  mí.  —Soo Hyun  gruñó  poniéndose  de pie—. Nunca  huyas de mi, gatito.

 

Dongho asintió mientras trataba de pensar en cómo evitar que esos enormes pantalones  se cayeran de sus caderas. Cada vez que trataba de levantarlos se deslizaban por sus piernas. Soo Hyun tomó un lado del pantalón e hizo un nudo en su cadera derecha.

—¿Mejor?

 

—Si —dijo mientras tomaba su camisa. Dongho vio cómo la camisa parecía vestido, la orilla le llegaba a medio muslo. Soo Hyun se reía frente a Dongho.

—Te ves bien con mi ropa.

 

—Si tú lo dices. —Levantó la camisa a la cadera mostrando el gran nudo en un lado—. Esto se ve ridículo.

—Te ves bien, gatito. Confía en mí. —Soo Hyun palmeó su trasero antes de ponerse  sus jeans. Dongho gruñó. Era una vergüenza cubrir ese lindo y velludo cuerpo. Rizos negros salpicaban los muslos de Soo Hyun y Dongho quería pasar su mano sobre ellos.

—Después, amor. Primero vamos a comer. —Soo Hyun sonrió mientras se ponía la camiseta por su cabeza. Dongho vio el negro cabello salir y caer sobre los hombros de Soo Hyun. Su pareja era algo como para sentarse y admirarlo todo el día. Joder, estaba duro.

 

Un lado de la boca de Soo Hyun se levantó en una medio sonrisa mientras se ponía los zapatos. —Estás tratando de matarme. Necesito comer, gatito.

Dongho miró hacia sus pies, tratando de esconder los dedos. Había  olvidado que se había pintado las uñas. Zapatos, necesitaba zapatos, o al menos  calcetines. Como si le leyera el pensamiento, Soo Hyun sacó un par de calcetines del cajón y se los dio. —Son lindos, no te avergüences de ellos.

Soo Hyun se sentó en la cama y anudó sus zapatos mientras Dongho cubría sus pies. Él no le respondió a Soo Hyun. ¿Qué podría decir? El hombre ya conocía sus pequeños fetiches y le había dicho que no eran gran problema. Pero ¿qué diría si realmente viera a Dongho en esa ropa?

Decirlo es una cosa. Verlo era muy diferente. Empujó ese pensamiento al fondo de su mente. No era como si Soo Hyun estuviera pidiéndole que usara pantimedias.

Siguió a su pareja mientras bajaban las escaleras y se dirigían a las entrañas de la bestia. ¿Podrían los hermanos de Soo Hyun evitar cambiar e ir contra él? Dongho no quería ser grosero,  pero los hermanos de Soo Hyun lo asustaban más por lo que había hecho.

La cocina era ruidosa, carcajadas flotaban en el aire mientras Dongho entraba por la puerta.

 

 

 

—Pañales.

—Los tengo.

—Cambio de ropa.

—Los tengo.

—Biberones.

—Los tengo.

—Juguetes.

—Los tengo.

—Toallitas húmedas.

—Las tengo.

—Mantas para dormir.

—Las tengo.

—Niños.

 

Chan Hee  miró alrededor mientras metía los pañales en la bolsa de viaje.

—¿Dónde  están  Taehyun  y  Jimin?   —preguntó   con pánico.

Byun rodó los ojos y levantó a su nueva hija,  Sulli.

—Sólo bromeaba. JiYong está con ellos.

 

Chan Hee gruñó y salió de la recámara. Odiaba cuando Byung bromeaba acerca de los niños. Si, él era un infierno de padre sobreprotector. Pero después de lo que había pasado en sus vidas,  no podían culparlo.

Estaba impactado cuando se dio cuenta que los Moons habían estado viviendo en la villa Kim durante dos años sin que se enterara. Cuando él dejó su manada y se unió a la de Jongin, Chan Hee había conocido a los shifter del pequeño pueblo.

Había conocido a los Moons desde hace un tiempo, y habían sido realmente amables con él. Seguro que se sentía como un pequeño mundo viendo al más joven de los cachorros, Doo Joon, en el patio construyendo los nuevos cottages. Él había invitado a Chan Hee y a su familia a cenar.

Chan Hee no podía esperar  para reunirse con ellos y mostrarles a su familia. Al rodear la esquina, Chan Hee oyó las risas de los niños. Sonrió mientras se acercaba a la recámara de Seung Hyung y JiYong.

Ahí, en el suelo, estaban jugando los gemelos con Taeyang, el hijo de Seung Hyung y JiYong. Jimin gritó tan pronto como vio a su papi.

—Papi, mira. Taeyang tiene tientes

Chan Hee se  rio  y  se  sentó  en  el  suelo  con  el niño.

r13;¿Cuántos dientes tiene?

 

Jimin lo veía mientras pensaba seriamente en la pregunta. Levantó sus pequeños hombros y vio a Taeyang.

—Diez.

 

JiYong se rio y empezó a recoger juguetes. —Uno, Jimin. Taeyang tiene un nuevo diente.

—Uno, papi. —Jimin sonrió orgulloso ante Chan Hee.

 

—Eso es correcto amigo. Ahora necesito que tú y tu hermano vengan conmigo. —Chan Hee tomó a Taehyun de la  cintura y lo levantó en brazos mientras Jimin corría levantando juguetes y lanzándolos a la caja de juguetes.

—Yo puedo hacer eso, Jimin. Ve con papi —JiYong dijo levantando los últimos y levantando a Taeyang de la alfombra—. Tus chicos son divertidos.

—Gracias. —Chan Hee levantó a Jimin y salió del cuarto en busca de Byun.

Ellos colocaron los cinturones de seguridad en todos y dejaron la bolsa de viaje en la parte de atrás de la camioneta y se dirigieron hacia la casa de los Moons. Chan Hee entró al camino de tierra y estacionó la camioneta. —Lleva a los gemelos. Yo llevaré lo demás.

Byun bufó. —Seguro, quédate con el trabajo fácil.

 

Chan Hee sacó a Sulli en el porta bebé del asiento, le dio un beso en la frente a su pequeña hija y tomó las cosas que necesitarían para su visita. Para cuando Chan Hee llegó a la puerta, estaba exhausto.

Había llevado a Sulli en su porta bebé, el corralito y la pañalera de Sulli, la bolsa con los juguetes de los gemelos, las pequeñas bolsas con un cambio de ropa para los gemelos y hacía su mejor esfuerzo para tocar la puerta del frente. Byun estaba cazando a los gemelos. Cuando salieron de la camioneta, ellos inmediatamente corrieron hacia el corral de los caballos.

—Me parece que necesitas una mano. —Doo Joon se rio mientras abría la puerta de malla—. ¿Dónde está tu pareja?

Chan Hee señaló con la cabeza a los caballos. —Los niños vieron los caballos.

Doo Joon dio un ‘ah’ viéndolos. —Te ayudaré a bajar las cosas y entonces ayudaré a tu pareja con los granujas.

—Gracias. —Chan Hee detenía cuidadosamente a la bebé, mientras le daba lo que tenía en los brazos—. ¿Dónde están todos?

—Están en la cocina. Acaban de comenzar a  comer. Como siempre llegas justo a  tiempo. —Doo Joon se rio y salió por la puerta del frente a ayudar a Byun.

Chan Hee entró al cuarto lleno de hombres. Él conocía la cara de sus amigos, incluso conocía a Yoseob la pareja de Doo Joon. Pero el hombre sentado al lado de Soo Hyun era el que lo impactó más. «Oh infiernos».

—¡Tú! —El hombre gritó, se levantó de la silla y corrió detrás de Soo Hyun—. ¿Qué infiernos estás haciendo aquí?

Chan Hee dejó a Sulli y se colocó frente a su hija, protegiéndola, sólo  en caso  de que esa  mierda  hiciera   algo.

r13;¿Qué infiernos estás haciendo  tú aquí?

 

Soo Hyun se puso de pie y jaló al pequeño hombre a sus brazos. —¿Ustedes dos se conocen?

Joder si esa no fue la subestimación del año. —Si, lo conozco.

—¿Cómo? —Soo Hyun preguntó con un bajo gruñido.

—Jesús, no sé. Quizás lo recuerdo ¡porque él trató de matarme!

—¿Qué está sucediendo? —Byung preguntó entrando en la cocina con Doo Joon, llevando cada uno a uno de los gemelos.

Chan Hee cruzó los brazos sobre su pecho viendo al hombre.

—Diles.

—¿Dongho? —Soo Hyun se giró hacia el hombre con las cejas juntas—. ¿Qué sucedió, gatito?

Chan Hee se carcajeó. —¿Gatito? Oh genial. ¿Dime que él no es tu pareja?

Soo Hyun giró la cabeza y le gruñó a Chan Hee. —Lo es, así que cuida lo que dices de él.

 

Byun colocó su mano en el brazo de Chan Hee. —¿Qué sucedió?

—Yo traté de ayudarlo —señaló con su dedo a Dongho—, y él trató de matarme por eso.

—¿Ayudarme? —Dongho gritó—. ¿Ayudarme? ¡Trataste de castrarme!

 

La cabeza de Soo Hyun giró tan rápido que le dolieron los hombros. —Trataste de… —vio hacia la familia de    Chan Hee—,¿cortarlo?

 

—Eso fue hace mucho tiempo, antes de que me uniera a la manada. Después de que dejé su pueblo.  Ese gato callejero me seguía.

—¿Así que decidiste cortarlo? —Soo Hyun preguntó asombrado. El Chan Hee que recordaba, siempre actuaba antes de pensar. Soo Hyun esperaba que el que ahora fuera pareja y padre, le hubiera enseñado al idiota a usar el cerebro.

Chan Hee se encogió de hombros, no se veía  arrepentido.

r13;Estábamos cerca de una clínica veterinaria.  Trataba de hacer mi parte en mantener baja la población. Él fue quien se puso muy enojado y me clavó sus garras en cada centímetro de mi cuerpo.

Soo Hyun se mordió una carcajada. Amaba ver a Dongho enojado. Apostaba que estaba brillando. —Duh, tenía que hacerlo. ¿No podías darte cuenta que era un shifter?

—¿Puedes? —Chan Hee lo  desafío.

 

—Claro que puedo. —Soo Hyun inhaló profundamente. Olió a los osos, los lobos y ese dulce olor de su pareja, diciéndole que Dongho era su pareja, pero… —¿Huh?

—Exactamente —Chan Hee bufó.

 

Dongho se acercó a Soo Hyun para hablarle. —Soy un ocelote. Somos muy pequeños, así que nuestro olor de shifter es casi indetectable.

—¿Oce-qué? —Chan Hee preguntó—. Pensé que eras un gato callejero.

Soo Hyun había tenido suficiente de eso. Su maldita comida se estaba enfriando. —Soy Soo Hyun. —Cruzó la mesa y estrechó la mano de la pareja de Chan Hee.

—Byung —le contestó—, y ellos son nuestros hijos, Jimin, Taehyun, y Sulli.

El resto de la familia se presentó. Pa llevó a los granujas afuera, los llevó al patio a ver a los caballos mientras Byun llevaba a la pequeña niña a la sala y le cambiaba el pañal.

—Lamento el tratar de castrarte.

—Lamento el tratar de matarte.

 

Chan Hee se carcajeó y tomó asiento. —Agua bajo el puente, amigo. Bienvenido a la villa Kim, Dongho.

 

 

Dongho colocó tres gotas de agua en la granja de las hormigas y entonces despedazó un pedazo de pan del desayuno de esa mañana, después colocó pequeños trozos de manzana dentro y la cerró cuidadosamente.

Dongho se inclinó y vio a través del vidrio. Las hormigas parecían estar tan ajenas a su dura vida. Apostaba que ninguno de los papás ignoraba a sus hijos. Incluso apostaba que ninguno era rechazado.

Dejando el plato con sobras abajo, Dongho suspiró. Los Moon lo habían hecho sentir como parte de su familia y Dongho estaba realmente agradecido de eso. Por lo que esperaba que el otro proverbial  zapato cayera. Siempre lo hacía.

—Necesito que vengas aquí, Dongho.

 

Dongho se tensó cuando oyó la voz de su tío gritándole desde abajo de las escaleras. ¿Ahora qué? Lo que fuera no podría ser bueno. Su tío no había dicho muchas palabras desde que Soo Bin lo había dejado frente a la puerta como un bebé abandonado en una canasta.

Las llantas de la camioneta de su padrastro rechinaron mientras trataba de alejarse lo más rápido posible.

Dongho les dijo adiós a sus hormigas, cerró la puerta de la recámara y bajó las escaleras. ¿Por qué sentía como que caminaba hacia el patíbulo?

—Ven aquí, jovencito —dijo su tío desde la sala.

 

Dongho entró, tomó asiento en el borde del sofá. Cerró las manos entre sus rodillas mientras esperaba que el otro zapato cayera.

—Quiero que sepas que no tengo ningún problema con que estés aquí. —Su tío se aclaró la garganta mientras se paraba junto a la chimenea—. Me pareces un jovencito agradable.

«Oh Dios». Dongho no estaba seguro de lo que iba a decir después, pero su corazón latía sin control. Su tío no podía verlo a los ojos, y tenía su cuerpo tenso.  Dongho se preguntaba qué infiernos había hecho para merecer el ser rechazado por todos los que se suponía eran su familia, se suponía que debían amarlo.

 

—No puedo decir que conozco a los Moon personalmente. Nunca me he reunido con ellos, pero el padre me parece una buena persona criando a todos esos chicos solo.

Esto tenía que ver con Soo Hyun. Dongho lo sabía. Junho le había advertido que su padre no era partidario de lo gay. Su primo dijo que su padre abiertamente odiaba lo gay, así que tenía que ser cuidadoso alrededor de él.

—Pero he oído cosas en el pueblo. Cosas acerca del chico más joven, Doo Joon. Al parecer estaba saliendo con otro hombre e incluso el jovencito se mudó con él. Ahora no creo que eso tenga nada que ver con que Soo Hyun empiece a venir. Un hombre tiene que tener amigos. Pero si estás teniendo citas con él, eso tiene que terminar ahora. —Dongho levantó la vista pero su tío no le dio oportunidad de responder—. ¿Estás teniendo citas con Soo Hyun Moon?

Dongho tragó saliva. Sentía su garganta seca y sentía su lengua como si fuera tres veces su tamaño. Empezó a sudar. Si decía que no, estaría negando a su pareja. Si decía que si, no estaba seguro de lo que su tío pudiera hacer. No era como que Soo Hyun le hubiera invitado a mudarse.

Dongho estaba solo en  esto.

 

Soo Hyun pudo haberlo reclamado, pero como su  padre había probado, las parejas no siempre aceptan la pareja que el destino les dio. —Si.

Su tío tenía un feo rojo y sus manos cerradas en un puño.

r13;No toleraré eso bajo mi techo.  Te lo advierto ahora, niño. Si lo vuelves a ver una vez más ya no serás bienvenido aquí.  ¿He sido claro?

Dongho no se perdió el tono de odio en la voz de su tío.  Eso era duro y cruel. No tenía duda de que su tío cumpliría su amenaza.

—¿Lo he sido?

—Muy claro, señor —Dongho contestó inseguro.

 

—Bien. Ahora tienes una decisión que hacer. Confió en que sea la correcta. Mi hermano, Soo Bin, hizo su mejor esfuerzo contigo. Él tiene un corazón bueno. Puedo ver en dónde te equivocas. Quiero que me des tu decisión en la mañana. Pero si Moon Soo Hyun se aparece aquí para cortejarte,  bueno, él no será bienvenido.

Dongho asintió, su cabeza aturdida mientras se levantaba del sofá. —Entiendo. —Y lo hacía. Era obvio lo que tenía que hacer. No había manera que Dongho pudiera decirle a Soo Hyun que ya no viniera. El hombre era todo lo que Dongho había querido en una pareja, incluso si él encontraba difícil confiar totalmente en Soo Hyun.

Salió de la sala aturdido, sintiendo que su mundo se desplomaba a su alrededor. Dongho se secó las lágrimas mientras subía las escaleras, sintiéndose discriminado.

Cerró suavemente la puerta de la recámara detrás de él, se paró en medio del cuarto y miró alrededor. Levantó su camiseta y se secó la cara, las lágrimas caían libremente. Dongho tomó la bolsa de plástico de una esquina del suelo y lanzó sus revistas dentro y su cepillo de dientes.

Después tomó su bolsa de mensajero y guardó su laptop y algunas camisas y un par de shorts. Finalmente, Dongho vació el plato con las migajas en un compartimento al frente de la bolsa y vació el vaso de agua, rezando porque no se filtrara.

Dongho levantó su granja de hormigas y se dirigió a las escaleras. Su tío estaba en la sala con una estoica expresión viendo a Dongho dirigirse a la puerta del frente. Jesús, el tipo pudo haberle dicho al menos ‘ten cuidado’ o algo así. ¿Pero por qué siquiera esperaba eso?

Salió al camino de tierra preguntándose a dónde iría.  No iba a ser tan presuntuoso y sólo aparecerse con los Moons. Soo Hyun no lo había invitado y si él se aparecía y Soo Hyun le daba la espalda, Dongho estaría devastado.

Caminó por caminos rurales luchando contra las lágrimas que amenazaban caer de nuevo. Dongho vio lo que le pareció una vereda de excursionistas y decidió tomarla. El sol estaba demasiado caliente y sus hormigas necesitarían sombra.

Se preguntó si Soo Hyun lo extrañaría. Dongho ya lo extrañaba. Se acomodó la granja siendo muy cuidadoso de no moverlas demasiado mientras caminaba entre el bosque.

 

continuara...


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