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38. Ravi (04) por dayanstyle

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Desde la esquina de su ojo, Hak Yeon podía ver a Ravi observándolo muy de cerca, cuidadosamente, como si tratara de descubrir algo. Hak Yeon no sabía que allí hubiese algo para descubrir. Si, él quería ser capaz de extender sus alas y volar, pero necesitaba a Ravi a su lado para hacerlo. Era algo así como ir los dos de la mano.

—¿Qué es este lugar? —Hak Yeon preguntó mientras miraba alrededor de la habitación sin ventanas. Era limpia, las paredes eran blancas pero era algo escalofriante.

Ravi miró alrededor. —Es como una celda. Creo que así la llamarías.

—¿Una celda? —Hak Yeon sintió una furia inundándolo mientras pensaba en su Ravi encerrado bajo llave. Cerró las manos sobre sus caderas mientras miraba a través en su amante—. ¿Por qué infiernos estás en una celda?

Ravi miró avergonzado con el rostro sonrojado, mientras miraba lejos de Hak Yeon. —Una vez acoplado, un demonio no actúa tan bien cuando es separado de su pareja. Him Chan me trajo aquí por mi propia protección y la de todos los demás.

—¿Por qué?

—Porque pensé que te había perdido.

El corazón de Hak Yeon se sacudió en su pecho ante la angustia que pudo ver en los ojos de Ravi. Él había hecho eso. Su egoísmo había hecho que el gran hombre cayera de rodillas. Hak Yeon no sabía si alguna vez se había sentido tan ruin en su vida. No tenía idea de cómo Ravi podía amarlo después de eso.

—Yo…. Yo lo lamento, Ravi.

—No lo hagas. —La sonrisa de Ravi era de arrepentimiento—. Tal vez esto era lo que ambos necesitábamos para entender que tan importante es nuestra relación.

Hak Yeon se quedó boquiabierto mientras miraba alrededor de la habitación estéril. —Pero….

—Te amo y me amas. ¿Qué más necesitamos saber?

—Te dije lo que necesito saber. —Hak Yeon refunfuñó—. ¿Cómo infiernos vamos a salir de aquí?

La risa de Ravi era ruidosa y profunda, llenando toda la habitación. Hak Yeon cruzó la habitación y agarró la mano que Ravi le tendió. Él sonrió y respiró profundamente mientras era envuelto en los brazos de su pareja. Ravi olía realmente fantástico.

—Him Chan —Ravi gritó a la habitación—. Estoy listo para volver a casa.

El estómago de Hak Yeon se dejó caer cuando la habitación comenzó a moverse. Cerró los ojos, apretándolos fuertemente y se aferró a Ravi con toda su fuerza. Cuando su estómago comenzó a aquietarse después de unos momentos, Hak Yeon abrió un ojo y luego el otro. Su mandíbula se abrió cuando miró a su alrededor.

—¿Cómo diablos hiciste eso?

Una profunda voz se rió detrás de Hak Yeon. —Hay muchas cosas en este mundo que el ojo humano no ha visto mi amigo.

Hak Yeon giró en torno con un gruñido leve en sus labios, hasta que vio a Him Chan sentado en una butaca grande enfrente de una fogata. Sostenía un libro encuadernado en cuero en una mano, un vaso de líquido de color ámbar en la otra.

Hak Yeon asintió hacia el hombre. —Gracias por traernos de vuelta. — Luego frunció el ceño—. Y jamás pongas a Ravi de nuevo en esa habitación. Él no es un peligro para nadie y tú deberías saberlo.

Him Chan arqueó una ceja. —Yo no solicité la habitación Hak Yeon. Ravi lo hizo.

Los ojos Hak Yeon se levantaron de golpe hacia su pareja. La cara de Ravi se sonrojó una vez más. Era un nuevo rasgo de su compañero y uno Hak Yeon encontraba entrañable. —¿Pediste que se te pusieran en ese lugar tan horrible?

Ravi se encogió de hombros. —Pensé que era lo mejor.

Hak Yeon le dio un puñetazo en el brazo a Ravi. —No fue así. ¿Sabes lo difícil que fue encontrarte?

—¿Y en todo caso, como hiciste para encontrar a Ravi? —Him Chan preguntó—. Estaba en una celda de detención sin puertas ni ventanas. No muchos saben cómo entrar.

—Alen.

Las cejas de Him Chan se juntaron. —¿Alen? ¿Y cómo lo encontraste?

Hak Yeon sonrió complacido. —Llamé a Min Hyuk.

Him Chan suspiró. —No debería hacer sido tan fácil para ti encontrar una de nuestras celdas de detención Hak Yeon.

Hak Yeon arrugó su frente. —¿Lo siento?

—Necesito saber exactamente cómo encontraste la celda de Ravi. Es muy importante Hak Yeon.

—Bueno, um, llamé a Min Hyuk y le dije que necesitaba un favor. Él habló con Jaehyo, quien llamó a Jongin. Jongin envió a Tao hasta Japón por mí. Tao me trajo hasta el reino demonio. Sabía por lo que me había dicho Alen que él estaba involucrado con Soo Man, entonces fui al Crisol de Malcor y me escondí hasta que Alen me vio. Alen me trajo hasta Ravi.

—¿Alguien más te vio en Malcor?

Hak Yeon comenzó a responder cuando sintió, en vez de escuchar, un profundo gruñido construyéndose en el pecho de Ravi. Se volvió y miró a su compañero. La comisura de la boca de Ravi se curvó en una mueca, un colmillo brillando en la luz.

Hak Yeon suspiró y le dio unas palmaditas en el pecho a Ravi. — Lamento si me puse en peligro, pero no me arrepiento de hacer lo que tenía que hacer para encontrarte. Te prometo que me puedes mantener encerrado en el apartamento durante el próximo mes.

La mueca en la cara de Ravi empezó a vacilar y luego lentamente se curvó en una sonrisa. —¿Un mes completo pequeña flor? —preguntó mientras su mano rozaba un lado de la cara de Hak Yeon.

—Por favor Hak Yeon, necesito saber si alguien más te vio en Malcor.

—Oh —Hak Yeon volteó su cara hacia Him Chan—. No creo, pero no puedo estar seguro. Traté de estar fuera de su vista, pero nunca se sabe.

Him Chan cerró el libro que había estado leyendo y lo dejó en una pequeña mesa al lado de su silla. Se tomó de un trago lo último que quedaba del líquido ámbar y dejó el vaso al lado del libro.

—Si ustedes dos me disculpan, tengo que ir a hablar con el guardián.

—Him Chan, ¿que está sucediendo? —Ravi preguntó.

—Creo que podría haber resuelto la forma en que Kim Woo Bin y los otros salieron de prisión.

La mandíbula de Hak Yeon se abrió por la sorpresa. —¿Cómo? —Era algo que él había dicho?

—Si tu puedes entrar en una de nuestras celdas de detención, ¿quién más puede hacer lo mismo?

—¿Cuántos elfos hay allí? —Hak Yeon preguntó.

Him Chan hizo una mueca. —Hay un montón de elfos en el mundo, tanto en el reino humano y como en el de los demonios, pero no muchos saben la ubicación de nuestro centro de detención. Alen es uno de esos pocos.

—No creo que Alen ayudara a Soo Man con eso.

—¿Ni siquiera por la vida de su hermano?

Hak Yeon sacudió su cabeza. —No, hay muchas cosas que él podría y ha hecho, permitir que Soo Man lo trate como su propio esclavo personal es una de esas. Pero realmente no creo que ayudara a Soo Man a liberar a nadie.

—La gente hace muchas cosas desagradables en nombre del amor Hak Yeon.

Hak Yeon sabía eso e incluso lo entendía. Pero aún así….

—¿Qué harías por Ravi? —Him Chan preguntó.

Y esa era la pregunta del millón de dólares. —Haría cualquier cosa por él.

—Entonces no puedes decir que Alen no ayudaría a Soo Man si eso salvara la vida de su hermano.

—Supongo —Hak Yeon se movió más cerca de Ravi, sintiéndose de repente muy frío—. Es que no veo a Alen haciendo eso tampoco. Él odia a Soo Man con pasión.

—Como  dije  Hak Yeon,  la gente hará  muchas  cosas  en  nombre del amor.

 

Hak Yeon consideró al líder demonio por un momento. —¿Qué  harías tú en nombre del amor?

Una dolorosa expresión cayó sobre el rostro de Him Chan. —¡Qué no haría!”

 

—Estoy preocupado por Alen.

—También yo. —Ravi respondió.

Hak Yeon se acurrucó cerca del pecho de Ravi, necesitando el calor de su pareja. Había estado frío desde que habló con Him Chan y  nada parecía calentarlo lo suficiente. —¿Hay alguna manera en la que podamos revisarlo?

—No, si Soo Man nos ve cerca de Alen, podría darse cuenta que Alen ha estado ayudándonos. Eso lo pondría en peligro, más del peligro en el que ya está.

—Bueno, no me gusta eso.

—Lo sé pequeña flor. —La mano de Ravi acariciaba el brazo de Hak Yeon de arriba hacia abajo—. A mí tampoco me gusta.

—¿No podemos enviar a Tao o algo así? —Hak Yeon le dio una palmada a Ravi en el brazo cuando él se echó a reír—. Eso no fue tan gracioso.

—No me estoy riendo de tu idea pequeña flor. Me río de la mirada de Kris Wu que de seguro tendrá en su rostro cuando descubra que su pareja ha estado apareciendo y desapareciendo en todo el mundo. Lo que estoy diciendo es que él no es un lobo muy comprensivo.

Hak Yeon no quería meter a Tao en un problema. Después de todo el chico había ayudado a Hak Yeon. No estaba seguro de lo que ellos deberían hacer, pero Hak Yeon sabía que no podía dejar que Alen estuviera en problemas por ayudarlo. Todo lo que el chico quería era a su hermano.    — ¿Sabes si Him Chan ya ha encontrado al hermano de Alen?

Ravi se puso serio y sacudió su cabeza. —Donde sea que Soo Man lo tenga es indetectable.

—¿Qué pasa con las instalaciones en donde nos tuvieron retenidos a ti y a mí? Him Chan dijo que él no pudo localizarte. ¿Es posible que el hermano de Alen esté en el mismo lugar? —Hak Yeon chilló cuando Ravi lo sentó derecho, sus ojos muy abiertos.

—Yo oía muchos gritos allí. —Su pareja confesó con una torturada mirada—. Nosotros salvamos a un hombre. Jimmy lo rescató. —Ravi saltó de la cama—. Regresaré.

Hak Yeon asintió y se recostó boca abajo. No había nada más que pudiera hacer por el momento. Si el hermano de Alen estaba  en el mismo lugar en el que él y Ravi habían estado encerrados, la pobre alma probablemente estaba cerca de morir o fuera de su mente.

Hak Yeon rezaba porque no fuera ninguna, pero tenía un mal presentimiento acerca de eso.

 

Him Chan caminó hacia el inframundo, pensando en la cuestión que Hak Yeon había planteado. ¿Qué haría él por amor? Había tenido una respuesta lista para Hak Yeon pero honestamente, Him Chan no estaba seguro.

Él nunca había estado enamorado.

Era un ajeno y extraño concepto para él. Había vivido por tanto tiempo, caminando sobre el planeta por miles de años, que Him Chan se había dado por vencido acerca de encontrar su luz, su otra mitad. El problema con cerrar su corazón y resignarse a una existencia solitaria, era que estaba viendo las parejas de los otros guerreros.

Llegaba a casa sin tener a nadie para calentar su cama o alguien a quien llamar suyo. Seguro, él tomaba un amante de aquí y de allá, pero no era lo mismo. Tan poderoso como él era, lo todo poderoso que era y Him Chan no podía encontrar a su pareja.

Tal vez aún no existía o había muerto hacía mucho tiempo antes de que Him Chan descubriera quién era. Independientemente de la razón, todavía caminaba solo.

—¿Qué te trae por aquí?

Him Chan empujó sus sombríos pensamientos a un lado dentro de su propia cámara personal. La habitación siempre le recordaba a Him Chan el laboratorio de un mago. Mejunjes con cosas feas flotaban en frascos. Había un montón de libros tirados por todas partes. Algunos estaban abiertos, mientras que otros parecía que no habían sido tocados en eones.

 

—Un elfo fue capaz de aparecerse aquí. Trajo a una de las parejas de los guerreros con él. ¿Cómo pudo suceder eso? —Him Chan planteó la pregunta recogiendo lo que parecía ser una bola de cristal verde.

—¿Estás hablando de Alen? —el guardián preguntó.

—Si.

—Ese elfo es único. Ni siquiera es plenamente consciente de su verdadero potencial. Él es más de lo que parece —explicó el guardián mientras se sentaba en un taburete que parecía como si se fuera a romper en cualquier momento. Him Chan lo miró por un momento, pero no se derrumbó.

—¿Cómo es eso?

—Eso es algo que él va descubrir mi amigo. Alen tiene el poder para encontrar a su hermano, si tan sólo mirara dentro de sí mismo.

Him Chan a veces odiaba hablar con el tipo. Al guardián le gustaban los enigmas. Sabía que sondeando no llegaría a ninguna parte, por lo que no le pidió al hombre que le diera detalles. Le había prometido a Alen que iba a tratar de localizar a su hermano a cambio de la ayuda del elfo, pero no estaba demasiado seguro de que fuera capaz de mantener su parte del trato.

Y eso lo cabreaba como nada.

Him Chan mantenía sus promesas. —¿Has localizado a Kim Soo Hyun o a Kim Woo Bin?

El guardián sonrió, una chispa brilló en sus ojos. —Yo sé donde están ambos. El problema es que se mueven tanto que son difíciles de precisar por más de un segundo.

—¿Cómo escaparon? —Esa había sido la pregunta por la que había querido venir hasta aquí.

 

El guardián suspiró mientras se inclinaba sobre un libro abierto, entrelazando las manos. —El relicario.

La frente de Him Chan subió mientras se apoyaba contra la pared. — Pero pensaba que sólo un guerrero o el cristal podrían abrir las celdas de detención. —Esta era una noticia muy preocupante. Si otros objetos podían ser utilizados, estaban en la profunda mierda.

Encogiéndose de hombros, el guardián respondió:  —Soo Man encontró la manera de transferir los poderes del cristal usando la sangre de Jenissi. El cristal se desbloquea al sumergirlo en un charco de sangre humana. Soo Man descubrió esa parte. Debe haber utilizado magia negra para transferir sus poderes. Está incursionando en las artes antiguas, lo cual no es bueno.

—No jodas —respondió Him Chan—. Está probando ser un gran dolor en el culo. Aún tengo problemas para capturarlo.

El guardián se rió mientras se levantaba, caminando hacia Him Chan, dándole palmaditas en el hombro. —Verdaderamente eres un gran guerrero Him Chan. Uno de los pocos al que le confiaría mi vida. Pero aún tienes tus limitaciones. Sólo hay un puñado de las criaturas más antiguas caminando sobre la tierra, tú eres uno de ellos, pero algunas cosas son tan obvias que se te pasan por alto.

Aquí van de nuevo los malditos acertijos.

Him Chan sabía que había obtenido todo lo que podía llegar a  tener del guardián. Y a raíz de su conversación, estaba aún más confundido que cuando entró por primera vez. No tenía ninguna respuesta y no estaba más cerca de descubrir cómo había entrado Alen en el inframundo.

Pero el guardián sabía que Alen podría entrar. Eso era todo lo que necesitaba saber. Si el hombre estuviera bien con eso, Him Chan no se preocuparía por eso.

Él sólo tenía que averiguar lo que estaba pasando por alto.

Dios, odiaba los acertijos.

 

 

Ravi encontró a Jimmy tomando bebidas de golpe en el Diablo. Moon Bin estaba en el escenario pavoneando sus cosas mientras una multitud de hombres estaban reunidos alrededor del escenario babeando y jadeando. Se abrió paso hacia la barra y se apoyó contra la madera mientras miraba a su alrededor.

—¿Estás cuidando de la persona que encontramos?

Jimmy asintió mientras golpeaba con fuerza el vaso. Hoya, el propietario, lo volvió a llenar, sólo para que Jimmy lo vaciara en menos de un segundo. Estaba siendo difícil, lo que sólo significaba que estaba preocupado.

—¿Quieres contarme? Jimmy sacudió la cabeza.

Ravi suspiró. Y la gente lo llamaba cerrado. Todos los guerreros tenían una variedad de pasados de mayor o menor grado, pero conocía el de Jimmy y no había sido un día de campo.

No había sido lo mismo que sus años en Baku, pero lo suyo era en un nivel diferente. —¿Dónde lo escondiste?

Jimmy giró su cabeza, mirando a Ravi antes de beber su copa. Tan rápido como Jimmy dejaba el vaso, Hoya lo recargaba. Ravi se sorprendió de que Jimmy no estuviera tendido sobre el suelo.

—No te puedo decir.

Ravi se apoyó cerca, asegurándose de que su voz fuera sólo un susurro. —Tengo que verlo y determinar quién es él. —Tenía que asegurarse de que el chico no fuera el hermano de Alen. Si no lo era, Ravi tendría que ir de nuevo a donde él y su compañero habían sido torturados y registrar hasta el último cuarto olvidado de Dios.

—No es tan fácil.

—¿Por qué?

—Lo llevé al reino humano para que sanara. Y entonces él se  mudó. Ni siquiera sé en donde está.

 

continuara...


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