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42. El cazador de vampiros de Junhyung (04) por dayanstyle

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Hyun Seung no estaba seguro de qué pensar mientras estaba ahí sentado. El pasillo no estaba lleno, como estaba la pista de baile. Pero aquí parecían aún más extraños los collares y los hombres medio desnudos que había visto retorciéndose frente a él. Y eso era decir mucho en su libro.

 

Hyun Seung fue testigo de parejas yendo y viniendo de los cuartos traseros. Entraban con los ojos llenos de lujuria y luego salían con miradas saciadas y felices. Pero lo que lo había confundido eran las marcas que había visto decorando la piel de los hombres. ¡Y se veían felices!

¿Qué clase de extraño lugar era este?

 

Sus ojos se abrieron más al ver a tres hombres entrar en uno de los cuartos traseros.

Vio nervioso a JunHyung para ver la expresión del hombre. Nada parecía inquietar al hombre con respecto de que tres hombres entraron en una habitación. Estaba apoyado contra la pared con los brazos cruzados sobre el pecho, con aire aburrido.

—¿Tres? —preguntó cuando JunHyung lo atrapó viendo.

Una sonrisa lentamente se formó en el rostro de JunHyung, con los ojos llenos de humor.

—¿Nunca antes has oído hablar de tres tipos teniendo sexo? Hyun Seung no estaba  seguro de que le  gustaba la idea de    que JunHyung hubiera oído hablar de eso. 

¿Habría el hombre tenido sexo con otros dos chicos al mismo tiempo antes?

 

Hyun Seung no estaba seguro de por qué, pero él quería arrancarle los ojos a los dos desconocidos.

Había oído hablar de tres tipos que tienen sexo, pero nunca lo había visto en persona, y él no quería. Se movió un poco en la silla, presionando la espalda contra la pared. —¿Qué hacen en esas habitaciones? —preguntó, ignorando la pregunta de JunHyung. Había estado muriéndose por hacerle la pregunta a JunHyung toda la noche, pero frenó ese impulso, no muy seguro de que quisiera saber la respuesta.

 

Pero después de presenciar a los tres hombres, tenía un infierno de curiosidad.

JunHyung señaló un par de puertas en el pasillo. —Las habitaciones están equipadas —dijo mientras cruzaba los brazos sobre su pecho—, se utilizan como habitaciones D/s.

—¿Qué?

JunHyung se rio entre dientes. —Dominantes y sumisos. ¿Has oído hablar de eso?

 Hyun Seung asintió.

 

—Bueno, eso es lo que está pasando en esas habitaciones — dijo y luego señaló al cuarto en el que los tres hombres habían entrado—. Y los tres hombres están jugando adficio venatus.

—¿Qué es eso?

JunHyung sacudió la cabeza, una sonrisa apareció en su hermoso rostro. —No creo que estés listo para saber eso, niño granjero.

Hyun Seung no estaba seguro de que estuviera listo para saberlo. Sus ojos se abrieron en las últimas veinticuatro horas a un mundo que él nunca supo que existía. Él había tomado un montón y había visto mucho y su cerebro aun estaba tratando de procesar todo. Hyun Seung no tenía necesidad de una sobrecarga.

Así que lo dejó pasar, por ahora.

 

Pasando sus dedos sobre sus muslos Hyun Seung le daba rápidas miradas a JunHyung, preguntándose por qué lo tenía ahí ayudándole en su trabajo de guardia.

No había rebotado una maldita cosa, solo su pierna.

 

—¿Esto es lo que haces toda la noche? —preguntó después de un largo tramo de silencio.

 

—Esto es todo. Glamoroso, ¿no? —JunHyung movió las cejas—. Aunque, de vez en cuando agarro un bocadillo para comer. —Una ligera risa salió de JunHyung. Hyun Seung tenía la sensación de que sus definiciones de comer no significaban la misma cosa.

 

No estaba seguro de por qué creía eso, pero había una sensación extraña dentro de él, de que no todo era lo que parecía. Había una pequeña voz dentro de su cabeza que le estaba diciendo que se pusiera de pie y saliera de este lugar de locura. Hyun Seung sabía que tenía que escucharlo, pero también había algo acerca de JunHyung que lo mantenía pegado al suelo.

Algo dentro de él se relajaba cuando estaba con el musculoso hombre. Hyun Seung no comprendía su reacción hacía JunHyung, pero disfrutaba una sensación de satisfacción cuando JunHyung le sonreía.

Era como si sus entrañas suspiraran.

 

Él torció los labios hacia un lado, tamborileando los dedos sobre sus rodillas, aburrido incluso de su amante mental. —Entonces —dijo Hyun Seung después de otro largo silencio—, ¿qué más haces, además de esto? —preguntó mientras agitaba la mano hacia el pasillo.

—¿Para divertirme? Hyun Seung asintió.

—Soy conocido por ser echado de uno o dos establecimientos —dijo JunHyung con orgullo. Hyun Seung se rascó la cabeza, preguntándose cómo alguien podría estar orgulloso de eso. Él estaría totalmente avergonzado si alguien lo echara por su conducta.

—¿En serio?

—Si. Yo voy a tener mañana una noche de diversión. Deberías de venir.

 

Hyun Seung no estaba seguro de por qué ese pensamiento le trajo una gran emoción, pero lo hacía. —¿Quieres pasar el tiempo conmigo? —Era como si en la preparatoria el atleta le pidiera al nerd que pasaran tiempo juntos. Era inaudito. Hyun Seung asintió, porque sabía que si hablaba, estaría gritando de emoción.

Sólo esperaba que no los echaran a dondequiera que fueran.

 

—Entonces es una cita —dijo JunHyung con una sonrisa.

Hyun Seung se sobresaltó cuando oyó que alguien gritaba detrás de una de las puertas. JunHyung estaba cruzando el pasillo, abriendo la puerta en menos de un segundo. Hyun Seung se deslizó de su asiento, corriendo tras el hombre, se asomó a la habitación alrededor de corpulento cuerpo de JunHyung.

—¿Qué jodidos sucede aquí? —JunHyung gritó desde la puerta.

—Le dije que no, pero él no escucha. —Un hombre pequeño, vestido con solo unos pequeños shorts de niño colgaba en el centro de la habitación.

Hyun Seung se quedó con la boca abierta viendo adentro. Nunca en su vida había visto a un hombre colgado en medio del cuarto con solo su ropa interior.

—Esa no era la palabra de seguridad —protestó el hombre más grande—. Conoces la palabra de seguridad, y todo lo que tenías que hacer era decirla.

 

—Me olvidé —dijo el hombre más pequeño sin arrepentirse—. Así que demándame.

 

Podía oír el gruñido de frustración viniendo de JunHyung, pero Hyun Seung estaba demasiado ocupado viendo la extraña escena, ¿Qué demonios era una palabra de seguridad?

—¿Cuál es la palabra de seguridad? —JunHyung le preguntó al hombre más grande.

 

El hombre no se veía muy contento. En realidad parecía francamente enojado. No estaba seguro de por qué el hombre estaba enojado, pero Hyun Seung no iba a preguntar. El hombre tiró el látigo al suelo con frustración, entrecerrando los ojos hacia el hombre más  pequeño.  —No  tiene  que  usar  una.  No  estoy  tratando con malcriados sin entrenamiento.

 

El hombre más grande salió de la habitación. —Que se joda — murmuró mientras Hyun Seung se hacía a un lado, permitiendo que el hombre se fuera.

—Uh, ¿alguien me puede ayudar con esto? —preguntó el hombre más pequeño—. Estoy un poco atascado.

Hyun Seung pasó junto a JunHyung, de cara a la habitación. Trató de mantener sus ojos apartados del casi desnudo hombre, pero eso era imposible, cuando tenía que ayudar a bajar al hombre.

—¿Un poco de ayuda? —dijo Hyun Seung mientras veía a JunHyung y luego veía las manos del hombre, que estaban amarradas juntas con tiras de piel y suspendidas en un gancho.

Ahora era el turno de JunHyung para verse enojado. —Eso no es mi maldito trabajo. —Levantó al hombre y lo puso sobre sus pies.

Hyun Seung llegó a las muñecas del hombre y lo desató.

 

El tipo se frotó las muñecas mientras caminaba hacia la puerta.

 

—Gracias —dijo sobre su hombro.

—¿Qué pasa con tu ropa? —Hyun Seung le preguntó mientras miraba abiertamente el trocito de la ropa interior que el chico llevaba.

—¿Qué? —El hombre miró su cuerpo y luego a Hyun Seung—. La estoy usando ahora.

 

«¿En serio?»

 

Hyun Seung se rascó la cabeza mientras permanecía allí por un momento, viendo la puerta vacía, y luego a JunHyung. —¿Es esto normal?

 

JunHyung dio un resoplido. —No has visto ni la mitad, pequeño hombre. Esto es leve en comparación con algunas noches.

 

Si eso era leve, Hyun Seung no quería ver lo que era una mala noche. El lugar ya era extraño a esta hora. No estaba seguro si seguiría cuerdo para el momento en que tuviera que irse.

—Ahora tengo que limpiar la jodida habitación. Ellos saben bien que no deben dejar desorden —se quejó JunHyung mientras tomaba el látigo y lo  colgaba  de nuevo  en  la  pared.  Luego  se  dirigió a  un armario.

 

Hyun Seung observaba. Si JunHyung salía de ese armario con un algún tipo de instrumento de tortura medieval, él correría hacia la puerta. Él no dudaba de eso. Para su sorpresa, JunHyung salió con un poco de espray desinfectante y toallas de papel.

—Ellos lo saben bien —JunHyung repitió su queja, comenzó a verter desinfectante… a como infiernos se llamaran esas mesas—. Voy a tener que hablar con Jaehyo acerca de estos chicos.

 

—¿Jaehyo? —Hyun Seung preguntó al tiempo que tomaba unas toallas de papel de manos de JunHyung y limpiaba en donde JunHyung rociaba desinfectante. No podía dejar de notar una cruz en una de las paredes del fondo y se preguntó por qué infiernos estaría en un lugar como éste. Hyun Seung realmente dudaba que alguien usara este cuarto para rezar.

—El propietario —respondió—. Me estoy cansando de esas imbéciles personas perezosas que creen que pueden utilizar estas salas y luego dejarlas hechas un desastre. ¿Qué soy yo, su jodida criada?

Hyun Seung se reía disimuladamente mientras tiraba las toallas de papel usadas en un bote y escuchaba las quejas de JunHyung. Terminaron la limpieza de la habitación, así que Hyun Seung tomó de nuevo su lugar en la silla alta.

—¿Por qué estaba allí colgado? —Hyun Seung le preguntó. Él lo sabía. La carne del hombre era de color rojo, y el otro hombre tenía un látigo en la mano. No hacía falta ser un genio para entender lo que estaba pasando ahí. Así que no estaba seguro de por qué le estaba pidiendo a JunHyung que confirmara sus sospechas.

Aparte del hecho de que se trataba de un aburrido y sin embargo loco trabajo. Hyun Seung no podía verse a sí mismo entrando en algo así. No en esta vida. Pero si a esos hombres los hacía felices, ¿quién era él para juzgar?

 

—Se llama una escena —dijo JunHyung mientras se apoyaba contra la pared, con los ojos explorando el pasillo—. El pequeño tipo cede el control, y el tipo grande está en control. —JunHyung se rascó la barbilla y luego sacudió la cabeza—. En realidad, no. El pequeño tiene el control.

 

Hyun Seung estaba malditamente confundido.

 

Hyun Seung dejó el tema viendo a otra pareja entrar en la habitación que acaba de limpiar. Tenía ganas de gritarles que limpiaran su desorden cuando salieran. Se sentía como un oficial en la sala de monitores.

Saltando de su silla, Hyun Seung rápidamente vio alrededor. —¿Qué hora es? —Había olvidado por completo la hora. ¿Cómo es posible que se le hubiera olvidado? Eso debería ser su más alta prioridad.

 

JunHyung sacó su teléfono celular y vio la hora. —Después de diez, ¿por qué?

 

Hyun Seung gimió cuando se golpeó la cara con la mano. Estaba jodido. ¿Cómo pudo dejar que el tiempo se le escapara de esa manera? —Es demasiado tarde.

—¿Tarde para qué? —JunHyung se apartó de la pared, mirando hacia a Hyun Seung.

 

«Al infierno con eso». Si iban a pasar el tiempo saliendo y siendo amigos, entonces él también podría decirle al gran hombre. Aunque avergonzado Hyun Seung podía hacerlo. —He estado pasando la noche en refugios. No tengo un lugar donde dormir.

 

JunHyung no se veía tan molesto como Hyun Seung se sentía. Sus rasgos siguieron neutrales cuando se encogió de hombros con indiferencia. —Entonces quédate en mi lugar.

Oh, sí, no hay problema. No era como si JunHyung confiara en los centros de acogida para un lugar para permanecer caliente y seco. No, era como si Hyun Seung se sintiera como Cenicienta cada maldita noche mientras corría para entrar antes de que las puertas se cerraran con llave. Y esta noche había perdido la carroza de calabaza.

Mientras las palabras de JunHyung le caían, Hyun Seung jadeó ante el hombre grande y sexy. ¿Cómo podía JunHyung ofrecer eso a un hombre que acababa de conocer? Ahí había una trampa. Hyun Seung había vivido en la ciudad durante seis meses, había aprendido que siempre había una trampa. Nadie hacía nada por bondad.

Y nadie hacía nada sin esperar recompensa.

 

—¿Y qué quieres a cambio? —preguntó con desconfianza, entrecerrando los ojos al gigante de pie delante de él. Hyun Seung había soñado con tener sexo con JunHyung anoche en muchas diferentes posiciones, pero si tuviera que tener sexo con él como pago, eso   lo abarataría. Y eso era algo que Hyun Seung se negaba a hacer. Aunque la idea de que la pared de duros como roca músculos envolviéndolo causaba que un estremecimiento recorriera su cuerpo.

Pero aun así…

—Nada —dijo JunHyung mientras una puerta se abría y una pareja caminaba hacia ellos.

—Todo el mundo quiere algo. Así que dime por adelantado lo que es. No lances la bomba sobre mí en el último segundo. —No era ningún tonto. Es posible que ignorara acerca de este club, pero no era un hombre estúpido. Todo el mundo tenía un ángulo.

 

JunHyung sacudió la cabeza una vez más, un toque de ira en sus ojos. —Dije que nada. No te miento. Puedes quedarte en mi casa. Realmente no es un gran maldito problema.

Hyun Seung asintió con un lento movimiento de cabeza, inseguro de si podía creer en el hombre. Había sido engañado un par de veces desde su llegada a la ciudad. Hyun Seung se había encontrado con hombres que prometían que no querían nada a cambio por su amabilidad. Y todos ellos le había mentido.

Hyun Seung no había cedido su culo a nadie desde que estaba  en la ciudad y no iba a empezar ahora. —Está bien, pero si intentas cualquier cosa… —Hyun Seung advirtió viendo la aburrida mirada de JunHyung y señalando hacia el musculoso hombre—. Te alimentaré con tus bolas en el desayuno.

JunHyung levantó una ceja, pero Hyun Seung no iba a dar marcha atrás —incluso si se estaba muriendo por lamer al hombre de pies a cabeza. Hyun Seung se quedó viéndolo fijamente mientras JunHyung comenzó a carcajearse.

—Estás lleno de sorpresas.

—Sí, solo pruébame —respondió Hyun Seung lentamente regresando su trasero a la silla alta. Apoyó la espalda contra la pared y colocó sus manos en su regazo, Hyun Seung escuchó la última puerta abrirse.

Un tipo salió con una mirada saciada de felicidad en su rostro, caminando frente a Hyun Seung como si ni siquiera estuviera ahí. Y entonces el segundo hombre salió lamiendo... sus colmillos.

Hyun Seung no estaba seguro de estar viendo bien las cosas. Se limpió los ojos y vio de nuevo. Los colmillos eran agudos y brillantes a la pálida luz del pasillo, pero no había duda de lo que eran.

—¡Santa mierda! —Hyun Seung saltó de la silla alta y retrocedió por el pasillo mientras su sangre se helaba.

—Hyun Seung, espera —JunHyung le gritó, pero Hyun Seung no le hizo caso mientras empujaba la pared de los bailarines, haciendo todo lo posible para escapar. Santo Jodido infierno, ¡los vampiros eran reales! La cabeza de Hyun Seung se inundaba con el conocimiento mientras se acercaba a la puerta.

Parecía más difícil tratar de escapar, entró en la pared de sudorosos cuerpos retorciéndose. Manos lo toquetearon mientras las luces láser iluminaban el camino entre la multitud. Hyun Seung intentó desesperadamente golpear las manos no deseadas alejándolas, pero el toqueteo parecía interminable mientras gritaba y empujaba a los fiesteros en la pista de baile densamente amontonados.

Se quedó sin aliento cuando vio a un hombre chupar el cuello de otro. Él ahora vio lo que realmente era. Ellos no estaban actuando. No, un vampiro estaba bebiendo. Mientras Hyun Seung veía alrededor, empezó a notar más y más parejas encerradas en una unión sexual en donde uno bebía y el otro era drenado.

¡Era una zona de alimentación!

 

Hyun Seung se sintió mareado mientras la multitud lo arrastraba más hacia atrás. Tenía que salir de aquí. Tenía que escapar de este lugar. Tenía que... oh jodido infierno. El pánico lo estaba invadiendo al ver la puerta cada vez más lejos.

Fuertes brazos rodearon su cintura, jalándolo de los cuerpos entrelazados hasta que lo separaron de las manos que lo toqueteaban.

Hyun Seung sollozó mientras pateaba tratando de liberarse.

 

—Cálmate, pequeño hombre —una fuerte orden llegó desde detrás de él—. ¡Y deja con una jodida de patearme!

Hyun Seung se relajó en los brazos de JunHyung, renunciando a la lucha mientras JunHyung lo llevaba a otro pasillo, uno más tranquilo que sólo tenía una puerta. Cuando JunHyung abrió la puerta, Hyun Seung vio que se trataba de una lujosa gran oficina, y estaba vacía.

JunHyung cerró la puerta, cruzando por la alfombra y se sentó, jalando a Hyun Seung a su regazo.

—Toma una profunda respiración.

—Eso-eso era un vampiro —balbuceó mientras se tragó todo el nudo en su seca garganta.

 

—Sí, lo era —JunHyung confirmó—. Ahora cálmate.

¿Cómo infiernos se suponía que debía calmarse cuando acaba de descubrir que había vampiros en el mundo? Ellos eran de ficción, películas que hacía Hollywood. ¡No era algo que salía de una maldita puerta justo en frente de él!

—¿Cómo? —preguntó mientras comenzaba a marearse.

—Estás hiperventilando —dijo JunHyung mientras pasaba la mano por la espalda de Hyun Seung—. Tienes que relajarte.

Hyun Seung respiró hondo, viendo finalmente a JunHyung... y viendo la punta de un agudo colmillo justo debajo del borde del labio superior del tipo.

Hyun Seung gritó, empujándose del regazo de JunHyung, su trasero cayó contra el duro suelo. ¿En qué demonios se había metido?

 

 

Hong Bin y Jun salieron de la  habitación de atrás, asegurándose de que sus donantes estuvieran estables en sus pies antes de dejarlos ir. Hong Bin inmediatamente regresó hacia la multitud, levantando las manos en el aire, moviendo las caderas al ritmo de la música techno.

Sus ojos recorrieron a la multitud de hombres dispuestos, en busca de su siguiente donante, cuando vio a Jung Min atravesar la puerta principal.

Siguió con la mirada al líder del Aquelarre del Norte que siguió su camino hacia la barra. Como segundo al mando, tenía el deber de alertar de la presencia del otro líder a Jaehyo.

Pero, maldición si quería salir de la pista de baile.

 

El juego que él y Jun acababan de jugar era adificio venatus, un juego en el que Jun y Hong Bin se habían turnado para morder al humano hasta que el hombre había tenido un orgasmo a causa de las pequeñas mordeduras —un juego que Hong Bin había ganado  cuando mordió el cuello del chico y el humano se corrió— había saciado   su hambre, pero ahora estaba buscando un cuerpo dispuesto para saciar su rabiosa erección. Nada de sexo había tenido lugar en la sala con Jun, por lo que Hong Bin estaba caliente como el infierno.

 

Abriéndose paso a la barra, Hong Bin se sentó en una silla alta. — ¿Buscando a Jaehyo?

Dante le dio una mirada y luego vio hacia adelante, como si Hong Bin no hubiera dicho una maldita palabra.

«Arrogante  bastardo».

—Bueno, seré tu niño bueno y lo buscaré por ti —dijo sarcásticamente alejándose de la barra y dirigiéndose al pasillo privado, difuminándose hacia la mansión.

Corriendo por las escaleras hasta el nivel inferior, donde las habitaciones estaban ubicadas, Hong Bin llamó a la puerta de Jaehyo. Sonrió al escuchar un llanto de bebé. El pequeño Hong Seok era un niño muy querido. Todo el Aquelarre lo adoraba pero nada se comparaba al amor de los tres devotos padres.

La puerta se abrió, Yu Kwon lo vio fijamente. —¿Qué?

Hong Bin se rio ante la fiereza de Yu kwon. —¿Puedes por favor, comunicarle a Jaehyo que Jung Min lo está buscando en el club?

 

Yu Kwon dio una ligera inclinación de cabeza antes de cerrar la puerta del dormitorio. Dios, no era de extrañar que el mensajero fuera siempre fusilado.

Ese trabajo apestaba.

 

 

 continuara...


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