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Maravillosas Heridas [Omegaverse] Un Cuento de Maravillas #4 por soreto

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Atreverse a acercarse a alguien, cuando se ha sido lastimado no es algo fácil; provocando un vacío en tu pecho, y las piernas temblar ante la idea es lo normal; por eso, una pequeña amistad si se cultiva y se profundiza, puede crecer.


Hye no era el único, que no quería estar en una relación un tiempo; estaba contento con lo que tenía, pero las heridas estaban, permaneciendo apenas ocultas y siendo sanadas poco a poco; Teuk también tenía su historial de viejas cicatrices.


Siendo profesor, mantenerse ocupado ayudo a olvidar su dolor, o la idea de compadecerse; aquella parte difícil de su vida, se la contó a Hye, al igual que este le hablo de Shin, y en el momento que decidieron atreverse a probar el cariño de alguien más, a intentar amar y ser amado.


Kim Teuk, cuando era joven y apenas graduado, se casó con un Omega; estaba enamorado, al igual que probablemente lo estuvo aquel que fue su pareja. Al pasar los primeros años, e incapaces de concebir, el Omega se sumió en depresión de fallar una de las obligaciones que su clase tenía: procrear.


La pareja de Teuk, termino por recriminarle entre gritos su situación, e incrementándose en frecuencia. El índice de éxito en la concepción con un Beta era menor;


La causa probablemente era él; le acusaban, tanto su pareja, la sociedad y el mismo.


Al final, no soportando el no poder ser un Omega pleno, su pareja término por irse con un Alfa.


Y así continuaron aprendiendo de la vida del otro.


Conocerse fue una de las etapas que traía maravillas a ambos; llegar a la vida de alguien, era tener una zambullida a un nuevo pequeño mundo.


Teuk le contó sobre sus cosas favoritas, de los lugares que más atesoraba; el Beta disfrutaba de pasear en escenarios naturales. Torpe como es el rubio, tendía a perderse, un detalle que omitió.


Con mochila en mano, y desbordante entusiasmo, Hye le pidió con insistencia que lo llevará a su lugar favorito. Ambos se organizaron, siendo despedidos con movimientos enérgicos de ambos brazos de Mae, y una sonrisa forzada de Suni.


Jian fue parte importante en evitar que Suni dijera nada; el Alfa le hace notar que podrían pasar algo de tiempo los tres, y hasta podía tomar un día libre para ellos solos aprovechando que Mae estaba en la escuela.


Lo convence con un beso en la mejilla, y un bufido por respuesta de parte de Suni.


Una vez en la zona, y después de horas de viajé; Teuk intenta llevar a Hye a su punto favorito. Aunque no se dan cuenta los primeros minutos, terminan perdidos; el Omega, un tanto ingenuo, reconoció inmediatamente su situación, con una ceja alzada escuchaba al Beta, confirmarle repetidas veces que llegarían pronto a la playa.


Cerca de una hora después, caminaban por un bosque con el calor húmedo rodeándolos. Hye se alegraba de traer ropa clara, y pantalones cortos, en especial al ver al Beta algo acalorado.


No llegaron a la playa ese día, y a petición del castaño, decidieron buscar el camino de regreso; aún era temprano, pero Hye decidió que no era muy buena idea perderse en su primer paseo juntos.


Un poco desanimado, dieron con un risco que daba a la costa; pegado al bosque, estaba una vista de aguas azules, resplandeciendo en llamativos tonos esmeraldas. Aunque no pudieron llegar a la playa, donde podrían acercarse al agua, la vista los dejo callados.


Keun Hye siempre vivió dentro de cuatro paredes; sus escenarios, lo componían los límites de su hogar, y en antaño las obligaciones que se le confería por ser Omega: ese era su mundo.


Nunca pensó ver más allá de eso...


Esa era la primera vez, que conocía algo distinto, algo lejano y fuera de lo que podría imaginar. Siempre deseo pedir a Suni que salieran, pero temía hacerlo, como lo hizo en su niñez; se aferraba a lo conocido, permitiéndose apenas ir a lugares cercanos, y bajo la insistencia de su hijo.


Cuando conoció a Teuk, y después de poder decir lo que siempre guardo a Shin; sus miedos fueron atenuándose con el tiempo. Siempre preocupado por su hogar, su hijo y su Alfa, olvido lo que el mundo podía ofrecer;


Se dio cuenta de que no conocía nada.


Pero eso le daba miles de cosas por explorar.


Con una expresión serena, Hye ve el azul del agua extenderse sin murallas, y mucho más allá de lo que la vista puede ofrecer al espectador. El viento se mece a sus espaldas, acompañado de blancas gaviotas, que le hacen reír de puro gozo.


Ante los tonos purpuras y rosados del cielo que recibe la caída del sol, Teuk toma una foto, de alguien con expresión de silenciosa admiración, y ojos soñadores viajando al horizonte.


Sonriéndole bellamente, el castaño se gira con movimientos gráciles y rápidos, besándole de improviso, provocando que el otro se quede atónito y con sus lentes deslizándose por su nariz; Hye ríe, de una manera cristalina y tan relajada que el Beta termina por acompañarle en su alegría.


r13;Debemos apurarnos a encontrar el caminor13; Los labios del Omega se ensanchan con una sonrisa que le cubre todo el rostro, mientras este camina adelantándose con las manos en su espalda.


Ambos se permitieron soñar un poco al caminar,


Perderse un poco en el horizonte.

Notas finales:

Paso a paso, así son las cosas más grandes en la vida :)

Espero estén muy bien ;)

 

y seguimos con las actualizaciones dobles :D


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