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Maravillosas Heridas [Omegaverse] Un Cuento de Maravillas #4 por soreto

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Los meses pasan lentos, para quien espera. En especial, cuando se tienen que pasar cambios tan grandes, que el solo hecho de asimilarlos es algo que puede llenar de ansiedad hasta a la persona de mayor endereza.


Suni era alguien, que estaba familiarizado con emociones caóticas y fuera de control; era su trabajo, pero experimentarlas era algo muy distinto.


Con su vientre abultado, su seguridad pareció diluirse en un pánico mal encaminado; causado por las hormonas, y un miedo que no externaba; se mostraba a la defensiva.


Tres meses y su cuerpo le era irreconocible; no es que odiaria la situación, su instinto maternal, como el amor incondicional estaban presentes; solo, que era como si las cosas que creía le fueran extrañas, sus concepciones meras fantasías.


—Ya lo dije, estoy bien— dijo Suni recargándose un momento al sentir un mareo, después de salir del médico en su chequeo mensual. Jian le sujetaba con tanto cuidado que le irritaba, algo que no dejaba ver.


—Lo sé, es solo que no sobra ser precavido— contesto el Alfa comprensivo, con su amable sonrisa de siempre.


—Puedo estar por mi mismo—afirmo, caminando lejos del Alfa como si nada hubiera pasado—. Regresemos al auto.


—Se que puedes hacer todo por ti mismo— dijo con su grave voz haciendo eco en la mente de Suni, quien se detuvo dándole la espalda en esa tranquila calle—. No te cuido porque crea que lo necesitas, yo se que podrías estar sin mi...te cuido porque es lo que quiero hacer, porque te quiero más de lo que debería decir en la calle— dejo salir una suave carcajada.


El Omega se sonrojo ligeramente, y con una pequeña sonrisa que Jian no vio exhalo más tranquilo—. Regresemos— dijo simplemente, aun de espaldas a Jian.


La frustración, como la incertidumbre eran cosas que siempre acompañaban al abogado; entender al Omega, resultó ser una de las pruebas más difíciles, sin embargo, el amaba al castaño a pesar de lo complicado que era tratar con el.


El que tenía un papel importante en que ambos jóvenes se acostumbraran, fue Hye; la experiencia de una relación complicada le hizo saber como aconsejar al inexperto matrimonio.


Y un día, mientras Jian parecía al borde de la desesperación después de intentar de convencer a Suni de llamarle cuando necesitará algo; Hye colocó una tasa de café frente al Alfa de cabellos oscuros, y se sentó frente a él en una mesa redonda de madera en la cocina.


—No es alguien fácil— Hye tomo un sorbo a su tasa y le sonrió a Jian— Es mi hijo, lo se mejor que el mismo.


—Yo entiendo su situación...la entiendo pero — dijo Jian, pasando sus manos por sus lacios cabellos y bajando la mirada—; Siento como si no confiara en mi.


—Confia en ti— le confirmo Hye, sin duda en sus ojos—. No te hubiese dejado acercarte después de que descubriste su embarazo.


—¿S-se lo contó?— Jian retuvo el aliento, observando las facciones de Hye cambiar cuando este río ligeramente—. Lo que dije esa vez...no era algo que creyera realmente...


—Mas que decirme...— contesto el otro—. Tuve que hacer que quisiera decir una palabra. — confesó el castaño—. Tranquilo, se que fue la peor manera de enterarse...estoy seguro que tenían mucho en su mente— reconforto el mayor al nervioso abogado—. Por cierto...¿Suni duerme?


—Si, profundamente— confirmo el pelinegro más tranquilo— Se resistió un poco...no admitía que estaba cansado.


Hye reía dulcemente con un ligero asentamiento—. No será muy emocional Suni, pero es muy terco— agrego despreocupado, arracancando una sonrisa al Alfa—. Yo también estuve adormilado todo el tiempo cuando estaba esperando a Suni.


—¿Nunca pensó en tener un hijo más?— pregunto el abogado, recrimiandose inmediatamente por su atrevimiento.


—Lo pensé...pero tu sabes como fue para Suni, no quería eso otra vez— contesto sin miramientos.


El joven Alfa y Hye, a pesar de conocerse poco, lograron formar una sólida confianza; el mayor, solía conversar con Jian como si fuese un miembro de la familia desde hacía tiempo.


—Espero que esto no lo incomode— los ojos de Jian le miraron serios—. Suni y yo hemos Estados preocupados, ¿Ha pensado en buscar una nueva relación?, quiero decir...usted luce demasiado joven.


—Entiendo tu pregunta— asintio el Omega—. Agradezco que ambos me cuiden tanto...se que mi celo es un período difícil para todos.


—No es eso— niega suavemente Jian— Tanto Suni, como yo, queremos que este bien— aclara el joven—. Si me permite, creo que es sorprendente lo bien que se ve, su rostro aun luce joven, seguro es popular.


Hye niega con un movimiento de su mano riendo—. Ah, gracias, pero... No creo estar listo para intentar nuevamente...o poder encontrar a alguien.


¿Qué haría el con una pareja? ¿Qué tipo de persona le acompañaría?


¿Su lazo con Shin sería un problema?


Hye no tiene respuesta para ninguna de esas preguntas, algo a lo que no le da importancia; fueron años muy difíciles para el, un proceso largo en el que entendió muchas cosas; una de ellas, que la felicidad no está atada a otra persona, sino a sí mismo.


Talvez podría retomar viejos pasatiempos. Piensa, mientras saca de su closet un set de costura. Examinando los ganchos para tejer, se da cuenta lo mucho que le gustaba, y los años que lleva sin tocar la caja con todos esos materiales.


Comienza recordando cosas básicas; revisa varios tipos de guantes y modelos de bufanda, retomando lo que creyó olvidado, recordando que ni siquiera estaba seguro de lo que le gustaba;


Que no sabía lo que el quería.


Y se dio cuenta de ello, el momento que conoció a Min Mo, un Omega que formó su vida en ilusiones, haciéndose cada vez más daño.


Lo que le hubiese pasado si su vida siguiera bajo los deseos de alguien más.


Aunque, el joven Omega de cabellos almendrados le mostraba la voluntad de querer algo más; de ya no desear estar viviendo en mentiras que el mismo se dijo.


Hye se ofreció, ante ma preocupación de Suni, de cuidar a Mo después de su cesárea, y guiarle en algunas ocasiones durante el embarazo. Hablando con el vulnerable joven, el mayor le contó su historia, una muy similar a la del otro.


— ¿Y no le aterra estar solo?— pregunto Mo, con Ahn dormido en brazos, viendo el suelo como si estuviera muy lejos de ahí—. De no ser...¿De no ser feliz?


La sola pregunta paralizaba a Mo, abrazando con más fuerza al recién nacido.


—Lo hacía— se sincero Hye al ver la expresión triste del otro Omega—. Pero tengo una familia, y muchas cosas maravillosas que estoy seguro encontraremos un día— Hye ladeo la cabeza con una sonrisa encantadora y su usual tono alegre.


Sus propias palabras, volvieron a abrirle los ojos; no existe camino, o concepto para la felicidad, y no existe porque no lo hay;


Lo importante es encontrarla;


Recordar los deseos propios.


Y triste se preguntó, por primera vez en tantísimos años, permitiéndose ser egoísta, para pensar en si mismo; el daría todo por su familia, por quienes amaba,


Pero;


¿Qué deseaba?

Notas finales:

Mañana hay capitulo, y el miercoles.

 

porvafor, dejenme saber su opinión ;)


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