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ICING [ JJBek] [Omegaverse] por soreto

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El Grand Prix Final, fue realizado en la inmensa, y magnifica Rusia; cosa que trajo muchos recuerdos a varios, algunos crudos, como la última medalla que gano Yuuri Katsuki, quien sostuvo la mano de su pareja el día que dijo al mundo lo que ocultaba.


Al final de los programas, y con puntajes que hacían exclamar en sorpresa a los jueces. Los ganadores se decidieron; tras minutos que a algunos les parecieron larguísimos, escuchando el chocar del metal de los patines contra el hielo.


A Yuri Plisetsky, le hubiera gustado disfrutar la plata; su primera medalla en la final como senior, pero con Jean posando cual celebridad, besando el oro que colgaba de su cuello tan similar a Victor, se le hacía imposible.


El programa libre trajo muchas sorpresas; ya fuera por el desempeño que Leo de la Iglesia logró, superando con creces las mejores presentaciones de su carrera, o que el perfeccionista patinador coreano, Seung-gil Lee lograse quedarse con el bronce, arrebatándole la medalla a Otabek por una diferencia muy pequeña.


Si bien, el kazajo quedo cuarto, como en la copa de China; estaba contento con sus resultados, haciendo que aquellos aspectos únicos que le distinguían se gravaran en la memoria del público; asegurándose de comenzar, y concluir con el mejor quad Salchow que sus habilidades lograron.


No para él,


Sino para que esos ojos claros no pudieran ignorar el significado de sus movimientos.


A pesar de todo, aquellos cómplices de lo que ocultaba Jean, estaban satisfechos; un Omega les arrebato la cima a varios Alfas, como otras veces que el canadiense logro lo impensable. Para el Alfa, esa victoria tenía un sabor amargo, sintiéndose ansioso de que se le revelara algo de esa magnitud, que el chico que conoció hace tantos años quitase el telón sin pudor frente a él;


Sentía que no podía aceptarlo.


Todo lo que construyo Jean, fue a base de dejar muchas cosas, no se sentía bien aceptando tan fácilmente que el otro le dijera algo que protegió con tanto recelo desde su infancia.


Los altavoces resonaron sobre sus pensamientos, anunciando la cena de gala que sería el día siguiente. Muchos de los otros patinadores felicitaban a los que lograron obtener el tan ansiado triunfo, recibiendo a los medallistas del podio, adornados con ramos de flores; y la persona que era esperada, portando una sonrisa de total felicidad, como si ese fuera el resultado que el mismo quería.


El clamor siguió unos segundos, creando una distancia abismal entre los demás y aquellos que se erguían victoriosos. Jean disfrutaba el éxito, pero por una vez, su mente estaba lejos de las voces que lo aclamaban, viendo a través de la multitud a alguien.


Fue casi una hora, entre la prensa y otras cosas, que la multitud se dispersó, al fin dejando a los ganadores estar tranquilos, dándose cuenta del hecho de la magnitud de tener una presea colgando de su cuello.


—Papá, Mamá, los alcanzo en el hotel, debo hacer algo. — Jean cerro su chaqueta, acomodando sus ropas deportivas, y espero la respuesta de sus padres; el Omega aún era algo ajeno a la incomodidad de su padre.


—Entiendo hijo. Tenemos que ir a responder a algunos reporteros, y después llamar a tus hermanos, que no podrán dormir hasta saber de ti— La Beta concedió, negando con la cabeza como Alain parecía a punto de reclamar, sin encontrar palabras para ello.


Jean ya tenía veinte años, y entendía el querer proteger a su hijo, siendo un Omega, como un tanto ingenuo; Nathalie era perfectamente consciente de las interacciones entre un Alfa y un Omega, pero también reconocía que el joven era perfectamente capaz de defenderse, como negarse a hacer algo que no quisiera.


—Nos vemos entonces, cuídate mucho. —Los brazos de la mujer rodearon a un confundido joven, que solo correspondió el abrazo con una sonrisa.


—¡No tienes que preocuparte! ¡Soy el Rey! ¡Con corona y todo! — Respondió, despidiéndose con un movimiento de mano.


Jean estaba nervioso, lo que haría le hacía sentir mareado, incrédulo de revelarse como realmente era a alguien que no fuera de su familia; pero quería hacerlo, ese era un paso para tomar el valor, y revelarlo un día al mundo.


—¡Beka!


—Tienes el oro— Felicito, escueto, pero con una sonrisa tras sus ojos.


—¿Pensabas que sería diferente? ¡Soy JJ! — Aclaro, siendo para él lo más lógico del mundo—. Y como buen Rey, debo cumplir mis promesas.


—Jean, no puedo aceptarlo— Otabek se acercó al Omega, mirándole un poco inclinado por la diferencia de estatura—. ¡Debería ser yo el que tenga el oro para que cumplas esa promesa! — El Alfa perdió la calma, furioso consigo mismo, y con el canadiense por parecer no tomar con la seriedad que amerita lo que quiere hacer.


—Es una decisión mía— Jean no retrocede ante el acercamiento del kazajo, que parece querer hacerlo cambiar de opinión—. También lo hago por mí.


—¡Jean! — La voz del castaño se alzó, queriendo que el Omega cediera, pero conteniéndose de usar aquella voz natural de Alfa.


—Otabek, está bien, es importante para mí que tú lo sepas; aunque creo ya lo sabes— La voz calma, en el siempre peculiar Omega, tomo por sorpresa al kazajo—. Soy un Rey con su  corona, debo hacerme responsable— Guiño el ojo, sonriéndole de esa manera que hacía imposible a Otabek mirar a otro lado.


Otabek dejo ir su alterado estado emocional; respiro profundo y sus ojos oscuros quedaron fijos en los de ese peculiar azul grisáceo del Omega.


—Dame tiempo, una hora, y si aún no quieres cambiar de opinión; aceptare, y no podrás retroceder en esta decisión, ni lo que cambie entre nosotros.


—¿Olvidas que me gusta tomar riesgos? ¿O quien ganó el oro?


—No, tu no dejas de decirlo— El Alfa se despidió del canadiense, dejando que el aire frío, casi cortante de Rusia enrojeciera sus mejillas.


Estando afuera, caminando a su hotel, las palabras de Yuri, el impetuoso ruso le llegaron, arrancándole una ligera risa.


<<—Ya estas actuando tan idiota como Leroy, ya me cansé de verlos — espetó el joven, cuando vio las dudas de su amigo, minutos antes de que Jean fuese a hablar con él, aun entretenido con la medalla de oro en mano—. Solo haz lo que sea que quieras hacer.>>


Suponía entonces, que solo le quedaba lanzarse, como alguna vez le dijo el mismo Jean, enseñándole aquel salto, en ese momento que la escarcha se formaba en los arboles;


El día de su primer encuentro.

Notas finales:

Hola, muchas gracias por seguir la historia,

También estoy en wattpad como only_soreto


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