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20 de Julio por Aphrodita

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20 de Julio

 

 

Aphrodita

 

 

Dedicado muy especialmente a la hermosa persona que es Sapphire Celeste (¡FELIZ CUMPLEAÑOS PRINCESA! XD). Perdón que no te pueda enviar algo por correo pero en esta mugrosa provincia es una suerte encontrar algún negocio interesante... Gracias que hay una panadería en la esquina y hasta me vi tentada de mandarte una docena de facturas, pero debido a la distancia iban a llegar verdes XD.

Te quiero mucho, cuando vaya a Buenos Aires te envió algo mas lindo que este mediocre fic *_*... Pero va con mucho cariño para ti (Y espero que el mensaje llegue).

Este fic habla de una fecha que en la Argentina, además de ser comercial, es muy especial, el Día del Amigo.

 

Capitulo 1.

 

Faltaba poco para el 20 de julio, a pocos días la cabeza del pobre Shun iba a mil ideando el regalo perfecto para su mejor amigo, y le daba coraje consigo mismo ver como ya todos tenían sus regalos muy bien empaquetados ¡¿Y él?! Nada, ni un mísero regalo de un dólar.

En Japón iba a ser el primer año que se celebrase El Día del Amigo... ¡El primer año! Y ellos, como buenos amigos que habían sido durante toda su vida, no podían dejar pasar esa fecha tan especial. A tan solo cuatro días el ambiente tenso se respiraba en la Mansión, Mansión prácticamente vacía sin Saori y sin Tatsumi desde que se habían ido al Santuario... Demasiado para ellos cinco.

Shun supo que no le quedaba mucho tiempo, ya era viernes, el sábado los negocios abrían medio día, y los domingos permanecían cerrados... Tenia solo ese día, antes del lunes, para comprar algo ¡Lo que fuese! Es que... El pequeño supo lo que su amigo quería, el problema residía no sólo en la crisis económica de su bolsillo, sino en la vergüenza que le daba entrar a un negocio a comprar ¡ESO! Pero en fin, si era lo que Hyoga realmente quería como regalo, en su interior supo que era perfecto... Pero ¿Por qué a él? ¿Por qué le tenia que pasar esto?... No era un niño, y se lo demostraría a todos.

Andrómeda entró nervioso a la tienda en donde una joven muchacha pelirroja lo esperaba con una sonrisa. ¿Tenia que ser mujer, joven y linda?.

  • ¿Sí? ¿En que te puedo ayudar?...
  • Pues... Etto... Mire... Yo... Busco... Emmm... Ropa interior...
  • ¿Para hombre?...
  • Eh... Si... –Titubeó el peliverde escondiendo su mirada ¡Qué no era el fin del mundo!
  • ¿De que estilo?...
  • Pues... De diseño... Con dibujos
  • ¿Qué edad tiene el chico?... –Pregunto la dama buscando entre cajas de prendas infantiles.
  • Pues... Mas o menos mi edad...

Un momento de silencio... ¿Qué chico de 15 años busca como ropa interior, ropa infantil?

  • Pues no tengo de ese talle...
  • ¿Ah? ¿No?...
  • No...
  • Pero yo vi en la vidriera, la semana pasada, uno con dibujos que...
  • Si, pero esos motivos no son infantiles... –Rió la joven, apenas, para no abochornar al otro.
  • Lo sé... –Confesó Shun –Es para regalar a un amigo... –Acotó, como si sonase la mentira más antigua del mundo.
  • Un amigo... Claro...

Pero era cierto ¡Dioses!

  • Hyoga se llama... –Dijo inútilmente, como si al decir un nombre la joven le creyese --Es mi mejor amigo...
  • Si, pues mira tengo algunos con letras, palabras... Frases en ingles como... "Yo soy tu papi"... ¡Oh!... –Exclamó encontrando una prenda –Este tiene penes en caricaturas...
  • Fue similar el que yo había visto, pero igual... Siga mostrándome... –Andrómeda comenzó a sentirse mas relajado.
  • Si, supongo que este no era, no solemos poner estos diseños tan explícitos en la vidriera pero si algunos más ligeros... Como esto... –Sacó de una pequeña caja rectangular una prenda de color verde con pequeños conejos blancos y una inscripción que decía "Soy tuyo".
  • ¡Ese era!... –Exclamó el peliverde contento, pero esa alegría se borró de su rostro cuando una anciana entro a la tienda. –Me lo llevo... –Dijo rápidamente.
  • Pero ¿El talle?...
  • No importa... –Se apuró el pequeño escondiendo con premura la prenda, mientras la anciana se acercaba curiosa, saludando a la empleada, quien correspondió el saludo–Esta bien este... –Agilizó, mirando apenas y calculando el talle a ojo –Cualquier cosa ¿Lo puedo venir a cambiar?
  • Si, con la bolsa no tendrás problema, además aquí en Tokio somos la única casa que maneja este tipo de lencería erótica para hombres...

Unica en su genero... Ya que es muy común hallar lencería erótica para mujeres, pero para hombres ¡Era todo un logro!.

Shun guió su mirada a la anciana, quien con un gesto despectivo le respondió su saludo de buenos días, pero enseguida la voz de la muchacha lo hizo volver en sí.

  • Disculpa... Aun no has pagado...
  • Oh, cierto... –El peliverde volvió sus pasos, sumamente apenado --Lo siento... ¿Cuánto es?
  • $74,99... --Dijo la pelirroja con una sonrisa.
  • ¡¿CUÁNTO?!
  • Setenta y cuatro dólares, con noventa y nueve centavos. –Volvió a repetir con voz melódica cual anunciante de supermercado.
  • Tome... –Cedió gentilmente un billete de cien que sacó de su billetera.
  • Tu vuelto...
  • Gracias... –Respondió Shun con la mirada gacha, podía sentir la mirada de la anciana clavándose en su cuello.
  • ¡Disculpa! ¿No quieres que te lo envuelva?
  • No, así esta bien... Gracias...

Y sin mas se retiro del local sintiéndose estúpido, pues si era un regalo ¿Por qué le dijo que no? Ahora de seguro pensaría que era para él. Dioses, de mal en peor, por lo menos ya había salido del local y podía respirar aliviado bajo el sol de julio, sin embargo... ¡Se había gastado todo!... Los cien dólares que debía dividir en cuatro lo había destrozado con ese regalo tan peculiar... Pero en fin, si era lo que Hyoga quería ¿Por qué no regalárselo?, O por lo menos esa semana cuando caminando juntos se pararon frente a ese vidriera y con una sonrisa el Cisne exclamó: "¡Eso esta alucinante!... Yo quiero eso... Jajajaj" ¿Qué tenia de gracioso quedar como un niño? Aun peor, como un pervertido.

Ahora solo quedaba el regalo de su niisan, de Seiya y Shiryu ¿Qué le regalaría con 25 dólares a los tres? Sin dudas iba a ser el peor regalo de todos.

 

***

 

Shun llegó a la Mansión y con sigilo se escabulló por las escaleras, preparó y metió todos los regalos dentro de una misma bolsa y los escondió bajo su cama, donde dormirían hasta el lunes por la mañana.

Cuando Andrómeda despertó y bajó a la sala ese 20 de Julio, todos se encontraban reunidos con una sonrisa en sus labios:

  • ¿Qué esto Ikki?... –Preguntó Seiya investigando su regalo con curiosidad.
  • ¡No lo abras aquí!... –Pidió el aludido algo nerviosos –Es un video...
  • ¿Un video?...
  • Sí...

Haciendo memoria el peque recordó:

  • ¡Ah!, El video de reproducción sexual ¿No?...

Tanto Hyoga como Shiryu escondieron su mirada y se distrajeron con sus paquetes disimulando la embarazosa situación.

  • Ten lagartija... Este es para ti... –El Phoenix extendió un paquete macizo y rectangular.
  • ¡Gracias, Ikki!... –Se emocionó el Dragón al ver que era un libro, pero se quedo estático cuando leyó la portada –Un libro sobre... Sexualidad...
  • Seh... –Respondió el peliazul –El Kamasutra Gay...
  • Gra-gracias...
  • Hyoga... –Sentenció Ikki con tono seco–Esto es tuyo...

El mencionado levantó su vista sorprendido ¿Un regalo del Phoenix hacia él? Eso si que era raro pero ¡Vamos! Es el día del amigo, el día ideal para dejar las diferencias de lado.

  • Un cinturón de castidad... –Se decepcionó el ruso.
  • Seh, sé que lo necesitaras... –Sentenció el peliazul primero con una sonrisa malvada, pero luego fulminando con la mirada a su pseudo amigo.
  • Otouto... –Llamó Ikki a su pequeño hermano –Baja, no te quedaras toda la mañana en la escalera... Ven que tengo tu regalo...

Con una sonrisa el peliverde se unió a la "fiesta".

  • ¡Gracias niisan!... –Con impaciencia el joven rompió el papel que envolvía su regalo, sorprendiéndose con el mismo.
  • Es una ferrari, a escala... Original y de colección... Creo que ya estas grande para los autos de juguete, por eso te compré este...
  • Oh, niisan... Es precioso ¡Gracias!... –Shun no supo si enojarse por ver como aun lo seguía tratando como a un niño, o ponerse contento por haber recibido ese regalo y no un auto de plástico, un camión o algo por el estilo.
  • Bien Ikki... –Distrajo el Pegasus volviendo por las escaleras ¿Cuándo había desaparecido? –Me costó recordar donde había escondido los regalos, pero aquí esta el tuyo... Y el tuyo Shiryu... –Le cedió a su amigo –Hyoga ten, y Shun... Espero que te guste...

Todos paquetes de diversos tamaños y la primera exclamación del Phoenix.

  • ¡¿Qué?!, ¡¿Me tratas de sucio o de oloroso?!
  • Ese perfume es muy masculino y muy caro... –Se ofendió el menor.
  • Lo sé, sé que es caro...
  • ¿Y entonces?
  • No hubieras gastado dinero en un perfume... –Murmuró serio.
  • ¡Desagradecido!... –Exclamó el morocho con sus manos en su cintura.
  • Niisan... –Reprochó Shun –No seas así...
  • Lo siento... Gracias ponny... –Porque iba a negar que estuvo a punto de comprarse ese perfume semanas atrás pero que no le había alcanzado... ¡El narcisista del peliazul! ¿Para que esconderse si ya todos conocían su colección de perfumes?
  • Seiya... –Pronunció entre dientes el pelilargo, blandiendo un celular en su mano.
  • ¡Oh! Vamos Shiryu... Sabes que lo necesitas...
  • Y tu sabes perfectamente que estoy en contra de la dominación tecnológica... ¡No hubieras gastado dinero en esto!...
  • ¡Shiryu!... –Se quejó Seiya con un tono algo infantil –Es imposible hallarte sin un celular...
  • ¡Nómbrame!... –Sentenció el Dragón –Y yo saldré de mi cuarto, bajaré las escaleras y preguntaré que necesitas... No hace falta llamarme a un celular...
  • Gracias Seiya... –Dijo Hyoga algo sorprendido por su regalo ¿Era alguna especie de indirecta?

El Pegasus se lo confirmó.

  • Ese mapa, amigo errante, es para que sepas a donde tienes que volver...

Acaso, ¿Ese había sido el regalo más tierno de todos?.

  • ¡Acuarelas!... –Exclamó Shun sentado en el sillón, bien... Otro regalo ñoño.
  • Si, como eres el artista del grupo... –Sonrió el morocho repleto de felicidad, le encantaba eso de los regalos. –El año que viene té regalo algo profesional... –Dejó en claro que su situación económica nada tenia que ver con el concepto que tenia sobre su amigo peliverde, de hecho Seiya era el único conocedor de lo que padecía Shun.
  • ¡Ah!... Los míos... –Exclamó Shiryu. –Este es el tuyo Ikki... Perdona que no te lo envolví, no me dio tiempo...
  • Otro mas que me trata de sucio... –Ikki observó con recelo las sales aromáticas para bañera.

Conociendo la reacción de su amigo, el Dragón se acercó a su oído y le susurró.

  • Es para que lo uses con Seiya...
  • Oh... Gracias... --Ahora comprendía el fin del regalo.
  • ¿Otro video?... –Se Sorprendió Seiya al descubrir la forma de su regalo.
  • Si, había pensando en un libro... –Comentó el pelilargo –Pero como era para ti, en ultima instancia me decidí por un video, al fin y al cabo explica lo mismo.
  • ¿Sobre reproducción sexual?... –Se decepcionó el Pegasus, ahora tenia dos regalos repetidos.
  • Cuidados... –Aclaró Shiryu mirando de reojo al peliazul que estaba a su izquierda –Muy diferente al otro, quizás no tan explicativo Seiya... Y te recomiendo que mires primero este...

Seiya dejó el regalo de Shiryu junto al de Ikki, cuya tapa era bastante contundente: "Adicción anal VI"

  • Y para ti Hyoga...

El aludido se puso de pie, dejando el sillón donde se había sentado junto a su amigo peliverde, y se acercó a los otros tres.

  • No sabia que regalarte y te compré ropa...

El rubio rompió a reír y ante el rostro de su amigo aclaró.

  • Yo tampoco sabia que regalarte, y también te compre ropa...

Ahora que el pelilargo comprendió, también rompió a reír.

  • Es una camisa, sino te gusta con la misma bolsa puedes ir a cambiarla...
  • No Shiryu, esta bien... Me gusta el color.
  • Pruébatela para ver si te va el talle... Tenemos el mismo cuerpo pero quizás...
  • A simple vista me va bien... Gracias...
  • Shun... –Sentenció Shiryu –Espero que puedas comprenderme... Necesitaba regalar un libro, y te compré uno*...
  • Esta bien Shiryu... Me gusta leer... –Sonrió Shun levantándose del sillón. –Gracias...

El pequeño rompió el papel leyendo apenas la tapa: El Hobbit... ¡Dioses! Otro más ¿Por qué siempre lo tenían que tratar como a un niño? ¡No lo era!. Al notar el rostro de decepción de Andrómeda, el Dragón aclaró:

  • Si bien El Hobbit fue escrito como un cuento para niños, lo leen muchos adultos y es la precuela del Señor de los Anillos...

Al escuchar ese nombre, el rostro del peliverde se iluminó por completo.

  • Te gustará... –Aseguró el pelilargo.
  • Bien pato sucio, quiero tu regalo... –Exigió Ikki impaciente.
  • Pues bien... –Susurró el Cisne poniéndose de pie en busca de su bolsa que tenia escondida detrás del sillón y como cual Santa Claus comenzó a repartir. –Ikki... –Sentenció entre dientes –Seiya... Shiryu... –Y cuando le tocó el turno a Shun sonrió como nunca lo hacia, y cuando lo hacia, era solo para el conejo –Shun... Este es el tuyo...
  • Waou... Ganso... –Se quedó el Phoenix anonadado, sin palabras –La colección de Make Up... Esto cuesta...
  • Fortuna, lo sé... –Completó el ruso y nada mejor que tenerlo contento a su próximo cuñado.

El peliazul cuasi adivinó sus intenciones y lo fulminó con la mirada ¡Qué bajo buscar comprarlo de esa forma! *_* Pero era la colección de Make Up, la que por tantos años deseó ¡Dioses! ¿Quién iba a decir que ese escuincle le iba a dar el mejor regalo en décadas?.

  • ¿Lubricante a base de vaselina?... –Se extrañó Seiya ¡Si que había recibido regalos atípicos!
  • Créeme... Lo necesitaras... –Sentenció el rubio mirando de reojo a Ikki –Después me lo agradeces... Y Shiryu, ya sabes, sino te gusta o no te va el talle lo puedes cambiar...
  • Gracias Hyoga... –Dijo el aludido guardando dentro de su bolsa... Una camisa.
  • ¡Hyoga!... –Exclamó Andrómeda repleto de felicidad.
  • ¿Te gusta Shunny?

La cara de asco de Ikki fue muy notoria: "¿Te gusta Shunny?" ¡Patético!

  • ¡Un Discman! ¡Por fin lo tengo!...
  • Sabia que te iba a gustar... –Sonrió Hyoga satisfecho, sentándose a su lado, siempre supo lo que Andrómeda en verdad quería.
  • "Sabia que te iba a gustar"... –Repitió Ikki con burla, en voz alta, sin darse cuenta, muerto de celos y envidia ¡¿Cómo podía ser que ese pato sarnoso le regalase a su propio otouto el regalo perfecto?! Acaso ¿El no conocía lo suficiente a Shun como para saberlo?
  • Ikki... –Censuró el morocho codeándolo.
  • Lo siento... –Susurró el Phoenix volviendo en si y escondiéndose de la mirada de reproche de Andrómeda.

Andrómeda... El pobre peliverde se hundió en el sillón, sumamente abochornado, se produjo un segundo de silencio en el que habló, ya cuando todos habían calmado esa ansiedad por los regalos:

  • Yo... Los regalos de ustedes...
  • Tranquilo otouto... –Dijo Ikki con ternura –No hacen falta los regalos, solo son gestos lindos pero no en verdad significativos... –Intentó tranquilizarlo imaginando que no había podido comprar nada.
  • No es eso, yo los tengo pero... Se los daré después... –Le daba vergüenza ir en busca de sus insignificantes regalos.
  • No te preocupes Shun... –Fue Shiryu el que habló –De veras, es algo secundario...
  • No, de verdad, yo los tengo es que...
  • Ya Shun, debo admitir que esperaba otro mas pero... –Dijo Seiya.
  • ¡Que si los tengo!... –Se exasperó el peliverde –Lo siento, digo que si los tengo, pero se los daré después...

La sonrisa que portaba Hyoga, dedicada solo a él era un bálsamo para Shun en ese momento tan embarazoso.

  • Tengo otro regalo para ti... –Susurró el Cisne en el oído de su mejor amigo, consiguiendo que su cuerpo se estremeciera, el murmullo de los demás solapaban sus palabras.
  • ¿De... veras?
  • Si, pero es una sorpresa...
  • Que bueno, porque yo también te tengo una sorpresa... –Desde ya que Andrómeda no pensaba darle su regalo tan peculiar frente a todos ¿O que pensaban?, ¿Que sí?

Ese lunes en particular habían quedado en planear una salida, nada raro, algo a la tarde, pues al otro día debían seguir con sus deberes diarios, ya sea ir a trabajar y/o estudiar en algunos casos. Afortunadamente esa salida despejó al conejo blanco, haciéndole olvidar un poco su decepción consigo mismo, pero al regresar cerca de la cena, supo que debía enfrentar a sus amigos con sus regalos de segunda mano ¡¿Qué iban a pensar de él?! ¿Que no valoraba su amistad, o que no eran lo suficientes buenos para recibir regalos?.

Shun subió uno a uno los peldaños de la escalera y derrotado fue en busca del regalo de su niisan... Supo que ese seria ese el más difícil de todos, por quien lo recibiría, luego, después de la cena quedarían los otros dos, porque Hyoga no podía quejarse del suyo aunque... A ultimo momento al peliverde le entró el miedo, pánico al pensar que tal vez, cabia la remota posibilidad de que Hyoga... ¡No quisiese en verdad eso! O que no lo considerase un verdadero regalo... Pero ¿En qué pensaba? ¿Cómo no le iba a gustar? ¡Era Shun! Era él, todo lo que rodeaba a Andrómeda era significativo e importante para el ruso.

 

***

 

  • Niisan... –Susurró Shun en la puerta del cuarto de su hermano.
  • Shun, sí, pasa... –Invitó el aludido con una sonrisa.

Andrómeda ingresó escondiendo detrás de su espalda un paquete pequeño, envuelto en papel de regalo, con su mirada baja intentó armar una oración pero la culpa lo consumía por dentro. Haciéndole el regalo perfecto a su mejor amigo y dejando en segundo plano a su niisan, ¡Si este se enterase! Se moriría de celos en ese preciso instante.

  • ¿Qué sucede otouto?
  • Tu... Regalo... –Torpemente el peliverde cedió el paquete –Disculpa por no haberte dado algo mejor... –Pronunció mientras su hermano descubría que había allí dentro –Pero creí que te gustaría, siempre te gustó esa foto...
  • Shun... –Pronunció el Phoenix con voz parca –Este ha sido el mejor regalo que me dieron en toda mi vida... Por lo que significa esta foto para mí...
  • Hace años que la tenia y bueno...

Esa foto, era una foto vieja de ellos dos cuando eran niños, con Ikki pequeño y sosteniendo entre sus frágiles brazos a su indefenso hermano, en ese momento tan solo un bebé de meses... Una foto que para ambos significaba mucho.

  • Digamos que solo gasté en el marco...
  • Pero Shun... –Volvió a repetir el peliazul con sus ojos húmedos –Este ha sido, lejos, mucho mejor que el regalo de ese ganso malhablado.
  • ¿De veras?... –Preguntó el menor contagiado con la emoción de su niisan, además sabia lo que significaba para él la colección de CD’s.

Ante el asentimiento del mayor, Shun no pudo mas que abrazarlo con fuerza, al final había resultado mucho más fácil de lo que creyó. ¡Haberlo sabido antes! En fin, que su niisan no se enterase que la idea de ese regalo era repetida ¡Porque ahora sí, moriría de celos ahí mismo!.

 


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