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OHANA Parallel por Kitty Pasta

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Notas del capitulo:

Peter, de diez años, y Wade, de quince, son compañeros en un orfanato de Nueva York. Poco antes de que Peter fuera adoptado por el famoso Tony Stark, Wade mantiene una conversación a solas con él en el tejado del orfanato. A pesar de su diferencia de edad y sus personalidades opuestas, los dos comparten un profundo lazo de amistad que, en el caso de Wade, podría ser algo más...

Wade Wilson, el terror del orfanato Danbury, se había refugiado nuevamente en el tejado entre rabietas y ganas de romper cosas. Estaba muy molesto y en esas situaciones prefería aislarse y calmarse a solas, antes de quedarse en el patio y armar un escándalo que terminara en una nueva detención. Además, odiaba ver el miedo en los ojos de los otros niños, como si él fuera un demonio. A pesar de sus esfuerzos por portarse bien y ser amigable, los demás lo rehuían y con frecuencia pensaban lo peor de él. Excepto uno.

“Si no fuera por Peter, me largaría de este lugar de mierda” pensó pateando una lata que cayó ruidosamente a la calle. Luego se sentó frustrado y se quedó mirando el suelo, pensando en lo que había pasado unas horas antes.

-Wade… Wade, hemos tenido esta conversación varias veces ya. No puedes pelear…

-¿Por qué asume que es mi culpa?- explotó.- Esos imbéciles empezaron. Y yo no iba a quedarme ahí sin hacer nada, mientras se burlaban de mí.

-Cuando te molesten, debes decírmelo- insistió la señora Danbury, apenada al ver como la rabia consumía a un chico tan joven.- No vas a solucionar nada golpeando a los chicos mayores cada vez que hay pelea, lo sabes. Sé que no debe ser fácil, pero tienes que intentar mantenerte calmado.

-Oh, genial. Seguro que dejarlos hablar mierda de mí solucionará algo- se jactó con ironía.- Usted no puede estar en todas partes, señora Danbury, y yo no voy a permitir que vengan a joderme.

-¡Wade, el lenguaje…!

“Esa es la educación que les importa” bufó buscando un cigarrillo en sus bolsillos. “No decir malas palabras, portarse bien y todas esas idioteces. Pero que te traten como basura por nada, eso no, que se joda Wade Wilson. Bueno, que se jodan ellos. La próxima vez que se metan con mi cara les destrozaré la suya a ver si se lo aguantan”.

Si los chicos menores le tenían miedo, los mayores se divertían atormentándolo a causa de las quemaduras que desfiguraban su cuerpo. Él no recordaba cómo había pasado, pero le contaron que había sido a causa de una máquina defectuosa en un hospital al que lo llevaran de chico. En vista de los problemas que le traía, a veces deseaba que la máquina lo hubiera matado. No soportaba tener que vivir con ese rostro horrible y encima tener que aguantar el desprecio de otros. Realmente, ¿a qué estaba esperando para largarse de allí? De todas formas nadie iba a adoptarlo, y al cumplir los dieciocho tendría que irse de todos modos. Podría ahorrar tiempo y marcharse ya, solo debía juntar sus cosas y…

El repentino ruido de la puerta de la terraza lo sacó de sus cavilaciones, y volteó la cara con una expresión asesina para ahuyentar a cualquiera que hubiera subido. Pero no funcionó: Peter Parker nunca se asustaba de él, pasara lo que pasara, y se le acercó con la misma dulce sonrisa de siempre.

-¡Wade, ahí estás! Te estaba buscando.

-Peter… ¿qué haces aquí? Los niños no deberían subir al tejado, es peligroso.

-Tú lo haces- observó con inocencia, tomando asiento a su lado y plegando la nariz por el olor a cigarrillo. Wade lo apagó de inmediato pero aún así le echó una mirada severa.

-Yo soy mayor y sé cuidarme. Pero bueno, no importa eso ahora. ¿Para qué me buscabas?

-Es que escuché que te habías peleado con un tal Francis y quería ver si estabas bien… Wade, ¿por qué te peleas con esos brutos? ¿No te da miedo que te lastimen?

-¿Ellos, lastimarme a mí?- repitió con sorna.- Chico, ellos son los que me tienen miedo. Son unos debiluchos, mucha amenaza y pocos puños. Espera a que veas a Francis la próxima vez. Ese ojo morado se lo hice yo- se ufanó ante un sorprendido Peter, que a pesar de sus temores se rió ante su desparpajo.

-Está bien, voy a tratar de no preocuparme demasiado por ti. Al fin y al cabo se bien lo fuerte que eres. Solo, no sé, ¿podrías prometer que tratarás de no pelear demasiado?

-Peter… no te aproveches de mí…

-No lo hago, de verdad, solo quiero que no te involucres con gente peligrosa.

-¿No se te ha ocurrido que yo soy parte de esa gente peligrosa?

-¿Mh?- lo miró con tanta tranquilidad que sintió la rabia esfumarse de su cuerpo como por arte de magia, un efecto sanador que solo obtenía de Peter. El chico era tan puro y transparente… tan diferente a él como era posible. Estar cerca suyo le proporcionaba mucha calma, incluso en sus momentos más oscuros. Repentinamente negó con la cabeza.

-Nada, no he dicho nada.

-¿Entonces? ¿Me das tu palabra que tratarás de cuidarte?

-Trataré.- Respiró hondo.- Te lo prometo.

-¡Ese es mi amigo!- lo vivó Peter dándole un abrazo de recompensa por su promesa. Wade se quedó estático, para nada acostumbrado a que lo tocaran. Si hubiera sido otro lo habría increpado por semejante atrevimiento, pero desde luego Peter era especial. No podía ser mezquino o cruel con él, la única persona que lo hacía sonreír y le brindaba su compañía sin pedir nada a cambio. Algunos niños lo buscaban para pedirle favores como que los protegiera de otros abusivos; Peter, en cambio, se juntaba con él por el solo placer de hablar y jugar juntos. Agradecido de que no hubiera nadie cerca para verlos, le correspondió el abrazo de forma breve y después le sonrió.

-Ya, no te preocupes más por nada. Me portaré bien. ¿Eso te satisface?

-Sí. Y ahora, ¿podemos volver adentro? Aquí arriba hace frío.

-Mejor ve tú. Yo todavía tengo ganas de estar solo.

-¿Solo? ¿Y yo qué?- inquirió Peter inflando las mejillas.

-Peter, no me hagas una escena, ya entendiste a lo que me refiero. Sabes que no me gusta estar adentro y cruzarme con los otros, prefiero evitarlo siempre que sea posible. Pero si tú tienes frío, entra, no te quedes aquí solo por mí.

Peter parpadeó un poco mientras pensaba. Sabía que Wade se sentía incómodo con los demás a causa de su rostro, lleno de cicatrices y quemaduras. A él tampoco le gustaría que se lo quedaran viendo, o que murmuraran cosas hirientes a sus espaldas, así que entendía por qué muchas veces prefería la soledad. Pero no le parecía justo: Wade no era un malvado ni agredía a nadie sin una buena razón, al contrario, era muy amable y divertido. A él siempre lo trataba con respeto y gentileza, y eso que le llevaba cinco años. Tras vacilar una décima de segundo, se sentó todavía más cerca de él y lo tomó del brazo para combatir el frío, sin percatarse de lo nervioso que lo ponía. Wade, con las orejas rojas, exclamó:

-¿Qué diablos haces, Peter?

-Tu abrigo es grueso y da calorcito, así que lo estoy aprovechando.

-¡Idiota! Te dije que si tenías frío entraras, no tienes nada que hacer aquí…

-Sí tengo. Tengo que estar contigo- afirmó el menor con seriedad.- Eres mi amigo y me gusta que pasemos el tiempo juntos, Wade. Si los demás te molestan, entonces iré donde tú vayas para que estemos solos juntos. ¿No te parece una buena idea? Así podremos conversar como siempre sin miedo a que alguien nos interrumpa.

A Wade se le hizo un nudo en la garganta muy difícil de desatar al oír esas palabras. Peter era todavía un niño, pero a veces tenía unas actitudes tan maduras que lo dejaban desarmado. Era en esos momentos cuando más se enamoraba de él, lo cual se esforzaba diario por ocultar y directamente por borrar de su corazón. Pero era imposible. Peter era el ser más bueno y más lindo del planeta, y cuando estaba a su lado se sentía de nuevo como alguien normal. ¿Cómo rechazar entonces a la única persona que le daba algo de esperanza a su vida vacía? Sabía que jamás debía tocar ni un cabello al castaño, pues solo tenía diez y el tenía quince y no quería corromperlo de ningún modo, pero eso no evitaba que lo adorara y deseara protegerlo de todo.

“Cuando él sea mayor”, pensaba para consolarse, “quizá podré decirle lo especial que es para mí y lo mucho que lo quiero. Con suerte. Pero por ahora… es mejor que siga en silencio”.

-Wade, ¿quieres escuchar algo raro?- preguntó Peter para iniciar una conversación. Wade regresó de sus pensamientos y lo miró para prestarle atención.

-Dime.

-¿Recuerdas a ese hombre de traje que vino hace unos días? ¿Tony… Stark?

-Sí, claro. Es un pez gordo, basta con ver su auto para saberlo.

-Hoy llamó a la directora para preguntarle si podía venir de nuevo- reveló con aire de misterio, encantado al poder compartir aquello con alguien.- Y lo sé porque ella me contó que el señor Stark pidió verme a mí.

-¿A ti…? ¿A nadie más…?- preguntó con una sensación helada que no tenía nada que ver con el clima.

-¡Sí! ¿Qué crees que significa?- exclamó Peter abandonando el misterio y dando rienda suelta a su entusiasmo.- Me haría mucha ilusión que sea para lo que ya sabes, pero no estoy seguro. A lo mejor el señor Stark quiere ayudar a los niños del orfanato, a lo mejor solo es un buen hombre con tiempo libre. ¿Tú qué piensas?

Wade no contestó de inmediato y se quedó inmóvil, masticando por dentro aquel nuevo golpe. Sinceramente hubiera preferido a diez cómplices de Francis golpeándolo a la vez que oír como un hombre rico pedía permiso para visitar a Peter. ¿Por qué más lo haría sino era para adoptarlo? La sola idea destrozó en un segundo todas sus ilusiones, todas sus esperanzas de declarársele a Peter en un futuro, porque si el niño se marchaba de allí no volvería a verlo. Tony Stark, o el que fuera, no permitiría que su hijo se relacionara con un matón como él que solo sabía causar problemas.

-Wade… ¿por qué lloras?- inquirió Peter preocupado al verlo derramar una lágrima. Wade se la secó de inmediato y le dedicó una sonrisa de aliento, dispuesto a tragarse su miedo para que él pudiera quedarse tranquilo.

-Solo es el viento, me hace picar los ojos.

-Tú también tienes frío, ¿verdad? Entonces vamos a entrar, en mi cuarto estaremos más cómodos.

-¿Seguro?

-Sí, los otros dos ya deben haberse marchado. No habrá nadie que nos moleste, te lo prometo.

¿Qué había hecho él para merecer un destino tan asqueroso? Conocer a un ángel para luego perderlo no era justo. Pero tampoco podía ser egoísta y desear que Peter se quedara allí, pudiendo tener una familia que le diera el amor que se merecía. Si había la más mínima posibilidad de que Peter tuviera una familia, él debía rogar por ello. Tal vez no fuera lo mejor para él, tal vez le rompiera el corazón, pero si Peter era feliz valdría la pena.

En efecto, en el cuarto del menor no había nadie y pudieron sentarse tranquilos sobre la cama, a jugar a las cartas. Wade se sentía un poco infantil al hacerlo pero aún así le daba el gusto a su amigo, a quien coleccionar cartas de superhéroes le fascinaba. Una vez incluso había golpeado a un sujeto para recuperar una rara carta coleccionable que le había robado al menor, en un acto de venganza y amor que le había valido la gratitud de Peter hasta la fecha. Ese día, aunque había terminado castigado y con el puño adolorido por la pelea, la sonrisa de Peter lo había mantenido firme. Nada había cambiado.

-Peter- dijo un rato más tarde, mientras guardaban las cartas.- Si ese hombre Tony te quiere adoptar… ¿a ti te haría feliz irte con él?

-¡Sí, claro! Nunca pierdo la esperanza. Sé que un día tendré un padre que me quiera.

 -Sabes, yo también estoy seguro que lo tendrás. ¿Quién no te querría como hijo, si eres el chico más bueno del mundo?

Notas finales:

Sé que este capítulo pudo haber resultado algo triste, pero no se pongan demasiado mal por eso. La historia de Peter y Wade tendrá un final feliz, dentro del fanfic OHANA; en ningún momento fue mi intención crear un amor imposible, así que de un modo u otro ellos se van a reencontrar. En realidad sé bien en que capítulo se van a reencontrar, como y de qué forma Wade va a dar el primer paso para confesar sus sentimientos; pero como es lógico, eso sería spoiler y aquí no hacemos eso :v

Si les gustó el capítulo por favor recomiéndelo, y recuerden que la serie principal, OHANA, es un Stony/Superfamily, mientras que OHANA Parallel es una colección de historias cortas con diversos personajes del MCU. Todo transcurre dentro de la misma línea temporal, así que con frecuencia las historias pueden cruzarse y tener relación. Cuando así sea, tendrá su aclaración correspondiente para que no se pierdan.


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