Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

52. Him Chan (05) por dayanstyle

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Him Chan apretó los dientes. Quería ir tras sus guerreros perdidos, pero no estaba dispuesto a dejar a sus compañeros desprotegidos. Wheesung había probado ya dos veces que podía llegar a ellos. Había demostrado también que podía enviar a gente al ático de Him Chan.

 

Estaba medio tentado de llevar a sus compañeros con él. Habían demostrado que podían manejarse sólos, pero la idea de ellos estando en peligro no le cayó nada bien. Sabía que Jong Up tenía razón. No podían permanecer encerrados en el ático para siempre. Incluso si se las arreglaba para quitar a Wheesung de ellos, siempre iba a ser alguien más.

Him Chan necesitaba enfrentar el hecho de que sus compañeros nunca estarían realmente seguros, y lo único que podía hacer era confiar en que no se pusieran en peligro. Eso no quería decir que fuera a dejarles fuera de su vista. Sólo quería decir que tenía que llevarlos con él.

—Tengo que ir a Remtin.

—¿Dónde está eso? —preguntó Dae Hyun.

—Un lugar fuera de la ciudad de Serenity que le dará pesadillas a cualquier hombre cuerdo. —No estaba tratando de asustar a sus compañeros, pero no iba a endulzarles ni una maldita cosa. Dae Hyun había pedido honestidad, y se la iba a dar.

—Suena perfecto. ¿Podemos ir? —preguntó Jong Up.

Cada célula de Him Chan gritaba que no, pero no iba a dejarlos atrás. —Si prometen hacer lo que digo, sin hacer preguntas.

—Palabra de scout —respondió Jong Up.

—Nunca fuiste un explorador —murmuró Him Chan mientras recogía a sus compañeros en sus brazos—. Sólo mantén tu maldito culo a salvo, ambos. Vayan a buscar una mochila y pongan una muda de ropa allí. Si necesitan cambiar, no quiero que caminen por ahí desnudos —Him Chan los soltó.

Jong Up corrió a hacer precisamente eso, y luego regresó a los pocos minutos, la mochila sujeta a su espalda.

Him Chan los tomó en sus brazos otra vez y luego abrió un portal, dando un paso, y luego cerrándolo detrás de él. Estaban de pie en las calles de la ciudad de Remtin, y todo estaba en silencio.

Eso no era una buena señal.

Remtin por lo general estaba llena de seres lascivos que vivían en las calles, robando y matando al azar. Pero al mirar alrededor, Him Chan no vio a nadie. Ni una sola alma estaba aquí fuera.

 

—Quédence cerca.

Sus compañeros asintieron.

—¿A quién estamos buscando? —Preguntó Jong Up.

—A Hyun Sik.

—¿Por qué estaría aquí? —preguntó Dae Hyun, el disgusto en su tono aparente.

—Tengo la sensación de que Wheesung le envió aquí.

—¿Por qué haría eso? —preguntó Dae Hyun.

—Para demostrarme que ni siquiera puedo proteger a mis propios guerreros. — Him Chan comenzó a caminar, asegurándose de que sus compañeros estuvieran a su lado. No le gustaba tenerlos aquí. No era seguro. Pero, ¿dónde iban a estar a salvo? Su ático no era el santuario que había esperado que fuera para los dos cambiaformas. No había ningún lugar en el que pudiera esconderles. No mientras Wheesung todavía anduviera por ahí.

La anticipación hervía en la sangre de Him Chan, las venas llenas de la energía más física que jamás sintió. Su objetivo principal era mantener a los dos hombres a su lado seguro. Su segundo objetivo era sacar a Hyun Sik.

Sí, llámale hijo de puta, porque si las cosas se fueran a pique, Jong Up y Dae Hyun eran su primera prioridad. Sus guerreros lo entenderían. Todos ellos sabían lo que significaba un compañero, y nadie le culparía por preocuparse de los suyos.

—Creo que tenemos compañía —dijo Dae Hyun en voz baja.

Him Chan salió de sus pensamientos al mirar hacia arriba. Vio a tres hombres observándoles con interés no muy amigable. Sus posturas corporales solo transmitían su intención.

—Manténganse en guardia —Him Chan tomó la iniciativa, sus parejas una pulgada detrás de él y a su derecha, los extraños a su izquierda.

—¿Estás dispuesto a compartir? —Gritó uno de los hombres, con una corriente oculta de lujuria en su tono.

Him Chan le ignoró. No iba a detenerse y entablar un debate sobre sus compañeros.

Eso era lo que querían, que se detuviera.

—Ni una palabra —advirtió a sus compañeros. Him Chan podía ver el ceño fruncido en el rostro de Dae Hyun y sabía que el cambiaformas quería decirle cuatro cosas al hombre, pero gracias a Dios se mordió la lengua. Si discutieran con cada alma que los detuviera, nunca encontrarían a Hyun Sik.

Los pelos de la nuca de Him Chan se levantaron, y sabía que tres hombres estaban siguiéndoles. Se mantenían a distancia, pero no tenía ninguna duda de lo que estaban haciendo.

—Nos están siguiendo —susurró Jong Up.

—Lo sé. Sigue caminando.

Him Chan bajó a un callejón a mitad de camino y rezó para que no estuviera cometiendo un error. Tenía que confiar en los dos cambiaformas, incluso si quisiera agarrarlos y llevarlos a casa. Exponerles a la violencia no era algo que quisiera hacer. Sabía que habían vivido en las calles antes de reunirse con él, pero ese conocimiento aún no le trajo ninguna comodidad.

—¿Estás pensando lo que estoy pensando? —preguntó Dae Hyun. Him Chan asintió. —No dejen que los maten. —Gruñó las palabras.

—No lo haremos —le aseguró Jong Up.

—Me quedo con el mayor de las tres —dijo Him Chan y luego presionó su espalda contra la pared, sus compañeros haciendo lo mismo. Prefería emboscar a los demonios que esperarles para atacar.

Por primera vez en la vida, Him Chan se sentía vivo, y no iba a cambiar eso por la pérdida de uno de sus compañeros. Podía derribar a los tres sin romper a sudar, pero sabía que sus compañeros tenían que demostrar su independencia. No le gustaba, pero entendía la necesidad de ser aceptado, ser respetado.

Him Chan sintió, más que vio, que venían. Estaban cerca, y sus intenciones no eran amables. Apretó la mandíbula en alguna de las imágenes que estaba capturando. Su ira comenzó a hervir en lo que planeaban hacer con Jong Up y Dae Hyun.

Gracias a Dios ninguno de ellos sabía quién era. Him Chan había mantenido un perfil bajo, apenas fuera de la vista del público en el reino de los demonios. Los demonios sabían su nombre, pero les resultaría difícil ponerle una cara. Si hubieran sabido quién era, mayores problemas se dirigirían hacia ellos. Podía manejar los demonios de bajo nivel. Sus compañeros podrían también. Las criaturas en las ciudades periféricas no sabían qué aspecto tenía, y eso jugaba a su favor.

Les dio a sus compañeros la señal para prepararse. Asintieron al unísono.

Tomando una respiración profunda, Him Chan extendió la mano y agarró al más grande del grupo mientras pasaban por delante. No iba a matar al hombre. No, a menos que tuviera que hacerlo.

—¿Por qué nos siguen? —preguntó mientras golpeaba al hombre en la pared de ladrillo. Los ojos del tipo se pusieron en blanco y Him Chan sabía que había ido demasiado lejos. Liberó al hombre inconsciente, viendo cómo se desplomaba al suelo y luego se volvió hacia sus compañeros.

Estaban en su forma de lobos, atacando con intensidad salvaje. Tan preocupado como estaba por ellos, Him Chan quedó impresionado por su fuerza bruta. Se había fijado en Jong Up tan tranquilo e ingenuo. Se alegró de que hubiera estado en un error. Le gustaba tener dos compañeros batalladores. Hacía la vida más interesante. Quizás haya estado acostumbrado a su soledad, pero Him Chan sabía sin duda que iba a renunciar a eso, y a la paz y la tranquilidad, para estar con estos hombres.

Y vaya si no eran sexys como el infierno cuando estaban con los dientes y las garras.

—Llámales a retirarse —gritó uno de los demonios—- Nos rendimos. Him Chan agarró al más cercano, empujándolo contra la pared de ladrillo, con cuidado esta vez de no usar tanta fuerza. —¿Dónde está el demonio guerrero?

Los ojos del hombre se abrieron bruscamente. —¿Quieres hacerle daño, también?

Por mucho que quisiera darle una paliza a este hombre, Him Chan lo pensó con más inteligencia dejándole al chico creer que iba detrás de Hyun Sik por motivos maliciosos. —Lo que quiera con él no es asunto tuyo. Sólo dime dónde está el hijo de puta.

Jong Up ladeó la cabeza, sus ojitos azules cuestionando. Dae Hyun estaba ocupado vigilando al otro hombre, sus caninos al descubierto.

—Está con Il Hoon, esperando que aparezcamos. MC Mong no va a estar muy feliz de que consigas al demonio guerrero primero. —El demonio miró hacia el hombre inconsciente y luego por encima a Dae Hyun. —Pero no estoy a punto de ser comido vivo.

—No lo hagas —advirtió el otro justo antes de que Dae Hyun mordiera su pierna—. ¡Joder!

Him Chan sonrió a su compañero. Hacían un muy buen equipo, con demonios de bajo nivel. —Dime dónde está —dijo Him Chan con un gruñido.

—Puedo mostrarte.

 

Him Chan no confiaba en el hombre, pero no tenía elección. No si quería llegar a recuperar a Hyun Sik. Wheesung debía haber tomado los poderes de Hyun Sik. Esa era la única explicación de por qué el guerrero todavía estaba aquí. Y eso le molestaba. Conocía la vida vivida por Hyun Sik antes de que Him Chan hubiera venido a buscarlo para su formación.

A pesar de que Hyun Sik nació guerrero, era inexperto, y eso lo convertía en el mayor objetivo en esta ciudad miserable. Iba a enseñar una lección a estos demonios si Hyun Sik estuviera jodido. Empujó al demonio hacia la calle. —Intenta cualquier cosa y dejaré que mis lobos los tengan de cena. No han comido todavía. —Su tono era mortal, dejando que estos dos demonios supieran que hablaba en serio.

Jong Up se estremeció y Him Chan quería reír. A su compañero no le gustaba la idea de comer a uno de estos demonios. Sin que ningún demonio lo viera, Him Chan guiñó un ojo a Jong Up. Para su sorpresa, Jong Up se frotó el pelaje sobre la pierna de Him Chan en un gesto felino.

Le dio una rápida sacudida de cabeza, diciendo a Jong Up que no ahora. Jong Up captó el movimiento y se unió a Dae Hyun, gruñendo a los dos demonios.

—Vayamos —dijo Him Chan, agarrando la mochila del suelo.

Sus compañeros se quedaron en forma de lobo, y Him Chan se alegró. Sería más fácil para todos ellos. Ya en forma de lobos, podrían atacar con facilidad.

—¿Qué vamos a sacar de esto? —preguntó uno de los demonios—. No me voy a jugar el cuello sólo para entregarte al guerrero. Es posible que hayas derribado a MC Mong, pero no tiene a nadie a quien estafar.

Him Chan agarró al hombre por su pelo, tirando de su cabeza hacia atrás. Los juegos habían terminado. Permitió que el fuego ardiente abrasara sus ojos mientras miraba a los ojos del demonio. —Tienes la oportunidad de vivir.

Podía sentir al hombre temblar bajo sus dedos. Sus ojos eran tan amplios que Him Chan pensó que se caería. —Está bien.

Soltando al hombre, Him Chan tomó posición detrás de los dos demonios. — Muévete. Y si intentas algo, mis lobos serán la menor de tus preocupaciones.

Ambos demonios le devolvieron la mirada, ambos con miedo en sus ojos. Bueno.

Tal vez podría llegar hasta Hyun Sik sin incidentes. Era un deseo vacío, pero que Him Chan esperaba, no obstante. Estos dos eran demonios que vivían en Remtin, después de todo.

Ni siquiera tan pronto como el pensamiento abandonó su mente, los dos demonios se fueron.

—¡No! —gritó Him Chan cuando Dae Hyun y Jong Up comenzaron a darles caza—. Dejen que se vayan. No los quiero a los dos corriendo alrededor de esta ciudad por su cuenta.

—Va a ser hacer más difícil encontrar a Hyun Sik, pero al menos sus compañeros estarían a su lado.

Him Chan intentó una vez más ubicar mentalmente a Hyun Sik. No había tenido éxito en su ático, pero esperaba que al estar tan cerca, funcionara. Wheesung no sólo tomó los poderes de Hyun Sik, sino que estaba bloqueando de todo el mundo al guerrero. Forzando más, Him Chan recibió una débil señal no muy lejos de donde él y sus compañeros estaban de pie actualmente.

—Creo que lo encontré. —La señal era débil, pero suficiente para que Him Chan supiera en qué dirección buscar. Trataría de localizar a Hyun Sik de nuevo una vez que estuviera más cerca.

Him Chan caminaba por la calle desierta, un lobo a cada lado de él. Mientras miraba alrededor, la ciudad de Remtin le recordaba a Him Chan la Ciudad de Serenity antes de que los demonios guerreros entraran en escena. Su amada ciudad se parecía a este lugar. Apretó la mochila más fuerte al recordar cómo la gente tenía miedo de salir de sus casas. Los demonios y otras criaturas del infierno habían aterrorizado a cualquiera suficientemente desafortunado para ser capturado fuera.

Incluso después de que los demonios guerreros fueron entrenados y soltados por la ciudad, llevó un largo tiempo que la gente confiara en que era verdaderamente seguro. El sentido de comunidad no había vuelto durante un tiempo muy largo.

Con Wheesung en la ciudad de Serenity, Him Chan rezó para que los días oscuros no volvieran. Quería que sus compañeros vieran la belleza que él veía. Quería que experimentaran los diferentes restaurantes y fueran de compras con las otras parejas, que disfrutaran de una película, o pasaran el rato en un café..

Quería que tuvieran una vida normal.

Pero mientras que Wheesung fuera una amenaza, Him Chan mantenía a los dos cambiaformas bajo llave. Sí, le hizo sentirse culpable por hacer eso, pero su pérdida no era una opción. No después de anhelar a una pareja durante tanto tiempo que Him Chan había pensado que se volvería loco.

Es posible que les molestara que los sobreprotegiera, pero podría aceptar eso, siempre y cuando se mantuvieran con vida.

Him Chan se detuvo en la calle, para tantear mentalmente. Deberían estar muy cerca, pero podía sentir que Hyun Sik se alejaba de él. El demonio guerrero estaba huyendo. Se dio la vuelta en la dirección que sentía la presencia fuerte de Hyun Sik. —Se está moviendo.

Los dos lobos se quedaron a su lado, y Him Chan se dio la vuelta y se dirigió hacia Hyun Sik. La señal se fue haciendo más fuerte. Estaban cerca. Muy cerca.

Sabía que el guerrero estaba herido porque la señal de Hyun Sik no se movía tan rápido.

Apretó los molares al pensar en Hyun Sik estando herido.

Cuando doblaron la esquina, Him Chan no sólo vio a Hyun Sik, sino a Joshua, In Seong, y Tae Heon también. Se acercaban a Hyun Sik desde el otro lado. El alivio le inundó al encontrar a Hyun Sik, pero sabía que no estaban fuera de peligro todavía.

Se quedó quieto cuando sintió una horda de demonios dirigiéndose hacia ellos. — Sáquenlo de aquí —gritó Him Chan—. ¡Ahora!

Pero era más fácil decirlo que hacerlo. Him Chan trató de abrir un portal, pero no pasó nada. Vio a los tres guerreros llevar a Hyun Sik a una sombra oscura, pero no habían desaparecido. Iban a tener que luchar para salir de esto.

Him Chan miró a sus parejas, el miedo y la preocupación llenándolo hasta el punto del desbordamiento. —No se vayan de mi lado.

Ambos asintieron en reconocimiento.

—Pase lo que pase, no persigan a nadie, y no se queden acorralados y separados del grupo.

Una sonrisa se formó en los labios apretados de Him Chan cuando Dae Hyun entornó los ojos. Había aprendido a amar a ambos, incluso antes de que los hubiera conocido. Pero ahora que los conocía, Him Chan sabía que iba a dar su vida por los dos.

Se dio la vuelta, tomando una postura de batalla cuando vio a los demonios dirigirse hacia ellos.

 

Hyun Sik nunca había sido tan feliz de ver a otro demonio guerrero en su vida, y al ver a tres de ellos, y al líder, hizo que su intestino se aflojara. ¿Pero por qué diablos estaban las parejas de Him Chan con él? ¿El líder se había vuelto loco? No había manera en el infierno que Hyun Sik invitara a su pareja a una pelea. Protegería al hombre con su vida... y envolvería su culo en algodón.

Sus pensamientos vagaron de nuevo a Il Hoon, pero no había nada que Hyun Sik pudiera hacer por el demonio si no estaba dispuesto a venir. No le cayó bien dejar al hombre detrás, pero no tenía otra opción. Si pudiera derrotar a los que venían detrás de él, entonces Il Hoon estaría a salvo... con suerte.

Pero cuando Hyun Sik vio a los demonios acercarse, no estaba muy seguro de poder derrotarlos. Estaba herido, apenas capaz de luchar, y sólo había cuatro guerreros y dos lobos contra una turba de demonios.

Esto iba a ser demasiado sangriento.

—¿Tu condición? —preguntó Him Chan cuando Hyun Sik se dirigió hacia el líder.

—Costillas rotas, laceraciones en el brazo, y magulladuras hasta el infierno ida y vuelta.

—Bueno, entonces puedes pelear —dijo Him Chan cuando se volvió hacia la turba.

—No tengo mis poderes —informó al líder.

—Ninguno de nosotros los tenemos.

Bueno, diablos. Eso hacía que las probabilidades de salir de aquí con vida cayeran en la nada. Pero Hyun Sik iba a salir a pelear. Era un guerrero, después de todo. No había manera de que fuera a recibir una paliza estando tumbado.

Iba a llevarse tantos demonios con él como fuera posible antes de que lo mataran.

 

 

 continuará....


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).