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74. Tuyo por Siempre (08) por dayanstyle

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Jung Min sintió que su ira se elevaba en el aire, formando un arco a su alrededor, cuando vio el arma apuntando a Kyu Jong. Le tomó toda su fuerza no aplastar la cabeza del hombre armado entre sus manos. No quería seguir divirtiéndose con esos hombres. Jung Min quería aplastarlos hasta la muerte.

Mientras esos pensamientos llegaban a la mente de Jung Min, Him Chan apareció. Tiny se estremeció hacia un lado, mirando de Jung Min al líder demonio. —¿De dónde vienes?

Him Chan se acercó más, sus palabras casi demasiado bajas para oírlas. —Del infierno.

Kiseop apareció y Drew gritó en un tono no muy varonil. Después Changjo y Jongin entraron en el bosque, el Alpha lobo elevándose sobre Tiny, mostrándole al tipo que él no era el hombre más malo de la cuadra. Tiny palideció cuando todos los líderes del Ultionem se presentaron.

Rome fue el último, jalando a Siwoo a su lado.

 

—Los traficantes de drogas son la escoria más baja de la tierra —dijo Jaehyo, enseñando los colmillos.

Drew se orinó.

 

—Estoy dispuesto a apostar que este hombre que molestaba a Kyu Jong es un consumidor de drogas —dijo Jung Min a Drew—. Causando los problemas que él tenía.

Los ojos de Kyu Jong se abrieron más cuando Drew se desmayó, golpeando el suelo con un ruido sordo.

 

—No entiendo   por   qué   estaba   traficando con metanfetamina. Su  familia es asquerosamente  rica   —dijo Kyu Jong.

—Lo cortaron —suministró Tiny mientras miraba fijo a Changjo. Tiny le lanzó el puño al Alpha lobo gris. Changjo lo esquivó fácilmente y golpeó a Tiny tan duro que el hombre salió volando y se estrelló contra la casa rodante.

Tiny sacudió la cabeza, viéndose un poco aturdido.

 

—Agarra a esos dos —dijo Jongin—. Creo que necesitamos quemar este lugar.

—Has estado con los hermanos Wu demasiado tiempo —respondió Nam Joon.

Rome se acercó y puso su mano sobre la cabeza de Tiny. —Serás un ciudadano modelo a partir de ahora. Vas a conseguir un trabajo legítimo y harás servicio de voluntario para la comunidad. Incluso ayudarás a las mujeres de edad avanzada a cruzar la calle y le sonreirás a todo el que te vea. Tu vida de asustar a las personas con tu musculatura y vender drogas ha terminado.

Rome hizo lo mismo con Drew.

 

Changjo arrastró a Tiny, y lo sacó del bosque. Nam Joon agarró a Drew y se fue volando.

—Vámonos —Jung Min ordenó a Kyu Jong y a los humanos.

 

—¿Qué eres? —preguntó Vick. Jaehyo se rio. —Nadie va a recordar.

El príncipe limpió la mente de Vick, Bob, y Hal, pero se detuvo cuando Rome levantó una mano. —Siwoo es mi pareja. Prefiero que recuerde todo esto, así no tengo que explicarle las cosas más tarde.

 

—Como quieras —dijo Jaehyo. Todo el mundo  salió del bosque excepto Jongin y Him Chan. Cuando Jung Min y los otros llegaron a la orilla, una fuerte explosión desgarró el aire. En un momento el sonido de los camiones de bomberos se oían a través de la noche.

Vick miró a Jung Min. —Bonito espectáculo.

 

Jung Min casi se quedó asombrado con Vick cuando el hombre, junto con Bob y Hal se alejaron. Definitivamente había algo extraño en ese hombre.

Cuando llegaron a la casa de Kyu Jong, el doctor Jaejoong estaba esperándolos, paseando por la sala de estar y murmurando para sí mismo. Cuando todos entraron, el doctor levantó la mirada hacia ellos. —Ya era hora.

Kyu Jong no le dio a nadie la oportunidad de hablar. —¿Has venido con una fórmula?

El doctor asintió. —Pero no puedo garantizar que funcione. Ni siquiera estoy seguro de aprobar dársela a un niño tan pequeño. Muchas cosas podrían salir muy mal.

—Pero lo prometiste —dijo Jin Hee en la puerta de la cocina—. No puedo perder mi pequeño. Incluso si no se lo das, él va a... —Se dio la vuelta, secándose los ojos. Jung Min cruzó la habitación y jaló a la madre de Kyu Jong a sus brazos, mientras miraba al doctor.

—Dáselo.

 

Yoogeun jaló la chaqueta del doctor Jaejoong. —Por favor, alivia a Hwe Seung.

El doctor Jaejoong se mordió el labio inferior y luego dejó escapar un profundo suspiro. —Si termina con orejas de conejo, no digas que no te lo advertí.

 

Nadie fue capaz de reírse del débil intento de aligerar el ambiente.

 

—Recuerden, yo nunca he hecho nada como esto antes —dijo el doctor.

Jung Min y Kyu Jong tomaron asiento mientras el doctor Jaejoong subía para darle a Hwe Seung su inyección.

—Simplemente no puedo ver —dijo Kyu Jong—. ¿Qué si eso daña  a mi hermano?

—No —contestó Jung Min—. Esto te hace un hombre que conoce sus limitaciones y las admite.

Jung Min metió las manos en los bolsillos mientras mantenía sus rasgos. Se aclaró la garganta y se dio la vuelta cuando el doctor inyecto a Hwe Seung.

 

 

Kyu Jong entró en su dormitorio, agotado. Rezaba para que lo que el doctor Jaejoong estaba haciendo funcionara. Si perdía a Hwe Seung, sabía que nunca sería el mismo otra vez. Pero no iba a ceder ante pensamientos negativos. Tenía que mantener una actitud positiva.

Jung Min se acercó hasta que Kyu Jong sintió el roce del tibio pecho del hombre presionando contra su espalda. Entonces el calor de la boca de Jung Min comenzó a besar la piel desnuda entre el nacimiento del cabello y el cuello de su camisa desgastada. Y ahí es cuando la tormenta eléctrica recorrió su cuerpo y comenzó a enviar todo su interés al sur.

—¿Sabes cuánto Te amo? —Jung Min habló entre besos.

 

—Tanto como yo te amo. —Kyu Jong perdió cualquier otra cosa que había planeado decir, cuando las fuertes manos se deslizaron por su espalda, una descansó en su cadera y   la otra recorrió sus abdominales. Los besos y chupadas de su cuello continuaron, haciendo que su libido pasara de primera a quinta, mientras su mano recorría el cuerpo de Jung Min.

Se encontró uniéndose contra Jung Min aún más, la cabeza descansaba en su hombro mientras Jung Min chupaba su piel.

La evidencia de lo que le hacía a Jung Min era muy evidente en el largo y duro eje que ahora se presionaba contra su culo. La idea lo excitaba completamente, pero no era como si pudiera salir del confinamiento de sus jeans en este momento.

Todo el fetiche del cuello hacía todo por él.

 

Y esa mano... firme contra su abdomen, mientras que los dedos frotaban la piel expuesta de su abdomen. Si movía sus manos sólo un poco más al sur, Jung Min sabría exactamente lo que estaba haciendo. Una gran parte de él dolía porque Jung Min hiciera exactamente eso.

Kyu Jong giró la cabeza hacia un lado, encontrándose con la mirada de Jung Min, y se sintió aliviado al verlo sonreír ligeramente. Jung Min le dio un beso, justo en la esquina de su boca.

Jung Min tomó el rostro de Kyu Jong en sus manos y lo besó de nuevo, totalmente, tomándose su tiempo. Él se movió de nuevo hasta que tenía a Kyu Jong presionado contra la pared. No había duda de que sintió la dura excitación de Kyu Jong en su cadera cuando se apartó para sonreírle. —Quise decir…

Jung Min cubrió los labios de Kyu Jong con los suyos y Kyu Jong sabía que el tema estaba cerrado. Él dejaría que Jung Min hiciera lo que fuera que estaba haciendo mientras se quedaba allí y trataba de no hacer implosión.

 

—Kyu Jong.   —Jung Min dijo su nombre   en un  ronroneo decadente—. Te quiero.

 

No había manera de que Kyu Jong pudiera negarse al hombre, no cuando quería a Jung Min de igual manera. Kyu Jong se salió de las manos de Jung Min, dejando al hombre perplejo cuando empezó a desnudarse. El ceño fruncido de Jung Min desapareció mientras sonreía y se apoyaba en el escritorio de Kyu Jong, sus intensos ojos fijos en Kyu Jong. —¿Te desnudas para mí?

—Creo que se puede decir eso, pero no esperes un baile mientras me desnudo. Tengo dos pies izquierdos. —Kyu Jong tomó el zapato y se lo arrojó a Jung Min. El hombre la atrapó con facilidad y lo dejó caer de su mano.

—Sigue adelante —dijo en un tono profundo y sensual mientras sus ojos se fijaban en la ingle de Kyu Jong. Su piel se calentó, nunca había tenido a nadie mirarlo mientras se desnudaba, al menos no tan intensamente. La sonrisa de Jung Min golpeó a Kyu Jong duro—. Te has sonrojado.

Kyu Jong abrió más los ojos cuando Jung Min se movió rápidamente, tomando su boca en un frenético beso. Todas las emociones caóticas que había estado sintiendo dentro, abruptamente eran demasiadas para contenerlas. Kyu Jong lanzó los brazos alrededor del cuello de Jung Min, recorriendo al hombre con los labios y la lengua.

Irónicamente, fue Jung Min quien se retiró y le dijo a Kyu Jong que se calmara. Estaba jadeando pesadamente, viendo los labios hinchado por el beso de que le había dado y con ganas de otra probada... ahora. Se asustó como el infierno cuando sintió un gruñido salir de su pecho. Kyu Jong se llevó una mano a la boca mientras los ojos de Jung Min se agrandaron por una fracción de segundo antes de decirle con una sensual voz. —Haz eso otra vez.

Kyu Jong negó con la cabeza.

 

Jung Min se movió de nuevo, su voz se suavizó, y agitó un alarmante anhelo dentro de Kyu Jong. —Haz. Eso. Una. Vez. Más.

—Eso era un desafío que detenía su corazón. Su voz estaba cargada de la aprobación y deseo.

—No quise gruñirte —Kyu Jong confesó cuando retiró la mano de su boca.

Jung Min rozó sus nudillos sobre las mejillas encendidas de Kyu Jong. —Tu lobo me quiere. —La sonrisa de Jung Min era una invitación erótica—. Entonces, si no vas a hacerlo de nuevo, termina de desvestirte.

—¿Qué hay de ti? —preguntó Kyu Jong, aún aturdido por su gruñido.

Jung Min rasgó su camisa sobre su cabeza, se inclinó y desató los zapatos, echándolos a un lado, y luego se quitó sus jeans. Se quedó allí como un dios del sexo que había venido a la Tierra para jugar con Kyu Jong.

Y Kyu Jong quería jugar.

 

Una ligera luz depredadora brillaba en los ojos de Jung Min cuando Kyu Jong terminó de desvestirse. Tan pronto como se despojó de su última prenda de ropa, Jung Min estaba sobre él. El hombre levantó a Kyu Jong y él no tuvo más remedio que envolver sus piernas alrededor de la delgada cintura de Jung Min. El deseo en los ojos de Jung Min era hermoso y misterioso, y Kyu Jong lo deseaba tanto que era físicamente doloroso.

La vida de Kyu Jong estaba cambiando y rápido. Pero la única cosa que era seguro era Jung Min. Sabía que estarían juntos por mucho tiempo y esperaba eso. La perspectiva era emocionante y aterradora y no estaba seguro de qué hacer. Pero una cosa era segura..., estaba teniendo de Jung Min, su sueño húmedo caminando.

 

Kyu Jong pasó la mano por la espalda superior de Jung Min y se estremeció incontrolablemente cuando Jung Min respondió con suaves toques y caricias sobre sus caderas. Se movió hasta que tuvo la espalda de Kyu Jong contra la pared, sus labios recorriendo el hombro desnudo de Kyu Jong.

La cabeza de Kyu Jong golpeó la pared, no  duro, pero gimió y dejó que su cabeza se inclinara hacia un lado para darle a Jung Min más espacio para jugar. El pene del hombre estaba metido entre sus nalgas, caliente y palpitante mientras sus dedos agarraban la cintura de Kyu Jong.

—Quiero estar dentro de ti. —Jung Min casi gruñó las palabras contra el hombro de Kyu Jong. El hombre se acercó a más al librero y tomó un pequeño frasco del estante. Cómo terminó eso ahí, Kyu Jong estaba siendo curioso y giró la cabeza para mirar.

Era el lubricante que Kyu Jong normalmente dejaba en su mesita de noche. —¿Cuándo pusiste eso ahí?

Jung Min se encogió de hombros, pero no contestó.

 

Su pareja dejó el bote en el estante y lo siguiente que Kyu Jong supo era que dedos resbaladizos recorrían su agujero.

Sus deseos se renovaron mientras sus dedos se aferraban a los hombros de Jung Min, su cuerpo moviéndose cuando Jung Min deslizó un dedo largo y grueso dentro de él antes de que tomara sus labios.

—Perfecto. —Hubo un ronroneo peligroso en la voz del vampiro que envió un escalofrío a través de Kyu Jong. Podía sentir los músculos estirados y el duro cuerpo de Jung Min. El hombre olía ricamente a masculino, salvaje, y delicioso. Kyu Jong estaba cayendo bajo el hechizo del hombre, más  profundo con cada beso, cada golpe del dedo del hombre, y el embriagador aroma que llenaba el cuarto.

 

Kyu Jong se derritió en su fuerte pecho, su cuerpo laxo cuando Jung Min se acercó imposiblemente más cerca y trazó la vena del Kyu Jong en su cuello con la lengua. Le palpitaba salvajemente por lo que Jung Min le estaba haciendo.

Jung Min atrapó el lóbulo de Kyu Jong entre los dientes mientras introducía un tercer dedo, haciendo que los fuertes gemidos de Kyu Jong llenaran la habitación con el sonido de su necesidad. El pecho de Jung Min gruñó profundamente mientras liberaba su mano libre y acomodaba a Kyu Jong un poco más alto antes de bajar a Kyu Jong sobre su grueso pene.

El aliento salió de los pulmones de Kyu Jong, mientras sus manos se apretaban alrededor del cuello de Jung Min, con la cabeza colgando a un lado, ya que ambos gemían de placer. Jung Min selló sus labios sobre los de Kyu Jong, dándole un exuberante y húmedo beso mientras sus caderas comenzaban a moverse, se empujaban hacia arriba, conduciendo su pene más profundamente y haciendo que Kyu Jong perdiera la maldita cabeza. Le dio a los labios de Kyu Jong una lenta y deliciosa lamida mientras Kyu Jong pasaba la mano por el sedoso cabello negro de Jung Min.

—Tan perfecto —murmuró. Sus manos acunando el culo de Kyu Jong, apretando sus nalgas mientras sacaba su pene y luego lo deslizaba de nuevo hacia adentro. La lenta jodida volvió loco a Kyu Jong.

Él arqueó su cuerpo hacia Jung Min, sorprendido por cuán experto y sensual era el hombre cuando se trataba de sexo. El vampiro era tan intenso la mayor parte del tiempo —aunque él estaba aprendiendo a relajarse—, sin embargo sus habilidades amatorias estaban en el extremo opuesto. Bueno, el hombre seguía siendo intenso, pero no había nada brutalmente salvaje en la forma en que se movía dentro de Kyu Jong, lo besaba o lo tocaba.

 

—No sabes lo mucho que me salvaste, Kyu Jong.  —Jung Min besó su camino alrededor del cuello de Kyu Jong hasta que sus labios rozaron suavemente hacia atrás y hacia adelante—. Y no sólo de morir en el bosque.

Kyu Jong fue sorprendido por la confesión de Jung Min. El pene de Jung Min siguió moviéndose deliciosamente dentro de Kyu Jong y él aguantó, haciendo todo lo posible para no caer por el borde tan pronto. No quería que su tiempo con Jung Min terminara tan rápidamente, de ser posible... nunca.

Jung Min recorrió la manzana de Adán de Kyu Jong con sus labios haciendo maravillosa magia en su piel. Kyu Jong tragó saliva, meciéndose con el ritmo de Jung Min mientras murmuraba: —Me alegro de haber podido ayudar.

Dios, era un total idiota. Kyu Jong necesitaba mantener su maldita boca cerrada antes de decir algo más estúpido.

Una embestida envió a Kyu Jong más cerca del borde mientras los dedos de Jung Min lo agarraban con más fuerza, acercándolo más. —Eres un tesoro.

Echando la cabeza hacia atrás y dejando escapar un largo gemido, a Kyu Jong le resultaba difícil hablar. Sus emociones estaban por todo el lugar, creando un caos dentro de él. Jung Min mordió suavemente su barbilla.

—Si tú lo dices —dijo Kyu Jong.

 

Jung Min puso las manos contra la pared, haciendo que Kyu Jong se aferrara fuerte mientras las caderas del hombre comenzaban a moverse rápidamente, haciendo que Kyu Jong rebotara mientras Jung Min lo jodía con más fuerza. Sus labios estaban buscando los de Kyu Jong, Kyu Jong giró la cabeza, dándole al hombre lo que había estado buscando.

 

Había mucho fuego y pasión en aquel beso que   Kyu Jong sentía   como   si estuviera   marcando, reafirmando  su propiedad.

La fricción de sus cuerpos meciéndose juntos fue finalmente demasiado, y Kyu Jong apoyó la espaldas contra la pared, gritando mientras su pene explotaba entre ellos. Antes de que supiera lo que estaba pasando, Jung Min mordió su cuello con un gruñido primitivo. La sensación disparó su orgasmo más alto, haciendo que sintiera como si estuviera fuera de control cuando su pareja bebió de él. Sus cuerpos se retorcían uno contra el otro, resbalosos por el sudor y la liberación de Kyu Jong.

Jung Min movió sus caderas empujándose un poco más fuerte antes de que Kyu Jong sintiera su culo lleno del semen de Jung Min. El gruñido del hombre se hizo más profundo, más salvaje mientras su cuerpo se sacudía y su pene se suavizaba ligeramente mientras Kyu Jong jadeaba en busca de aire.

Mientras su pareja lamió la herida que había creado, Kyu Jong se sentía sin fuerzas, a punto de desmayarse.

 

 

Habían pasado tres días desde que el médico le había dado a Hwe Seung la inyección y Kyu Jong era un manojo de nervios. El Ultionem venía y se iba, revisando al hermanito de Kyu Jong. Sabía que no lo dejarían sólo, pero también tenían curiosidad de ver si había funcionado.

Eric y Hyesung permitieron que Yoogeun permaneciera al lado de Hwe Seung. El niño tomaba la mano de Hwe Seung todo el tiempo, hablando con él acerca de los carros de carreras y de Bob Esponja. Yoogeun incluso se comprometió a mostrarle a Hwe Seung el rancho donde vivía cuando Hwe Seung estuviera mejor.

 

Las cosas se habían puesto muy intensas y todo el mundo estaba preocupado de que la inyección estuviera matando a Hwe Seung. Pero el hermanito de Kyu Jong se había asentado y luego había dormido toda la noche. Kyu Jong llevó a Yoogeun y sus padres —y también a su mamá— algo para que desayunaran cuando Hwe Seung abrió los ojos. Había estado dando vueltas la noche anterior, gritando en sueños.

Hwe Seung pasó la lengua por los labios. —¿Puedo tomar un poco de agua, por favor?

Yoogeun saltó del regazo de su papá y agarró el agua embotellada de la mesita. La mamá de Kyu Jong ayudó a Hwe Seung a sentarse antes de beber la mitad la botella. Ella miró a Eric. —¿Funcionó?

Eric sacudió la cabeza. —No tengo ni idea.

 

—Voy a buscar al doctor. —Hyesung desapareció de la habitación.

—No creo que pueda llegar a acostumbrarme a eso — dijo la mamá de Kyu Jong.

Durante la mañana el doctor le sacó sangre a  Hwe Seung.

—Regresaré. Tengo que ir a mi oficina y examinar la sangre de Hwe Seung.

El hermanito de Kyu Jong parecía débil, pero tenía un brillo saludable en su piel una vez más. Se quedó allí y hablaba en voz baja con Yoogeun mientras Kyu Jong salía de la habitación.

Necesitaba aire fresco. Sus nervios estaban de punta mientras todos esperaban los hallazgos del doctor. Kyu Jong deseaba que fuera más tarde porque necesitaba hablar con Jung Min. Pero su pareja estaba profundamente dormido en su habitación.

—Tienes una casa bonita.

 

Kyu Jong levanto la mirada y vio a Kiseop sentado en el sofá, con una pequeña niña de no más de tres o cuatro años en sus brazos.

—Gracias —dijo y luego señaló con la cabeza a la niña—. ¿Es tuya?

—No, la compre en el supermercado. —Kiseop le guiñó un ojo—. Es mi hija, Suzy.

 

Kyu Jong se sentó en el sofá y Suzy comenzó a golpearlo en la mejilla con las manos mojadas. Kyu Jong siguió allí y lo aceptó.

—Jung Min me dice que no va a regresar —dijo Kiseop—. Él cree que es mejor quedarse aquí contigo y tu familia.

Las cejas de Kyu Jong se alzaron. Su pareja no le había dicho ni una palabra sobre sus planes. —¿Es eso algo malo?

Kiseop negó con la cabeza. —Para ser honesto, creo que está un poco jodido de la cabeza después de lo que le sucedió a su aquelarre. ¿Quién puede culparlo? Sólo espero que él sepa lo que está haciendo. —Kiseop miró alrededor de la pequeña casa—. Jung Min está acostumbrado a las cosas buenas de la vida. Estoy bastante sorprendido que se establezca en los suburbios. —El hombre se encogió de hombros—. Pero te sorprenderías de lo que un hombre hace por amor.

Kyu Jong tenía la clara impresión de que Kiseop estaba hablando desde su experiencia personal, pero no se entrometió. El hombre parecía bastante feliz sosteniendo a su hija. Lo que el hombre había dejado debió haber palidecido en comparación con tener una familia.

Kyu Jong sabía lo que sentía. —¿Crees que la inyección funcionó?

 

Kiseop estudió a Kyu Jong por un momento antes de decir: —El doctor Jaejoong es un hacedor de milagros, incluso si él no lo cree así. Tengo fe en él.

Kyu Jong saltó del sofá cuando el doctor Jaejoong apareció. Uno de los elfos de la Casa lo apareció. Kyu Jong se mordió el labio inferior cuando vio la mirada peculiar en el rostro del médico.

—¿Qué sucede? —preguntó Kyu Jong, casi temiendo la respuesta. Kyu Jong deseaba como el infierno que Jung Min estuviera aquí en este momento. Necesitaba el apoyo por si el doctor le iba a dar una mala noticia.

El doctor Jaejoong se rascó la barbilla mientras sacudía la cabeza. —No hay señales de cáncer.

—Esa es una buena cosa —dijo Kyu Jong, pero sabía que había algo más en la historia. Estaba escrito por toda la cara del doctor, Kyu Jong esperó a que el otro zapato cayera.

—Lo es —el doctor Jaejoong estuvo de acuerdo—. Pero… —Sacudió la cabeza de nuevo—. El ADN de shifter y el ADN fey se fusionaron.

«¿Eh?» —¿Qué significa eso? —preguntó Kyu Jong.

—Deja de arrastrar esto —dijo Kiseop—. Dinos, Jae. La mamá de  Kyu Jong   bajó     las  escaleras, junto  con Eric. Jongin salió de la cocina, Nam Joon justo detrás de él. Todos se quedaron allí en silencio y escuchando.

El doctor se giró hacia Kyu Jong. —¿Por qué no me dijiste que eras un Omega?

—No sabía que tenía importancia. —Además Kyu Jong seguía sin entender lo que era ser un Omega. Todo lo que sabía era que Jung Min le había advertido que mantuviera  ese secreto   oculto.   Cada   hombre  en  la  sala  miró  a Kyu Jong extrañamente.

 

—No pueden tenerme. —Kyu Jong retrocedió, sintiendo sus rodillas debilitarse.

—Estás entre amigos —dijo Kiseop. Ninguno de nosotros quiere apartarte de Jung Min. No somos ese tipo de hombres.

Era bueno saber eso, pero Kyu Jong aún estaba un poco receloso de los hombres.

Se giró hacia el doctor, con ganas de cambiar de tema rápidamente. —¿Qué sucede con la sangre de Hwe Seung?

—Es una combinación de shifter, fey, y humano ahora. Pero... —El doctor Jaejoong sostenía un papel en la mano y luego se quedó mirando fijo a la madre de Kyu Jong—. Pero también es demonio y vampiro.

La mamá de Kyu Jong jadeó. —¿Qué?

 

—La droga Liquid Wrath se compone de cuatro componentes, sin incluir la sangre humana que se añadió después para hacer la droga más potente. Supongo que los cuatro componentes se fusionan con Yoogeun y la sangre de Kyu Jong. Y como Kyu Jong tiene sangre Omega que es diez veces más potente que la sangre de su pareja, Hwe Seung ahora es cada una de esas especies.

Kyu Jong se giró y corrió escaleras arriba. Él tenía un muy mal presentimiento sobre esto. Empujando la puerta abierta de Hwe Seung, vio a su hermanito luchando con Hyesung, uno de los padres de Yoogeun. —¡Pero tengo sed!

—¿Qué está pasando? —preguntó Kyu Jong.

 

—Él quiere morder a Yoogeun. —Hyesung logró sacar a Yoogeun de la cama, pero Yoogeun estaba extendiendo su pequeño brazo, tratando de ayudar a Hwe Seung dado el aspecto de las cosas.

 

El estómago de Kyu Jong estaba hecho nudos. Él sabía que la inyección era arriesgada, pero no tenía ni idea de que su hermano se convertiría en tantas cosas diferentes. Rápidamente corrió hacia la cama, empujando la muñeca delante de la boca de Hwe Seung. Su hermanito se aferró. Fue un poco doloroso, pero Kyu Jong se negó a apartarse.

—Los vampiros tienen sangre sintética —dijo Hyesung—. Se llama carmesí. Se le puede suministrar todo lo que necesite hasta que tenga edad suficiente para ir por su cuenta.

El pensamiento de Hwe Seung bebiendo de las personas tenía a Kyu Jong con una sensación de náuseas. Él estaba enojado, ansioso y preocupado. ¿Qué otros síntomas tendría? Mientras Hwe Seung bebía, Kyu Jong le dijo a Hyesung lo que había dicho el doctor.

—Si tiene sangre de demonio en él, obsérvalo de cerca, Kyu Jong. Puede desarrollar algún poder.

—¡Él no me va a lastimar! —dijo Yoogeun—. Suéltame, papi.

 

Hwe Seung soltó un pequeño gruñido cuando Hyesung extendió la mano y apartó el cabello de Hwe Seung a un lado. —Deja de gruñir, Hwe Seung. Eso es grosero.

Los ojos azules de Hwe Seung miraron hacia Kyu Jong que pudo ver su pesar en ellos. Después de lo que se sintió como una eternidad, Hwe Seung finalmente dejó de alimentarse de Kyu Jong y lamió la herida, cerrándola.

—¿Mejor? —preguntó Kyu Jong. Él no iba a enloquecer ante Hwe Seung. No quería que su hermano se sintiera como un bicho raro. Hwe Seung asintió y cerró los ojos—. Lleva a Yoogeun a la planta baja —le dijo Kyu Jong a Hyesung—. Hwe Seung necesita descansar.

Por la expresión en su rostro, Yoogeun no estaba contento, pero siguió a su padre. Kyu Jong se sentó con Hwe Seung durante el resto del día hasta que la noche finalmente llegó. Dejó a su hermanito con los otros que habían entrado en la habitación. Kyu Jong necesitaba a Jung Min.

 

Abrió la puerta y vio a su pareja acostado, despierto. Incluso con todo el caos pasando, Kyu Jong no podía dejar de apreciar lo malditamente hermoso que el hombre era.

—Dime lo que ha ocurrido —dijo Jung Min.

 

Kyu Jong se sentó en el borde de la cama y le explicó lo que había ocurrido, mientras que su pareja dormía.

Jung Min se quedó allí con una expresión pensativa y luego sonrió. —Él estará bien, Kyu Jong. El hecho de que ahora requiere de sangre, no significa que se convertirá en un monstruo.

Kyu Jong deseó tener la confianza de Jung Min. —Es tan extraño ver a Hwe Seung beber sangre.

—Pero él está vivo. Te acostumbrarás a él de esta forma. —Jung Min se apoyó en un brazo—. Y cuando su cuerpo esté listo, podrá cambiar. Tu podrás enseñarle como ser un lobo, los otros líderes le ensañarán cómo ser un demonio y un fey y yo le enseñaré cómo ser un vampiro. —Jung Min acercó a Kyu Jong y besó su frente—. Él no está solo.

Kyu Jong se acurrucó junto a Jung Min y finalmente se sintió como que estaba a salvo, como si el mundo no se hubiera vuelto loco. —¿Por qué no me dijiste que decidiste salir del Ultionem?

Jung Min pasó la mano por la espalda de Kyu Jong. —Porque no quería que me convencieras de hacer lo contrario. Aunque yo no me veo haciendo almuerzos ni llevando a Hwe Seung a la práctica de fútbol... —Jung Min rio y a Kyu Jong le gustaba oír ese sonido—. Debo admitir que estar con Vick y los demás resultó bastante entretenido. Nunca me he sentido tan libre en mi vida.

 

Kyu Jong se giró y apoyó la barbilla en el pecho de Jung Min.

—¿Realmente te sientes de esa manera?

 

—Durante los últimos 300 años he sido el líder de un aquelarre. Las responsabilidades a veces eran demasiado grandes y me preguntaba qué estaba haciendo. Ni una sola vez desde que he estado en tu casa me he cuestionado por qué estoy aquí. Cuatro —dijo Jung Min—. Puedo manejar ser responsable de cuatro personas. Además, tengo que mantener a mi pequeño Omega a salvo de otros Alphas.

Kyu Jong pensó en lo que Kiseop le había dicho. Jung Min probablemente se estremecía ante la idea de enfrentarse a un nuevo aquelarre. Kyu Jong sólo esperaba que Jung Min no se arrepintiera de establecerse aquí. Quería que el hombre fuera feliz, que quisiera esto, que lo quisiera a él. —Te amo, Jung Min.

El vampiro inclinó la cabeza de Kyu Jong y besó suavemente sus labios. —Para siempre tuyo, mi amor.

 

 

 

 

 

 

Fin

 

 

Notas finales:

dejen rw 

a continuacion....

nueva serie..... 75. Junjin (01) Elfos de las Sombras (01)


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