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74. Tuyo por Siempre (08) por dayanstyle

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—Hay algo del viejo mundo en ti —dijo Jin Hee cuando Jung Min entró en la cocina. Ella se sentó ante la mesa, con las manos envueltas alrededor de su taza.

Tomando asiento frente a ella, Jung Min cruzó las manos sobre el regazo. —Eso es porque nací hace casi un milenio.

La mandíbula de Jin Hee cayó y luego se echó a reír. Cuando Jung Min no se le unió, ella se puso seria. —Es una broma, ¿verdad?

—No, mi señora.

 

—Pero… Pero, no se puede ser tan viejo. —Ella se levantó de la mesa y se paró frente a la isla—. No hay manera de que sea tan viejo, señor Park.

—Llámame Jung Min.

 

—Llamaré a un maldito psiquiatra. —Ella cruzó los brazos sobre el pecho—. Eres un loco, ¿verdad? Vas a matar a mi familia mientras dormimos. ¿Por eso estás aquí?

Deslizando la silla hacia atrás, Jung Min le mostró su palma izquierda. Estaba lisa, sin defectos. Cortó el centro con la uña y vio la sangre brotar.

Jin Hee se quedó sin aliento. —¡Estás loco!

 

Jung Min no dijo una palabra mientras la sangre dejaba de fluir y el corte comenzó a sanar, los bordes de la herida se unieron de nuevo. Jin Hee se veía cenicienta, como si estuviera a punto de desmayarse. Se acercó más, listo para atraparla si ella se desmayaba.

 

—No. —Ella negó con la cabeza mientras  miraba    la palma de su mano—. Yo soy la que está loca.

 

Jung Min estaba en la poca iluminada cocina, escuchando el horno que estaba encendido y el reloj marcando el tiempo mientras esperaba a que ella gritara o hiciera algo drástico. Pero ella no se movió.

—¿Qué eres? —finalmente susurró mientras miraba fijamente su mano.

—Un vampiro.

 

Un tic nervioso comenzó a saltar en la esquina de su boca. —Entonces, ¿vas a lastimar a mi familia? —Había una súplica silenciosa en sus palabras, pidiéndole a Jung Min que se separara de ella y de sus hijos.

—Al contrario. Puedo protegerte y a tus hijos. —Vaciló y luego decidió que no iba a mentirle ahora, no cuando la mayor sorpresa ya había sido dada—. Kyu Jong es mi pareja.

Sus ojos volaron hacia el rostro de Jung Min, sus cejas juntas mientras negaba con la cabeza con rápidos movimientos. —¿Qué significa eso?

—Significa que yo le protegeré con mi vida y lo apreciaré. Y ya que él vive aquí, usted y los otros caen bajo mi protección. —Jung Min no había planeado el permanecer aquí. A pesar de que aún estaba pensando en dónde iba a vivir, este infierno suburbano era el último lugar en donde quería sentar raíces. Estaba acostumbrado a las cosas finas, a vivir en una mansión, y a los amantes que voluntariamente le alimentaban y complacían.

¿Por qué eso le parecía tan vanidoso ahora? Mientras pensaba en su exvida, no tenía ningún deseo de volver a ella. Esta era su oportunidad para un nuevo comienzo, un comienzo que ni siquiera se había dado cuenta que quería.

 

—Quieres  que  Kyu Jong  sea  tu...  ¿qué?  ¿Tu hombre mantenido? —Ella lo fulminó con la mirada, indignada, su tono subía—. No lo creo, amigo.

—No es así —explicó Jung Min—. El destino eligió a Kyu Jong para mí desde el día en que fue concebido.

Ella arrugó la nariz. —¿No crees que eso es pervertido?

 

Él estaba fallando estrepitosamente aquí. Ella había tomado la noticia de que Jung Min era un vampiro mejor que la noticia de que Kyu Jong era suyo. No había nada pervertido en que el destino señalara una pareja para Jung Min. No era como si hubiera ido tras Kyu Jong mientras que el shifter aún fuera demasiado joven para incluso entender lo que estaba pasando.

Jung Min tenía mejor moral que eso.

 

—Entiendo que esté confundida sobre cómo funcionan las cosas en mi mundo. Pero Kyu Jong es mayor de edad en el mundo humano, un adulto legal —Jung Min señaló y luego bajó la voz, suave para calmar a Jin Hee—. No le haré daño a su hijo, señora Kim. Simplemente cuidaré lo que el destino me ha dado.

—¿Cómo sabes que Kyu Jong es tuyo? —preguntó mientras miraba hacia los escalones—. ¿Cómo puedo estar segura de que no estás echando humo en mi culo?

Jung Min casi sonrió ante su extraña selección de palabras. —Porque puedo sentir una atracción hacia él como nada que he sentido antes. Es como si mi alma estuviera llamando por él, una mano invisible me empuja hacia Kyu Jong.

 

Jin Hee dio una leve inclinación de cabeza. —Yo sé de eso —murmuró. Jung Min tenía la sensación de que estaba recordando a su difunto marido. Podía sentir el dolor abrumador agarrando todo su cuerpo, una pérdida tan profunda que ella no creía que pudiera seguir con su vida diaria. Los humanos creían en las almas gemelas, Jung Min lo sabía. La conexión no era tan profunda como la de las parejas, pero la sensación aún abarcaba todo. Era como si su amor por su marido pudiera ser acariciado, abrazado como una entidad viviente.

Ella se quedó en silencio por un largo tiempo, mirando a la pared y Jung Min pudo ver las lágrimas que luchaban por liberarse, pero las contuvo. No había nada que pudiera decir para quitarle su dolor, por lo que permaneció en silencio.

—El día que me enteré de que mi marido había sido asesinado, me prometí que iba a proteger a mis hijos de los horrores del mundo. —Le dio una débil sonrisa—. Sé que es algo que posiblemente no pueda hacer, pero mantenerlos seguros es lo que me mantiene. Asegurarme de que tengan una vida feliz y plena es lo que quiero para cada uno de ellos.

Jung Min se movió de su silla y apoyó la mano en la parte superior del brazo. —Es lo que cualquier madre quiere para sus hijos, sin importar la especie.

—¿Puedes  darle  eso  a  Kyu Jong?     —ella le  preguntó—. ¿Puedes hacerlo feliz?

 —¿No le importa que yo sea un hombre?

 

Ella le dio una sonrisa triste. —No me importa qué género ame Kyu Jong, con tal de que él sea el centro del universo de esa persona.

El respeto de Jung Min por Jin Hee creció mientras estaba allí en la cocina de su casa en los suburbios, escuchando los ruidos  de  la  casa,  y  olfateando  al  lobo.  Kyu Jong estaba escuchando, pero cuánto tiempo había estado allí, Jung Min no lo sabía.

 

—No lo sé aún, pero voy a hacer todo lo posible para hacerlo feliz. —Los ojos de Jung Min parpadeaban a los escalones que conducían arriba. Desde donde quiera que Kyu Jong estuviera escuchando, no estaba a la vista—. Y sé que vamos amarnos el uno al otro con el tiempo.

—¿Por qué no tomas un paso a la vez? —Jin Hee sugirió—. Empezando por dejarme digerir el hecho de que eres un viejo vampiro. —Se señaló el pecho—. ¿Tu corazón late?

—Así es —dijo—. He incluso respiro. —Aunque no iba a decirle que su corazón latía y sus pulmones funcionaban sólo para parecer normales. Él no tenía necesidad de decirle eso. Ya la había asustado suficiente por una noche.

—Puedes usar la habitación de invitados. —Sus palabras tomaron a Jung Min fuera de guardia—. En tanto estés en mi casa no tonteen. — Su expresión le dijo a Jung Min que ella no estaba bromeando. Aceptaría sus demandas, por ahora. Pero nada iba a interponerse en su camino cuando Kyu Jong estuviera listo para ser reclamado.

—De acuerdo.

  

Kyu Jong se apresuró a subir las escaleras después de que escuchó a su mamá conversar con Jung Min. Jung Min ya le había dicho que eran pareja, pero Kyu Jong no había entendido realmente lo que eso implicaba.

Ahora entendía.

 

El vampiro quería... Kyu Jong se pasó la mano por la frente, pensando en lo que iba a hacer. Jung Min era suave, mundano, y..., y..., ¡Dios! Kyu Jong paseó por su habitación, pensando en Jung Min y la atracción que sentía por ese hombre. Era como Jung Min lo había descrito. Una atracción abrumadora, como si su alma estuviera siendo arrastrada hacia el vampiro.

Él sólo había pensado que el vampiro estaba utilizando algún tipo de magia en él. Pero no era eso.

«No lo sé aún, pero voy a hacer todo lo que esté en mi poder para hacerlo feliz»¿Qué chico no quería ese tipo de compromiso? Pero Kyu Jong sentía como que tenía que estar comprometido por todo lo que estaba pasando últimamente.

«Sabía que no debería haber traído a casa al tipo muerto»Sí, pero ¿cómo se suponía que iba a saber que el muerto era su pareja? Está bien, ese era un pensamiento asqueroso. No la parte de pareja, pero el... —¿Qué voy a hacer?

—¿Sobre qué?

 

Kyu Jong se giró y se le enredaron los pies y salió volando hacia el suelo, donde sabía que iba a enfrentar el golpe.

Jung Min lo atrapó antes de que la nariz de Kyu Jong pudiera chocar contra la alfombra.

—¿Por qué estás tan nervioso?

«Por lo que dijiste de que vamos a pasar el resto de nuestras vidas juntos»Para Jung Min, era un maldito mucho tiempo. ¿Qué pasa si no funcionaba? ¿Cómo rompen las parejas? ¿Acaso rompen las parejas?

—Deja de entrar aquí tan silenciosamente. —Kyu Jong se frotó las manos sobre la camisa, pretendiendo enderezar el material. Se dio cuenta de cuánto le temblaban las manos, y maldijo en voz baja.

 

Antes de que pudiera decir otra palabra, la mamá  de Kyu Jong asomó la cabeza en la habitación. —Uh, Jung Min, tienes visita abajo.

Kyu Jong y su madre vieron cómo Jung Min voló hacia la ventana y miró hacia afuera. Mientras el vampiro miraba... lo que fuera, Kyu Jong se estremeció ante la expresión francamente diabólica de Jung Min. ¿Quién lo buscaba? ¿Habría alguien tras el hombre?

—¿Hay alguien que te busca? —le preguntó su mamá—. Porque ellos son solo los chicos de vigilancia del barrio. Al parecer, les diste una gran impresión.

—Eso es imposible —Jung Min murmuró—. No deberían ni siquiera recordarme.

—¿Cómo los conoces? —preguntó Kyu Jong. Él conocía a los cuatro hombres que estaban esperando. No personalmente, pero cuando había estado en la escuela, esos hombres habían sido el blanco de muchas bromas. Nadie los tomaba en serio. Los cuatro hombres nunca habían resuelto un crimen —ni había una gran cantidad de delitos en el barrio, y había rumores de que habían tratado de detener a un niño por robar en tiendas cuando lo único que había estado tratando de hacer era colocar los periódicos de la mañana en el quiosco.

Jung Min miró a Kyu Jong y a su mamá. —Me alimenté de ellos.

 

La mamá de Kyu Jong se carcajeó mientras Kyu Jong se quedaba con la boca abierta. —¿No matas a la gente cuando te alimentas de ellos?

Jung Min le dio una mirada divertida. —¿Te maté?

 

—¿Te alimentaste de Kyu Jong? —Ella cruzó los brazos sobre el pecho y le dio a Jung Min una seria mirada que Kyu Jong conocía demasiado bien. La mirada que decía que estaba a cinco segundos de ser castigado.

 

A Kyu Jong le encantaría ver castigado a Jung Min. Eso sería interesante.

—¿Te han dicho lo que querían? —Jung Min cambió de tema como un profesional.

La mamá de Kyu Jong se encogió de hombros. —Ellos quieren que te unas a la vigilancia.

—No —dijeron Kyu Jong y Jung Min al mismo tiempo, sólo que Kyu Jong dijo la palabra con incredulidad y Jung Min lo dijo como si la sola idea estuviera a punto de hacer que se enfermara.

—No, ¿por qué? —preguntó ella—. Eres una persona de la noche y supongo que no tienes otra cosa que hacer. Además —señaló con el dedo en su dirección—, es necesario que te relajes y pases un buen rato. Pareces un poco tenso.

Kyu Jong no pudo contener la carcajada. Jung Min se veía muy formal. ¿Qué haría falta para que el viejo vampiro se riera? El hombre era hermoso, pero apostaba que tendría una sonrisa del millón de dólares. —Iré contigo —se ofreció como voluntario.

Ella lo miró, escéptica, pero asintió. —¿Ves? Kyu Jong irá de acompañante.

—No iré de acompañante —Kyu Jong argumentó—. Yo puedo ayudar. —Aunque no estaba a punto de decirle que podía transformarse en un lobo. Él quería contarle, pero las palabras no se formaban. ¿Y si ella lo veía como algún tipo de fenómeno o monstruo? Su madre estaba tomando la noticia de que Jung Min era un vampiro bastante bien, pero dudaba que a Jung Min le importara si ella se asustaba o no.

—No estoy tenso dijo Jung Min—. Y sé cómo divertirme.

 

—¿Sí? —Su ceja se arqueó—. Dime la última vez  que hiciste algo emocionante.

 Kyu Jong esperó que Jung Min contestara, pero el vampiro se quedó allí con el ceño fruncido.

—Eso es lo que pensé —ella dijo—. Irás con ellos esta noche. Encuentra algo interesante de qué hablar, y trata de reír. —Se dio unos golpecitos con el dedo en la barbilla—. Aunque yo te aconsejaría que no les dijeras que eres un vampiro.

—Duh —dijo Kyu Jong en voz baja mientras su madre salió de la habitación.

—No iré. —Jung Min casi sonaba como un niño que tiene un berrinche—. No estoy tenso y sí sé cómo divertirme.

—Pero no recuerdas la última vez que te reíste —Kyu Jong señaló. Ahora que pensaba en ello, quería más que nada escuchar ese sonido procedente de Jung Min—. No tengo que trabajar mañana, así que puedo permanecer fuera hasta que el sol casi salga.

Agarrando el brazo de Jung Min, Kyu Jong lo jaló. Sabía que no podía mover al hombre por sí mismo, pero esperaba... sí, Jung Min comenzó a seguirlo.

—Esto es estúpido —Jung Min gruñó.

 

—No, estúpido es cuando te trepas al nuevo puente de la calle Hower sólo para ver si puedes hacer eso —dijo Kyu Jong—. Maldición, estuve cerca de romperme el cuello.

Jung Min jaló a Kyu Jong y lo detuvo bajando la voz. —Sabes que te puedes curar. No estoy hablando de una fractura de cuello o algo fatal, como una bala en la cabeza, pero los huesos rotos se reparan al igual que los cortes y laceraciones profundas cuando cambias de forma.

 

—No. —Kyu Jong negó con la cabeza—. No lo sabía.  Ves, ese es el problema. No sé nada de lo que soy. He sido capaz de cambiar desde hace cinco años, pero aún estoy desorientado. A veces...

Kyu Jong pasó la mano por la parte posterior de su cuello, sintiéndose tan malditamente aislado y como si no estuviera seguro de volver a sentir que pertenecía. —A veces siento esa cosa dentro de mí que se muere por salir. Cuando estoy en el trabajo, o cuando estaba en la escuela mi lobo gemía, rogándome para salir a correr.

—Entonces sal a correr —dijo Jung Min, de manera tan casual que Kyu Jong sonrió.

—Lo haces sonar tan simple. Pero no puedo dejar el trabajo cuando mi lobo blanco quiere jugar. —Kyu Jong pensó en las veces que había salido a correr y lo bien que se había sentido. Cómo había perseguido a las ardillas y corrido detrás de los conejos. Entonces su lobo era el más feliz—. Pero también temo que alguien me atrape. ¿Qué pasa si me encuentran en mi forma de lobo y me llevan a la perrera?

—No puedes dejar de ser quien eres porque tienes miedo de lo que pueda suceder —dijo Jung Min—. Además, eres un lobo, no un perro. No llevan a los lobos a la perrera.

Kyu Jong jaló el brazo de Jung Min. —Vamos a ver lo que esos chicos quieren.

 

 

Vick se acercó a Jung Min mientras los otros hablaban con Kyu Jong. Jung Min podía decir que su pareja preferiría que le metieran un picahielos en los ojos a hablar con estos hombres, y él estaba de acuerdo. Pero la pregunta de Jin Hee había molestado a Jung Min.

 

¿Cuándo fue la última vez que te has reído?

 

—Hey, vinimos porque hemos oído de un amigo que escuchó de otro amigo que algo extraño está pasando en la residencia Phillips.

Estaba en la punta de la lengua de Jung Min preguntar cómo Vick y sus amigos lo recordaban en primer lugar, pero no quiso parecer sospechoso ante el hombre. —¿Y quién es Phillips?

—Es una familia excéntrica que vive al final de esta calle. Hombre, digo que ellos son unas personas muy extrañas. —Vick golpeó el hombro de Jung Min—. ¿Sabes lo que quiero decir?

Extraños era una buena palabra para describir a Vick y sus compañeros vigilantes. —¿Qué crees que han hecho?

Vick se rascó la barba en su mentón y luego comenzó a hablar a un lado de su boca. —El rumor dice que el niño no ha sido visto en una semana. Estamos creyendo que sucede algo sucio. —Él levantó las manos—. Pero es sólo un rumor.

—Eso es lo que he estado tratando de decirte —Hal intervino—. Es solo un rumor. Sólo debemos regresar a nuestros hogares y olvidarnos de esto.

—Debemos —Bob acordó—. Esto es una estupidez. No debemos ir cerca de esa casa. Me da escalofríos.

—Todo te da escalofríos. —Hal miró fijo a Bob—. A veces pienso que estás loco.

—Lo mismo le sucede a mi psiquiatra designado por el tribunal —Bob resopló—. Pero no hay nada malo con una buena dosis de miedo.

 

—Aun así debemos ir a ver el lugar —Vick argumentó.

 

—Debemos —Siwoo acordó—. Deberíamos colarnos por allí y ver lo que tienen en su sótano.

—¿Qué tiene que ver el sótano con todo esto? — preguntó Kyu Jong. Vick dio a Kyu Jong una mirada divertida.

—Un sótano es el lugar privilegiado para esconder un cuerpo y hacer todo el trabajo sucio. Todo el mundo sabe eso.

—¿Cuánta acción realmente necesitamos para  sacar a un viejo senil del frente de una barbería? —Hal argumentó—. El niño podría estar en la casa de algún familiar por lo que sabemos.

—Pero, ¿y si no lo está? —preguntó Vick—. ¿Y si su padre lo cortó y está tratando de enterrar el cuerpo en estos momentos?

—Pero son los Phillips —dijo Kyu Jong—. Son una buena familia.

—Pfft. ¿En serio? —Vick preguntó mientras se apoyaba las manos en las caderas y torcía sus labios a un lado—. Viven en una casa que parece que podría ser presentada en la revista de Mansiones hechizadas. El padre nunca saluda ni dice ‘hola' cuando está conduciendo, aunque agitó la mano y le gritó un saludo. Mi esposa dice que la señora Phillips siempre está comprando toneladas de carne. ¿Quién come tanta carne?

Aunque todo esto sonaba absurdo, la situación empezó a picar la curiosidad de Jung Min. «Bien, ahora estoy considerando salir con estos lunáticos».

—Es más de medianoche —dijo Siwoo-. Van a estar dormidos y no hay nada de malo en usar una linterna sólo para dar una pequeña mirada por la ventana del sótano.

 

—Se llama allanamiento de morada. —La voz de  Bob comenzó a subir—. Podríamos ir a la cárcel por eso.

 

Vick pasó su brazo sobre el hombro de Bob. Éste se veía como si quisiera apartar el brazo. —O podríamos resolver un asesinato y convertirnos en los héroes del barrio.

—No hay un asesinato que resolver —dijo la voz de la razón, Hal—. Es un anciano senil, ¿recuerdas?

Kyu Jong miró a Jung Min y Jung Min podría decir que su pareja estaba perpleja como el infierno. Para el caso, así estaba él. Aunque la idea de salir de la casa por un tiempo le atraía, especialmente con Kyu Jong a su lado. —Vamos a echar un vistazo.

—¡En serio! —La expresión de Hal era un poco cómica—. ¿Vas a aceptar todo esto, Jung Min?

—Simplemente estoy diciendo que si un crimen ha sido cometido, no hay que mirar para otro lado.

—¡Ven! —Vick señaló con un dedo a Jung Min—. Les dije que era un hombre sensato.

 

—Sólo  porque  está  de  acuerdo  contigo —murmuró Bob.

 

—Está bien, ¿entonces vamos? —Siwoo parecía un cachorro excitado que estaba a punto de conseguir un nuevo juguete. Jung Min prácticamente podía ver la boca del hombre hacerse agua.

—Claro, ¿por qué no? —Hal suspiró—. Podemos atacar a Phillips directamente sin acosarlo e ir a hurgar a su sótano porque un viejo dice que no ha visto a su hijo en una semana.

—Entonces, ¿qué estamos esperando? —Vick se dirigió a la puerta—. Vamos a resolver este misterio.

 

—¿Por qué tengo ganas de llamarte Shaggy? —Kyu Jong preguntó mientras los seguía al exterior. Jung Min no entendía de lo que su pareja estaba hablando mientras dejaba que Kyu Jong subiera hacia la parte trasera de la camioneta. Jung Min se sentó junto a su pareja antes de que el resto de los hombres subieran—. Sabes, podríamos haber caminado —Kyu Jong dijo mientras la puerta lateral se cerraba—. No es tan lejos.

—Estamos aquí ahora, así que bien podemos conducir.

—Vick encendió la camioneta y se dirigieron cinco casas más abajo. Jung Min no podía creer que les había tomado dos segundos. Todo esto empezaba a parecerle una locura.

—Están locos —Kyu Jong susurró mientras silenciosamente se bajaban de la camioneta y se dirigían hacía la casa—. Totalmente locos.

Bob soltó un bufido. —Aún estoy luchando en los tribunales para que no lo digan en voz alta.

Jung Min ladeó la cabeza cuando Vick comenzó a hacer señales con la mano. No tenía ni idea lo que estaba haciendo, parecían que las manos del hombre estaban teniendo sexo entre sí. ¿De verdad?

—¿Qué   infiernos  significa   eso?   —preguntó  Hal—. ¿Desde cuándo usamos señales con la mano?

 

—Tenemos que guardar silencio —dijo Vick con frustración—. Y dejar de hablar antes de que irrumpamos el lugar.

—Vamos a ir a la cárcel. Vamos a ir a la cárcel —Bob murmuró una y otra vez mientras se apresuraban hacia la parte posterior de la casa—. van a abusar de mí en la cárcel y nunca seré el mismo.

—Dudo mucho que te vayan a violar en la comisaría local —dijo Hal.

 

—¿Van a guardar silencio chicos? —Vick susurró en voz alta—. Solo estamos aquí para echar un vistazo por la ventana del sótano. Deja de joder y deja que te crezcan unas malditas bolas.

—Jódete —susurró Bob aún más fuerte—. ¡Tengo bolas que cuelgan entre las piernas!

Esa era una imagen que Jung Min no quería. Echó un vistazo a Kyu Jong para ver a su pareja sonriendo. ¿Eso le divirtió? La declaración sólo había logrado que Jung Min se asqueara. — Sólo empiecen a moverse, hombres, y mantengan la conversación al mínimo —dijo Jung Min.

Los seis hombres rodearon la casa y de repente una luz brillante iluminó el patio trasero. Vick tomó la linterna de la mano de Lester. —¿Qué mierda es eso? ¡Puedes aterrizar un avión con esa cosa!

Lester recuperó la linterna y alumbró el rostro de Vick. — La uso para ir de campamento.

—¿A dónde? ¿Al estadio? —Hal respondió mientras agarraba la linterna de Lester y la apagaba—. Queremos ver lo que hay en su sótano, no iluminar todo el jodido vecindario.

—Amigo, esa linterna es como un mini sol —dijo Bob—. ¿Estás tratando de prender en llamas su sótano?

Siwoo  puso los ojos en blanco. —No es tan brillante. Jung Min dio unos pasos hacia atrás y siseó. Por  suerte, nadie lo escuchó. Esa maldita linterna era letal. Él iba a meterla en el culo de Lester y encender los órganos de la persona si la encendía de nuevo.

 

—Ten.  —Hal  sacó  una  linterna  de  su chaqueta—. Vamos a usar esta.

 

Jung Min tomó la linterna y se dirigió hacia la ventana del sótano.

 

 

Chanyeol dejó una lista en el escritorio de Jongin. — Todos los trabajadores pertenecen a la manada de Young Jae.

Jongin tomó la lista y le dio un vistazo. Había veinte nombres con su rango —si tenían uno. YouJin era el Beta de Young Jae, pero Jongin ya conocía al chico y lo sabía.

 

No estaba seguro de por qué, pero a Jongin le parecía extraño. Hasta ahora Niel no había sido capaz de encontrar nada sobre Young Jae y sus hombres. Ni siquiera después de muchas llamadas telefónicas, Siwon dijo que estaban absolutamente limpios.

Nadie estaba tan limpio. Nadie.

Jongin ni siquiera pudo comprobar si Young Jae era realmente su hermano. El padre de Jongin había fallecido hace unos años y su madre no tenía ni idea de lo que Jongin hablaba. Él no quería profundizar más y alterar a su madre si ella no sabía sobre un hijo ilegítimo.

 

Eso sólo dejaba la sangre. De alguna manera Jongin tenía que conseguir una muestra de sangre de Young Jae. Quería una prueba concreta de que Young Jae era su hermano.

Y si el hombre resultaba ser un impostor, iba a usar su influencia con el Ultionem, algo que nunca había hecho antes, para acabar con Young Jae y toda su manada.

 

 

Continuara...

 

 

 


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