Taehyun corrió hacia la puerta del dormitorio y la cerró, dejando sólo una pequeña rendija para poder ver el pasillo. Estaban atrapados en la planta de arriba y no tenía ni idea de cómo podrían salir de allí.
—Quiero que el pueblo entero sea registrado. —Un hombre que Taehyun asumía era Dick, demandó—. Y cuando encuentren a esos tres, quiero que los traigás directamente a mí.
Taehyun tenía una idea bastante clara de lo que significaba eso. Ellos. El gato estaba fuera de la bolsa. Bokeun debía haber entrado en su cabaña y se había percatado de que Taehyun y Mino habían desaparecido. No estaba seguro de Jelly-P, pero al parecer alguien había descubierto que el elfo se había ido.
—Podemos salir de aquí —dijo Mino a Taehyun. Mirando sobre su hombro, se preguntaba lo que Mino tendría en mente. Estaban en la parte de arriba con un Santa drogado y desnudo. ¿Cómo demonios iban a eludir a Dick y quienquiera que fuera la persona con la que hablaba?
—¿Cómo?
Jelly-P y Mino vistieron a Nick. Santa siguió murmurando el nombre de Jelly-P todo el tiempo. Cuando Nick tuvo puesta su ropa interior térmica y una camiseta, Mino lo levantó de la cama y arrojó a Nick sobre su hombro como los bomberos hacían cuando sacaban una víctima.
Jelly-P abrió la ventana.
—Tienes que estar de broma —dijo Taehyun—. ¿Esperas que saltemos al suelo?
¿Se había vuelto loco? Esta era una mala idea. Se podrían romper un brazo o una pierna.
—Te cogeré —dijo Mino.
Mino trepó por la ventana con Nick sobre su hombro, y después saltó. Taehyun corrió a la ventana y miró abajo, pero el vampiro no estaba a la vista.
—¿Nos ha abandonado? —La voz de Jelly-P temblaba—. ¡Nos ha abandonado!
Taehyun puso una mano sobre la boca de Jelly-P. Podría haber jurado que escuchó a alguien subir las escaleras. Con su mano libre, Taehyun movió un dedo hacia la puerta del dormitorio y luego lo presionó en sus labios. Los ojos de Jelly-P se abrieron ampliamente mientras asentía.
Bajando la mano, Taehyun se asomó por la ventana de nuevo y vio a Mino debajo de ella. Su compañero movía las manos, como si le dijese que saltara.
—Tú primero —gesticuló a Jelly-P. Taehyun necesitaba reunir el coraje para saltar desde una ventana.
Jelly-P negó.
—No tenemos tiempo para discutir —gesticuló Taehyun de nuevo mientras empujaba al elfo hacia la ventana y señalaba a Mino—. Vamos.
Jelly-P deslizó su pierna por encima de la cornisa y después saltó. Mino le cogió y dejó sobre sus pies. Después hizo gestos con las manos de nuevo.
La puerta se abrió de golpe. Taehyun dio un salto y se giró, encontrándose con Dick parado allí, y…a Ryan. ¿Qué estaba haciendo Ryan allí?
—¡Lo sabía! —Dijo Ryan—. ¿No te dije que jugaría al Capitán Salva perras?
—¿Qué demonios haces aquí, Ryan? —Antes de que terminara de preguntar, Taehyun sabía la respuesta.
—¿Trabajas con Dick?
—¿Dónde está Nick? —Preguntó Dick apretando los dientes—. ¿Qué has hecho con él?
—Debería estar haciéndote yo esa pregunta —respondió Taehyun—. Le ataste y drogaste. ¿Qué clase de desalmado hiere a Santa Claus?
—La clase de persona que coge el dinero con que paga a sus trabajadores temporales y luego se deshace cuerpo. —Dick estalló.
—Realmente no creo que debieras hacer el monólogo completo de villano —dijo Ryan—. No deberías decirle lo que estás haciendo.
—¿Por qué? —Preguntó Dick—. No va a estar por aquí el tiempo necesario para decírselo a nadie. —Taehyun chilló cuando Dick se precipitó detrás de él y presionó una pistola en su cabeza—. Irrumpió en casa de Nick y disparé al intruso.
Taehyun miró más allá de Ryan y vio a Mino en la puerta del dormitorio.
—Acércate y pondré una bala en su cerebro —advirtió Dick.
La cara de Mino se transformó en una máscara oscura de rabia. Sus ojos comenzaron a brillar de rojo y sus colmillos se alargaron. —Suél-ta-lo.
—Lo siento, pero no puedo hacer eso —dijo Dick—. No puedo permitir que ninguno de ustedes viva y arruine lo que he estado haciendo aquí. ¿Por qué crees que reforcé la seguridad? Ryan me dijo que sospechaba que ustedes dos eran un problema, y estando tan cerca de la Navidad…
—¿Puedes cerrar la boca? —Gritó Ryan—. ¿Qué les pasa a los tipos malos que siempre sienten la necesidad de revelar sus planes?
—Átalo, Ryan. —Dick señaló con el arma a Mino—. Y asegúrate de que esté apretado.
—¿Quieres que me acerque a él? —Ryan abrió ampliamente los ojos—. ¿Estás loco? Es un vampiro, por todos los santos.
—Y no hará nada mientras que tenga una pistola apuntando a su compañero. Ahora, átalo.
—Yo no firmé para esto —dijo Ryan.
—No, traicionaste a Santa Claus por una polla. —Taehyun escupió—.Espero que mereciera la pena.
Ryan frunció el ceño. —¿De qué estás hablando? No soy gay. Vine aquí por el dinero.
—Su trabajo era eliminar a las personas no gratas —dijo Dick.
—No puedes evitarlo, ¿verdad? —contestó Ryan. El hombre normalmente era muy tranquilo. Taehyun no le había visto así de alterado antes, y no era una buena vista.
—Átalo, Ryan. —Dick advirtió.
—No pienso acercarme a un vampiro de casi 1.90 cm, Dick.
Taehyun chilló cuando Dick disparó a Ryan. Se desplomó en el suelo.
—Tú-tú le has matado.
—Y no dudaré en matarte a ti —dijo antes de disparar a Mino. Pero este fue rápido. Desarmó a Dick antes de que Taehyun pudiera siquiera parpadear.
—¡Mino, no! —Taehyun agarró el brazo de su compañero antes de que pudiese envolverlo alrededor del cuello de Dick.
—Por favor no me mates —rogó Dick acurrucado en el suelo—.Compartiré el dinero contigo…o…o puedes quedarte con todo.
—Deja que Nick decida lo que hacer con él —dijo Taehyun—. Fue Nick quien estuvo cautivo todo este tiempo. Debería ser el que imponga el castigo.
La última cosa que Taehyun quería era ver a Mino matar a alguien. No era tan ingenuo como para pensar que las manos de Mino estaban limpias. El hombre había vivido mucho tiempo y era un vampiro. Aun así, Taehyun no quería presenciar un asesinato. La cruel expresión en el rostro del vampiro había sido lo bastante aterradora.
Mino se acercó a él, mostrando sus colmillos. —Tienes suerte de que sea indulgente cuando se trata de mi compañero o te arrancaría la maldita garganta.
Mino entró al almacén y comprobó la zona. Los trabajadores parecían zombies por como arrastraban los pies, con sus cabezas agachadas. Este sitio era el epítome de lo patético, pero estaba a punto de terminar con las sombrías expresiones.
Cuando localizó a GoUp y Bokeun, Mino se dirigió a por ellos. Lo primero que necesitaba hacer era deshacerse de toda la seguridad. Por ahora, su intención no era tirotearles.
Se llenó de ira cuando pensó en esa arma en la cabeza de Taehyun. Mino había estado muy cerca de matar al hombre, pero había accedido a atar a Dick como su compañero le pidió, sin embargo. Realmente esperaba que Nick quisiera matar a Dick. Mino disfrutaría ejecutando la sentencia.
Bokeun y GoUp mostraron sorpresa al ver a Mino, como si hubiesen esperado que Dick lo hubiera matado. Podía ser eso, o también podía ser la mirada salvaje que mostraba ahora.
Bokeun dio un paso hacia atrás. Mino supuso que fue un acto reflejo. El elfo no había sido más que una molestia desde que se conocieron. GoUp miraba a Mino con cautela según se aproximaba.
—Deduzco que estás a cargo de la seguridad —dijo.
Asintieron los dos, GoUp aun mirándole fijamente como si Mino fuese a convertir el taller en un baño de sangre. Si Taehyun hubiese sufrido algún daño, ese podría haber sido el resultado. Mino era un buenazo, pero también era un vampiro, y matar a quien le amenazaba a él o a su compañero estaba en su naturaleza.
—Lo estamos. —Bokeun pareció recordar que tenía una espina dorsal y se enderezó—. ¿Por qué lo preguntas?
—¿Seguían las órdenes de Dick?
Bokeun y GoUp se intercambiaron miradas.
—Es una pregunta muy simple —dijo Mino.
Tuvo su respuesta cuando miraron hacia la puerta, como si temieran que Dick fuese a irrumpir por ella y eliminarlos como si fuesen perros salvajes.
Mino no iba a hablarles de Dick. No hasta que tuviese su respuesta. Si supieran que el hombre había sido capturado, podrían mentir y decir que todo fue idea de Dick.
—No te conocemos —dijo GoUp—. Y hace un año que trabajamos para Dick. ¿Por qué deberíamos confiar en ti?
—Contesta a la pregunta —dijo Mino en un tono amenazante.
—Seguimos órdenes —protestó GoUp—. Eso no significa que nos tenga que gustar.
—Yo preferiría volver a hornear —susurró Bokeun—. Este trabajo apesta.
Mino echó un vistazo a la sombría multitud. —¿Alguien aquí era consciente de que Dick mantenía preso a Nick?
El aire se llenó de bruscas inhalaciones e inmediatas conversaciones.
Bokeun frunció el ceño. —¿De qué estás hablando?
—Lo que estoy diciendo es que con la ayuda de mi compañero y Jelly-P, abatimos a Dick y rescatamos a Nick.
Cuando la multitud vitoreó y se empezaron a abrazar, Bokeun miró con recelo a Mino. —¿Estás seguro de eso? ¿Estás seguro de que Dick no escapará y nos castigará a todos?
Mino tuvo dificultades para mantener la cara imperturbable. —Dick no va a volver a golpearlos —confesó a todo el mundo—. Se acabaron sus agresiones. —Dejando ir su autocontrol, se echó a reír.
—Estás disfrutando, ¿verdad? —preguntó Taehyun por detrás.
—Inmensamente —dijo Mino—. Me refiero, vamos, Con un nombre como Dick, tienes que tener algo de diversión. Sería lo mismo que si una mujer se llama…
—Lo he pillado —dijo Taehyun—. Pero tenemos problemas mayores.
Eso hizo que Mino dejase de reír. Miró a Taehyun y vio la severidad en sus ojos azules.
—¿Qué problema?
—A pesar de que rescatamos a Nick, el doctor dice que pasarán días hasta que pueda levantarse, y puede que semanas hasta que se recupere completamente. Las Navidades son dentro de dos días. ¿Quién va a entregar todos aquéllos condenados regalos?
Mino miró a los guardias.
—Oh no. —Bokeun negó—. Yo era pastelero, y GoUp fabricaba muñecos. No tenemos ni idea sobre servicios de reparto.
—Ese es trabajo de Nick —dijo GoUp—. Es el único que sabe cómo hacer volar el trineo.
—Tú salvaste a Santa Claus —Bokeun dijo—. Ahora te toca salvar las Navidades.
—¿Acaba de decirnos que salvemos las Navidades? —Preguntó Taehyun—. ¿Qué sabemos nosotros de repartir regalos?
—Absolutamente nada —dijo Mino—. Pero supongo que podríamos echar un vistazo al trineo y renos.
—Jelly-P os ayudará —dijo GoUp.
—¿Y qué hay de Lollipapa? —preguntó Taehyun. A pesar de que Dick ya no aterrorizaría al Polo Norte, aún tenían que encontrar al corpulento hombre.
—Podemos buscarlo. —Bokeun se ofreció.
—No hay muchos sitios donde ocultar a alguien.
—Quiero que averigüen todo lo que Dick ha hecho desde que llegó aquí. Quiero toda la información —dijo Mino—. Necesitamos saber la extensión del daño que ha causado.
Cuando Bokeun y GoUp salieron, Mino llevó a Taehyun al taller. —No podemos defraudar a toda esa gente.
Ahora que Dick no podía arruinar las cosas, Taehyun estaba entusiasmado. Le gustaban los elfos, el taller, y su cabaña.
Pero aún no le gustaba la música navideña. Ningún tipo de milagro lo conseguiría. Para él, era como el sonido de las uñas al arañar una pizarra.
Atravesaron el temporal y fueron hasta la cabaña de Jelly-P, donde Mino había retenido a Nick.
Cuando entraron en el dormitorio de Jelly-P, le encontraron acurrucado en la cama junto a Nick. Taehyun no sabía lo que había pasado entre ellos en el pasado, pero Jelly-P claramente lo amaba.
—Siento interrumpir —Mino dijo—. Pero necesitamos saber dónde está el trineo y como controlar a los renos.
Jelly-P parpadeó unas cuantas veces al asomar la cabeza. —¿Van a entregar los regalos?
—No suenes tan impresionado —Mino dijo—. Ya que tu novio no está en condiciones de hacer la tarea, alguien tiene que hacerla.
Jelly-P se incorporó y apartó a un lado su pelo verde. —El trineo aparecerá en el granero en la víspera de Navidad. Los renos sabrán lo que hacer una vez que esté allí. Encontrarás un manual de instrucciones en la guantera.
Taehyun gimió. Esto tenía escrito desastre por todas partes.
continuara...