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109. El Deseo de Navidad de Mino (13) por dayanstyle

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Mino giró y abrió la puerta para ver fregonas, escobas y productos de limpieza. The Manacle había desaparecido. Se dio la vuelta y mostró sus colmillos a Ryan. —¿A dónde coño me llevaste?

Ryan y Taehyun jadearon. Se miraron uno al otro y luego salieron disparados. Mino dió un bajo gruñido cuando corrió detrás de ellos. Iba a estrangular a Ryan y agarrar a su pareja. Había estado buscando a su pareja toda la vida, sabiendo que estaba ahí fuera, en algún lugar. Quizás.

Durante mucho tiempo había tenido miedo de que su pareja hubiera vivido hace mucho tiempo y Mino hubiera perdido la oportunidad de encontrarle.

 

En su lugar, el pequeño zorro estaba huyendo de él. Mino no podía consentir eso. Había esperado demasiado maldito tiempo para esto y no iba a dejar que Taehyun se alejara.

Vio a los dos más adelante. Donde quiera que estuviera ¡era enorme!

Nunca había girado tantas esquinas en su vida y sólo continuaban.

Mino arrancó a una velocidad inhumana y agarró a Taehyun por la cintura, cayendo hacia adelante en una enorme habitación. Tenía que ser el centro del lugar.

—¡Déjame ir! —Taehyun se retorció en sus brazos—. Por favor, no me hagas daño.

—No seas ridículo —dijo Mino mientras miraba los alrededores. El edificio tipo almacén estaba decorado al máximo con mierda navideña y había elfoos por todas partes. Pensó en su amigo Hangeng y se preguntó si el elfo navideño sería de aquí.

—Tienes colmillos —chilló Taehyun—. ¿Cómo voy a ser ridículo?

—¿Cuál es el significado de esto?

Mino miró a su izquierda para ver a un elfo yendo hacia ellos, o al menos pensó que el hombre era un elfo. No tenía orejas puntiagudas, pero sí abundante cabello rosa y la piel bajo su ojo derecho estaba retorcida.

 

—¡Dile que me baje! —gritó Taehyun como si un tigre le tuviera por el pie, preparado para comérselo. A Mino le molestó eso. No era un tigre y no haría daño a Taehyun.

—¿Quiénes son? —Demandó el pelirrosado—. ¿Cómo entraron aquí?

 

Algunos hombres vestidos con uniforme rojo y blanco se dirigieron hacia ellos. Mino vio las Tásers en sus cinturones multiusos. Tenían que ser de seguridad.

—Nos siguió a través de la puerta —dijo Ryan cuando se escondió detrás de uno de los guardias—. Intentamos correr, pero es rápido.

—Por supuesto que es rápido —,dijo el pelirrosado como si sólo un idiota no supiera eso—. Es un maldito vampiro. Son súper rápidos.

 

—Podrías haberme advertido —argumentó Ryan—. Me dijiste que había chupasangres a donde íbamos a ir, pero no mencionaste sus habilidades.

—¡Lo sabías! —Taehyun serpenteó en los brazos de Mino, como si estuviera intentando llegar a Ryan. Extendió los brazos y dio patadas con las piernas—. ¡Déjame ir para que pueda matarle!

La ira de Taehyun pareció anular su miedo. Mino tendría que tener eso en cuenta.

—Íbamos a conseguir vino vampírico —argumentó Ryan—. Dime  que habrías ido si te lo hubiera dicho.

Mino estaba disfrutando plenamente de su pareja moviéndose contra él. —Y tú podrías haberme dicho por qué estaban allí cuando aparecieron —argumentó Mino—. Estuve a segundos de hacerte mi merienda.

Realmente no, pero Mino aún estaba enojado con Ryan porque pensó que los dos habían jugado en una habitación juntos. Solo por eso, el hombre estaba en el lado equivocado de Mino.

Por otra parte, podría haber hecho daño físico a Ryan cuando regresó con las botellas.

—Como si pudiera decir algo —argumentó Ryan—. No te conocía. No iba a confiar en ti con mi misión.

—¡Gente! —El pelirrosado les miró fijamente mientras golpeaba la parte posterior de su portapapeles—. Esto es un desastre —Suspiró cuando se pellizcó el puente de la nariz—. Traer de regreso a alguien es una violación grave del protocolo.

—¡Como si hubiera planeado utilizar su velocidad para atravesar la puerta! —dijo Ryan, estaba a segundos de estrangular al hombre. Los guardias se veían como si quisieran freír con la Táser a alguien, cualquiera. El pelirrosado sólo se veía francamente nervioso.

—No fue culpa nuestra, Jelly-P —dijo Taehyun en un tono más razonable que el de Ryan.

¿Su pareja había llamado al hombre Jelly-P? ¿Jelly-P? Mino se rio. No pudo evitarlo.

—No se supone que rompamos el protocolo. Hay reglas por una razón

—Jelly-P se estaba volviendo de una divertida sombra de rojo. Si el hombre explotaba, Mino tenía una pared justo a su lado para esconderse detrás—. Pero ahora él está aquí y no podemos regresar, no sin tener su memoria borrada.

—Intenta borrar cualquier cosa de mí y empujaré ese portapapeles en tu pequeño y estrecho culo —gruñó Mino—. Nadie va a juguetear con mi cerebro.

Jelly-P entrecerró sus ojos púrpura. —No me gusta ser obligado a contratar a nadie, pero ya que estás aquí, no te irás hasta que tu lista de Navidad esté completa.

 

Esto era una completa y absoluta pesadilla. —Por favor, bájame —le dijo Taehyun al vampiro. Levantó la mirada sobre su hombro y sus miradas se sostuvieron por un tiempo muy largo. Se inclinó hacia adelante sobre el hombre, preparado para pedirlo de nuevo, pero no pudo apartar los ojos de esos hermosos color avellana.

 

El corazón de Taehyun golpeó violentamente. Se sentía confusamente atraído por el vampiro y no podía entender la fuerte atracción. Había tropezado con un mundo loco y se estaba volviendo más loco por segundos.

—¿Cuál es tu nombre? —Taehyun sintió una abrumadora necesidad de descubrirlo.

—Mino.

Se estremeció ante la profunda y suave voz. Debería estar asustado, pero su miedo ocupó un lugar secundario ante la lujuria. Ahora que Taehyun no estaba huyendo por el pánico, echó un buen vistazo al hombre.

—¿Van a follarse con la mirada todo el día? — Espetó Jelly-P—. Tenemos trabajo que hacer, gente. Sólo falta una semana para Navidad. — El chiflado pelirrosado se giró hacia Ryan—. Te reasignaré a una casa diferente.

 

—¿Por qué? —Graznó Ryan—. Te dije que esto no fue culpa mía.

—¿Puedes quejarte más fuerte? —Jelly-P tiró de sus rosadas hebras—. Todo el mundo tiene un trabajo que hacer. ¿Por qué demonios parece una tarea imposible para ustedes? Señalar y seleccionar con el botón, eso es todo lo que tenéis que hacer. Debería haber contratado monos.

—Por favor —le dijo finalmente Taehyun a Mino—. ¿Puedes bajarme?

—No. —Sacudió la cabeza—. Este lugar es como Navidad con esteroides y hasta que sepa que es seguro, estás atrapado en mis brazos.

—Bien —Jelly-P les miró fijamente—. Ustedes dos compartiran una casa. Pueden resolver sus necesidades sexuales impulsadas por la angustia fuera del horario de trabajo. Taehyun, llévale contigo ¡y llena esas malditas listas! —El rostro del hombre volviéndose de una sombra aún más profunda de rojo.

—Creo que su rosada cabeza podría explotar —le susurró Mino a Taehyun.

Taehyun se rio. Era cierto. Jelly-P parecía a punto de cabrearse. No quería estar alrededor si el tarado pelirrosado agarraba uno de esos Tásers de seguridad y comenzaba a atacar a la gente.

 

 

—Por aquí —refunfuñó Ryan cuando se dio la vuelta y salió de la habitación principal. Ya que Taehyun aún no estaba seguro de cómo moverse por los pasillos, dio unos golpecitos en el pecho de Mino.

—Probablemente deberíamos seguirle. —Con suerte cuando regresaran a su taller, Mino le bajaría. No estaba acostumbrado a que le llevaran, aunque secretamente le gustara. Pero Mino era un vampiro. Taehyun aún estaba intentando que este hecho entrara en su cabeza.

—¿Cómo quedaste atrapado en este lugar? —preguntó Mino.

—La agencia temporal me envió aquí. No tenía idea de en qué me estaba metiendo. Sólo pensé que sería un simple trabajo de almacén.

—¿Te engañaron?

 

—Más o menos —dijo Taehyun—. Y ahora no puedo irme hasta que mi lista esté completa. Pensé en huir, pero Ryan me avisó de que los Elfos de Operaciones Especiales me cazarían si lo hiciera.

El pecho del vampiro retumbó cuando mostró esos agudos y afilados colmillos. —Me gustaría verles intentando hacerte daño.

Nadie había hecho una declaración tan feroz hacia Taehyun antes. La promesa en los ojos de Mino hizo que su pecho se sintiera cálido y confuso.

—¿Comes personas?

Las cejas de Mino bajaron. —Soy un vampiro, no un zombie.

—¿Las drenas?

—Sólo cuando esa persona me ha enojado. Taehyun tragó con fuerza. —¿Cómo Jelly-P?

Una pequeña y profunda risa sacudió el pecho de Mino. —Sólo estaba bromeando. No he drenado a nadie… aún. Pero si me quedo aquí  por más tiempo, podría.

De alguna manera Taehyun lo dudaba. Su instinto le decía que Mino no era el vampiro mezquino y aterrado que pretendía ser. No tenía ninguna duda de que como vampiro que era, el hombre podía conseguir dañar seriamente a una persona, pero tendrían que enfadarlo mucho para ser empujado a ello.

 

 

—Um, no me drenarías, ¿cierto? Quiero decir, ¿sin importar cuanto te enoje?

—Preferiría salir al sol que tocar un solo cabello de tu cabeza — declaró Mino.

Eso era algo extraño, considerando que acababan de conocerse. Por otro lado, todo a su alrededor era extraño. Taehyun no sabía qué pensar o esperar de un momento a otro.

—Ya que vamos a pasar la noche juntos, prométeme que no me utilizarás como aperitivo tan pronto como las luces se apaguen.

 

Mino sonrió maliciosamente y le guiñó un ojo. —No puedo hacer esa promesa. Quiero merendarte de cabeza a pies, sexy.

Taehyun se quedó boquiabierto ante Mino. No estaba acostumbrado a que le tiraran los tejos. Su apariencia era buena, pero Taehyun era realista. Su peso mantenía a muchos chicos a raya. Todo el mundo estaba delgado hasta los huesos y cualquier kilo extra les quitaba las ganas.

Pero desde que había llegado a este lugar, Mino era la segunda persona en mostrar interés en él.

Quizás estar en el Polo Norte tuviera sus ventajas.

Llegaron a la habitación de Balas y Licores. Mino miró la señal y sonrió. —¿Vamos a beber y disparar a alguien?

—¿Quieres emborracharte y disparar a alguien? —preguntó Taehyun.

—No, pero la imagen sería muy divertida. —Mino esperó mientras Ryan abría la puerta y los tres entraron.

—¿Quién ordenó al vampiro? —preguntó el geek sentado en uno de los ordenadores mientras empujaba la montura de sus gafas por la nariz. Taehyun no había conseguido su nombre—. Pensé que estaban consiguiendo algo de vino vampírico.

 

—No es vino —corrigió Mino y luego se giró hacia Ryan—. Es una poderosa mezcla que no debería habérsete vendido. Voy a tener una charla con Sang Gon sobre venderlo a humanos.

—El dinero habla —dijo Ryan mientras colocaba las botellas al lado de su ordenador—. ¿Crees que va a dejar pasar una venta de seiscientos billetes?

—¡Seiscientos! —El corazón de Taehyun se apretó. Podría haber utilizado ese dinero para ponerse al corriente con su alquiler. Jesús, ¿los elfos estaban locos?

Zinni soltó un bufido. —Eso es una gota en el océano comparado con lo que gasté en un día ordenando cosas online. Este lugar debe tener cientos de billones escondidos en alguna parte.

 

Taehyun notó como Ryan miraba a Zinni como si ella sostuviera la luna. Los celos le atravesaron. Se preguntó cómo sería querer a alguien tan desesperadamente.

—Dudo que alguna vez lo encontremos —dijo Ryan cuando se hundió en su silla—. Probablemente utilicen esa ridícula excusa para esconderlo en otro reino.

Mientras Taehyun escuchaba, esperaba que Mino le bajara, pero el hombre no lo hizo. Tomó asiento y sostuvo a Taehyun en su regazo. Taehyun intentó alejarse, pero los brazos de Mino se apretaron a su alrededor. Su gran mano se extendió contra el agitado estómago de Taehyun y su culo casi se alineó con la ingle de Mino. Taehyun se mordió el labio, luchando contra la excitación que ya lo tenía semiduro.

No era el único. Taehyun sentía la polla de Mino presionando en su espalda. Intentó moverse hacia adelante, pero Mino tiró de él más cerca.

—Así que, ¿qué hacemos aquí? —preguntó Mino mientras sus dedos se deslizaban arriba y abajo del vientre de Taehyun.

—Pedidos online —dijo Zinni—. Eso es todo lo que hacemos, a menos que no podamos encontrar lo que la persona está pidiendo, entonces tenemos que conseguirlo nosotros.

 

—De manera que hay una forma de salir de aquí —dijo Mino.

—Sí, pero si intentas irte antes de que tu trabajo esté completo, los Elfos de Operaciones Especiales irán tras de ti.

—Te lo dije —le dijo Taehyun.

Mino se rio entre dientes. —Estoy temblando de miedo porque algunos elfos vengan tras de mí.

—Deberías —dijo Zinni—. Escuché que alguien intentó huir, y nunca se le vio de nuevo.

Taehyun no hacía demasiado caso a los rumores, pero no quería descubrir si este era cierto o no. Tenía una semana. Podía hacerlo. Mientras no sucediera nada loco.

 

¿Cómo compartir una casa con un vampiro que quiere merendarse tu cuerpo? Ese pensamiento debería haberle asustado, pero en su lugar, estaba intrigado por descubrir lo que Mino le haría.

Un reguero de necesidad se deslizó a través de Taehyun. Si Mino continuaba acariciando su vientre tan suavemente, Taehyun tendría una erección en toda regla y eso no era algo que quisiera delante de todo el mundo.

—Realmente necesito hacer mi trabajo. —Taehyun intentó escabullirse, pero Mino se giró en la silla, de manera que Taehyun se sentara enfrente de su ordenador.

—¿Cómo esto?

—Creo que se supone que tú tengas tu propia estación de trabajo. — Al menos con la silla girada, su endurecida polla estaría oculta a la vista.

Los labios de Mino rozaron la oreja de Taehyun. —No hay otra estación de trabajo disponible. Supongo que trabajaremos juntos.

—¿Siempre eres tan directo?

—Para ser honesto, no. Normalmente soy terrible con el flirteo. — La voz de Mino había regresado a la normalidad, el tono seductor desapareció—. Siempre me llevo un chasco cuando llegan las frases seductoras.

 

—¿Alguna vez has intentado sólo ser tú mismo? —preguntó Taehyun.

—Una vez, pero los policías casi me arrestaron, de manera que hice oídos sordos a esa mierda realmente rápido.

Taehyun pudo decir que él estaba bromeando por el tono bromista en su voz. —¿Miedo a las esposas?

—No si la persona correcta me está esposando. —La mano de Mino presionó más fuerte en el vientre de Taehyun—. ¿Ofreciéndomelo?

—Estás haciendo que sea difícil concentrarse. —Taehyun hizo clic con su ratón y le dio un toque a su teclado, pero deletreaba mal las cosas y se dirigía a los artículos equivocados. Su rostro enrojeció cuando la mano de Mino viajó más abajo.

—¿Qué tal ahora? —Sus dedos jugaban con el broche de Taehyun. —.¿Crees que alguien notará si meto la mano en tus pantalones?

Zinni tosió, cubriendo una risa. No había notado que Mino ya no estaba susurrando y toda la habitación había escuchado al hombre.

—Tengo trabajo que hacer.

Su portapapeles contenía al menos cientos de páginas. Uno podría pensar que podría completar la lista en un abrir y cerrar de ojos ya que estaba comprando online, pero muchas cosas no eran fáciles de encontrar. Taehyun hacía una marca de verificación al lado de las cosas que tendría que conseguir él mismo y esa lista estaba creciendo. No estaba seguro de cómo conseguiría una manta tejida a mano de la abuela de alguien. ¿Qué se suponía que iba a hacer, sólo ir y pedirle a la anciana que hiciera una?

Un montón de regalos hechos a mano estaban en la lista. Taehyun tendría que preguntar a Ryan o Zinni sobre esto, pero no ahora. No cuando Mino estaba jugando con la cinturilla de Taehyun, como si estuviera listo para meter la mano dentro de sus vaqueros.

—Para —susurró Taehyun.

—No —le contestó en otro susurro Mino mientras sus dedos se deslizaban pasando la cinturilla—. Voy a ver si puedo hacer que te corras sólo provocándote.

 

 

El cuerpo de Taehyun palpitó. Ni siquiera estaba seguro de por qué le estaba permitiendo a Mino jugar con él de esa manera. Por otro lado, no había tenido sexo en tanto tiempo que su sentido común había descarrilado. También quería ver si podría correrse. A pesar de que le gustaba jugar duro para conseguirlo. Mino también parecía disfrutar de eso.

Mino giró su silla un poco a la derecha, bloqueando a cualquiera de ver lo que estaba haciendo. Ya que la silla de Taehyun estaba más cerca de la puerta, no había nadie a su izquierda.

Mino frotó su fuerte mano sobre la polla de Taehyun, presionando la hinchada carne. —Quiero follarte, Taehyun.

 

Taehyun se sacudió hacia adelante, sus manos sobre el teclado mientras intentaba recordar como respirar. Mino le mordió la oreja mientras bajaba lentamente la cremallera de Taehyun.

—Detente. —La protesta de Taehyun fue poco entusiasta. No quería que Mino se detuviera. Se echó un poco hacia atrás, moliendo su culo en la ingle de Mino mientras intentaba no ser demasiado obvio.

—Haz eso de nuevo —ronroneó Mino en su oído.

Taehyun lo hizo. Mino le desabrochó los pantalones y separó el material con una sola mano. El corazón de Taehyun se aceleró cuando su garganta se secó. Miró por encima de Mino para ver si alguien estaba observando, pero todo el mundo estaba ocupado cliqueando.

La molesta música navideña sonaba suavemente, pero era suficiente para cubrir los pequeños gemidos de Taehyun. Sus manos se estremecieron sobre el teclado cuando Mino se aferró a su polla y frotó la goteante cabeza con su pulgar.

—Voy a probarte. —Mino levantó su mano y lamió el pre-semen de sus dedos.

Taehyun gimió.

Cuando su mano regresó, estaba húmeda por la saliva. Mino comenzó a acariciarle con rápidas y cortas ráfagas. Taehyun apretó los dientes, intentando escribir, pero terminó presionando las palmas de sus manos contra la mesa.

 

—Vamos a hacer esto más tarde —susurró Mino—, en nuestra casa.

Pero la próxima vez no quiero que tragues esos sexys ruidos.

Taehyun se pasó una mano por el cabello, tirando de las hebras con un agarre de muerte mientras Mino las caricias de Mino se aceleraban, más frenéticas. Se retorció en el regazo del hombre, haciendo que la silla se girara sólo un poco más de manera que estuvieron completamente frente a la puerta.

Mino alcanzó el interior de los pantalones de Taehyun con su mano libre y empujó hacia atrás hasta que la punta de un dedo jugó en su agujero.

 

Taehyun se mordió el labio, luchando por no suplicar, ni gritar. Pero cuando el dedo de Mino le traspasó, Taehyun perdió.

Espirales de semen salieron disparadas de la punta de su polla mientras convulsionaba de placer. Se las arregló para no gritar, pero gimoteó un poco demasiado fuerte.

La mano de Mino se movió más rápido, ordeñándole hasta dejarle seco justo cuando la puerta se abrió. Taehyun estaba perdido y apenas vio a Jelly-P ahí de pie, su mandíbula colgando hasta su pecho y sus ojos púrpuras como platos mientras blandía su portapapeles. —¡Oh, campanas de Navidad!

Los labios de Jelly-P disminuyeron cuando la expresión de sorpresa desapareció. —los quiero a ambos en mi oficina, ahora.

 

 

continuará....


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