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109. El Deseo de Navidad de Mino (13) por dayanstyle

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Su turno había terminado, se sentó rígidamente en la mullida silla reclinable con sus brazos cruzados sobre su pecho mientras observaba a Mino explorar la cabaña. El lugar era de aproximadamente sesenta y cinco metros cuadrados, así que no tardaría mucho tiempo en revisarlo todo.

—Este es un lugar bonito —dijo Mino—. No es  tan grande como mi casa, pero es mucho más acogedor.

 

 

La mirada de Taehyun siguió cada uno de sus movimientos. A pesar de que el vampiro le había dado uno de esos orgasmos que hacen que tu mente vuele, ahora estaban solos. Sentía la urgencia de envolver una bufanda gruesa alrededor de su cuello para que Mino no se sintiera tentado a usarlo como una bolsa de provisiones.

Mino levantó una cinta de tela roja. —Encontré esto en el armario.

Desnúdate y te envolveré esto a tu alrededor.

—¿Quieres atarme con tela? —Su pulso se aceleró cuando unas imágenes muy traviesas recorrieron su mente a toda velocidad. Si Mino no tuviera colmillos, Taehyun consideraría seriamente desvestirse y ofrecerse a sí mismo. Pero esos colmillos lo tenían cagado de miedo.

—Quiero envolverte, ponerte un lazo y convertirte en mi regalo de Navidad —Mino le guiñó un ojo—. Vamos, será divertido.

—Tu sentido de la diversión es bastante extraño —dijo Taehyun—. Primero quieres robar el alijo de Santa, y ahora… —Ondeó una mano hacia la tela. Taehyun pensó en lo que había hecho con Mino y sintió que su rostro se sonrojaba. Respirando profundamente, observó cómo Mino se quitaba la camisa por la cabeza y la arrojaba sobre el sofá, exponiendo su pecho duro y musculoso. La mirada de Taehyun viajó más abajo y lamió sus labios ante la vista de ese abdomen bien esculpido. Las líneas magras a ambos lados de su abdomen hicieron que Taehyun jadeara.

 

—¿Q-Qué estás haciendo?

—Poniéndome cómodo. Como que hace un poco de calor aquí.

Definitivamente la temperatura se estaba elevando. Al igual que la polla de Taehyun. —Se siente bien para mí.

Con el pecho desnudo y jeans holgados colgando de sus caderas, Mino se paró frente a la silla, la tela yacía en su mano.

La respiración de Taehyun se atascó cuando Mino se puso de rodillas y extendió lentamente los brazos de Taehyun y entonces envolvió la cinta alrededor de sus muñecas, atándolas. El nudo no quedó apretado y Taehyun podría habérsela quitado fácilmente. Pero sólo permaneció ahí sentado esperando ver cuál sería el próximo movimiento de Mino.

 

Sus miradas se encontraron, Mino sacó los calcetines de Taehyun y acarició sus pies. Sus dedos eran gentiles, ligeros y Taehyun no se había dado cuenta de cuánto le dolían los pies hasta que esos dedos mágicos los masajearon. Oh, Dios. Podría quedarse allí sentado durante horas permitiendo que Mino lo masajeara. Nunca antes habían frotado los pies de Taehyun, y era impresionante.

Dejando caer sus manos, Mino se levantó y sacó a Taehyun de la silla y luego volvió a ponerse de rodillas. El corazón de Taehyun resonó en sus oídos mientras Mino presionaba su nariz en la ingle de Taehyun e inhalaba profundamente antes de mordisquear su polla endurecida la cual estaba atrapada bajo los jeans.

Taehyun simplemente se quedó ahí de pie mientras Mino  desabrochaba el botón y bajaba el cierre con sus dientes. Su mente giraba sin control al mismo tiempo que su pulso galopaba. La excitación recorría su cuerpo mientras su polla palpitaba al ritmo de su acelerado corazón. Manos fuertes y seguras agarraron la pretina de sus jeans y empezaron a bajarlos.

Los nudillos de Mino rozaron brevemente el bulto hinchado en el bóxer de Taehyun. En la punta había una mancha húmeda en donde el pre- semen se había filtrado sobre el material. Mentalmente, Taehyun quería que Mino liberara su eje adolorido. Su cuerpo se sentía apretado hasta el punto en que era doloroso, sus bolas ya se habían acercado a su cuerpo.

 

 

—Veo que la cinta te excita.

La cinta de tela no era la razón por la cual Taehyun ansiaba su liberación. Era el cálido aliento rozando su polla. Era la boca jugando con su erección enjaulada. Era la promesa de pasión en los ojos color avellana de Mino. Las restricciones en sus muñecas sólo se añadían a esa excitación.

Taehyun retorció sus manos instintivamente. Deslizó su lengua sobre sus labios secos y dio un rápido asentimiento. Jugaría al juego de Mino si es que eso ayudaba a que la cosa avanzara. Taehyun estaba listo para rogarle a Mino para que hiciera algo más que sólo jugar con él, pero su garganta estaba seca y las palabras quedaron atrapadas detrás de sus labios.

 

Se estremeció cuando los dedos de Mino rozaron sus caderas, jugando con el dobladillo de sus boxers. Mino estaba arrodillado alzando su mirada hacia Taehyun con sus ojos llenos de necesidad. Como si supiera lo mucho que Taehyun deseaba su liberación, Mino deslizó el bóxer por la cintura de Taehyun dejándolos varados en sus rodillas, el mismo lugar en el que habían acabado sus jeans.

Sus ojos viajaron hasta la parte posterior de su cabeza cuando los labios de Mino se separaron y tomaron la longitud de Taehyun dentro de su boca. Unas manos firmes presionaron los costados de Taehyun mientras la lengua de Mino danzaba a lo largo de una vena gruesa. Las piernas de Taehyun se sacudieron cuando apoyó sus manos atadas sobre la cabeza del hombre. Sus caderas corcovearon mientras pulsos de placer lo recorrían rápidamente. Los movimientos lentos y los toques suaves se sentían como una tortura. Taehyun lo quería rápido y duro. Deseaba tanto correrse que apretó sus dientes.

Mino lo tragó y luego retrocedió, y repitió el ritmo una y otra vez mientras la presión se acumulaba junto a la columna de Taehyun. El hecho de que el vampiro estaba chupándolo no le había pasado desapercibido. Taehyun seguía esperando que esos colmillos afilados como cuchillas se hundieran en su carne en cualquier segundo y se preguntó cuan doloroso se sentiría.

 

 

 

Ese pensamiento lo mantuvo en el borde, forzándolo a contener su liberación, así que se movió más rápido, jodiendo la boca de Mino con desesperación.

Mino se echó para atrás y lo miró. —Dime en qué estás pensando, pequeñín.

Taehyun mordió su labio inferior apartando sus manos de la cabeza de Mino. —Tengo miedo de que vayas a morderme.

Como respuesta Mino mordisqueó su muslo. Taehyun inhaló con fuerza.

—No voy a morderte, Taehyun. Pero si lo hiciera, puedo apostarte que me rogarías pidiendo más.

 

Lo dudaba, ¿pero qué sabía él? Hace tan sólo unos días no tenía idea de que existía nada de esto. Taehyun pensaba que Santa era un mito y que los vampiros sólo existían en los libros y las películas.

Permaneció de pie preocupado por los colmillos, Mino sacó los pantalones y la ropa interior de Taehyun. Se quedó ahí parado usando nada más que su camisa y se sintió tonto al estar desnudo de la mitad para abajo. Taehyun retorció sus manos, liberándolas y luego lanzó la cinta a la silla antes de quitarse la camisa por sobre la cabeza.

Mucho mejor.

Mino se levantó y asintió. —Me gusta cuando estás desnudo. Deberías quedarse así más a menudo.

—Probablemente no terminaría el trabajo si lo hiciera —Taehyun cogió la cinta y se la entregó a Mino, y entonces extendió sus manos.

La sonrisa de Mino era enorme. —¿Ves? Sabía que la cinta era una gran idea.

Taehyun tenía que admitir que la sonrisa de Mino le quitaba el aliento. Relajaba las líneas marcadas de su rostro y lo hacía ver más accesible. — Sólo prométeme que no me vas a morder.

—Si decido hundir mis dientes en tu piel, te avisaré.

 

 

 

Compromiso. Taehyun podía vivir con eso. —Trato hecho, pero estoy cansado de estar de pie. Me están empezando a doler las piernas.

Era fantástico que le chuparan la polla, pero mantenerse de pie requería mucho esfuerzo cuando el placer surcaba su cuerpo.

Mino envolvió la cinta alrededor de sus muñecas, pero esta vez el nudo quedó más apretado. Cuando hubo terminado, levantó a Taehyun y lo cargó hasta uno de los dormitorios en donde lo depositó en la cama.

Taehyun observó cada deliciosa pulgada de carne musculosa que se revelaba ante él mientras Mino se desvestía. Su agujero se apretó cuando Mino se volteó hacia él gloriosamente desnudo con una polla tersa y gruesa sobresaliendo de entre sus piernas.

 

Sin esperar a que Mino hiciera su movimiento, Taehyun se removió hasta quedar sobre sus manos y rodillas. Levantó su culo al aire, todavía seguía desesperado por sentir esa gruesa polla extendiéndolo.

—Maldición —murmuró Mino mientras sus manos se deslizaban sobre su culo—. Bueno, este es un regalo que sí vale la pena.

—Desenvuélvelo pronto —gimió Taehyun.

—Sólo lo estoy apreciando por un segundo. Eres demasiado impaciente.

Taehyun dejó salir una respiración temblorosa cuando los dedos de Mino tocaron su agujero. Se presionó contra él, pero Mino no los insertó. Si el chico seguía haciéndolo esperar mucho más tiempo, Taehyun envolvería la cinta alrededor del cuello de Mino.

Los ojos de Taehyun bajaron de golpe cuando Mino separó sus mejillas. Una lamida de esa lengua hizo que comenzara a gemir. Dos lengüetazos y Taehyun bajó los hombros a la cama. Hubo presión y entonces uno de los dedos de Mino se deslizó en su interior.

Sus manos estrangularon las sábanas, Taehyun siseaba y gemía mientras Mino lamía y chupaba su piel, sus dedos entraban y salían retorciéndose hasta que acariciaron la glándula de Taehyun.

—Oh, Dios —gimió Taehyun. Sus dedos se enroscaron en la cama, su cuerpo zumbaba de placer. Taehyun ya había supuesto que Mino no lo haría rápido y duro, y eso estaba bien. La forma en la que le hacía sentir Mino hacía que a Taehyun se le pusiera la sangre en llamas. Nunca pensó que tomarse las cosas con calma sería tan fascinante. Y definitivamente estaba fascinado.

 

 

Taehyun inhaló con fuerza y luego gruñó cuando Mino raspó los dientes a lo largo de su muslo interno. Se le puso la piel de gallina mientras Mino jadeaba. Era triste darse cuenta que ninguno de sus amantes anteriores lo había hecho sentir tan impaciente, y hasta ahora lo único que Mino había hecho era jugar con él.

 

Taehyun se retorció y gritó cuando algo afilado pinchó su muslo. Mino agarró su cintura y lo mantuvo en su lugar. ¡El bastardo lo había mordido! Taehyun iba a empezar a gritar para que Mino se alejara de él, pero  entonces una ráfaga de sensaciones alborotadas lo golpeó con tanta fuerza que  llegó al clímax.                                 

  Taehyun arqueó su espalda, sus piernas se agitaban mientras Mino succionaba profundamente. Chorros de semen golpearon la cama al mismo tiempo que lo azotaban oleadas de placer. Taehyun estaba tan perdido que apenas notó que Mino había añadido más dedos a su culo. Su mente se hallaba demasiado lejos como para darse cuenta de algo más aparte del calor abrasador provocado por el éxtasis que recorría su cuerpo.

Mino pasó su lengua por el muslo de Taehyun antes de echarse hacia atrás. Su mano acarició la espalda de Taehyun. —Te dije que te gustaría.

Taehyun colapsó sobre la cama, jadeando en busca de aliento. Estaba demasiado débil como para que siquiera le importara estar acostado sobre su propio semen enfriándose. Su cuerpo se sacudió debido a las diminutas réplicas y su cerebro había hecho corto circuito.

La cama se hundió y Mino se acostó junto a él. Miró a Taehyun con una tonta y tierna sonrisa. —¿Sobrevivirás o tengo que traer a Jelly-P para que te realice una maniobra de RCP?

Taehyun usó la punta de sus dedos para tocar la mandíbula de Mino. La deslizó hasta la mejilla del hombre, mirando a esos preciosos ojos color avellana. —Nunca conocí a un chico que bromeara con que otro hombre  tocara lo que piensa que le pertenece.

 

 

Mino se encogió de hombros. —No me siento intimidado por otros hombres. Pueden mirar todo lo que quieran, pero hablando en serio, si alguien es lo bastante tonto como para tocarte, le enseñaré por qué la gente le teme a los vampiros.

Taehyun sonrió ante el tono certero de Mino. No había calor detrás de sus palabras, ni un gruñido salvaje. Simplemente había declarado un hecho. Había puesto un reclamo sobre Taehyun, y cualquiera que creyera que podía ir en contra de la bestia sería asesinado.

—Creo que me encanta la forma en la que marcas territorio. —Ese orgasmo le había derretedido el cerebro, debió ser eso lo que provocó que Taehyun dijera tal cosa. Nunca antes había sentido la necesidad de pertenecerle a alguien, aunque no podía negar cuan solitaria había sido su vida antes de conocer a Mino—. ¿Estabas hablando en serio?

—¿Sobre qué? —Mino tenía una mano apoyada debajo de su cabeza. La otra jugaba con el cabello de Taehyun.

—Sobre ser tu pareja.

—Sí, hablaba en serio. Eres mío, Taehyun, y no pude haber pedido un mejor regalo para Navidad.

Taehyun no estaba seguro de qué pensar. Nadie le había agradecido jamás. Al menos no un amante. La mayoría de los hombres ni siquiera hubiese reconocido que había dormido con él por no ser “talla modelo”. Pero Mino parecía orgulloso de que Taehyun fuera suyo.

Mino se levantó ligeramente y puso a Taehyun de espaldas. Se movió hasta quedar entre las piernas de Taehyun. —Se acabó la charla de almohada

—dijo—. Necesito estar dentro de ti… desesperadamente.

El corazón de Taehyun se aceleró mientras envolvía sus piernas alrededor de la cintura de Mino. La punta de la polla de Mino se presionó contra su agujero. Taehyun comenzó a pedir tiempo muerto, pero Mino metió la mano bajo la almohada y sacó una botella de lubricante.

—Pusiste eso allá abajo cuando estabas revisando el lugar —le acusó Taehyun.

 

 

—Me atrapaste —Mino sonrió—. Tenía bastantes esperanzas de poder acostarme contigo.

Después de embadurnar su polla y arrojar la botella a un lado, Mino alineó la cabeza a la altura de la entrada de Taehyun. Se enterró en su interior con una única y profunda embestida. Taehyun gritó, sus uñas se enterraron en los brazos de Mino. Sus labios se comprimieron y sus ojos se cerraron mientras luchaba por lograr superar el dolor ardiente.

Sabía que Mino era del tipo que arrancaba las tiritas de un tirón, pero esta no debería ser una de esas ocasiones. Taehyun dejó salir una serie de cortas respiraciones y luego asintió.

Mino se inclinó y rozó un beso sobre sus labios. —Estoy justo aquí, nene.

 

Sus caderas empezaron a moverse empujando hacia adelante rodando ligeramente. El ardor se desvaneció cuando Taehyun separó sus labios. Alzó su mirada llena de admiración hacia Mino, ésta bajó hacia las dos puntas gemelas justo debajo del labio superior. Su muslo picó al recordar cuánto placer le habían otorgado esos colmillos.

Se sentía avergonzado de desear ser mordido de nuevo después de montar semejante escándalo, no estaba seguro de cómo volver a pedirle eso a Mino.

—¿Crees que no lo sé? —La sonrisa de Mino era juguetona mientras llevaba su polla aún más profundo—. No eres un hombre difícil de descifrar, Nam Taehyun.

Taehyun agarró la nuca de Mino y tiró de él para darle un beso. No quería que Mino lo analizara. En vez de hablar, Taehyun metió su lengua en la boca de Mino, devorándolo.

Las manos de Mino estaban por todos lados, como si no tuviera suficiente de Taehyun. Apretaron sus caderas, bailaron sobre su estómago y pellizcaron sus pezones. Mino las deslizó hasta que ahuecaron el culo de Taehyun, levantándolo levemente.

 

El beso se volvió demasiado intenso y Taehyun lo alejó para recuperar el aliento. Siseó y rodó su cabeza a un lado, dándole espacio para mordisquear un sendero por el cuello de Taehyun.

—Todavía no —dijo Mino antes de lamer la garganta de Taehyun—. Sé lo que quieres, pero todavía no.

Se echó hacia atrás hasta que quedó de rodillas, Mino ahuecó la parte posterior de las rodillas de Taehyun y las presionó hacia adelante. Su mirada cayó al punto en donde estaban unidos. —Jodidamente hermoso.

Un calor se arrastró sobre Taehyun ante la intensa mirada de Mino.

Ningún amante lo había observado tan de cerca. —¿Tienes que mirar?

La mirada hambrienta y primitiva de Mino se alzó clavándose en el rostro de Taehyun. —¿Por qué no miraría algo que hace que mi sangre arda?

 

 

Taehyun se quedó sin palabras. O Mino era un magnífico mentiroso o de verdad no le importaba que Taehyun pesara unas cuantos gramos extra. Nunca había percibido una imagen saludable de sí mismo y las leves burlas sobre su peso que había soportado durante sus numerosos trabajos tampoco habían ayudado.

—¿Te excito?

—¿Estás bromeando? Eres increíblemente sexy.

Taehyun agarró los brazos de Mino con fuerza y se meció reuniéndose con los embistes de Mino. —Necesito más.

Mino salió de su interior y volteó a Taehyun para volver a ponerlo sobre sus manos y rodillas. Su polla volvió a entrar antes de que Mino se meciera violentamente contra su culo. Taehyun gritó mientras alzaba aún más su culo. —Estoy tan cerca.

Mino no se detuvo. Embistió más rápido y más fuerte, sus dedos se enterraron en las caderas de Taehyun. Se volvió demasiado y Taehyun trató de alejarse, pero el agarre de Mino era demasiado fuerte. —¿Quieres que reduzca la velocidad?

—¡No! —Taehyun se estremeció bajo Mino, sintiéndose como si fuera a volverse loco. La presión acumulada llegó a un punto frenético. Justo cuando pensó que ya no podía soportar nada más, su orgasmo lo desgarró. Taehyun gritó el nombre de Mino mientras cuerdas de semilla de color blanco perlado salían de su polla. Los afilados colmillos se deslizaron en su garganta. Taehyun casi se desmayó cuando prácticamente sintió su orgasmo hasta el alma.

 

Mino gruñó mientras sus dedos se hundían en la piel de Taehyun. Se enterró profundamente cuando su polla pulsó y su semen llenó el culo de Taehyun. Mino sacó sus colmillos y lamió la herida mientras se mecía en el interior de Taehyun, su agarre se aflojó. Taehyun colapsó y Mino lo siguió. Taehyun estaba demasiado exhausto como para preocuparse por el peso presionándose contra él. Sólo permaneció ahí acostado disfrutando de Mino, quien lo cubría como un capullo protector.

 

Lentamente, Mino se le quitó de encima, pero no salió de su interior. En su lugar, se acomodó contra la espalda de Taehyun, su polla medio dura seguía dentro de él.

—El mejor regalo de la vida —masculló Mino y luego bostezó.

Segundos después roncaba suavemente.

 

continuara...

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