Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La libertad por Aphrodita

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

La libertad

 

 

Aphrodita

 

 

Dedicado muy especialmente a Shuni_Chan. Al final no sé que saldrá de esto, esperemos que quede algo... Leíble n_n. Gracias por sugerirme esta pareja de la cual no he visto fics *_* ¡Crueldad! Son tan lindos juntos.

La canción le pertenece a Vicentico, canta - autor grosso si los hay. Cuando escuché la letra (Idem titulo del fic) Automáticamente pensé en Kanon, pero claro, se aboca a todos los Marinos, pero principalmente en el Dragón Marino por su encierro en Cabo Sunnion. Cuándo tuve la posibilidad de escribir sobre esta pareja, volvió a mi memoria ¡Y quedó! Como anillo al dedo y me di cuenta de que era la canción de Eo n_n. Aunque claro, Vicentico no debe haber pensado en las Marinas de Poseidón, la letra, a mi libre interpretación, habla de un preso al que por fin le otorgan la libertad... Y fue utilizado en la serie "Montecristo" Emitida y ya finalizada aquí en la Argentina.

 

One Shot / Song Fic...

 

Todo el tiempo que pasó
lo pasé sin respirar
como si estuviera yo atrapado
debajo del mar

 

Le costó tomar esa decisión... Si bien había sobrevivido, a duras penas, del enfrentamiento con un Santo de Athena, Eo de Scylla, guardián del pilar del Océano Pacifico Sur sintió estar muerto en vida. ¿Cuál era el mal que lo dominaba? Ni el mismo pelirosado lo supo.

Le llevo cuatro años tomar la decisión, no tenía sentido quedarse en aquel lugar si sus pensamientos estaban fuera del Templo Marino de Poseidón; supo que tendría el permiso de partir, al no estar ya mas atado a la Orden pero... ¿Qué lo motivaba a salir de allí? Quizás la imperiosa necesidad de ver a ese niño, que tiempo atrás había enfrentado.

Shun de Andrómeda... No había querido matarlo, solo tuvo la intención de derribar el Pilar sin buscar herirlo.

Pero ¿Qué conseguiría al ir tras él? ¿Respuestas, nuevos interrogantes? Tampoco supo interpretar esa necesidad... Quería ver al joven, quería hablar con él, quería saber... Que le pasaba por dentro, comprender el "porqué" esa tristeza lo dominaba cada vez que evocaba su recuerdo.

El joven chileno, para esas alturas un muchacho de casi 22 años, sintió estar atrapado, sofocado... Encerrado en aquel Santuario submarino, viendo su vida pasar, sin nada en las manos que un puñado de recuerdos, heridas, batallas... Completamente vacío... Año tras año, nuevo cumpleaños y él... Sin saber bien porque o para que estaba allí.

Necesitó salir de ese lugar, el encierro comenzaba a matarlo lentamente, poco a poco... Quizás Shun fue la excusa necesaria para tener un real motivo de partida pues ¿Qué tenia afuera aguardándolo? ¿Esperándolo? Nada, estaba tan solo y vacío como en el mismo Templo Marino.

El permiso le fue otorgado, desde ya... Y Eo se imaginó perdido en un gran mundo, llamativo y por igual aterrador. ¿Qué haría una vez que estuviese allí, en la superficie, frente a Shun? ¿Qué le diría? ¿Qué haría?. Si bien había tomado la decisión y el permiso estaba otorgado, Scylla dejó pasar un prudente año, para saber bien cuales eran sus motivaciones.

 

Pero igual pude pensar
y la vida valorar
Fui juntando tanta valentía
acá debajo del mar

 

Y ni así las supo... El tiempo pasó y él a la espera de algo nuevo... Algo que jamas conseguiría allí en el Santuario Marino.

¿Cómo llegó a Tokio, Japón? Luego de un largo y extenuante viaje, desde ya. Convertido en todo un hombre, pero temeroso por dentro como un niño. Ver tanta gente, caminando de un lado al otro, apresurada, oír tanto ruido, terminó por abrumarlo. Había pasado tantos años allá, debajo del mar, que había olvidado por un tiempo como era estar perdido en una gran ciudad.

Los Kido, un apellido común en Japón; los Kido desde ya que eran conocidos, o mejor dicho Saori Kido... Era el apellido mas "caro" de todo Japón por decirlo de algún modo. Le costó al pelirosa conseguir la dirección pero no claudicó hasta lograrlo con éxito.

Un taxi... Un taxi que lo condujo por anchas calles, para luego arrastrarlo hasta la imponente Mansión de tan famoso apellido. Sacó su cabeza por la ventanilla, como un niño, para dejar que el viento golpease su cara, se sentía bien, demasiado bien... Comenzaba a adaptarse a la ciudad, comenzaba a amarla de nuevo, a recordarla como era antes.

Su corazón se aceleró, quizás porque había hecho todo, hasta ese momento, sin pensarlo, él no solía hacerlo, prefería escuchar a su corazón... Sin meditar las consecuencias de sus actos, solo se dejó llevar, arrastrar por esa ola interior que a gritos pidió la libertad. Y ahora, se encontraba, con el taxi estacionado algo apartado de aquella Mansión o de posibles ojos curiosos.

¿Qué le diría? No podía aparecerse en ese lugar, saludando como si nada, siendo él, antiguo enemigo... La duda lo inundó, y el temor de ser descubierto espiando fue interrumpido, afortunadamente por el chofer, que en japonés desde ya, le preguntó que hacían...

  • Esperaremos aquí...

Si bien su japonés era algo triste, el chileno había tenido buenas clases de idioma, y se había ejercitado lo suficiente... Tanto tiempo en el Templo Marino no había sido en vano, no fueron años perdidos; hasta ese punto se obsesionó con Shun, que buscó aprender su idioma para poder decirle todas esas cosas que guardaba y no sabia bien que eran.

 

Y ahora que vuelvo a salir
ver la luz me hace sufrir
Me pregunto si no será mucho

 

Y lo vio, y su corazón dio un vuelco, y su pulso se aceleró, sintió morir y volver a vivir. Shun salió de la Mansión, y caminó hasta la entrada con una sonrisa en sus labios, ajeno a que alguien lo espiaba.

Andrómeda, como bien lo recordaba, con su cabello color esmeralda al igual que sus ojos, algo mas largo por el tiempo y más maduro... Si bien habían pasado cinco años el peliverde no dejaba de ser ese niño ingenuo que él conoció en un enfrentamiento, aquel que tontamente intentó inutilizarlo para poder derribar su pilar.

  • "No te preocupes... No te voy a hacer un daño mortal... –Por primera vez vio la verdadera dulzura de ese Santo de Athena --En cuanto destruya esa columna te soltaré..."

Ante ese recuerdo, el General esbozó una melancólica sonrisa, y se acomodó mejor en el asiento para observar al niño, que por ese entonces contaba con 18 años. Shun, sin imaginar la osadía de su antiguo enemigo esperó a que el portón se abriese y pasó a través de él para esperar luego algo o a alguien...

  • "Andrómeda eres ingenuo... Demasiado tal vez... –Fueron las sinceras palabras del General --En otras palabras esa ingenuidad tuya de no matar a tus enemigos va a ser la razón de tu propia muerte."

 

Con suma pena el chileno observó como partía junto a un joven morocho y comprendió que Shun obviamente no estaba solo... En el sentido de que era obvio que estaría con sus hermanos, otros Santos de Bronce, con los cuales se había criado... Eso le había contado Kanon por lo menos y vio la situación aun más complicada ¿Cómo haría para aparecerse frente a los cinco Santos de Athena que en antaño combatieron contra ellos?

El pelirosa inspiró el aire, sintiendo que tragaba todo el aire del planeta.

Andrómeda mantenía una vida normal a simple vista; se había subido a un taxi en compañía de ese joven y ahora se alejaban.

  • Siga a ese taxi...

Indicó Scylla, quizás pasándose un poco de la raya, pero... Aunque en un momento creyó que lo más prudente era desistir en su tonta idea, volver al Templo Submarino y olvidar esa locura, no pudo... No podía irse con las manos vacía ¡Necesitaba saber de ese joven! ¡Necesitaba verlo! ¡Necesitaba hablarle!

 

¡No! Esto no es nada amigo
esto es pequeño, comparado al despertar
que va a venir

fuera, ya estoy afuera
Y ahora tengo miedo de tanta libertad

 

Cuando los Santos bajaron del taxi, a escasos y peligrosos metros Eo los imitó, pagándole antes al chofer una chorrera de dinero.

Y nuevamente lo espió... Comenzando a sentir culpa por su patético acto. El joven peliverde junto a su amigo habían entrado a una tienda de vídeo juegos.

Algo desactualizado y abochornado, el chileno ingresó detrás de ellos y sentándose en un pequeño bar del cual gozaba de una buena ubicación para seguir con su espionaje, pidió un poco de agua mineral.

Con su natural gracia Shun comenzó a jugar a la par de su amigo, riendo, burlándose de él, aplaudiendo, festejando los aciertos, entristeciéndose con las derrotas.

Poco a poco Eo comenzó a sonreír a la par que Andrómeda lo hacia, quizás contagiado por esa sonrisa del peliverde, tan ingenua, despreocupada, infantil.

  • "Mi objetivo no es derrotarte... - Exclamó un moribundo Santo de Bronce --Si no destruir ese pilar... Y salvar... A Athena y a la Tierra...
  • E--estúpido... ¿Aun dices eso... ? --Se desconcertó el guardián de ese Pilar --¿Dónde piensas que estas? Esto es un campo de batalla... --Aquella actitud lo superó -- ¡¿Cómo piensas cumplir tu objetivo si no derrotas primero a tu enemigo en el campo de batalla?! --Acaso ¿El pequeño estaba loco? -- ¡¡Si no acabas con tu rival no vas a cumplir con tu objetivo ni salvar tu vida!!"

No supo cuantas horas pasó sentado en ese bar espiando al joven peliverde y su compañía, solo supo que no le importaba pasar días enteros si así tenia el privilegio de observar cada facción de Shun variar con cada emoción humana.

Cuando los amigos decidieron salir de ese local, el pelirosa siguió sus pasos notando que afuera el día aun estaba en todo su esplendor, con el sol golpeando fuerte y sin clemencia la superficie de la Tierra.

¿Y ahora? ¿Qué haría? Tomó un nuevo taxi. Destino, la Mansión Kido nuevamente.

Eo, astuto, se adelantó a los deseos de los jóvenes y tomó un taxi mucho antes de que ellos lo hicieran, perdidos en una heladería.

Bajó del taxi y volvió a su escondite, donde un frondoso árbol de cerezos le sirvió como refugio. Como calculó, Shun y su amigo no tardaron demasiado en volver.

Cuando Andrómeda ingresó a la mansión y ya Scylla no lo pudo ver, se dejó caer sentado y derrotado sobre la hierba con el cerezo como único compañero. Luego de meditarlo unos segundos llegó a la conclusión de lo que estaba haciendo era muy estúpido. Tomó la determinante decisión de volver con las manos y el corazón vacío a su lugar, al lugar del que jamas tuvo que haber salido con esas tontas ideas en su cabeza. Se puso de pie pero una melódica voz detuvo sus pasos.

  • Disculpa... ¿Puedes salir a la luz?

El pelirosa sintió nuevamente su corazón galopar con furia. Tal como recordaba la dulce voz de Shun.

Con temor el chileno volteó, encontrándose, lejos de lo que había imaginado, una cálida sonrisa por parte de su antiguo enemigo. Acaso, ¿Andrómeda lo recordaría? Con tantos enemigos en su haber ¿Por qué lo recordaría justo a él?

 

Todo ese cielo azul y ver tanta libertad
me ha dejado quieto
y al fin puedo llorar

 

Shun comenzó a reír tímidamente, motivado por el desconcierto del otro joven, que bajo el cerezo se había quedado completamente desarmado y sin palabras. Andrómeda intuyó bien que lo prudente seria comenzar él a hablar.

  • Lo siento pero... No quise incomodarte...
  • ¿Sabes quien soy?... –Se animó a pronunciar Eo.
  • Claro... –Confesó con efusividad --¿Cómo no recordarte Eo?

Scylla sintió morir de alegría por un instante y creyó prudente explicarse.

  • No vine como enemigo...
  • Lo sé... –Andrómeda bajó su vista al suelo algo confundido.
  • Yo solo...

¿Qué le diría, que excusa le daría a ese niño?

  • ¿Cómo supiste?... –Se desconcertó el pelirosa cayendo en la cuenta –Que yo estaba...
  • Sentí tu Cosmo...
  • ¿Mi Cosmo?
  • Si... –Asintió el peliverde con algo de timidez –Lo sentí desde que entre con Seiya a la tienda de vídeo juegos y bueno... Me costó descifrar de quien era pero supe que estabas cerca... –Se guardó la sorpresa de ver a un General allí, de pie, expectante por sus palabras, ¡Como si él fuese alguien importante!

Shun le recordaba, Shun no se mostró hostil con él, Shun le estaba hablando. ¿Podía sentirse más satisfecho? Pero claro, el punto complicado es darse a entender, explicar sus motivos para estar allí, en cualquier momento Andrómeda haría esa pregunta, penso el chileno. Pero no, lejos de sus temores, el peliverde se sentó sobre la hierba con suma calma, mirando desde su lugar al hombre extranjero, para luego invitarlo a sentarse a su lado.

Una conversación iniciada por Shun comenzó, en donde en vez de preguntarle las razones de su visita, prefirió saber que había sido de su vida en ese tiempo, que había hecho y que había dejado de hacer.

Eo se soltó, dejando el miedo de lado, las inseguridades, y contó como era su vida, allí... Debajo del mar. Tan solitaria, aburrida, y como con el tiempo había descubierto que sus manos y su corazón se hallaban vacíos.



Tanto tiempo yo dormí
sin poderme despertar
Era tan oscuro ese silencio
debajo del mar
pero igual pude soñar
y la calle imaginar

 

  • Me alegro que estés con vida.

Confesó Shun con un leve sonrojo en sus mejillas, un pétalo de cerezo cayo del árbol y caprichosamente se deslizó por esa mejilla, atravesando su sonrojada boca para caer finalmente sobre el revés de su mano.

Eo siguió el recorrido de ese osado pétalo, como si en ves de ser ese pétalo, fuese él mismo quien recorriese la mejilla del peliverde, tocando sutilmente sus labios para luego descansar sobre su mano.

  • Yo me alegro de verte...

Se animó a corresponder Scylla sin importarle la tan temida pregunta, que por más raro que fuese nunca llegó, quizás porque en su interior Shun supo las verdaderas razones de tan especial visita, aunque le apenó reconocerlo en su interior.

¿Qué mas daba? De tan solo pensar que alguien había estado pensando durante cinco años en él, que había estudiado su idioma para poder hablarle, y que había hecho un viaje tan largo para verlo, la piel se le erizaba por completo, su corazón se aceleraba y suspiraba sin poder y sin querer evitarlo.

La noche comenzaba a aparecer, y con ella la brisa fría, fría por la obvia ausencia del sol.

Andrómeda se acurrucó en su lugar, y el pelirosa comprendió que era hora de despedirse, muy a su pesar.

¿Hasta ahí había llegado su viaje? Todo para eso, para un simple dialogo con el pequeño peliverde. ¿Había valido la pena? Si, por lo menos en esta ocasión no se iría con las manos vacías, se llevaría en su corazón, el calor de Shun, sus palabras, el tono de su voz, su risa, sus sonrisas, sus suspiros, sus gestos, toda su persona.

Él se lo llevaría al Templo Submarino, a su Pilar... No al mismísimo Shun, si no a su recuerdo y quizás así lograría sentirse menos solo que habitualmente.


Extrañaba tanto tu alegría
allá debajo del mar
y ahora que vuelvo a salir
ver la luz me hace sufrir

 

Aunque asimiló que la despedida era inminente, Eo no pudo evitar sentir dolor y tristeza cuando Shun se puso de pie con la clara intención de entrar nuevamente a la Mansión; y sus rostros hablaron por ellos, ninguno de los dos quiso despedirse.

Sin embargo, lejos... Muy lejos de lo que Scylla se atrevió a pensar... Andrómeda se puso de pie y con una sonrisa pronunció:

  • Ya comenzó a hacer frío ¿Entramos?...
  • ¡¿Eh?!

El pelirosa se puso de pie súbitamente, asustado por esas palabras ¡¿ENTRAR?! Acaso, el pequeño peliverde, ¿Se había vuelto loco de repente? Si mal no recordaban, habían sido enemigos en un pasado.

Shun rompió a reír nuevamente al ver el rostro desencajado de su compañero quien aparentemente no había dejado el pasado atrás.

  • Tranquilo... No sucederá nada malo...
  • Shun... ¿Eres consciente de lo que estas diciendo? ¿Cómo crees que reaccionaran tus amigos al verme?... –Lejos era por temor que no quiso entrar, mas bien no pudo con la idea de incomodar de alguna forma a su pequeño.
  • No te preocupes por eso, se enojaran si los hacemos esperar... –Sonrió Andrómeda –Sobre todo Seiya, porque para estas alturas la cena debe estar lista...
  • ¿Tu?...

El chileno no se atrevió a preguntarle si había sido capaz de develar, en ese instante que ingresó a la Mansión, su visita. Sin embargo no necesitó pregúntaselo, la nueva risa del peliverde se lo confirmó... Por eso motivo salió a su encuentro luego de conversarlo con sus amigos, hermano y Diosa, para invitarlo a pasar en vez de quedarse allí la noche bajo el cerezo espiándolos.

  • ¿Y ellos? ¿Qué onda?...
  • Nada... ¡Hay Eo!... –Reprochó Shun con falso fastidio –Ya no te consideramos un enemigo, nunca lo fueron, ustedes defendieron a su Dios... Como nosotros lo hicimos por Athena.
  • Es... cierto...
  • Por eso, luego de un viaje tan largo, puedes quedarte en la Mansión, conmigo... –Susurró avergonzado por sus últimas palabras –Como unas vacaciones, el tiempo que quieras... Saori no tiene problemas con eso...

Eo soltó todo el aire de sus pulmones y asintió, las cosas le salieron demasiado bien... Mucho más de lo que imaginó y aquella idea le causó pavor.

Ambos de pie, el silencio reinó entre ellos, el frío comenzó a sentirse, la obscuridad era completa, solo la luces de los faroles alumbrando la calle... Y la siempre presente sonrisa de Andrómeda.


Me pregunto si no será mucho
¡No! Esto no es nada amigo
Esto es pequeño
comparado al despertar que va a venir

 

Y en su imaginación, antes de seguirle el paso a Shun... Eo se imaginó un beso... Un profundo beso, primero delicado, suave, superfluo, hasta ingenuo, pero luego volviéndose un poco más osado... Probando esos sonrosados labios que portaba tan bello dueño.

Imaginó sus brazos tomando el fino y delicado cuerpo de Andrómeda, imaginó sus dedos enredándose en sus bucles, sus manos acariciando su blanca y tersa piel, acariciando sus mejillas.

Scylla se imaginó diciéndole palabras que jamas creyó decírselas a alguien, que juraban la eternidad.

Pero claro, solo fue su imaginación, nada mas... No hubo nada real en ello.

Pero mientras Andrómeda observaba divertido a ese joven saludando incomodo y tímidamente a los demás Santos de Athena, Saori incluida. Imaginó sus labios apresando los suyos con pasión, imaginó sus manos indecorosas recorriendo su cuerpo desnudo y sus palabras soeces susurradas en su oído, mezcladas con algunas que le juraban el cielo y la eternidad a cambio de su corazón.

Solo fue cuestión de tiempo para eso, y recién entonces, esa ansiada libertad, por fin Eo pudo sentir en su interior.


Fuera, ya estoy afuera
Y ahora tengo miedo de tanta libertad
Todo ese cielo azul y ver tanta verdad
me ha dejado quieto y al fin puedo llorar.

 

FIN

 

 

Si, no hubo Lemon ni beso XD De pedo se puede considerar yaoi jajaja! Espero Shuni_Chan que te guste, y a todos... A ver si se animan a hacerle la continuación ustedes, con Lemon incluido XD.

Por otro lado me apena comentarles, bueno... En realidad no me apena, mas que nada me apena por ustedes (Si es que alguien se puede apenar por esto) pero mi actividad decaerá bastante... Terminaré el Camus x Albiore "Yo vengo a ofrecer mi corazón" Y no sé cuando vuelva a escribir otro fic. ¿Razones? Pues, después las explico, es difícil, no es ninguna crisis personal o fanficktera, no... Ni tampoco es que quiero dejar de escribir, solo que me dedicaré a escribir otras cosas.

Otro tema, si llego a escribir fanfic’s, con respecto al foro de Dazi, no publicaré mas allí. ¡Bah! Que exagerada, contribuiré con algún ficsoton que me interese y publicaré mis Ikki & Seiya, o bien publicaré todo lo que escriba pero cada muerte de obispo y esto es porque ya no tengo tanto tiempo como antes y mi beio foro me necesita *O* (Ni tanto, pero debo prestarle atención y quiero dedicarle mas tiempo del escaso que le dedico) Así que quizás no me vean en el foro de Dazi luego de que termine el loco salvataje, no se asusten, no es que me retiré o me morí, es que me refugie en Pegasus Fantasy XD.

En fin, espero que a nadie le moleste mi decisión, pero por el punto uno solo puedo decir que seguiré escribiendo fics de S.S solo que con menos regularidad, y con el dos... Que pueden leer los poco fic’s que publique en mi foro, no necesitan conectarse para hacerlo XD.

 

¡Rosas! Y gracias por leer. (Igual, saben que soy cambiante como bombacha de vieja así que no se lo tomen tan a pecho lo que acabo de decir, todos sabemos que no puedo vivir sin escribir XD)

 

25 de febrero de 2007 – 05:13 a.m – Argentina.

 

D.M & Muu Sanctuary: http://miarroba.com/foros/ver.php?id=1152294

Saint & Moon Palace: http://miarroba.com/foros/ver.php?id=1163791

Pegasus Fantasy: www.pegasusfantasy.foro.st

Final Fantasy Yaoi: www.ffy.foro.st

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).