39 por Aphrodita

One Shot / ¿Comedia?.

Menuda fiesta la de Aldebarán... Bueno, quizás fue algo sobria pero era de esperarse, quien aparentemente no se enteró de esto fue Saga.

Mas borracho que en Navidad, el mentado Santo se tambaleó de un lado al otro intentando ponerse de pie.

Aioros lo tomó justo a tiempo de que su cara se estrellase contra el suelo, sintiendo en su interior que era su obligación moral hacerse cargo de Géminis.

¡¿Quién había dicho que era su obligación?! No era padre... Aun. Y no pensaba serlo de un hombre grande.

Como sea, fue Sagitario quien acabó cargando con un etílico griego para llevarlo hasta su Templo, mientras que durante todo el trayecto el peliazul se las ingenió para meter mano donde no debía... O si debía, según él, depende mucho de la perspectiva.

El castaño arrojó a su pseudo amigo como cual bolsa de papas sobre su cama, caminó hasta un costado y comenzó a desvestirlo; desde ya que Saga no dejó un segundo de lanzarle directas e indirectas a diestra y siniestra.

Pero Aioros se limitó a ignorarlo, con la borrachera que tenia encima lo más probable es que se quedase dormido sobre su cuerpo antes de empezar con el acto que proclama hacer durante toda la noche sin clemencia.

Prácticamente así fue, luego de hartarse por la negativa de Sagitario, Géminis literalmente se desmayó.

¡Por fin! Suspiró el castaño aliviado, se acostó a su lado y acompañó su sueño, por las dudas de que el peliazul necesitase ayuda a mitad de la noche, es que ya no estaba en edad para esos trotes.

Seh... Claro, por las dudas.

Lo cierto es que Aioros aprovechó la cercanía y el estado inconsciente de su amigo para manosearlo un rato.

A simple vista eso estaba mal... MUY mal, pero... ¿Qué más daba?, Nadie lo estaba mirando y además el peliazul prácticamente se le había abalanzado segundos antes, "a llorar al puerto".

No se podía dormir junto a Saga sin hacer nada, eso comprendió Sagitario. No podía simplemente dormir, sin embargo observó su rostro, con sus mejillas algo sonrojadas por el alcohol y la punta de su nariz roja, y esa imagen lo enterneció... Un poco, solo un poquito y dejó de abusar sexualmente de él ¿?.

Es que Géminis tenia la facilidad, y la facultad de convertirse, de un segundo al otro, en un gran niño. En un pequeño engendro del demonio encerrado en un cuerpo adulto. ¡Y que cuerpo! ¡Dioses! No cualquier cuerpo.

El castaño suspiró como chiquillo enamorado y se dejó caer en los brazos de Morfeo.

***

• ¡Oh! ¡Por Dionisio!

Escuchó decir Aioros y con pereza abrió sus ojos.

• ¡¿Qué me pasó?!
• Te tomaste hasta el agua del inodoro... -Acusó Sagitario observando como el mayor se tomaba la cabeza en una clara señal de dolor ¡Y bien merecido se lo tuvo!.
• Que asco... Me creo capaz... -Saga intentó ponerse de pie, pero la jaqueca era antológica. --Juro que no vuelvo a tomar.
• Eso dices siempre. -Espetó el castaño con fastidio.
• ¿Qué sucede?... -Investigó notando la aspereza en sus palabras ¡Qué no era para tanto!
• Sucede que no tienes 15 años Saga.
• Lo sé... No me lo recuerdes. -Se puso de pie intentando caminar hasta su baño.
• ¿No te das cuenta?... -Inquirió furibundo arrodillándose en la cama, el peliazul lentamente se acercó a él con toda la sensualidad posible, aunque la mueca de dolor en su rostro se alejaba bastante de ser sexy.
• ¿De que?... -Intentó poner una mano sobre su compañero pero este se la retiró de muy malos modos -Aioros.
• En todos los cumpleaños haces el ridículo, pero esta vez te pasaste.
• ¿Tanto escándalo por unas copitas de más?. -Se molestó Saga frunciendo su frente como cual adolescente regañado por su padre.
• ¡Saga, fuiste el único borracho ayer! ¡Te tuve que cargar!
• ¿Vomité?... -Inquirió Géminis realmente preocupado con sus ojos abiertos de par en par.
• No.

El peliazul suspiró aliviado e ignorando la reprimenda de Aioros se alejó rumbo a su baño, para ver si el agua fría lograba sacarle ese sopor en su cuerpo y el hedor a alcohol que desprendió cada uno de sus poros.

Sagitario negó molesto, ante la pasiva respuesta del otro, y sin decir nada se levantó y se alejó a su Templo, cuando Saga regresó del baño, obviamente no lo halló... Una pena, las cosas que le hubiese hecho si aun hubiese permanecido en su cama.

Y es que el castaño no lo pudo entender... Sinceramente, cada año Géminis se ponía peor, más infantil, más pendenciero, mas... ¡Más idiota! ¿Estaba teniendo un retroceso mental? ¿Si eso era posible?.

La borrachera en el cumpleaños de Aldebaran había sido la gota que colmó el vaso... No eran adolescente como para acabar así, y realmente el peliazul hizo el ridículo delante de todos, es que acaso ¿No se daba cuenta de ello? Era el único, entonces.

Para rematar ese bochornoso suceso, llegó el cumpleaños de Saga, aunque este se había rehusado a festejarlo, Aioros insistió tanto, que como buen sagitariano ganó por hartazgo... Al estilo "Seiya": O se hace ese cumpleaños o se soportaba al mentado Santo durante un largo año hablando de lo mismo sin pausa y con prisa.

Pero para ese entonces ya Aioros lo había amenazado, de que si volvía a emborracharse así, lo hacia violar por todos sus compañeros ¡Y dos veces!... Obvio que exageró y que no lo pensaba llevar a cabo (Solo una vuelta, eran muchos para repetir como cual porción de torta), fue un ejemplo nomás de lo que era capaz de hacer si volvía a verlo en aquel estado deplorable.

Pero no contento con eso, Géminis se las ingenió, no a propósito desde ya, para desconcertar aun más a un desconcertado Sagitario, si eso era posible (Es que ya Aioros estaba curado de espanto).

Cuándo el castaño llegó temprano con su esclavo... ¡Ejem!... Perdón... Con su dizque "alumno" Seiya para acomodar el Templo se llevó una sorpresa.

Agradable, desagradable... No lo supo, sorpresa al fin (Y eso que no era él, el cumpleañero).

• Sa-ga... -Balbuceó Aioros observando el nuevo color de cabellos que portaba el Santo --¡Saga!... -Exclamó al ver su atuendo, ahogando una maliciosa risa.

Seiya a su lado ladeó la cabeza... ¿Ese hombre era el Santo de Géminis?.

Este ser, con una sonrisa en sus labios correspondió el ¿saludo? de los recién llegados.

• Hola... ¿Y? ¿Qué tal me queda?... -Dijo refiriéndose a su pelo -El negro me sienta bien ¿Verdad?.
• Pues... No sé. -Tartamudeo Sagitario; se veía raro, diferente.
• Te queda bien, Saga.
• Gracias niño.
• Niño mis cojones, tengo 24, Saga... -Rió el ex Pegasus, o aun Pegasus ya que no era Sagitario, por lo menos hasta que este muriese y no tenía pensado morir por tercera vez --¿Cuándo dejaras de decirme niño?
• Cuando Camus me encierre en un cofre de hielo y tu crezca siendo mayor que yo... Lo siento pequeño, me gusta decirte niño... Es morboso.
• Bueno... -Canturreó el castaño interrumpiendo el "romántico" momento. --¿Y esa ropa?... -Señaló ahora si riendo por lo bajo. -Te ves... Raro.

El peliazul portaba unos pantalones negros bastante anchos, y una camisa blanca por fuera con un entramado sencillo, desabrochada arriba, con las mangas dobladas, además de zapatillas de lona negra.

• ¿Me queda feo?
• Pues no. -Admitió Seiya dejando la caja con las botellas sobre la mesa.
• Gracias niño... Creo que tu y yo nos entendemos mas. -Acusó con el fin de fastidiar a Aioros y lo consiguió --¡Auch!.
• Ten... -Le lanzó la caja con latas de cerveza directamente al pecho.
• ¡Aioros!. -Se quejó frotándose con una mano libre su herido pecho, que tampoco había sido para tanto.

Luego de tan extraño momento que les tocó vivir, no era cosa de todos los días ver a un Santo teñido y vestido como "rapero" barato... Mal vestido porque ni siquiera era así el look... Los tres se dispusieron a armar la pequeña fiesta que agasajaba el nuevo cumpleaños del Gemelo.

La noche llegó, y Saga bebió rompiendo su promesa... Bueno, a medias, el le había prometido a Aioros que no se emborracharía, pero de beber ni hablar... Así que Géminis bebió todo lo que quiso pero con calma y sin mezclar, ya que supo que si bebía rápido y de todo, terminaría durmiendo desnudo en las escalinatas de su Templo, para alegría de Gadya ¿?.

Mientras tanto, en un rincón de la amplia Casa, Sagitario se encontraba bebiendo a sorbos de su cerveza, platicando por lo bajo con Shaka quien, sin saberlo, ayudó al castaño a comprender mejor al extraño peliazul.

• Se tiñó el pelo... Y mira esa ropa... -Acusó Aioros susurrando, apartados de todos.
• Pues... Se ve raro.
• Se ve idiota.
• No lo quise decir así. -Se excusó Virgo cruzándose de brazos y arqueando fugazmente sus cejas -Aparentemente está atravesando por la crisis de los 40.
• ¿Eh?...

Se desconcertó Sagitario, terminó su cerveza y arrojó con algo de furia la pequeña lata abollándola previamente, luego tomó otra que recibió el mismo trato.

• Ya sabes... La crisis de los 40... Aioros... -Pronuncio el rubio acercándose mas a su compañero -Saga es el mayor entre todos nosotros.
• ¿Y con eso?... -Preguntó con aparente desinterés ¿Qué tenia que ver aquello con lo pendejo que se estaba volviendo Saga?
• Tu tienes 31... Quizás no lo vez... Y yo tampoco porque soy uno de los mas jóvenes, sino el más. -Remarcó la ultima palabra con demasiado, exagerado énfasis, propio del orgullo de Santo tan emblemático.
• En realidad no sé cuantos años tengo, con esto de morir y revivir sinceramente estoy desconcertado.
• No importa. -Negó Shaka -Es evidente que Saga está atravesando la crisis de los 40, todos la atravesaremos... Aunque desde ya, yo seré uno de los últimos... -Y siguió con lo mismo.
• Pero si tiene... -Iba a decir "Mucho menos", pero recién cayó en la cuenta -39... ¡Tienes razón!... -Reconoció a lo ultimo -Bueno, tiene sentido. -Aceptó ladeando su cabeza de lado a lado.
• ¿Y sabes que?... Camus me contó algo...
• ¿Qué?
• Pues... -Lo había intentado evitar, pero no pudo retener mas esa carcajada que maliciosa buscaba escaparse -Camus me contó que Saga fue un día a su Templo preguntándole sobre las posibilidades que había de encerrarlo en un cofre de hielo y liberarlo algunos años después
• ¡No te puedo creer!
• Créelo... -Ahora si, el hindú comenzó a reír ¿Qué había sido de ese ser iluminado, cercano al gran maestro? Seh, no dejaba de ser humano, y algunas cosas... Realmente le podían.
• ¡Aioros!. -Gritó el Gemelo llamando a su compañero, ignorando que esas risas lo involucraban.
• Oh... -Se enterneció Sagitario -Ahora lo entiendo... -Dijo al aire justo cuando el gemelo llegó hasta él para unirse en la platica que tenían sus dos compañeros.
• ¿Interrumpo? ¿De que hablaban?
• De la criogenia... -Se adelantó Shaka; y Aioros abrió sus ojos como plato.
• Oh... -Pronuncio el peliazul... Perdón, pelinegro.

Recién entonces Aioros comprendió el comportamiento del otro, sus constante salidas al pueblo, sus borracheras, sus cambios extremistas de look, sus actitudes no propia de un adulto.

Saga se sentía viejo... Y hasta quizás feo.

La ternura que embargó en ese momento a Sagitario era altamente vomitiva... Rayaba lo shuniesco, pero no lo pudo evitar al imaginar todas las cosas que atravesaban por la mente de uno de los Santos mas sensuales que el Santuario pudo tener en toda su historia.

¡Si las baldosas se resquebrajaban cuando Saga caminaba! Era un adonis griego, acaso ¿Él no lo veía así?

Y eso le recordó una canción muy latina y que no podía evitar canturrearla mentalmente sobre todo cuando lo veía al pelinegro acercarse: "Señora de las cuatro décadas..."

Pero por arte de magia, de un momento al otro, Saga desapareció de su propia fiesta... Sagitario lo buscó con su mirada, pero no lo halló por ningún lado.

Aun mas preocupante... ¿Dónde estaba Seiya?

¡Momento!

Como loco el castaño se puso a revisar cada recoveco de dicho Templo.

***

En las afueras del Templo de Géminis, su dueño intentaba acompañar a un huidizo Seiya.

• ¿Qué sucede ponny? Acaso ¿Me temes?
• No es eso Saga... -Sonrió el menor -Es que, es tu cumpleaños, no puedes desaparecerte así.
• ¿Y porque te vas tan temprano?... -Realizó una breve pausa, para proseguir con una sensual voz --Entiendo, eres un niño, y como todo niño debes ir temprano a la cama ¿Es eso?... Déjame acompañarte entonces.

El Pegasus volvió a negar nuevamente, con una sonrisa en sus labios. El peliazul - pelinegro se jugó del todo.

• ¿Ya lo olvidas?... ¿Que yo fui tu maestro?
• No Saga, no lo olvido. -Respondió el castaño con un ligero rubor en sus mejillas bajando su vista al suelo; aquel hombre, frente a sus ojos, había sido el primero en la cama.
• ¿Entonces? ¿Es que ya no te parezco atractivo?... -Preguntó con verdadero temor a la respuesta.
• Saga... -Espetó el japonés -Estas más bueno que comer la comida con la mano. -Aseveró serio, muy serio.
• No entiendo porque la negativa.

Seiya no pudo responder "Porque no quiero que Aioros me dejé sin techo o aun peor, me cocine vivo"

• Lo siento, sagitario es mi debilidad... --Rió el gemelo ante el mutismo de su compañero-No lo puedo evitar. -Finalizó intentando tomar la cintura del otro, pero este tomó su mano y con delicadeza lo distanció.
• No es prudente que...
• ¿Qué pasará si te rapto?... -Inquirió el pelinegro divertido -¿Cierto león me asará?
• Ya vez... Tu debilidad es Géminis, la mía leo... No somos compatibles.
• Seh... No te bastó con uno que tienes a los dos... -Saga plasmó una enorme sonrisa en sus labios cuando el otro mostró su desconcierto, lo había descubierto -Yo lo sé todo pequeño... Lo sé todo... -Aseguró pegando su cuerpo al del Pegasus, tomando su cintura con su brazo, acercando su boca a sus temblorosos labios.
• ¡SAGA! ¡CARAJO!... -Espetó un furioso Aioros saliendo de la obscuridad cuando finalmente lo encontró.

Automáticamente, el aludido y su víctima se separaron, Seiya dio la media vuelta y se alejó rápidamente del lugar, aun turbado...

¡No es fácil decirle que no a Saga!

El uso de toda la fuerza de voluntad que caracterizaba al Pegasus tuvo que emplear este para rechazarlo... Sin dudas los Dioses le habían puesto una dura e injusta prueba moral.

Con una mirada que infundia temor y respeto, Sagitario caminó lentamente hasta el gemelo, asesinándolo literalmente con la mirada... Y si estas en verdad matasen, el teñido Santo hubiese caído redondo por las escaleras.

• ¡Saga! ¡¿Qué estabas haciendo?!... -Preguntó inútilmente el castaño, era mas que obvio.
• Coqueteando con Seiya. -Respondió resuelto. ¿Qué? ¿Este hombre no conocía el remordimiento?

Aioros abrió grande sus ojos, mas indignado en toda su vida (Y no es que hubiese vivido tanto) no se sintió jamás.

• De eso ya me doy cuenta... -Sentenció caminando hasta el mayor -Saga, deja de comportarte como un pendejo ¿Quieres?
• ¿Qué sucede?... -Canturreó sensual tomando la cintura del otro --¿Estas celoso?
• ¿Es eso?... ¿Es eso lo que estas buscando?. -Inquirió realmente molesto.

Saga lo dejó y suspiró, algo en su mirada varió en un segundo, con profunda tristeza en sus orbes contestó:

• Es que tu... Tu ya no me prestas tanta atención como antes... -Se quejó con un ligero puchero -Te la pasas mas con... ¡Milo!... -Casi escupió aquel nombre. -Claro... -Susurró a lo ultimo -El es mas joven que yo... Y griego, a ti te gustan bien "griegos" y...
• ¡Saga!... -Reprochó Sagitario -Paso mas tiempo con él porque... Porque... ¡Porque tu te la pasas en el pueblo, en la peluquería!... -Exclamó lo ultimo con profundo desconcierto --¡O entrenando a sol y sombra!... Y encima, cuando podemos estar juntos te emborrachas... Eres tú el que se aleja de mí.

Géminis se dejó caer sentado en las escalinatas de su Templo, su rostro era todo un poema de profunda culpa y arrepentimiento.

• Aioros... -Pronunció elevando su vista, el aludido tomó asiento a su lado. --¿Te gusto?

El castaño le dedicó al otro una mirada de ternura absoluta, para luego darle con el revés de su mano por la cabeza.

• ¡Aouch!... Aioros, odio cuando haces eso.
• No me gustas cuando haces estas estupideces de... Teñirte... -Tomó su pelo y lo zarandeó -Ponerte estas ropas que no te sientan... -Tomó su camisa que recibió el mismo trato -Aunque lo que no me gusta es el pantalón y las zapatillas, la camisa te queda bien.
• No me dejes Aio. -Susurró el pelinegro abrazando por la cintura a su niño.
• Si te tiñes de tu color natural, te juro que no te dejo... -Bromeó un poco, aceptando el abrazo de su hombre -Aunque será difícil hallar ese color... -Reflexionó, para luego ponerse serio --Saga... A mi me gustas, tal cual eres... Acaso ¿No lo ves?... Eres un hombre con todas las letras, no perderás eso por que cumplas...
• ¡No lo digas!... -Lo silenció Géminis -Por favor, que quede en secreto que yo tengo... Esa cantidad de años encima.
• Para mi cada año te pones mas... Sensual... -Susurró Sagitario en el oído de su compañero -Además de mas pendejo, pero espero que eso cambie porque si el año que viene te tengo que soportar coqueteando con los Santos de Bronce por tu crisis...
• Te juro que no volverá a pasar... Ya no necesito saberme deseado por los mas jóvenes si para ti... -Comenzó a trabarse con sus palabras --Si yo... Si me quieres...
• No te quiero... Te amo. -Corrigió el castaño.
• Oh... Dioses. -Susurró perdiéndose en los ojos de su compañero.
• ¿Qué?
• Tú eres tan joven... Mira tu piel, no tienes arrugas, yo ya tengo "patas de gallo"...
• Saga... -Se molestó Aioros --Basta.
• Esta bien...
• Y te puedo asegurar, además, de que muchos piensan como yo.
• ¿Sí?... -Cuestionó Saga algo incrédulo.
• Pero ni intentes averiguarlo... Porque no pienso tolerarlo. -Advirtió celoso.
• Dime -Por su bien Géminis buscó desviar el tema de conversación --¿Aun están todos en mi Templo?
• Si, debemos volver a TU cumpleaños. -Respondió poniéndose de pie.
• Que pena, ya quiero que se vayan... -Levantó fugazmente sus cejas en una clara seña picara de que quería llevarlo a su Templo, concretamente a su cuarto. -Así te demuestro que sigo teniendo el mismo vigor que a mis 30...
• No necesitas probarme nada... Yo lo sé... -Dijo depositando un beso en la mejilla del pelinegro -Y no quiero que lo sepa nadie mas. -Acusó serio -Dioses, podría ser tu hijo.
• ¿Quién? ¡¿Tengo un hijo?! ¿Dónde?... -Se alarmó Saga observando a sus costados como esperando a que el crío apareciese como cual Athena entre las ruinas del Templo, comenzando a llorar o a llamarlo papá, pidiéndole dinero o comida.
• Me refiero a Seiya.
• ¡Ah!... -Suspiró aliviado --No me des esos sustos Aio... -Pidió serio --Ya no estoy en edad. -Rió a lo ultimo de sí mismo -Técnicamente no, perdí mi virginidad a los 16, así que es imposible que Seiya sea mi hijo. -Bromeó para aplacar los ánimos.

Había sido un pequeño desliz lo de Seiya, por lo menos así lo entendió Sagitario y no hizo mas drama al respecto.

Caminaron hasta el Templo de Géminis, para volver a la fiesta, pero el pelinegro, justo antes de entrar, lo tomó de un brazo al castaño robándole un furtivo y apasionado beso con lengua incluida, y así, seduciéndolo solo como Saga sabia hacerlo lo llevó entre los yuyos y... Y... Y le demostró que aun no se había oxidado.

Aioros no pudo rechazarlo aunque intentó persuadirlo de volver, ya se habían tardado demasiado, pero era imposible decirle que no a Géminis cuando este estaba en plan de conquista.

Tonto peliazul, que no era capaz de ver que aunque tuviese 50 años no dejaría de ser Saga de Géminis, el ser más sensual que haya habitado la Tierra en toda su larga existencia.

Y Sagitario... No dejaría de amarlo, y lo harían de aquella misma forma aunque fuesen viejos y arrugados, total, él también atravesaría por la crisis de los 40 y ahí estaría Saga para decirle "bienvenido al club" Y reírse de sus ropas, de sus cambios de look y de sus paranoias... Es lo bueno de compartir la vida con alguien, de tener un compañero en las malas y en las buenas.

El inexorable paso del tiempo que no tiene clemencia con los Santos... Y ya Camus estaba harto de decirles lo mismo a todos, todos los años.

Aunque vale recalcar que intentó convencer (sobornar con el puesto de Acuario) a su pupilo para que lo encerrase en un cofre de hielo, pero este se rehusó a hacerle eso a su propio maestro sin comprender su desesperada petición.

Pero ya Hyoga atravesaría la crisis de los 40 y comprendería mejor a su sensei ¬¬ ¿Y quien lo congelaría? ¿Eh? ¡Montoto! .

¡Anda a cantarle a Gardel!.