Todo por una pregunta, todo se desencaden irremediablemente y sin freno por una simple y entrometida pregunta. Pero es que Renji no alcanzaba a concebir como su sempai haba acabado envuelto en aquella tormentosa situacin, que aunque no se lo confesase, evidentemente le agobiaba.
Solo le pregunt cmo fue que haba comenzado todo con Yumichika.
—As como t eres el nico que sabe de lo mo con l... —Le respondi Shuuhei con una imperceptible sonrisa en sus labios—Todos aqu guardan algn secreto. Y estos han de tener un precio.
Aquellas palabras pronto cobraran un significado muy importante para Abarai, aunque en su momento no hubiese podido comprenderlo.
—Yo le guardo uno a l—Hisagi perdi su mirada, fijndola en la pequea e insulsa flor que adornaba aquel jardn en los lindes del noveno escuadrn.
Era as, como haba comenzado todo. Desde ya que el pelirrojo no supo ni tampoco se atrevi a preguntar cul era el secreto de Ayasegawa. Justamente porque los secretos son eso: Secretos. Y han de mantenerse as.
—Eso no es cierto. —Contradijo el sexto fukutaichou con firmeza.
El otro pos su mirada en su amigo, extraado por la afirmacin salida de contexto y dicha con tanta seguridad. Ante ese gesto Renji se vio obligado a explicarse:
—Digo... Que no es cierto que todos los secretos tienen un precio. Yo le guardo el suyo, sin pedirle nada a cambio.
El noveno teniente sonri enternecido por las palabras de Abarai, expresadas con tanto cario y orgullo.
—Eso hasta que encuentres un buen motivo para extorsionarme. —Se vio tentado en rer, pero no lo hizo, mantuvo una postura seria en su rostro y cuerpo.
—Jams!. —Neg rotundamente el pelirrojo—Es mi sempai... Le guardara un secreto, y hara mucho ms por usted.
Esas ltimas palabras... Fue esa ltima afirmacin el punto de quiebre. Lo que necesit Shuuhei, y lo que le costara caro al sexto sub capitn. De haber sabido de antemano lo que sus palabras podran llegar a causar en el mayor, se hubiese callado, hubiese guardado sus sentimientos.
Hisagi se qued esttico, observando a su amigo con una mirada muy particular, como si estuviese estudindolo detenidamente... y se lo pidi; un favor que al inicio Renji se rehus definitivamente a realizar.
—Sempai! No puedo hacer eso. —Abarai no crey posible lo que le estaban pidiendo—No puedo hacerle eso a Ikkaku-san
—Vamos Abarai, no creo que le importe...
—Porque quiere hacer algo as?! —El pelirrojo volvi a sentarse junto a su compaero, analizando detenidamente la situacin. Era una locura, no poda sencillamente acceder a ese pedido.
—Te pagar. —Termin por decir Hisagi como ltima salida.
—Me ofende: No se trata del dinero. —Frunci su frente, tratando de explicarse—No puedo ir con semejantes mentiras.
—Solo ser una... —Se explic rpidamente el noveno teniente—Solo le dirs a Yumichika que tu e Ikkaku tuvieron sexo... Nada ms, con eso es suficiente.
—Pero se enojar!
—Esa es la intencin. —Explic sonriendo.
—Porque quiere que Yumichika se enoje?
A veces, el pelirrojo, era lerdo para esas cosas. Nuevamente Shuuhei se vio tentando en rer pero en cambio neg con su cabeza en un gesto de pura resignacin. Tena que explicarle todo al cro?.
—Ikkaku no lo valora. —Solt, casi en un susurro, clavando su mirada en la luna que apenas hacia unos minutos haba aparecido. —No de la forma en la que yo lo hago.
—Y cmo sabe?!.
—Simplemente... Lo s.
Hisagi tena algo muy en claro, que si ocupara el lugar de Madarame en la vida de Ayasegawa no le permitira comportarse de aquella forma tan libertina, y nunca jams dejara que esos cobardes que osaban llamarle "la puta del seireitei" a sus espaldas, mantuviesen sus miserables vidas. Matara a cada uno que se atreviese a profanar su imagen. A cada uno que se burlase de l. As se tratase del mismo Buda, y aun sabiendo que Yumichika era lo suficientemente fuerte como para defenderse solo... En un pasado haba podido comprobarlo.
Ikkaku no, a l no le importaba un pice todos esos pormenores, por ende no lo valoraba... ergo, no lo mereca.
—Por favor Renji... Te lo pido como amigo. —Suplic a lo ltimo, sabiendo lo que lograra en el menor y valindose de ello.
El mentado sujeto suspir, Porque tena el s fcil? Sobre todo cuando se trataba de la gente que l estimaba. Sin saber bien porque, termin accediendo, escuchando el macabro plan de su sempai.
Hasta qu punto este se haba involucrado con Yumichika? Abarai sinti que estaba ante otra persona.
Que haba sido de su Shuuhei Hisagi? Quin era ese tipo frente a l que le daba indicaciones de las mentiras que deba decir y como decirlas?
El amor a veces puede ser siniestro.
Era algo que jams hubiese esperado del noveno sub capitn, y es que a veces uno cree conocer a una persona, para darse cuenta ms tarde de que aquello es imposible. Nunca se termina de conocer del todo a alguien; apenas alcanzamos a entendernos a nosotros mismos, tarea difcil es hacerlo con el resto de la humanidad.
Porque yo? Se haba preguntado Abarai, no obstante la respuesta era ms que evidente: porque tericamente era el nico que saba aquel secreto. Aun as Shuuhei tena ms motivos para pedrselo expresamente a l, y es que de todos en el seireitei, con el que ms tiempo Madarame pasaba a solas, entrenando, era con el pelirrojo. Y esa era una excusa ideal para plantar la semilla de la duda y la discordia.
—Pero... — Aun no daba, del todo, el brazo a torcer—No quiero que Ikkaku san se enoje conmigo.
Lo cual era tan probable como temido. Shuuhei suspir incrdulo por tener que aclarar detalle, que para l, aunque no lo fuese, era ms que evidente.
—No lo har.
—S... Si sabe que yo ando diciendo esas cosas...
—Abarai... —Se cruz de brazo y le permiti a una risa apagada surgir de su garganta—No, porque t negars todo. Es sencillo...
—No entiendo. —Y fue sincero hasta la mdula. —Si yo voy y le digo mentiras a Yumichika este le reprochar a Ikkaku dicindole que YO le dije... —Remarc con nfasis sealndose el pecho con un dedo.
—Exactamente, y si Madarame te pregunta, tu solo tienes que negarlo. Ser tu palabra contra la de Yumichika, y en tal caso este puede estar inventando cosas a causa de los celos que le da la relacin que t tienes con Madarame...
—Oh... —Comenzaba a comprender un poco mejor.
Aquello era sencillamente... maquiavlico.
—Adems t sabes cmo son todos aqu... Chusmas de barrio. —Se buf Hisagi con algo de desprecio. —Les encanta andar inventando rumores... Que vayas y le digas que t tienes algo con Madarame, no ser ms que confirmar esos rumores.
—Que... que rumores?. —Renji arrug su frente y acerc su rostro hasta su sempai exigindole una explicacin.
—Qu? Vives dentro de una funda de zanpakutou, Abarai?... Tsk... —Ri con sorna, sumamente sorprendido—Tu te pasas muuucho tiempo con Madarame... Suficiente para que los aburridos empiecen a narrar cuentos.
Abarai se qued con sus ojos bien abiertos. No pudo, simplemente, creerlo. Y que no se cruzase con uno de aquellos que osaban pensar que entre l e Ikkaku haba algo ms que una simple camaradera porque no vivira para contar la tortura que le hara pasar!
Impensable... Realmente era inconcebible imaginar hasta qu punto el vivir tanto poda llegar a afectar a las "personas". Al menos crey que era ese el motivo; uno tiene tanto tiempo libre en la sociedad de almas que se aburre fcilmente y todo, a la larga o a la corta, carece de verdadero sentido.
—Adems, creme... —Volvi a reafirmar Shuuhei con conviccin—A Ikkaku no le importa... No se enojar contigo, ni siquiera sabiendo que andas diciendo mentiras. Por momentos hasta parece que su intencin es librarse de Yumichika y que no sabe como... —Lo ltimo, lo dijo con pesar Como poda desvalorizar tanto a Ayasegawa? Aquello era imperdonable.
—Igual... Me cuesta aceptar... —Renji se mostr contrariado, no quiso, por un lado negarle la ayuda a su sempai, y por el otro, mentir descaradamente.
—Vamos Abarai!. —Termin por decir, plasmando una pcara sonrisa en sus labios—Hasta quizs las cosas salgan bien para ti.
—Eh?. —Se desconcert, Que le quiso decir? —A qu se refiere?
—Ikkaku te presta ms atencin a ti que a Yumichika... —Dijo, elevando sus cejas brevemente—Hasta pasa ms tiempo contigo que con l ltimamente... Me vas a decir que no tiene un inters?
—Sempai Usted tambin piensa lo mismo?! —Se molest, aun ms al escuchar la risa del otro. —Porque dos hombres no pueden ser amigos sin que los dems anden pensando idioteces? Con Ikkaku solo entrenamos.
—No lo digo de tu parte. —Se explic, una vez que pudo frenar su carcajada.
—…l no tiene ningn inters en m. —Neg, rotundamente, sin estar bien seguro.
La semillita de la duda haba sido plantada, al fin.
—Veo que no te molesta para nada la idea de que te emparejen con un hombre. —Entrecerr sus ojos, sintindose victorioso por descubrir este detalle.
Abarai palideci, y de no ser por el cario que le tena al tipo frente a l, lo hubiese masacrado. Pero era cierto, nunca haban hablado entre ellos sobre los gustos sexuales del pelirrojo, si bien era evidente que no le desagradaba la idea ya que era custodio del secreto de la relacin que tenia Hisagi con Yumichika, era muy distinto ser tolerante con el asunto, que ser partcipe del tema ?. Con esa ltima conversacin, el noveno fukutaichou dio en la tecla.
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Pero aun as, ms all del insano cario fraternal que le tena a Hisagi, ms all de creer fervientemente al igual que l que s, a Ikkaku le vala un comino lo que Yumichika hacia o dejaba de hacer, no poda cumplir con la peticin sin estar seguro de que no lastimara gravemente a los involucrados.
No quera siquiera daos colaterales, aunque los iba a haber y muy a su pesar.
Por eso, esa misma noche, busc la forma de quedar a solas con Ikkaku para plantear el tema. Misin imposible, no solo porque se encontraban varios integrantes del gotei 13 bebiendo en aquel lugar haciendo difcil la tarea de apartarlo del grupo, sino aun ms relevante era tenerlo sobrio... Porque en una par de horas ms, Madarame terminara siendo arrastrado por Ayasegawa rumbo al escuadrn once, y "adis" conversacin.
Lo logr, con sangre, sudor y lagrimas... Abrirse paso, buscar vanas excusas y acabar apartado con Ikkaku en un borde de la larga mesa, para cuchichear con l lejos de los curiosos... Curiosos que ante el extrao comportamiento de Abarai no pudieron ms que formular nuevos e increbles rumores: Se haban hecho una telenovela (y es que all no hay televisin).
El pelirrojo busc el momento propicio, aquel en el que Iba se entretuviese dialogando con Kira para poder acaparar a Madarame. Renji era un tipo muy impaciente, y no poda esperar a tener un momento a solas con l, porque aquel asunto era grave...Se trataba de los sentimientos de su sempai y este esperaba una pronta respuesta de su parte. O mejor es decir, que ya le haba dicho que si y dependiendo de la conversacin con Ikkaku, seguira adelante con la peticin, o se hara un harakiri con Zabimaru (Eso antes que tener que decirle que no a Shuuhei).
Es por ello que no poda esperar, tena que ser ahora, ya, en ese preciso instante y momento, o morira de angustia.
—Ikkaku san... —Realiz una breve pausa para asegurarse de que solo el mentado sujeto lo estuviese escuchando, este le prest atencin, a medias, con un odo puesto en la conversacin que el sptimo fukutaichou mantena con el tercer Sub capitn. —Has escuchado... las cosas que dicen sobre Yumichika los del cuarto escuadrn? —Pregunt finalmente, haba pensado con cuidado las palabras.
—Seh... —Respondi desganado sin quitarle los ojos a los otros dos.
—No... No te importa? —Pens en acotar algo ms pero Tetsuzaemon lo interrumpi.
—Tu qu opinas Madarame? Tenemos derecho a exigirlo.
—Los tenientes pensamos en pedir al menos una semana al ao. —Acot Izuru a las palabras del otro fukutaichou bebiendo un sorbo de sake
—Suena bien... vacaciones. —Opin Ikkaku, conforme, pero dndose cuenta del punto reclam: —Hey! Porque solo para tenientes y capitanes?!.
—Nosotros tenemos ms responsabilidades que un tercer puesto!. —Exclam Iba golpeando la mesa con un puo cerrado, haciendo vibrar las tacitas.
El rubio alcanz a atajar la suya entre sus manos.
Afortunadamente volvieron a distraerse, lo que le dio pie a Renji de volver a la carga, se acerc un poco ms de lo que ya estaba al rapado y susurr:
—Te estaba preguntado sobre Yumichika... —Refresc, pero su amigo se le adelanto, tajante:
—…l es grande, sabe defenderse muy bien solo... —Pos una ruda mirada en la apocada persona de Abarai, preguntndose a que se deba esa extraa pregunta.
—Eso lo s... —Aclar el pelirrojo sonriendo fugazmente para ms tarde agregar: —No te molesta saber que se acuesta con... tipos?. —Dijo la ltima palabra, apenas entendible, susurrando aun ms de lo que ya estaba hacindolo.
Madarame elev sus cejas pintadas, sorprendido por la acotacin, y luego de meditarlo un segundo le respondi con un dejo de molestia:
—Tsk... Claro que no! …l es libre de...
—Qu opinas Abarai?. —La inconfundible voz de Kira, acaparando la atencin del susodicho.
—Eh? Qu opino de "que"?
—De exigirles a las mujeres repartir los horarios, para que la asociacin shinigami de hombres tenga su lugar.
—Perras... —Solt el sptimo sub capitn realizando una mueca de asco—Hay que ponerlas en su lugar!
—Pues... Eso de "ponerlas" en su lugar se lo dejo a ustedes. —Dijo Renji risueo.
Ni drogado, ni borracho, ni tarado pensaba hacerle frente a ese grupo de arpas; llevaban las de perder.
Nuevamente, los otros volvieron a perderse en una conversacin de a dos. El rubio expres que lo mejor era que alguien ms diplomtico (como l) enfrentase el tema con las muchachas. O correra sangre y se perderan muchos tenientes. No estaban en "buena poca" como para gozar de esas bajas.
—Entonces, Ikkaku... —Volvi a la carga el pelirrojo—No te molesta saber que anda con tipos?
—Por supuesto que no, Renji... —Lo mir extraado, y lo enfrent, cruzndose de brazos. —A dnde quieres llegar con todo esto?
—Nada, nada... Solo quera saber si... —Que poda decirle? —Si estabas al tanto de lo de Yumichika... Solo eso.
Por el bien de la "amistad" que tena con el tercer puesto del onceavo escuadrn, Renji dej las cosas ah. Haba sido suficiente. Ese dialogo le sirvi para decidirse de una buena vez. Sin lugar a dudas haba confirmado lo poco que a Ikkaku le importaba Yumichika.
Por su lado Madarame intent mantenerse en "onda" con la reunin etlica pero no pudo, el extrao comportamiento de Abarai, sus raras preguntas, todo le llev a cuestionarse algo que, aunque no quisiese reconocerlo, le dola. Pues, caba la posibilidad de que el pelirrojo fuese... homofbico? Neg interiormente, intentando quitarse esta idea de la cabeza. Pero no pudo, sencillamente no lo logr.
Siguieron bebiendo, como siempre, hasta terminar siendo echados del lugar. Algunos ms borrachos que otros, pero en s el alcohol corra por sus masculinos cuerpos en mayor o menor medida. Shuuhei y Yumichika haban desaparecido como por arte de magia al cierre de la tienda. El resto se puso de pie con notable pereza, sin nimos de volver a sus cuarteles, con ganas de seguir adelante, pero tenan tantas obligaciones por cumplir que no podan darse ese lujo.
Lentamente el local qued vaco y las calles comenzaron a llenarse de shinigami. Renji no se encontraba tan ebrio como los otros tres, por lo que le causaba gracia presenciar el dialogo de borrachos que mantenan sus compaeros.
—Sho te deeego Kirrra, essa Nanao me yega a deshir que n y me olvido de que es mujerrr!. —Tetsuzaemon gritaba por la calle logrando que algunos perros (porque "todos los perros van al cielo") comenzasen a ladrar—ZAS! Me va a conosher! Me va a conosherrrr!
—Iiiiiiba san!. —Contribuy Kira intentando caminar en lnea recta pero acabando por hacerlo en zigzag—La violencia no es buena... No lo es—Negaba exageradamente con su cabeza que se mova de un lado al otro siendo acompaado por su mechn "emo".
—Ja!. —Salt Ikkaku de la nada. —Lo dishe alguien que tiene una shankaputo yamada WabisssuKe!
—Jajajajajajajaj!. —Rompi a rer Izuru parando en medio de la calle para realizar aquella labor con soltura; y casi ms un jocoso Renji se lo llev por delante. —JAJAJAJA! —Sigui riendo, echando su cabeza hacia atrs y extendiendo sus brazos como el Cristo redentor.
Y por ello Abarai se vio obligado a preguntarle que era tan divertido.
—JAJAJAJA!. —Y no paraba, sus mejillas estaban rojas ya—Es que el bruto dijo "shankaputou" en vez de zanpakutou!
—A QUIEN LE DICES BRUTO?! EH?!. —Madarame agit violento su puo, pero Iba lo fren ponindose frente a Kira.
—No. No. No... Tranquilo Mmmadarammme!
—Y t que lo defiendesss?! Es tu novio, acaso?! EH?!
El sptimo teniente se par erguido, se quit los anteojos y todo ceremonial respondi:
—Hoy descubr... Descubr!. —Remarc, con su dedo ndice en alto, sosteniendo la patilla de sus lentes con la misma mano—Que es mi amigo... —Lo seal, guardando silencio, como si hubiese revelado una verdad esperada por aos.
Coloquios en estado de alcoholemia. El pelirrojo como espectador trataba de no inmiscuirse, adems de que era sumamente divertido, sabiendo sobre todo que al otro da aquellos tres se acordaran de la mitad de lo que haban hablado, porque no pensaba involucrarse en peleas de ese tipo. Era muy fcil provocar a alguien ebrio.
—Bueno... She acab lo que she daba! —Exclam de la nada Iba cuando estaban llegando a los limites del tercer escuadrn.—Que descanse mi buen amigggo Kirrra!—Elev su brazo, saludndolo efusivamente.
—Hasta maana!... Auch... Auuuu... hayyyy... —Sin darse cuenta, en vez de tomar el camino de piedras, sus pies lo llevaron por el rosedal. —Auch, auch, auch... Eso doli. Malditas rosas y maldito sea el que... —Su voz se fue perdiendo hasta ser inaudible.
"Una razn ms para odiar a Gin" pens su antiguo teniente, aunque en realidad haba sido Otoribashi quien decidi plantar esas rosas bajo las ventanas de la oficina principal. Ichimaru solo las dej porque les agradaba tenerlas.
Los otros tres, siguieron su marcha, Iba comenz una nueva discusin con Ikkaku, y menos mal que el pelinegro no llevaba su zampakutou encima pues ah s que Renji se vera obligado a interceder. A las puteadas limpias, el sptimo capitn se despidi de sus dos compaeros.
—Nos quedamos sholos, Renshi... —Pronunci Madarame con un brillo especial en los ojos.
—As parece. —Correspondi este, intentando convencerse que ese brillo no era ms que la manifestacin del alcohol.
—Sho se, sho se… —Asinti el pelado sonriendo —Porque no parassste en tu escuadrn.
—Porque quiero acompaarte y asegurarme de que llegas a donde tienes que llegar. —Aclar, permitindole a una risa escapar. —Hoy estn muy borrachos; o creo que yo me estoy volviendo inmune al sake. —Medit lo ltimo.
Sin embargo, aunque l no poda corroborarlo, s estaba ebrio, no tanto como su interlocutor, que al no poder mantenerse en pie y como excusa tambin, pas un brazo alrededor del cuello de su amigo.
—Te voy a hasher una pregunta y quiero que sheas shincero Abbbarai.
—Adelante.
—Eres homofffobico?. —Lo escudri con la mirada convencido de que si el otro le menta, lo adivinara.
—Desde ya que no. —Neg rotundamente frunciendo su ceo, intentando seguirle la marcha al otro, pero era muy difcil caminar con ese peso sobre sus hombros.
—Que bueno... Porque sho... —Acerc su rostro al de su amigo, quien pudo sentir el aroma a sake desprenderse de su clido aliento—Te tengo unas ganas tremendas... —Rompi a rer con ganas, al ver la reaccin pavorosa del pelirrojo.
—Ikkaku san! Ests muy borracho!
—Naaaaa... —Desminti palmeando la mejilla de su compaero para luego tomar un poco de distancia—No tanto...
En tal caso los borrachos y los nios siempre dicen la verdad.
—Ya estamos llegando. —Advirti Renji, dndole gracias al cielo por ese detalle. —No hagas escndalo, que si Zaraki Taichou se despierta... —No pudo seguir hablando pues Ikkaku lo tom de los hombros fuertemente y le obligo a enfrentar miradas.
Frente con frente... Es mucho decir de alguien que no se sabe donde comienza esta y donde termina. Abarai se sinti avasallado, y las cosas se le estaban yendo de las manos.
—Quieresh entrar conmigo, Rrrojjjito?
Rojito?...
El mentado "Rojito" elev una ceja en seal de desconcierto ante ese apodo. Para luego cerrar sus ojos fugazmente y suspirar resignado.
—Mejor vete ya...
—Vamos Renshi... —Lo inst el tercer puesto pero su amigo lo empuj sutilmente por la espalda—Desde hace tiempo que tengo unas ganas locas de...
—Bueno, ya!. —Aquella actitud finalmente lo haba puesto nervioso, logr quitarse al pelado de encima, empujndolo dentro de su escuadrn.
Cuando pudo finalmente apartarse de l, se alej rumbo a su cuartel tan rpido como sus piernas se lo permitieron. Estaba anonadado, Pero qu carajo le pasaba a Madarame?! Nunca antes se haba comportado as.
Lo que sus preguntas haban acarreado, y l sin saberlo.
Sin embargo pens que lo ocurrido recientemente no haba tenido efecto en su persona, pero cuando lleg al sexto escuadrn y se dispuso a acomodarse para dormir en su cuarto personal, en la quietud de la noche y analizando el comportamiento de su amigo tuvo una violenta ereccin que necesit ser calmada de inmediato.
Le hubiera dicho que s, de no estar borracho? Hubiese entrado con l y hubiese tenido sexo desaforado y pernicioso? Quizs no... No con el factor importante: Yumichika, en el medio.
En qu lio se estaba metiendo? Y todo por culpa de su sempai!. Hasta ese da, en el que haba conversado con l, su vida era aburrida y rutinaria... As le gustaba. Pero no, en el presente se auguraban das de vrtigo y adrenalina.
Continuar…
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