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Juego sucio por Aphrodita

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Notas del fanfic:

Disclaimer: Así es… Bleach no me pertenece, por desgracia. Todo de Kubo.

Notas del capitulo: ._. Ok, lo acepto, esto raya lo que yo llamo “Fic sin argumento”, aun así, tampoco es lemon. Bueno, sí, pero… Ya verán a lo que me refiero cuando lean.

Situado otra vez en el último año de secundaria. Lo siento, pero es que no me los figuro a los dos, con quince años o dieciséis, comportando así.

Decidí hacer un Ichigo & Uryuu porque el primero que hice de ellos no me gustó para nada, sin embargo este tampoco me dejó muy conforme. No sé, seguiré intentándolo; hasta que no me salga un IchiIshi decente no paro xD

Dedicado a Kiatala, que es otra fan de esa pareja =) No me ofendo si no lo lees… Porque dudo que te enteres si no te aviso ¡je!

Les dejo el link de una canción para que escuchen y comprueben que tan sexy puede llegar a ser Uryuu (O su seiyuu xD Seiyuu: cuidate… que si te agarro te parto)

http://www.esnips.com/doc/085eeadc-b85a-44a7-a7fc-386da9e31118/Sugiyama%20Noriaki%20-%20Suigintou%20No%20Yoru
Como todos los viernes y por ser el presidente del taller, le tocaba a l dejar por escrito, a los dems estudiantes, los elementos necesarios para la semana entrante. Tarea tediosa pero al que estaba acostumbrado. La profesora le anotaba previamente los items en una hoja que el pelinegro transcriba en el pizarrn, antes de que comenzase la clase.
La tiza se mova gil a travs de la spera superficie, una caligrafa perfecta y muy cuidada.

Una sonrisa se instal en los labios del Quincy cuando sinti una presencia en el dintel de la puerta. Baj la vista para posarla sobre el trozo de papel, se ajust los lentes y continu garabateando.
No lo pudo resistir por mucho ms tiempo, haciendo acopios de toda su fuerza de voluntad para no rer ni mostrar una postura divertida, con seriedad y su caracterstico tono altanero pronunci:

—Deja de mirarme el trasero, Kurosaki—solicit, aparentando indiferencia en su porte y tono—. No tienes nada mejor que hacer?

El aludido frunci su frente molesto, se cruz de brazos, como si en su gesto pudiese reflejarle, al muchacho que le daba cruelmente la espalda, su frustracin. Pero al ver que Ishida segua muy concentrado en lo suyo, sin decir nada, dio la media vuelta y se fue por donde haba venido, rumbo a su clase de msica que no tardara en comenzar.

Recin entonces Uryuu se permiti sonrer con ganas y hasta soltar una pequea risilla de victoria.

No haca mucho que esas extraas situaciones se daban con el pelinaranja, y si tena que buscar el punto de partida, este era claro y evidente.

El pasado tres de octubre, haca casi un mes, en aquella fiesta de la cultura. En varios bares, restaurantes, cafs, se llevaban a cabo pequeas reuniones de grupos estudiantiles, y desde ya que ellos no haban sido la excepcin.

Y pensar que el Quincy se mostr reticente a ir… En el presente no saba si eso haba dado buenos resultados o, por el contrario, muy malos resultados.

La cuestin que esa noche bebi demasiado, quizs no tanto como el resto de sus amigos, pero suficiente como para que un adolescente aflojase su lengua ms de lo debido.

Caba admitir que de no ser por la conversacin iniciada no estara all en ese instante, cavilando tanto sobre ese shinigami sustituto.
Por otro lado caba tambin echarle por entero la culpa a la acotacin de Rukia:

—Es irreal lo que quieres plantear…
— Por qu? —contraatac Chizuru elevando apenas la voz para que no fuese opacada por la msica que comenzaba a sonar cada vez ms fuerte.
—Acaso, Has tenido alguna vez relaciones anales? No puedes plantear que el personaje virgen tenga ese tipo de contacto de una forma tan sencilla y feliz.
—Bueno… —canturre Tatsuki— podramos cambiar de tema?

Siempre —y gracias a Dios Orihime no pudo asistir temprano porque entonces seran tres— antes, durante o despus acababan hablando de lo mismo.
No… no de sexo anal por pura pervertidas que eran. Aun ms escalofriante: Por puro y absoluto yaoi.

Desde que Rukia haba conocido ese gnero de manga, no haba un segundo en el que no estuviese pensando en dos chicos haciendo “cosas” moralmente “incorrectas”.

Y para rematarla slo bast una casual pltica, en donde Rukia le devel a Honshou sus extraos gustos, que sta, con jbilo, la indujo al mundo del fanfiction.

Ya no haba retorno atrs No lo haba!

Con el tiempo Kurosaki se acostumbr a or las conversaciones ms descabelladas que sus tres amigas podan llegar a tener sobre el asunto. Y le consolaba pensar que, afortunadamente, Arisawa aun no haba sido corrompida.

Horror! Seran cuatro.

Lentamente, sin darse cuenta, con el correr de los das, los hombres del grupo se haban habituado a la idea y prcticamente no se espantaban al or, durante un ameno almuerzo escolar, cosas del estilo: Penetracin anal, pene, sexo oral, esfnter, pene, sexo anal, beso, chicos, toqueteo, semen, pene.

Y ms pene.

Pero que estas chicas no pensaban en otra cosa?!

Exagerando, no es que no tuviesen temas de conversacin o que su vida girase en torno al mundo del fanfiction y el yaoi… Pero cuando se juntaban las tres, se potenciaban.

As, por esa tonta conversacin haba comenzado el calvario para Kurosaki, que bastante tena el pobre con Kuchiki acaparando su computadora da y noche con la noble tarea “de crear arte literario” como sola decirle ella, toda solemne y orgullosa.

“Pornografa gay” retrucaba l.

Qu le hara Byakuya si llegaba a enterarse de las cosas que osaba escribir su adorada hermana? No quiso ni pensarlo, senta que su alma se desprenda de su cuerpo.

—Claro… —volvi a retomar Chizuru ignorando a Tatsuki —como t tienes experiencia en ello—Coment mordaz.

De golpe, el grupo de hombres, tanto Sado, Uryuu, Ichigo, Mizuiro y Keigo estaban prestando real atencin a la respuesta de la pelinegro.
Esta tosi incomoda y bebi un sorbo de su vaso.

—La primera vez sin lubricante duele. —Rukia arque sus cejas, autosuficiente, sin dar ms detalle del necesario.
—La primera y todas. —Pese a lo que muchos especularan al respecto y sorpresivamente, esa acotacin le perteneca al Quincy.

Se sinti de repente avasallado por las miradas depositas en su persona de todos los presentes, como si hubiese dicho alguna aberracin o confesado algn pecado siniestro. Pero aquellos ojos no lo observaban con aprensin, sino con notable asombro.

—Digo… El ano es un msculo, dentro de todo flexible pero si lo analizan bien, tiende a cerrarse… Por eso, a diferencia de la vagina debe ser dilatado al menos un poco todas las veces que… —Fue perdiendo potencia en la voz, aquellas miradas eran subyugantes — O no, Kurosaki?! —Busc respaldo, desesperado.
— Y porque yo debera saber algo as?!

Para el Quincy era ms que evidente. Su educacin sexual se deba pura y exclusivamente al gran detalle de que su padre era medico, libros sobre el tema sobraban en la casa, al igual que la innata curiosidad sexual que todo joven posee especialmente en la temprana edad.

Supuso que la situacin del pelinaranja no deba ser distinta a la de l, pero al final, buscando amparo, esperando escuchar un “Ishida tiene razn”, termin por empeorar ms el panorama.

No… S a l lo mandaba a espiar una casa y tocaba timbre.

Se hundi en su silla, amedrentado, pero enseguida se acomod, ajustando sus lentes, signo inequvoco de nervios:

— Qu?! Mi padre es mdico!

Como si aquello justificase comentario tan homosexual. Ojo! Haba sido sincero, y motivado por fines educacionales a dar aquella explicacin, no por tener un conocimiento “cercano” del tema.

La conversacin cambi de rumbo: “Que si los personajes eran Ooc, o Ic; si la Sue quedaba bien; si el canon se ajustaba; si el mpreg era ms vlido en parodia”

Que si el seme… Que si el uke…

Terminologas y cdigos que desconcertaban a los presentes, exceptuando a Ichigo, quien ya podra escribir un diccionario al respecto. Kuchiki le tena la cabeza inflada (y otra cosa) explicndole todas esas idioteces que a l no le interesaban.

Le era indiferente el yaoi, le prestaba atencin por mera cortesa y educacin.

Por profunda y encubierta curiosidad… con qu necesidad mentir?

Y ahora, esa curiosidad, se centraba en el Quincy Sera posible que su amigo fuese… gay? No, eso no era lo importante: Si haba tenido esa clase de sexo, era lo que le estaba carcomiendo la mente.

Favorablemente, la tertulia vari otra vez, en esta ocasin fue un tema ms universal, y alegres comenzaron a narrar ancdotas de borracheras antolgicas y sus patticas consecuencias.

Ishida not su vaso vaco, se puso de pie, taciturno e inquiri en general:

—Ir en busca de un trago para mi Alguien quiere que le traiga algo?

Para qu pregunt? Todos le dieron diversos nombres:

—Un Alexander!
—Destornillador!
—Yo un Daikiri de Frutilla!
—A mi un Manhattan!
—Algo sin alcohol!

Uryuu los mir, elevando sus cejas, para luego soltar desganado:

—Tengo buena memoria pero no veinte manos.
—Yo te acompao. —se apresur a decir el pelinaranja, ponindose de pie como tiro, adelantndose a Chaddo al notar que ste mostr el mismo inters.

El pelinegro dio la vuelta y emprendi la marcha haca la barra de bebidas sin detenerse a esperar al shinigami sustituto.
No sospech nada en ese momento, no le pareci extraa la actitud de Kurosaki, al fin y al cabo una de sus virtudes era ser servicial; aunque pecase de desatento en muchas ocasiones se deba pura y exclusivamente a una distraccin involuntaria.

El lugar de los tragos estaba atestado de gente, una suave brisa ingresaba “vaya Diosa a saber de dnde” golpeando en el rostro de Ishida, refrescndolo, o mejor es decir, entumecindolo. Recin en ese momento cay en la cuenta de que haba bebido de ms.

Bendito sea el alcohol, que en la juventud, te da la excusa necesaria para actuar irracionalmente.

La justificacin etlica, la falsa aseveracin de que no se es consciente en ese momento, y la ilusoria seguridad, quimera de valenta.

Ichigo no supo como embargar a su compaero, reconoca ser amigos, pero no a ese nivel tan ntimo.

—Hey… Ishida…
— Qu? —Pregunt desganado, cerrando sus ojos momentneamente para recargar su espalda contra la barra.

Sinti su cuerpo pesado, la msica retumbando en sus odos, y la cercana del pelinaranja.

—Lo que dijiste en la mesa.
— Qu, Kurosaki? —Investig hastiado, sin abrir sus perfectos luceros—Dije tantas cosas.
—Lo de que yo debera saber. Qu quisiste… decir?

Se odi en ese momento, porque esa no era la pregunta que quiso hacer, no era la respuesta que buscaba, ni la reaccin esperada.

— Idiota, tu padre es mdico! —Ahora s, pos una ruda mirada sobre Ichigo— Supuse que habas tenido una educacin sexual coherente! —Solt un suspiro —Dios Santo, si mi padre se preocup por ello, no entiendo como el tuyo…
— Pero esas cosas un hijo no pregunta! O tu s?!
— Claro que no! —Respondi tajante —Pero mi casa est repleta de libros, nunca leste uno en tu vida! —Pregunt hiriente.
— No de esa clase!

El pelinaranja busc concentrarse, nuevamente no era ese el rumbo que buscaba para la conversacin.

—Ishida
— Qu?!

Kurosaki era ms cargoso que un nio de tres aos en la etapa del “por qu”.

—Que carcter de mierda; no se te puede hablar. —Se quej el shinigami.

Y ah s, obtuvo una buena reaccin por parte de Uryuu, ya que este rompi a rer sumamente resuelto.
La manera en que su amigo haba hecho aquella afirmacin fue semejante a la que Ryuuken le haca cuando le sala con algo similar.

—Eres un pesado, Kurosaki.

Dios… especul el mentado muchacho: Que bello era el Quincy cuando carcajeaba de esa forma tan animosa.

— Te sientes bien? —Ichigo, artilugio viejo y conocido, se acerc al Quincy cuando este se tambale intentando incorporarse en la barra, puesto que pronto tendra el turno para pedir sus tragos.

Ishida se llev una mano a la frente corriendo su mechn de pelo izquierdo, en un gesto de infinita confusin, cuando sinti los potentes brazos del shinigami contenindolo.

Vaya! Nunca crey que aquello se sentira tan bien, no es que recin en ese momento se hubiesen dado cuenta que abrigaban cierta atraccin el uno por el otro, pero quizs haba sido necesario dejar pasar el tiempo y madurar un poco para ceder a esos instintos primarios.

— Eres puto, Kurosaki? —Uryuu estall en carcajadas ante la mirada, mezcla de horror y furia mal contenida que haba embargado al otro.

Si Rukia estuviese presente en ese momento, sin dudas dira: “El Quincy est OoC”, porque sinceramente la palabra “puto” jams la hubiesen credo parte del vocabulario de un correcto Ishida.

— Por qu me lo dices? —Se sonroj, contra todo intento vano de evitarlo.
—Porque me estas apoyando descaradamente—Le susurr con una voz sensual en el odo—Y no recuerdo que tu celular fuese tan grande. —Fugazmente arque sus cejas sin borrar esa pcara sonrisa de sus apetecibles labios. —Oh… parece que tienes una llamada, est “vibrando”—La risa juvenil y vivaz de Uryuu se hizo presente.

Con una voz tan sexy que el pelinaranja jams le haba conocido. Por todos los Santos! Ishida ERA un ser ertico, no necesitaba siquiera abrir la boca; si se haba cruzado algunas vez en su vida con alguien portador de ese don nato de seduccin, en el caminar y hasta en el tono de la voz, sin dudas ese era su pelinegro amigo.

Imagnense si Uryuu era as en estado “normal” lo que fue en ese momento para Kurosaki. Qued ms caldeado que tetera en verano.

Todo se fue al mismsimo Averno (O Hueco mundo, si prefieren)

En respuesta, desafiante, Ichigo peg ms su entrepierna que comenzaba a reaccionar notablemente contra el muslo del flacucho ese… para que viese que con l no se jugaba.

Lo gir para quitarse esas ganas que vena arrastrando desde haca dos aos de devorarle la boca. Lo fue llevando sin miramientos, a un rincn de aquel saln, un sitio oscuro y desolado, donde las personas no prestaban demasiada atencin a lo que dos chicos estaban haciendo.

La situacin se torn calurosa, porque el Quincy correspondi el beso mordiendo los labios del pelinaranja con ansias incluidas.

Las manos se movieron inquietas, por debajo de las telas, descubriendo poco a poco las clidas zonas en la piel del otro.

Ichigo gimi, Ishida jade.

Entrelazados en esa lucha de poder, sus cuerpos en contacto estrecho, sus miembros anhelantes y la triste realidad:

—Kurosaki… Kurosaki! —Uryuu quit, con notable dolor de verse obligado a hacerlo, aquellas manos que afanosas se haban colado debajo de su camisa blanca, de franjas verticales y azules, para llegar, toscas, a su tetilla derecha.

Aborreca tener que ser l quien cortase el clima de forma tan brusca, quien pinchase el globo… Pero el shinigami era demasiado rstico y pasional como para poder controlarse por su cuenta.

—No se puede aqu. No podemos hacer nada. —Le golpe una mano cuando, poseso desesperado, intent tocarlo de nuevo, pero en direccin a su pantaln de gabardina negro.

Nuevamente: Si Rukia estuviese all dira algo como “El rol de uke que ocupa Uryuu lo lleva a ser l quien, cual mujer estereotipada, se niega sexualmente. Falta una violacin y tenemos una historia ms igual a cien ya escritas”

No era as, si alguien de los dos era el ms coherente, controlado y maduro, sin dudas era el Quincy.

—Djame… un rato ms. —Solicit Ichigo cual perro en celo.

Pero no tard en comprenderlo (Y Uryuu lo ayudara a lograrlo a golpes de ser necesario). Busc componerse, se acomod la camiseta negra, se ajust el cierre de su jean azul, observ a sus costados tratando de disimular lo que haba ocurrido y se encamin a la barra siendo seguido por Ishida.

Ambos disimulando, ambos tan duros como rocas, que apenas podan caminar. Slo bast que Kurosaki hiciese el comentario pertinente a su catica y masculina situacin para que rompiesen a rer.

Pidieron los tragos, y dieciocho meses despus —aproximadamente— volvieron a la mesa donde sus amigos, si fuesen rboles, ya se encontraran secos por falta de lquido.

Como para pedirles que llamen urgente a la polica o a una ambulancia.

— Qu tanto hacan?! Tardaron como una hora!

Ichigo asesin a Rukia con la mirada, ya que not en sus ojos libidinosos —presos y contaminados de consumir tanto material Yaoi— y en su voz, cierto tono e intencin punzante.

—Ya s lo que quieres or, pervertida. —Le murmur sentndose a su lado, no sin antes dejar los tres vasos sobre la mesa.
—Haba mucha gente. —Contest el Quincy con una calma que el shinigami sustituto admir y envidi.
— O le estuviste explicando cmo se dilata el ano? —Honshou tuvo que esquivar una aceituna violenta y asesina que se estamp contra el cartel detrs de ella dejando una marca verde, cual sangre.

Y deba agradecer que no era una flecha Quincy.

—Claaaro… —Canturre la shinigami, sarcstica, secundando a su compaera—Como Ishida es taaan hbil con las manos…
—Kuchiki —Solicit Ishida entre dientes; con ella el asunto era distinto, una flecha Quincy no le hara nada a la guerrera, o al menos no perda nada probando cierto?—No me obligues a ser violento, detesto serlo con las mujeres.
— S! Lo dices despus de que intentaste hacerme un agujero en la cabeza con una aceituna! —Pese a su clamor, Chizuru permaneci jocosa.
—Fue un arrebato —Justific, sentndose en su lugar, junto a Sado —Y te lo merecas. —Agreg con tono obvio.

Le cedi al coloso de Yasutora el trago pedido, reparando recin entonces en que Keigo y Mizuiro no se encontraban siquiera cerca:

—Al igual que ustedes, hace una hora desaparecieron con la excusa de ir a averiguar cuando comenzaba el karaoke. —Le contest Chaddo con parquedad.
—Hey t tambin, Sado? —Se quej Uryuu; lo nico que le faltaba, que hasta Sado hiciese un comentario al respecto. —Y t, Kurosaki, podras decir algo tambin. Nos estoy defendiendo solo.
—Es que buscaban molestarnos—El shinigami, autrquico, elev sus hombros —Me extraa que justo t no te des cuenta de ello.
—Dejen el yaoi —Pidi Tatsuki divertida con la escena —Les est atrofiando el cerebro a ustedes dos. —Remarc refirindose a las otras damas presentes.

De la nada Orihime apareci para rescatarlos a los involucrados de momento tan embarazoso, acompaada por su novio hippie y universitario. Por fin podan conocerlo personalmente y no a la lejana.

Inoue se quej de que no le atendiesen el telfono, pero con tanto ruido era casi imposible escuchar un celular en ese sitio; tuvo que buscarlos por todos lados hasta dar con la mesa correspondiente.

Acercaron dos sillas y se sumaron al grupo. Asano y Kojima seguan sin aparecer. Las mentes malignas y corruptas no tardaron en formular hiptesis de todo tipo, junto a Orihime, eran temibles e imparables.

Tanto Ichigo como Uryuu se preguntaron, interiormente, si durante la ausencia de los dos, tambin haban estado haciendo chistes de ese tipo.
Dios Santo! No podan, dado lo ocurrido, renegar del yaoi, sera hipcrita de su parte… pero Por qu tena que existir? Porque sus amigas mujeres tenan que conocerlo y tenan que atormentarlos con ello?

Un juego peligroso de miradas dio comienzo, los ojos del shinigami sustituto develaban un deseo creciente, detalle que le fascin al Quincy, quien sin buscarlo se encontraba sonrindole como un idiota.

Nunca crey verse envuelto en circunstancias semejantes con su pelinaranja amigo, sin embargo eso no significaba que no lo hubiese anhelado en lo ms recndito de su ser.

Claro, la prueba de fuego la tuvieron al otro da, o mejor es decir el lunes, cuando se vieron obligados a enfrentar sus rostros.

Luego de la borrachera, pasada la resaca, se dio lugar a la culpa.

Kurosaki, rumbo a la escuela se pregunt si Ishida se mostrara reticente o extrao con l por su precipitado comportamiento en la noche del viernes. Pues no dejaba de lado el gran detalle de que haba sido l quien subyug al pelinegro.
Por su lado Uryuu no se hizo demasiado drama al respecto, haban bebido mucho, y si Ichigo pretenda hacer de cuenta que no haba pasado nada, o se mostraba apenas arrepentido, l se hara a un costado… con sumo dolor y decepcin, pero con orgullo Quincy.

No fue el caso, ya que cuando sus miradas se cruzaron, una sonrisa cmplice se instal en sus labios, rompiendo a rer ligeramente sin haberse siquiera saludado.

Keigo, presenciando la atpica escena no pudo evitar clamar al respecto.

De qu tanto se rean si ni siquiera haban esbozado palabra alguna?

Cada uno ocup su banco y atendi a la clase del da, da que transcurri comnmente, con el agregado de Kurosaki devorando con los ojos a su compaero.

No poda ser ms sutil? Se pregunt el pelinegro, todos terminaran por darse cuenta con tan solo ver su cara de idiota en poca de apareamiento.

“Shinigami insolente”

Llegado el momento de partida el grupo se dispuso a ir a comer juntos a la misma hamburguesera de siempre. Una vez en el sitio, punto de reunin, con la mesa de siempre seleccionada, el Quincy percibi como el shinigami sustituto se acercaba a su lado, a la vez que Orihime lo haca por el frente.

Su corazn lati desbocado.

—Ishida kun, necesito que me expliques lo de la ltima clase de costura—Solicit Inoue preocupada.
—No hay problema, vers que es sencillo—Le respondi acomodndose los lentes.

Kurosaki se sent a su lado, prcticamente acorralndolo contra la ventana, sin darle lugar a escapatoria alguna. Nuevamente se le haba adelantado a Sado quien sola ocupar ese asiento en el banco de tres plazas.

S, ltimamente siempre se sentaban iguales. Ishida junto a Yasutora, Orihime contra la ventana frente a Uryuu, a su lado Ichigo y luego Rukia.

El pelinegro palideci de vergenza Evidentemente no poda ser ms reservado!
Pero no…No contento con eso, el pelinaranja no se qued en el molde.
Una conversacin banal dio comienzo, usualmente, cuando estaban ellos cinco a solas, acababan hablando de la Sociedad de Almas.

— Cundo regresas, Kuchiki? —Inquiri Orihime entristecida por el detalle.
—Pues, en cuanto termine Hanatarou de recoger los datos de las batallas.

Ya haban pasado dos aos de ello, pero haba aun tanto material por recolectar que auguraban estar trabajando sobre la monumental guerra durante cien aos ms.

— Y cuando crees que ser eso? —investig el Quincy dndole un sorbo al sorbete que descansaba dentro de su vaso de gaseosa—Es decir Podrs terminar el ao esco…? —Se qued a media palabra— LAR!
— Qu sucede, Ishida? —La pregunta fue hecha por Inoue, pero tanto Chaddo como Rukia se lo inquiran pasmados por su porte.

El pelinegro sonri nerviosamente y neg con su cabeza dando a entender que no era nada. Ichigo a su lado se mantuvo serio.

Serio!

Lo que menos tena ese shinigami era seriedad. Cmo poda posar su mano, tan descaradamente, en su muslo?

Las palmas, al infortunado de Ishida, le comenzaron a sudar. No por el gesto en s, tan ntimo, ni tampoco por la caricia insistente, sino por temor a que alguno de los otros tres notase lo que estaba pasando.

Kurosaki respondi algo que Kuchiki le pregunt, retirando por fin esa desvergonzada mano.

Pero no, seores! Ishida Uryuu no dejara las cosas as… Tena que demostrarle a ese pelinaranja de quinta quien era l.

Por eso, fue su mano la que se pos insolente sobre Ichigo. Slo que el Quincy fue ms atrevido y directo ya que la dej reposar sobre la entrepierna de su amigo aferrando apenas su miembro.

El shinigami respondi al particular gesto con un respingo tan exagerado y gracioso que sus rodillas golpearon la mesa haciendo temblar las tazas y vasos de plstico, para luego arrancar una carcajada general.

— Qu te ocurre, Ichigo?
—N—nada… Nada!

Plido el moreno. A su lado Ishida solt las risotadas al igual que el resto, pero las suyas eran de delicioso triunfo y venganza.

“Ah S?” Pens el pelinaranja con irona; al "cuatro ojos" le gustaba jugar sucio. Jugaran sucio.

Esa semana fue un constante juego de seduccin, a veces no tan de seduccin, sino de puro desenfreno sexual.

Uno terminaba acorralando al otro y tocando de manera cada vez ms arriesgada. No sin ir demasiado lejos, ya que al fin y al cabo no se atrevan a cruzar el terreno que podra llegar a ser ofensivo. La delgada lnea de lo decoroso.

Una sola vez, Ichigo, le tom una nalga al pelinegro, pero recibi tal trompada en su quijada —y bien merecido se lo tuvo— que desisti en reiterar el gesto. Y slo esa vez, en la hamburguesera, Ishida fue as de audaz con su compaero.

En pocas palabras: Kurosaki no daba ms. Cuarenta grados de fiebre.
Y se preguntaba cmo demonios haca Uryuu para aguantarse tanto.

Era de cartn? Los quincys tenan alguna tcnica rara y milenaria para controlar los impulsos sexuales de ese nivel?

Quizs porque… porque como haba demostrado esa noche en el bar, tena harta experiencia en el tema, y si tena harta experiencia en el tema, deba de tener tambin sus amantes con los cuales saciar su apetito carnal.

No se lo imaginaba al Quincy en una situacin de ese tipo, pero por algo no lo dejaba cruzar esa lnea. Cuando terminaban solos e intentaba un acercamiento, Ishida lo mandaba a la esquina a vigilar si llova. Es decir: ni un besito casto y puro.

Nada.

Frgido. O no tanto, ya que el shinigami notaba las erecciones en el otro.


Y fue esa maana, ese viernes en la que lo vio de espaldas con su suculento trasero Quincy escribiendo en el pizarrn antes de su taller de costura, que tom una irreversible decisin: Hara lo que fuese para lograr su cometido.

Quera besarlo! Le urga hacerlo, al menos estando sobrio. No poda ser que Ishida le diese un poco, slo un poco de l y luego le negase toda su persona.

Como un adicto que necesita ms de su droga.

Desesperado el desahuciado pelinaranja.

Lo esper a la salida de su clase —vale aclarar que se escabull de la suya con la vaga excusa de ir al bao— y lo sigui por los pasillos, seguro de que ya se haba percatado de su presencia… Al fin y al cabo Uryuu era experto en esas lides.

— Cunto tiempo ms vas a seguirme, Kurosaki? —Devel el pelinegro abriendo su casillero personal.
—Hasta que te dignes a hablarme.
—Te hablo —Respondi custico cerrando la pequea puerta — O no lo estoy haciendo ahora?
—Me refiero a lo nuestro.
— Nuestro? —Ishida se impresion Realmente el shinigami pensaba tomarlo en serio?

No se trataba de un mero juego? Por un instante tuvo miedo del rumbo que estaban tomando las cosas porque… l no era gay.

Cierto? Solo estaba… jugando! Es decir: S, Kurosaki se parta al medio solo de lo bueno que estaba pero aquello ya era un asunto grave.

Qu seran? Novios? La simple idea le pareci risorio al Quincy. Peor an: Amantes? Pudo leerlo en los ojos de su amigo.

—Quiero que hablemos.
—No —Respondi tajante, ahora s con su cuerpo dominado por el horror al comprender que el pelinaranja hablaba con un propsito claro y serio.

Intent dar la vuelta, para salir de la escuela y dirigirse a su casa, pero una mano lo asi fuertemente del brazo evitando su vil huida.

— Kurosaki! Qu haces?!

El mentado chico ignor las quejas de un siempre quejoso Ishida… lo arrastr sin miramientos hasta el gimnasio, el lugar ms cercano y privado que tena a su alcance. Uryuu sigui forcejeando sin xito, buscando librarse para salir corriendo de la forma ms cobarde.

Cobarde, justo l!

—No juegues ms conmigo —solicit severo y spero el shinigami.
—No lo hago.
— S! —Golpe con su puo la pared, nudillos que rozaron la sien izquierda del pelinegro sin buscar lastimarlo—Me histeriqueas.
— No es cierto! —Se ofendi gravemente por la acusacin.
—Como una quinceaera virgen —Agreg, hiriente.

Supo que el orgullo de Quincy llevara a este a intentar, al menos, demostrar lo contrario o hacerse tragar sus palabras… as haba sido durante ese tiempo Ishida Uryuu, as lo haba conocido.

El pelinegro tom con mpetu las solapas de la camisa de su amigo, estampando su espalda contra el muro del gimnasio interno. Kurosaki se paraliz por el gesto y por la desconocida fuerza de su compaero; lo reconoca hbil y temible con las flechas, pero no con sus puos limpios.

—Ishi… da—Susurr el pelinaranja preso del asombro.
— Cierra la boca! —Se mostr furioso.

Pero pese a su peticin, no pudo hacerlo, ya que Uryuu pos sus labios sobre los suyos, devorndolo con ansias mal contenidas.

Kurosaki le retribuy el gesto, desde ya, tomando las tensas manos del pelinegro entre las suyas y as librarse de su agarre, luego rode el talle delgado del quincy, hundiendo su lengua en la suave y calurosa calidad, saborendolo a sus anchas.

Sus dientes chocaron, sus labios fueron mordidos y sus lenguas luchaban afanosas por ganar el domino.

Ja! Hasta en ese competan.

Ninguno de los dos fue delicado o cauteloso en su trato. De hecho sus manos, rpidamente buscaron la anatoma ms ntima e inexplorada del otro.

Las del shinigami las redondeadas formas de sus firmes glteos.
Las del Quincy, el erguido y palpitante miembro.

No anduvieron con vueltas. Lo haban hecho durante toda la semana, ahora no queran saber nada con ser suaves o considerados.

—Ishida. —murmur Ichigo cuando su boca fue liberada y su cuello injustamente atacado.
— Qu?

El pelinegro no supo la razn exacta pero sus dedos no obedecan rdenes de su cerebro.
Cerebro que le deca: Detente, antes de que sea demasiado tarde.

Comprendi entonces que Ichigo excitado era casi igual que Ichigo versin Hollow. Temible y completamente cegado, pero en vez de poder, de lujuria.

—Djame quitarte el pantaln Si?
—No. —Ishida se neg rotundamente.

Para qu? El shinigami lo ignor por completo y busc igualmente desabrochar el botn del pantaln.

—Espera —Suplic Uryuu, hurgando l esa misma regin en la complexin del otro.
—Aaah…

El pelinaranja no pudo ms que gemir de placer y echar su cabeza hacia atrs al sentir los delicados dedos del Quincy acariciando su glande empapado, tan falto de caricias, tan falto de atencin y de amor.

Su pene comenzaba a asomar por encima de las telas de su ropa interior, asimismo un liquido transparente que sirvi de lubricante para que la habilidosa mano del sastre se moviese ms gil, masturbndolo sin clemencias.

Ichigo no quiso ser menos, se las ingeni para derrotar la barrera que la haba impuesto Ishida, siendo tambin l quien intentase bajarle un poco los dichosos pantalones con los que comenzaba a tener algo personal en contra de ellos.

Qu va! Ni que necesitase convencerlo… Uryuu se dej, porque mora ah mismo si ese shinigami bueno para nada no lo tocaba. Su pene fue abrazado, totalmente, por la palma del pelinaranja, logrando que su cuerpo se estremeciese de gozo.

—As Kurosaki… sigue as—gimi en su odo, imprimiendo velocidad y dndole ms placer a aquel falo tibio y ardiente que cea su mano, instndolo a su compaero a mantener el mismo ritmo.
—Mas rpido Ishida… Ms rpido, mierda! —Su rostro, un rictus de delicia desmedida y absoluta. Pero no sonrea, al menos no exteriormente.
—Ya… —Avis Uryuu reteniendo el aire en sus pulmones—Ya acabo… No pares que acabo!—mordiendo tan fuerte el hombro del shinigami que luego sus dientes se lo recordaran, todo para evitar gritar ante el inminente orgasmo.

Kurosaki cerr sus ojos, frunci su frente y solt ese quejido grave atorado en su garganta que hizo eco en la enorme infraestructura. Lo secund el Quincy, quien tuvo que soltar el pene para evitar estrangularlo cuando obtuvo su tan ansiada y preciada eyaculacin. Hundi su cara en el cuello de Ichigo para ahogar su grito masculino de inconmensurable goce.

Lentamente, la mano del shinigami mengu el ritmo, hasta que se detuvo por completo, notando como el miembro ganaba flacidez. Ishida aun poda sentir las palpitaciones y la dureza en el pene del pelinaranja que, pegado contra su piel apenas descubierta —por una camisa apresuradamente levantada— rozaba su vientre…

Palpitacin que igualaba las de sus corazones.

Una aparente calma sobrevino. Guardaron silencio, con ese caracterstico aroma envolvindolos, y se quedaron fundidos en un abrazo post coito; apretn algo extrao ya que sus miradas no estaban enfrentadas, sus brazos aun seguan rgidos, las manos aun en su sitio.
Pasado unos segundos Kurosaki solt el miembro y Uryuu pudo tomar distancia.

—Argh… —Expres el Quincy con fingido asco al notar el semen en su uniforme escolar; la situacin para Ichigo no era distinta, simplemente que l se lo tom con ms gracia.

En ese momento, cuando el pelinegro elev su vista al mismo tiempo que guardaba su pene en su pantaln, percibi la mirada del shinigami aun vida y libidinosa por ms.

—Ven aqu —El pelinaranja lo jal de un brazo para estrecharlo contra su cuerpo y besarlo, ahora, ms calmo.

Otra vez retom las caricias… S, era evidente que quera “ms”.

—Espera —Y otra vez Ishida se negaba.
— Qu sucede? —Inquiri el shinigami preocupado — Por qu no vienes a mi casa? —Propuso con una sonrisa.
—Ni en mil aos, Kurosaki —Advirti serio, plasmando su mejor cara de “pocos amigos”
— Por qu? —Bes cariosamente su nariz, gesto que extra al pelinegro —Quiero tenerte desnudo, en mi cama… Quiero hacer ms cosas!
—N—No.
— A que le temes? —Luego de meditarlo brevemente, agreg —T tienes experiencia O no?
—No le temo a nada, y no tengo experiencia —Respondi incisivo. —Tengo conocimiento al respecto, que es distinto —Tom distancia y se ajust nervioso los lentes —Y s que duele, y s que intentars… —Se qued a mitad de lo que pensaba decir, descendi su vista, un poco avergonzado—Ya sabes. —Finaliz dubitativo.
—Aaaah… —Crey comprender, acertadamente —Te refieres a que… No quieres ser uke.
— Uke?

Ichigo empez a rer quedamente al mismo tiempo que la imagen de Rukia se hizo presente en su mente.

—Es una forma de determinar en el fanfiction a… Naaa, olvdalo —Hizo un ademn de despreocupacin con su mano.
—Y tu guarda a tu “amiguito” de una buena vez —Advirti el Quincy sealando en esa direccin.

El shinigami pos su vista rumbo al sur notando el gran detalle, e inmediatamente se acomod la ropa, percibiendo que su miembro aun segua “alegre” y con ganas de continuar la “fiesta”.

—Vamos Qu dices?
—Que no, Kurosaki… Hasta aqu llego, eres muy bruto y me figuro que sers igual en la cama.

En realidad le daba aprensin la mera idea, recin haca relativamente poco tiempo que se haba dado cuenta de que los chicos y las chicas le cautivaban por igual, y si bien lo motivaba en su fuero ms interno, no conceba estar en la cama con un muchacho.

Dios santo! De solo pensarlo las piernas le flaqueaban. No es que no quisiese o que la idea le desagradase por completo, pero todo haba sido excesivamente vertiginoso.

Al final, tan superado, tan hombre, tan sensual, tan seguro de s mismo y se estaba comportando como una “quinceaera virgen”.

Se detest hondamente.

—Bueno, pero en ese caso —canturre Kurosaki con una mirada algo pcara —no necesariamente tiene que haber penetracin.
—S, claro… —expres burln—Y me creer ese cuento.
—Creme… Adems vers que no es tan terrible como parece.
—S, como si tu supieses tanto del tema.

Paulatinamente Ishida se arrepinti de su acotacin virulenta, pues la sonrisa de Ichigo le indic que poda estar equivocado… y vaya que lo estaba.

—Kurosaki —Sentenci con sus ojos bien abiertos, consiguiendo la risa estentrea del otro.
— Qu te crees, que Renji vena slo a cazar hollows siendo teniente?
— Kurosaki! —El mentado chico dio la vuelta, dndole la espalda para irse rumbo a los baos del gimnasio y as lavar las pruebas del crimen cometido.

El shinigami sustituto no le respondi a su compaero, mantuvo su risa, algo nervioso por haber sido tan franco con Ishida, pero cmo explicarle que no solamente Abarai lo haba conocido de esa forma, sino que en realidad la culpa de todo la haba tenido, desde un principio, Urahara?

Ya no importaba, se las ingeniara para demostrarle a Ishida cuanto se poda gozar de esa peculiar forma… Lo hara, contra viento y marea, lograra explotar todo ese potencial de seduccin que Uryuu guardaba, que lo posea de manera innata, natural, y que tanto lo cautivaba y enamoraba.

Las apariencias engaan.

Se deseaban tanto como se odiaban… y del odio al amor hay slo un paso.


FIN
Notas finales: Los que leyeron “Zenjitsu” notarán un gran detalle en el final de este fic xD

Muchas gracias por leer n.n Sigo con “X” (No sé qué me pasa que me agarró la fiebre por escribir Ichigo & Uryuu)

Se agradecen los tomates (y la lechuga pa´ la ensalá)… De verdad, no me quejo de recibirlos, ya que esta historia deja mucho que desear ¡je!

6 de septiembre de 2009
Merlo, Buenos Aires, Argentina carajo ¿? (Tengo sueño -_-)

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