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La Bella y La bestia por RseTH483

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Notas del fanfic:

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Notas del capitulo:

es un oneshot que había escrito ya hace una semana, que primero subí en el foro de twckaulitz.com y que ahora subo aquí. Espero que les guste, según lo que me dijeron, es un poco... trsite...

 

Había pasado ya año y medio desde que se habían casado, y todo era miel y rosas en tazón, hasta aquella noche en que él no había llegado a casa.

Angustiado le esperó despierto toda la noche, hasta que el cansancio le ganó y cayó dormido hasta pasado el amanecer, pero no se despertó porque ya estaba energizado nuevamente, sino porque el ruido de la puerta abrirse torpemente y de unos pasos arrastrados le despertaron exaltado.

Se levantó apresuradamente, se colocó la bata de levantar torpemente y corrió para abrir la puerta de su única habitación, pero aquel extraño escandaloso le ganó y le mostró la escena. Su amado príncipe era un borracho recién llegado de un bar y con suerte se podía su propio ser.

Frunció el seño muy molesto y luego suspiró algo más aliviado ya que su amado había vuelto y no le habían hecho daño. Le ayudó a llegar a la cama y tras colocarle su pijama y arroparlo bien, fue a la cocina a prepararle un simple café, pero al volver lo vio dormido y no le quiso interrumpir.

Se fue a la sala de estar y se sentó, solitario y preso en un sin fin de pensamientos y preguntas confusas que tan solo lo deprimieron, echándose la culpa y creyendo que era su culpa, se echó a llorar por miedo a poder perderlo.

Tras horas llorar, ya era casi medio día, era un día de trabajos muy pesados y él se había vuelto a dormir. Alterado se volvió a su habitación, viendo a su amado aún dormido y por ello solo sonrió, se fue al baño, se duchó y se arregló. Tras estar ya listo, le dejó algo preparado a su marido con una nota tan simple que decía “Voy a comprar, vuelvo en una hora. Te dejé una merienda preparada. Te amo.”. Remarcó el ‘te amo’ y tras besar su dormida frente se fue y partió a su rutina.

Cuando volvió de hacer las compras, la merienda ya no estaba, solo habían más trastes sucios por los cuales sus manos se dañarán. Suspiró y guardó las compras, y se puso a limpiar, aquella casa que compartía con su amado príncipe que se empezaba a transformar.

Terminó ya los quehaceres y le tocaba descansar, y al volver a su habitación su marido ya no estaba. Se preguntó porqué se iba y volvía sin hablar, y el miedo, las dudas y la tristeza le volvían a ahogar. Sacudió la cabeza y esperanzado su celular comenzó a sonar.

 

--¿Tom? –Contestó con una sonrisa, pero la sonrisa se le borró al oír a su madre, confusa, saludarle—No madre no le ha pasado nada.

 

Una conversación innecesaria que duró más de lo esperado y al colgar se encontró con tres perdidas de su amado, Suspiró al verlas y un instantáneo le llegó aliviándole el pesar, pero nuevamente la angustia se apoderó de su hogar.

 

“Bill, salí con mis amigos, no me esperes, no llegaré, te quiero, gracias por el almuerzo”

 

¿Eso sería, ni un te amo, ni un cuídate, ni un te extrañaré? Nada era como al principio, que era todo caramelozo, tierno y meloso, ahora era todo frío y sin amor, sin palabras o un beso, todo estaba yendo para mal. Suspiró y comenzó nuevamente a sollozar. Marcó a su mejor amigo quién enseguida en su casa apareció, a consolarle y escucharle, animarle y tranquilizarte.

 

--no seas tonto Bill, Tom te ama, solo necesita un poco de espacio –Fue la última frase y lo que le dejó algo intranquilo—

 

¿Era muy cargante? Estaba claro que se estaba aburriendo, y esa sola idea le volvía loco. Estaba sólo, fue su único novio, y si no estaba con él, entonces ¿con quién? El miedo de la soledad era algo terrible, por ello se juró que estaría con él hasta la muerte.

No pudo dormir, no pudo callar, no pudo descansar, estaba angustiado y la almohada no era ahora su pañuelo. La cama se le hacía fría y las horas no pasaban. Al final entre gran llanto, logró por fin parar, y en los brazos de Morfeo, se puso a llorar, entre sueños y pesadillas, hasta que nuevamente su borracho marido le volvió a despertar.

Y así siguió en los siguientes meses, ya casi no se hablaban y si lo hacían era para follar, Era lo único que hacían y él no podía aguantar más. Una noche su príncipe transformado en monstruo llego temprano de trabajar, para irse luego de parranda de un bar a otro bar, pero Bill no le dejó y esto a él cabreó, y ahí los gritos y discusiones se iniciaron sin fervor.

 

--¡Pero que mierda te pasa coño! –Le gritó Tom a su esposo, y éste se inmutó, temeroso por su conducta, y este otro sólo se cabreó-- ¡Sale adelante mierda que voy a salir!

 

--¡Pero Tom! –Se quejó, tratando de aguantar a la bestia de su amado, a quién ahora miedo le sentía, no cariño, solo miedo—Sales todas las noches, ya no estamos nunca juntos ¡Te extraño!

 

--¡Pero que mierda crees que me importa a mí cojón! –Le escupió, y el joven moreno tan sólo se encogió-- ¡quiero mi espacio para estar con mis amigos, salir y divertirme y que te alejes un poco de mi!

 

--¡Lo comprendí los primeros días pero ya van meses y no comprendo! ¡¡Creo que me estás engañando!! –El moreno no era tonto y eso el rubio lo sabía y al sentirse descubierto no supo que decir. Las lágrimas se agolparon en sus ojos, y sus manos de reflejo su grito aguantaron en su boca-- ¡¡Dios sí lo estás!!

 

--¡Y si te engaño qué! ¡Si yo no te amo nadie más lo hará! ¿Lo entiendes verdad? ¡Porque tú eres un marica por el cual nunca nadie se va a fijar! –No supo qué decir, tenía toda la razón, era un marica y no podía vivir sin su amor, su cariño odio o atención. Era su droga y mil veces necesitaba estar con él, o moriría solo y sin compasión-- ¡Ahora salid de mi camino que las putas me esperan!

 

De un empujó lo apartó de su camino, cayendo el moreno al suelo sin saber aún que hacer. El dolor era muy grande y estaba desesperado, y más miedo se apoderó de él al recibir un mensaje de su bestia diciéndole “Espérame bien sexy, porque ésta pelea me dejó cachondo y hambre por ti”. Lloró desesperado y corrió a su habitación, se colocó su clásico pijama abrigado y se acostó hasta que nada de él se pudo ver. Esperó despierto hasta pasada la media noche y cuando creyó que de la pena lograría poder dormir, la puerta de entrada le dejó claro que su pérdida había llegado.

La puerta se abrió, no venía tan borracho, pero su cara de lujuria se le veía en cada costado. Se envolvió entre las sábanas, pero él se las sacó y en sima de él se colocó. Le quitó la ropa a tiras y le dejó a su merced, y con mucha violencia le volvió a poseer.

Sus gritos, sollozos, gemidos y alaridos, salían de su boca tan inocente como de un niño. No sabía que hacer, no sabía que pensar, el dolor de la traición y de la violencia no le dejaban reaccionar, Su Bestia lo violaba y sentía sangre y semen salir de su antigua castidad.

Le dejó ahí tirado mientras el muy cerdo se volvió  a retirar, mientras que las lágrimas no lo dejarían volver a descansar. Esa imagen y experiencia no se la podría borrar y al volver a sentirlo cerca el miedo ya no dejaba de aflorar.

 

--Lo siento, estaba ebrio, muy cansado y estresado, lo lamento no sé porqué lo hice, yo te amo mi vida eres todo para mí, perdóname mi cielo que esto jamás se volverá a repetir –Dicho eso, le perdona, con un beso y un abrazo, estaba ciego de amor y también miedo, pero creyó en su palabra y recordó su juramento, y ahí de nuevo estaba atado a las cadenas del filamento. Estaba viviendo junto al mal—,

 

Pasaron las horas días y todo estaba bien, esta que de la nada volvieron a retroceder. Pero ésta vez no eran gritos o insultos, no, eran golpes y maltratos, incordias y desprecios. Ya no sabía en qué creer, si en las disculpas y los cariños de su amado príncipe de cuentos, o en los golpes y maltratos de su bestia que acababa de conocer.

Prefería a su príncipe, y por miedo a perderlo y a la eterna soledad, le perdonó todo, y trató de continuar, pero cada vez era peor, y no lo podía creer. Nunca fue un príncipe, y ahora sólo recién comprendía que era un bestia, aprovechado, maltratador y emborrachado. Siempre fue así, y antes tan solo fingía, y no podía más, el maquillaje no cubría sus heridas, sus penas o el dolor, su vida se marchitaba como una rosa sin cuidar, y quería salir adelante, asíque una media noche se atrevió a hablar.

 

--¡No podemos con esto, estoy cansado, tú te aprovechas de mí, estoy ya harto, no quiero seguir junto a ti! –Le gritó y de respuesta un agarrón de cabello el recibió—

 

--¡Sí tú no eres mío, no serás de nadie! ¡¿Me entiendes?! –-Le sentenció, y al tratar de liberarse, golpe tras golpe recibió, hasta que la sangre le salpicó el rostro, dejando a la bestia con su presa muerta entre las manos, arrepentido por no poder escuchar-- ¿Bill..?

 

Había muerto a tanto golpe, la bella rosa se marchitó, porque la bestia, su dueño, no le supo de cuidar, y ahora nuevamente, sola y fría estaba, la bestia en su madrigal. Pero sin querer estar en éste mundo sin su amado, con hoja y lápiz en mano, una nota de suicidio dejó, con palabras para quién leyera, y luego se disparó.

Y ahí quedaron ambos, Bella y Bestia en su salón, muertos por el daño, de una relación sin amor.

Y para quién sea que les encuentre, y para toda la gente del país, el contiende y el mundo, una nota de un amante loco y ciego de odio y amor.

 

“Cuando uno se está enamorado

Tiene miedo dudas y más

Miedo de perder a alguien

Y dudas de continuar

Pero ahora yo comprendo

Que esto jamás debió pasar

Por eso ángel mío

A tú lado siempre quiero estar

Y si yo ahora pudiera cambiar en algo tus miserias

Daría todo por entender

Sólo un segundo de tú sufrimiento

Espero que al menos nuestra historia

No quede sólo en la memoria

Que no se repita jamás este cuento”

 

El amor trae muchas cosas, nunca calles, nunca aguantes, sólo vive, solo sigue…

 

Notas finales:

espero que os haya gustado.recibo críticas, comentarios, quejas, bleh bleh bleh xd

nada de llorones 77 (L)

un besillo


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