"Espera que me recupere, me vengare pequeño Near"
-Mañana me iré- dijo caminando por la habitación, feliz de poder moverse libremente, que ya el dolor no invadiera su cuerpo por cualquier minúsculo movimiento.
-Sabes que puedes quedarte- dijo Near sentado en el piso con unos cuantos juguetes a su alrededor- Tu y yo podríamos atraparlo Mello, juntos.
- Aun tengo que demostrarte que puedo ser mejor que tu, pequeño Near- sonrío ampliamente
-¿A donde iras?
-Eso es algo que no te incumbe, enano- se arrodillo enfrente del menor, tomando su barbilla para obligarlo a mirarle a los ojos- incluso podría marcharme ahora mismo. ¿Pero sabes por que no me voy?
Sintió un escalofrío recorrerlo, Near sabia perfectamente por que no se había marchado aun.
-Sabes Near, he encontrado algo muy interesante, un día que estuve solo aquí en tu alcoba.
Rebusco en el bolsillo del pantalón del pijama que llevaba puesto y saco, algo que al parecer era un trozo de papel.
-¿Por que tenias esta fotografía?
-Mello fue muy descuidado al dejarla en Wammy´s House, Kira solo necesita conocer el rostro y el nombre para matar. Si hubiera ido hasta Londres para averiguar sobre nosotros y encontraba esa fotografía podrías haber…- se corto a si mismo, no quería ni imaginarlo.
-Jajaja, que ha sido eso Near- una sonrisa arrogante surco los labios del rubio- Tu impecable auto-control rompiéndose…- después de un instante su sonrisa se desvaneció- Gracias
Silencio.
-Y…este- Mello volvió a rebuscar en sus bolsillo- ¿y este juguete?
Las mejillas del Near se volvieron de un rojo intenso, mientras que sus ojos se abría mas de lo normal.
-Donde lo encontraste- dijo el chico bastante alterado.
-Por ahí- volvió a recuperar su arrogante sonrisa, bastante complacido por la reacción de su compañero- Eso realmente no importa, ¿como lograste conseguir esto?. No creí que te interesaras por este tipo de”juguetes”
Near desvío la mirada completamente avergonzado, mientras sentía como Mello se acercaba cada vez mas a el, rozando sus labios contra su oreja.
-¿Pensabas en mí?- sus manos se iban adentrando bajo la camisa blanca del pequeño, rozando con la punta de sus dedos la suave piel.
-No hay día en que no piense en ti- sus manos se posaron en el pecho del mayor, que solo llevaba los pantalones del pijama puestos, sintiendo el calor de su cuerpo.
-Eso no responde mi pregunta- dijo suavemente mientras lamia el blanco cuello del muchacho, haciéndolo tiritar. El aliento de su compañero chocaba contra su piel delicadamente- ¿Pensabas en mi mientras usabas esto?- pregunto otra vez mostrándole el pequeño vibrador.
-Si- dijo tan bajito que casi no se distinguió lo que decía.
-No te escucho.
-Si, Mello- dijo con más firmeza pero sin mirarlo a los ojos
-Me alegra saberlo- dijo levantándose y ofreciéndole una mano para que Near lo imitara- Por que tu eres únicamente mío Near, no permitiré que nadie mas que yo te toque, no consentiré que pienses en nadie mas que en mi. Eres todo mío, que te quede bien claro… Ahora. Quiero ver como juegas con el.
-Perdón, no pienso hacer eso frente a ti- dijo Near completamente rojo.
-Oh, vamos Near, deja ese lado correcto y puro que ambos sabemos que no tienes, hazlo por mi.
El pequeño, dudo un instante, pero ya que importaba, Mello pronto se iría y no sabia cuando volvería a verlo, lo mejor seria aprovechar cada minuto que todavía le quedaba a su lado, Near comenzó a desvestirse bajo la mirada de su rubio compañero, que se había sentado en una silla cerca de la inmensa cama revestida con sabanas de seda blanca, tomo el pequeño vibrador, que había sido su único consuelo por las noches, tantas veces testigo de sus deseos prohibidos y nunca realmente consumados.
Se posiciono en la cama, con el rostro entre las sabanas, levantando las caderas, dándole a su pareja una vista realmente exquisita. Introdujo el pequeño aparatito lentamente dentro de si cuando de improviso Mello se levanto, arrodillándose cerca de la cama para quedar a la altura del rostro del peliblanco y lo beso, tiernamente.
Crac!
Todo ocurrió tan rápido, que Near no podía explicarse lo que había sucedido. Un par de brillantes esposas sujetaban sus manos detrás de su espalda.
-Te dije que me vengaría- y en el rostro de Mello se observaba la sonrisa mas sádica y depravada que nunca antes le había brindado al pequeño, mientras volvía a su asiento- No fue nada fácil encontrar esas esposas, tuve que sacarlas del cuarto del comandante Léster, y créeme no fue nada sencillo que las cámaras no me filmaran. Ahora Veamos, ¿como funciona esto?- dijo inocentemente mirando el pequeño control como si fuera el objeto mas interesante del mundo.