Las gotas de lluvia se resbalaban lentamente por la ventana de aquel pequeño salón, este sería un día verdaderamente frio & desolador, en la fila de sillas de la derecha se encontraba sentado aquel joven de cabello castaño y hermosos ojos color chocolate, de brazos y abdomen fuertes marcados por la camiseta escolar, mantenía su cabeza recostada sobre el escritorio a causa de aquel terrible aburrimiento, en la fila izquierda se hallaba un joven rubio de tez blanca, hermosas facciones y unos preciosos ojos gatunos, miraba con furia al otro pues por su culpa tendría que desperdiciar toda su tarde en aquel mugroso salón, encendió su iPod y se dispuso a escuchar su canción favorita para calmarse un poco, se relajo hasta tal punto de quedarse dormido, tiempo después sintió como acariciaban suavemente sus rubios cabellos, le resto importancia, se removió un poco para continuar con su descanso
-¿Acaso vas a dormir toda la tarde?- dijo el castaño con voz ronca cargada de cierta ternura, instantáneamente sintió como el aludido quito su mano de un golpe
-Que te importa Choi- el chico rubio ni siquiera se digno a mirarlo, se quedo tal y como estaba recostado en aquella tabla de madera maldiciéndose por no haber caído en cuenta que estaban completamente solos
-Sabes kibum, te vez hermoso mientras duermes- el corazón del nombrado se aceleró y sus mejillas adquirieron un hermoso tono carmesí, tomo una gran bocanada de aire y se calmo un poco agradeciendo el hecho de que minho no pudiese ver su sonrojo, desde hace ya un tiempo aquel hermoso muchacho lo hacia sentir demasiado nervioso, trataba de ocultar esto comportándose hostil y grosero, ¿y es que como podría estar comenzando a sentir cosas por el? , si ambos pertenecen a universos totalmente diferentes, minho es el mejor deportista de la escuela, esta en el club de baloncesto, en el de futbol y aun le sobra energía para estar en el de tenis, mientras kibum es el mejor bailarín, pertenece al club de danza, canto y costura, su pasión por la moda y las coreografías es infinita, sabe perfectamente que ellos no son compatibles en nada pero aun así un simple rose del alto hace que su corazón quiera salirse
-Deja de decir tonterías, al parecer el frio te congelo el cerebro- allí estaba otra vez esa actitud el alto no entendía porque kibum se comportaba de esa forma con el, siempre era amable y cariñoso, pero recibía a cambio malos tratos e indiferencia, comenzaba a creer que sus sentimientos no serían correspondidos nunca, quizá aquel orgulloso chico esperaba a alguien mejor que el, quizá ¿a una mujer? , no lo sabia, de todas formas a minho no le importaba que kibum fuese hombre le quería y le deseaba igual, hacia pocos meses había aceptado sus sentimientos por el a pesar de ser del mismo sexo, le dio una ultima caricia a su cabello y se recostó en aquel asiento.
-Por que no regresas a tu lugar, ¿acaso no te has dado cuenta de que te quiero lejos?- kibum intento sonar lo mas frio posible, no deseaba que el alto se le acercara, lo evitaba al máximo hasta el punto de ni siquiera mirarlo a los ojos, tenía miedo de que quizá a través de ellos el muchacho de esponjosos labios descubriera algo de lo que ni el mismo estaba seguro; El silencio se hizo presente durante unos minutos, kibum no entendía porque el alto no omitía palabra alguna, ¿se habrá quedado dormido?, pensó, giro su rostro para comprobarlo pero se encontró con aquellas orbes mirándolo fijamente, no pudo descifrar lo que ocultaban, solo sintió como un escalofrío recorrió su cuerpo.
-¿Tanto te molesta mi presencia?- ¿Qué debía responder ante esto?, era obvio que le agradaba la compañía de minho, aunque a veces lo detestaba fervientemente, solo lo esquivaba por precaución, para evitar sentir esas estúpidas cosas sin sentido que le provoca la presencia del otro, ahora mas que nunca debía sacar a relucir su actitud caprichosa y desinteresada, no permitiría que lo analizara de esa forma, no dejaría al descubierto su alma, lo miro con desdeño, o al menos eso intento porque inmediatamente sus ojos se toparon con los del otro su confianza decayó, no pudo mas que esquivar su mirada e intentar sonar convincente
-¿Qué comes que adivinas?, detesto tu presencia, te odio ¿sabias?- se sorprendió a si mismo, sus palabras sonaron hirientes, se sintió satisfecho había logrado su objetivo, estaba celebrando mentalmente hasta que una simple palabra quebró su tranquilidad
-Mientes- alzo su vista confundido y vio como el otro le regalaba una sonrisa picara, ¿acaso lo había descubierto?, estaba a punto de entrar en pánico, su corazón latía mas de lo normal, ¿Cómo podía estar pasando esto?, ¿haber descubierto que?, si ni el mismo sabia que le pasaba, no entendía el porqué de sus nervios, y mucho menos la expresión que le dedicaba el otro, -Mírame a los ojos y dime todo eso de nuevo, entonces te creeré- sintió como lo tomaron de la barbilla, su cara quedo enfrente de la del otro, esta vez lo miro a los ojos hipnotizado por su belleza, por sus facciones masculinas por sus labios carnosos, sintió como el otro se comenzó a acercar, sentía su aliento chocar con sus labios, pero el no caería tan fácil, tomo fuerza y lo empujo fuertemente haciendo que se cayera de su asiento
-¡No te me acerques choi!-le grito con el corazón en la garganta, en ese preciso instante entro el director
-Veo que no lograron arreglar sus diferencias, ahora pasaran en detención el resto de la semana o el tiempo que sea necesario hasta que se lleven bien- dijo aquel hombre
-¡No lo hare!- chillo kibum, no podría soportar estar mas días encerrado con minho, sabia que si el otro se le volvía a acercar de esa manera ya no tendría la fuerza para alejarlo
-Entonces escoge o arreglas tus tonterías con el o te expulso del colegio, lo mismo va para usted señor minho- el hombre le dedico una mirada desafiante a ambos
-Yo estoy dispuesto a arreglar las cosas el del problema es kibum- dijo minho con tono inocente, el rubio apretó sus puños ante esto
-Bien mañana los espero puntuales- dijo el director antes de salir del lugar, kibum tomo rápidamente sus cosas y se fue, se sentía desesperado, confundido, ofuscado, no entendía nada, ni sus propios pensamientos, el solo deseaba que minho no decidiera acercársele de nuevo, ¿pero entonces como arreglarían las cosas?, él no pensaba pasar el resto de su vida escolar en detención, tomo de nuevo su reproductor y coloco una de las canciones de moda intentando así olvidar lo que paso, aunque muy en el fondo sabia que era imposible olvidar aquellos esponjosos labios que estuvieron a milímetros de los suyos…