Epílogo I
Minho tragaba con dificultad un pedazo de carne, mientras un par de feroces ojos lo miraban más allá. Intenta comer un poco más de arroz, ya sin soportarlo más y enfrentándose a esa mirada casi con odio que no lo paraba de analizar.
La señora Lee estaba dos puestos más allá y aún así no era impedimento para no dejar de estudiarlo a la lejanía. El alto sentía que todo lo hacía mal, incluso comer. Se sentía nervioso, como si estuviese en una especie de acuario y todos esperaban verlo morir de una sola vez.
Una mano pequeña le acaricia por debajo de la mesa, llamando su atención.
- ¿Pasa algo?
- No- mentía-. Estoy bien.
- Minho…
- Es en serio.
Taemin lo mira por unos instantes y se vuelve a enfrascar en una conversación con una de sus primas que no veía hace bastante. Y Minho no tiene otra opción que volver a concentrarse en su comida si no quería morir asustado por la atenta mirada de la madre de Taemin, que más encima, se le había unido la de Onew.
¿Cómodo?
Como nunca.
Juega un rato con la carne y las verduras, mientras siente que todos los Lee, que nunca creyó que fueran tantos, se ponían al día de las últimas noticias de la familia y detalles oscuros que no a todos les gustaba comentar.
Solo cuatro de diecisiete personas en la mesa sabían sobre su relación.
Onew, Kyuhyun y los papás de Taemin.
Ninguno quería conocerlo. Dos ya lo habían hecho de antes que supieran, pero sus padres, se negaban a hacerlo.
Pero era Taemin, el especialista en llevar la contraria.
Minho se había negado en aparecer ahí porque simplemente no le correspondía, era algo de familia y él no era un Lee como para dejarse ver ahora, pero bendito el día en que sea capaz de negarle algo.
Las conversaciones se vuelven más suaves y no con tanto contenido, generando cierta calma en el ambiente, mientras Kyuhyun que se había sentado al lado del alto, le conversaba sobre cierto tema universitario que había logrado quitarle algo de nervios y distraerlo un poco. Cuando siente que Taemin se levanta a su lado, tosiendo un poco y pidiendo algo de atención entre su familia, a Minho le entró el pánico de un solo golpe.
Conocía a Taemin. Sabía de lo que era capaz y lo que haría con tal de ignorar a sus padres.
Si pensaba en un momento de todo el almuerzo familiar para irse, este hubiese sido el perfecto.
- ¿Algo que decir, cariño?
Ella era una de las tías que mejor le había caído a Minho. Le había hablado sin conocerlo y le había dado un sonoro beso en la mejilla, dejándole restos de lápiz labial.
- Mucho.
- No digas cosas indebidas, Taemin- la voz de su madre le interrumpe, seria, mirándolo a él y a Minho de soslayo-. Controla tus palabras.
- No, no lo haré.
Lo había hecho por mucho tiempo solo para darle el gusto a todos.
Tuvo que soportar ir al psicólogo nuevamente desde que les contó a sus padres que era homosexual y que mantenía una relación con alguien. Su psicólogo ya lo sabía así que no tuvo problemas con eso, el problema fue cuando llegó el momento de decírselo a ellos.
Onew… Onew apenas le hablaba.
Eso ya no era novedad.
- ¿Que él es qué?
- Mi novio- repite Taemin, sonriendo.
Mierda. Doble mierda. Triple mierda. Cuádruple mierda. Infinita mierda.
Minho sentía que sus mejillas comenzaban a enrojecer de forma fulminante mientras diecisiete personas lo miraban impactados. Algunos con los ojos abiertos a más no poder, otros con expresión de asombro, mientras que otro con una expresión que era mejor no descifrar.
Quiere tragar un poco de bebida, pero siente que su garganta se cerró.
¿No podía haberlo dicho de otra forma? ¿De una manera que no hubiese llamado tanto la atención?
Lo peor es que Taemin apoya su mano en su hombro, como si no fuera suficiente, y Minho cree poder hundirse más en su silla, rogando por amor y por menos odio. Los papás del menor le miraban sin poder creerlo, mientras que un par de mujeres de mayor edad, parecían gozar la noticia.
Le sonreían, era lo más extraño.
- Debo decir que no esperaba menos de tu gusto, cariño. Tienes un novio más bonito que cualquier hombre en esta mesa. Y en otras más.
- ¡Hey! ¿Y yo? ¿qué queda para mi?
- Kyuhyun las arrugas ya empiezan a salir, cariño.
La mujer que antes le había conversado le sonríe sinceramente y le susurra un par de palabras consoladoras, mientras otras se unían a la alabanza de su físico, lo que le hacía sonrojar más aún.
Onew le miraba serio, comiendo lentamente, mientras todos comenzaban a hablar de forma normal ante una atenta mirada de los padres del menor que le susurraban un par de cosas inaudibles para Minho.
Las carcajadas comienzan a florecer, mientras el alto ahora era incluido en las conversaciones como uno más de la familia y como si no hubiera nada extraño en que fuera hombre y Taemin también. Al parecer eran más abiertos de mente que su propia madre.
- Taemin es demasiado bonito para ser heterosexual, cariño. No sé como habría reaccionado ante una novia fea.
- Taemin siempre sería más lindo que su novia- aporta otra tía en una ubicación mucho más lejana.
- Pero este no es el caso.
- Hey, paren de subirle el ego.
Siente una vez más su mano en su pierna, acariciándolo y llevándose varias sonrisas cómplices al verlo tan feliz. A Taemin le dan ganas de besarlo por ser tan bueno y por haber soportado todo, pero se contiene al ver como sus papás se excusan de su acto con un par de tíos un poco más allá. En vez de avergonzarse de si mismo, le avergüenzan ellos y su poca humildad en aceptarse a si mismos.
Cosa que ya apenas le importaba.
Ve como un hombre ya mayor, estira su brazo a través de la mesa y le da su mano con una agradable solemnidad. Minho no se demora mucho en estrechársela y bajar un poco la cabeza, agradeciéndole.
- Lee Jun Ki, tío de ese espécimen que tienes a tu lado.
- Heyyyy- grita Taemin ofendido.
- Choi Minho, novio del espécimen.
- Bienvenido a la familia, espécimen.
Un par de personas más ríen junto a ellos, mientras el hombre de mayor edad comienza a preguntarle cosas de su vida y cosas triviales para entrar en confianza. Taemin ve como Minho se desenvuelve con mayor facilidad e incluso se da el lujo de bromear junto a ellos y un par de tías que interrumpían la conversación. Acepta un par de elogios y alaba a las mujeres que parecían coquetearle a pesar de su edad.
Y Taemin no se resiste más y se sienta de lado, abrazándolo desde la cintura mientras le besaba con cuidado sobre el hombro, casi intentando agradecerle por ser como era. Ve como Onew frunce el ceño ante su gesto y como parece disgustarle más su comida ante las carcajadas de sus tíos con Minho.
Incluso ve como su madre se ríe involuntariamente al escucharlo desde lejos.
- ¿Vámonos?
Taemin suelta un bostezo y estira los brazos, mientras jala a Minho para que se levantara y dejara de escuchar las mil y una anécdotas que le contaba una de sus tías acerca de la familia. El moreno reía entretenido, pero Taemin ya se aburría de que no le prestara atención.
Se despide de cada uno de los integrantes de la familia, llevándose más de un teléfono para que no perdieran el contacto, e incluso de los padres de Taemin que aún le miraban con el ceño fruncido cuando salieron. Ni siquiera el menor se dio tanto tiempo para despedirse como lo había hecho su novio.
Por lo visto Minho ya era más parte de la familia que él.
- ¿Minho?
Ambos paran su conversación en la que Taemin lo regañaba por caerle bien a todo el mundo y Minho le decía que no fuera celoso, al oír la voz de Onew a sus espaldas.
Taemin sostenía un brazo en su cintura, mientras Minho lo abrazaba desde los hombros.
Se voltean coordinados y Onew no esconde la sonrisa al ver eso.
- ¿Podemos hablar?
- Claro.
Taemin los mira a ambos y hace una seña un tanto extraña, intentando decir que estaría dentro porque olvidó algo que todos saben que no fue así.
Onew se acerca y se queda de pie frente a Minho, con los manos en los bolsillos y una actitud mucho más calma, como la que solía tener antes de se enterara sobre su relación.
La que solía tener cuando era feliz.
- Ya no puedo hacer nada más que aceptar su relación.
Minho deja un silencio antes de hablar, casi aceptando lo que acababa de oír.
- No quiero que te veas obligado a hacerlo.
- No lo estoy haciendo por obligación, lo hago porque quiero. No puedo hacer nada si ustedes de verdad se quieren. Tampoco puedo estar enojado de por vida con Taemin porque es gay, es estúpido e irracional.
- Es bueno que lo hayas notado.
- Perdón la tardanza, y si es que lo hice sufrir.
- No soy quién para perdonarte.
- Eres la persona que Taemin más ama, debo tenerte algún respeto.
- Con una cerveza te ganas mi respeto de inmediato.
Onew se ríe y Minho se le une enseguida, sonriendo sinceramente.
Bromean sobre un par de cosas más y comentan informaciones que se habían desactualizado mientras habían dejado de hablarse. Onew le advierte sobre sus tías y Minho no le escucha más, acercándolo de repente y fundiéndose en un abrazo que ambos necesitaban.
Cuando Taemin sale de su casa, desesperado y algo asustado de encontrárselos nuevamente en una riña, le es imposible no sonreír al verlos abrazados y peleando por quién era más gay de los dos. Onew se quejaba de que hasta olía a él, mientras que Minho le decía que como iban las cosas con una chica que nunca había oído hablar.
Se dan golpes en los hombros y Onew se sonroja al ver como Taemin observaba la situación desde lejos, riendo.
Y le cuesta acercarse. Le cuesta unir las palabras, mientras el menor caminaba hacia él e imitaba el acto que había hecho Minho, sumiéndose en un abrazo más que necesitado. Taemin suspira cuando apoya la cabeza en su hombro y Onew le da pequeñas palmaditas en la espalda, casi de forma torpe.
- Te extrañé Onew.
- Y yo, Taemin, y yo.
Se prometen una conversación al otro día y Minho promete un almuerzo que ambos saben que no resultará. Las artes culinarias nunca habían sido el fuerte del alto y muchos menos si estas se trataban para una ocasión especial.
Onew sonríe y Taemin se da cuenta de cuánto extraño esos ojos que desaparecían cuando su hermano estaba feliz.
Ve como se despide a la lejanía y como el viento parecía más agradable cuando las cosas se ponían de su parte.
Minho jugaba con su mano mientras manejaba, a la vez que él actuaba como si lo estuviera escuchando atento. Le habla sobre una mujer de no sé donde que hizo no sé qué. Observa como se ríe de su propio comentario y como se emociona en las partes más interesantes.
De repente dejar de mirarlo se transforma en un acto imposible.
- ¿Desde cuándo eres tan perfecto Choi Minho?
**
Taemin da dos golpecitos nerviosos en la puerta, mientras se balanceaba de un lado a otro sin poder aguantarse más. Minho le miraba desde su lado, sin evitar sonreír y reírse de la situación.
- No están.
- Key me dijo que no saldrían.
- Pero ya nos habrían abierto la puerta.
- Minho sht, sht, sht.
Da más golpes en la puerta, ya bastante desesperado, mientras el muy desgraciado de su novio se reía y se cruzaba de brazos, ya disfrutando de la situación. Disfrutando su cara de desesperación y sus saltitos que daba para intentar controlar sus ganas de ir al baño.
- Mierda, necesito entrar.
- Forcemos la puerta, dudo que a Key le importe mucho si se trata de tu vejiga.
- Hay una llave por algún lugar.
- ¿Estás hablando en serio?
- ¿Crees que Key me dejaría morir en la calle si me echan de mi casa?
Minho ve como el menor busca hábil entremedio de unas macetas cercanas, excavando un poco la tierra y moviendo las hojas, para sacar una brillante llave que yacía oculta.
Se impresiona del solo hecho de estudiar la situación.
- ¿Hay algo que no tenga pensado Key?
- Lo dudo.
Taemin abre la puerta de un solo golpe e ingresa hábil al lugar, sabiendo de inmediato donde dirigirse. Da pequeños pasos hacia la habitación de su mejor amigo, mientras Minho lo sigue observando de un lado a otro la pulcritud que tenía esa casa.
Era algo así como impresionante.
Era imposible que algo estuviera fuera de lugar o sucio.
Sería como una ofensa.
Ve a Taemin robarse unos dulces que habían en una mesa, mientras le daba uno por obligación y Minho solo se encargaba de masticar con dificultad.
- Key notará esto- intenta hablar sobre los mordiscos al chocolate.
- Da igual.
Pero cuando el menor abre la puerta de la habitación para ir al baño y Minho entra junto a él, se llevan una sorpresa tan grande que lo único que atinan es a taparse los ojos el uno al otro con sus manos.
- ¡POR LA MIERDA QUÉ HACEN ACÁ!
- Oh mierda, mierda.
Minho sostenía su mano tapándole la vista a Taemin, mientras el menor lo único que hacía era reír y sonreír como si fuera normal ver a su mejor amigo teniendo relaciones sexuales con su novio.
- ¿¡ACASO NO SABEN TOCAR LA PUERTA!?
La voz de Key asusta al alto, mientras que ninguno de los dos era capaz de destaparle los ojos al otro.
- No es mi culpa que tus gritos no te hayan dejado escuchar.
- ¡Taemin!
- Pero si es cierto- nota como la mano de Minho tiembla por la risa y como se acercan unos pasos, probablemente los de Jonghyun-. Yo solo quería ocupar el baño.
- ¿¡Y ya no tienes ganas acaso!?
- No, tu elasticidad me impactó.
La carcajada que suelta Minho se ve ahogada de inmediato por un fuerte golpe que le propina Jonghyun con un cojín, empujándolo desde el hombro para que saliera del lugar. Key suelta un par de blasfemias más, mientras Taemin caminaba con los ojos cerrados hacia el baño.
Un choque con la puerta fue necesario y un par de gritos más de Key para que le volvieran las ganas.
Pero cuando el par logró salir de la casa, a punta de golpes y amenazas de muerte, las carcajadas de ellos se pudieron escuchar hasta del interior de la habitación de Key, contagiándose inevitablemente por la situación que acababan de presenciar.
Pasaron dos semanas del extraño suceso y Taemin aún era capaz de reírse antes de dormir, mientras que Minho aún se quejaba de los golpes que le dio Jonghyun antes de irse de su casa.
**
Taemin choca su nariz con la de Minho, jugueteando, mientras el alto se deja estar, sonriendo y acurrucándose más bajo las sábanas. El cuerpo del menor descansa sobre el de Minho, sosteniéndose con ayuda de sus manos que acorralaban la cabeza de su novio, que lo único que hacía era entrecerrar los ojos a cada segundo por el sueño que lo volvía a atacar.
Cada vez que veía que Minho cerraba los ojos, Taemin le clavaba un dedo y lo obligaba a despertarse.
- No te duermas.
- No lo hago.
Se besan despacio y con calma y con una paciencia digna de estudiar. Taemin le ordena el cabello con ambas manos, mientras el moreno nuevamente caía rendido ante tanta relajación.
- Que abusador eres, Minho.
Sulli entra a la habitación sin golpear, a la vez que Taemin se levanta rápido, quedando sentado sobre su cintura y casi pidiendo disculpas por haberlo descubierto acariciando a su hermano. Lo más divertido era como Minho aún yacía con los ojos entreabiertos por el sueño.
- No deberías tenerlo así de consentido, Minnie.
El castaño sonríe tímido, a la vez que le hace una seña por su vestimenta, la que Minho no logró entender por el sueño.
- Y tu no deberías entrar sin tocar la puerta- bufa Minho, ya despertando por obligación.
- Eres una vieja, Minho- Sulli se arregla el cabello ante la afirmación de Taemin-. Voy a salir, volveré tarde.
- ¿Dónde?
Ahí había algo extraño. Entre las señas y las burlas de Taemin que él no entendía y esa sonrisa cómplice de Sulli.
- Eso no te importa.
- ¿Y si mamá pregunta? No quiero ir a buscarte a la cárcel por tráfico de drogas.
Taemin le da un golpe en el estómago a Minho, pidiéndole que dejara de hablar tonterías.
- Ella sabe- le responde Sulli, acercándose a besar la mejilla de Taemin, mientras su hermano le miraba con el ceño fruncido. Le deposita un beso también, esperando que se quedara tranquilo, cosa que no fue así.
Ve como se arregla unos zapatos altos en los pies y como iba vestida de una forma que nunca la había visto; casi expeliendo femineidad.
Cuando le ve devolverse y abrir la puerta de nuevo, Minho se come las palabras para no regañarla de nuevo.
- No hagan nada porque se quedarán con las ganas. Mamá llegará en media hora.
Y nuevamente cierra la puerta, dejándolo más incrédulo que antes.
¿Qué mierda se creía?
Siente la mano de Taemin nuevamente, acariciándole el abdomen, sabiendo perfectamente que estaba cascarrabias por no saber lo que pasaba con su hermana. Minho le mira con el ceño fruncido y el castaño sonríe, dando por sentado que no le diría nada. Tenía una lealtad importante que cumplir con Sulli.
- ¿Dónde mierda va?
Esa obsesión por tener todo controlado le daba ternura a Taemin. Bueno, eso y muchas cosas más que necesariamente no tenían nada de tierno.
Taemin se encoge de hombros a la vez que ve al moreno fruncir más el ceño.
- Yo sé que tú sabes, Taemin.
- No sé de que me hablas, Minho- se ríe, a la vez que ve como el moreno entrecierra los ojos, estudiándolo-. No te diré nada. No es mi culpa que tu hermana sea mi mejor amiga, le debo lealtad.
- A mi también me debes lealtad.
- No- se acerca, sonriendo y dejando su frente pegada con la de él-. A ti solo te debo amor.
- No me hables, traidor.
Ve como el alto se voltea, empujándolo un poco, y se tapa hasta más arriba de la cabeza con la sábana.
Su novio y su madurez nivel Minho.
Pasa su pierna por arriba de su cuerpo, acostándose a su lado y abrazándolo de la cintura por obligación. No le importaba que lo rechazara, el tenía la sobre necesidad de amarlo.
Era algo que había notado hace poco.
- Minho.
- Qué- le responde en tono seco y a Taemin le da más risa, por lo que se apega más a su huesuda espalda.
- ¿Ya no te da vergüenza que nos vean así?
Era algo que se había preguntado hace un par de días; desde que todos ya asumían su relación y ellos se amaban como si nada delante de todos. Minho lo besaba en su universidad, en el medio de la sala o en el comedor, o incluso cuando salían, cosa que antes le hubiese causado algo de vergüenza, pero ya no.
Siente la respiración acompasada del moreno y como el odio repentino desaparece de su cuerpo.
- ¿Cómo así?
No se voltea y Taemin se lo agradece porque aún no se acostumbra a ser tan cariñoso con alguien.
- Así… ¿abrazados y dándonos besitos?
A Minho le causa ternura el hecho de que haya dicho besitos y no besos. Pero aún así no se voltea, entrecruzando sus manos con las de Taemin, que se aferraban a su cintura. Le acaricia con cuidado, mientras siente sus cálidos labios, besándole la espalda sobre la ropa.
- Te respondería, pero le debo lealtad a mi consciencia.
- Aishhhhh, eres un idiota, te odio.
Le pega un manotazo en la espalda y lo empuja con ayuda de sus piernas, solo para querer botarlo de su propia cama, pero Minho era más rápido y se levanta en un solo movimiento, riendo de su actitud y acorralándolo con ambos brazos al lado de su cabeza.
Taemin le mira con los brazos cruzados y enojado, mientras que Minho que estaba sobre él, sonreía malicioso.
- Así que me odias- se burla.
- Sí.
- ¿Y dónde quedaron los besitos?
Taemin nota su tono de burla y le enfurece más, dándole otro golpe en el pecho, sacando por fin un quejido de su parte.
- Te odio más.
- Mentira, me amas.
- Ni un poquito.
- ¿Ni uno solo?
Niega con la cabeza y el ceño fruncido. Incluso se vuelve a cruzar de brazos.
Minho se ríe con más ganas a la vez que se acerca y le deja un corto beso en los labios, sin esperar reacción alguna. Taemin seguía con los labios apretados, a la vez que lo miraba serio. Y una vez más y el menor lo rechaza nuevamente.
- Taeminnnnnn.
- No.
- Quiero un besito.
- Yo no.
- Taaaaaae- le deja un beso en el cuello y en la mejilla, pero nada-. ¿De verdad no me vas a dar un beso?
- De verdad, te odio.
- ¿Estás hablando en serio?
- Muy.
- No te creo.
- Cosa tuya.
- Taaaaaaaaaaaaae.
Cuando el menor parecía entrar en razón, siente que su puerta se abre una vez más, pero dejando ver el cuerpo de su madre, que yacía gloriosa mirándolos.
Eso era lo que más odiaba Minho. Cuando su madre se aparecía de la nada y le bajaba esa especie de obsesión con Taemin, porque no se le podía llamar de otra forma desde que se enteró de su relación.
- ¡Taemin, mi amor no sabía que estabas acá!
- Señora Choi que gusto verla- sonríe.
Ahí es cuando Minho se levanta y mira a ambos, incrédulos de su actitud e incrédulos de la forma que conseguían ignorarlos. Ve como su madre se acerca a besar A TAEMIN y no a él, estando a escasos centímetros de su cuerpo.
Al parecer se alegraba más de ver al novio de su hijo que a su propio hijo.
- Ahora entiendo de donde Sulli aprendió a no tocar la puerta.
- ¿Qué tontera hablas, cariño?
- Ignórelo, anda idiota.
Esa era la mejor parte, la mejor de todas; en la que Taemin hacía un complot con su madre y lo ignoraban y hablaban de él como si no estuviera ahí.
Minho se mueve a un lado para no interrumpirlos más, acostándose y mirando hacia la pared y tapándose por completo con la sábana. Escucha como hablan de la vida como si nada ocurriera y como su madre se sienta al lado de Taemin, que la oía atenta y reía sobre sus comentarios divertidos, que a Minho le parecían bastante aburridos.
Hablan del físico de ambos y de que Taemin tenía mejor rostro y se veía más contento y hasta más rellenito desde la primera vez que lo vio.
- Eres tan lindo, cariño.
- Gracias, señora Choi.
- ¡Deja de decirme señora Choi! Me haces sentir más vieja, cariño- ambos se ríen, mientras Minho hacía muecas contra la pared, más que enojado, emputecido-. ¿Y que le pasa a este hombrecito?
- Se dio cuenta que ya no lo quiero- se burla, sacando una carcajada de la madre de Minho.
- Iré a cocinarte algo rico y seguiremos hablando.
Siente como le da un sonoro beso a su novio y como cierra la maldita puerta antes de irse. Eso si que lo tenía claro, pero cuando se trataba de entrar, se le olvidaban todos sus modales.
- ¿Cuándo dejarás de ser tan celoso?
Ve a Taemin apoyado sobre su hombro, mirándolo sonriente, a la vez que él se hundía más en la furia. Le dan ganas de empujarlo, pero no se atreve solo porque se trataba de él.
- Nunca- asume con un bufido-. Moriré celoso, viejo, solo y sin amor.
- No- apoya su mentón en su hombro, descansando-. Morirás celoso, como un viejo exquisito, con Taemin y con mucho amor. Mucho, mucho.
Le dan ganas de voltearse y comérselo a besos. Cosa que no se demora mucho en hacer.
Taemin queda bajo su cuerpo y ríe cada vez que siente el roce del cabello de Minho en su pecho, mientras este lo recorre a besos. Le besa con cuidado, mientras el menor se deja estar y se deja acariciar como quería hace bastante rato.
Minho le mira con la sábana sobre la cabeza, atrapándolo con sus piernas y brazos, y Taemin le acaricia la mejilla con cuidado, estudiándolo como solía hacer.
- Te amo- le susurra.
- ¿Más que a mi mamá?
- No me pidas tanto, Minho por favor.
Ve como frunce el ceño de inmediato y se lo compensa con miles de besos mientras escuchan los gritos de su madre, llamándolos desde abajo. Taemin se ríe y Minho no le queda otra que unírsele a sus carcajadas.
Y se demoran más de quince minutos en bajar.
A Minho le gustaría que su madre no trabajara en un hospital y no supiera de que son esas marcas que tenía en el cuello.
Aunque bueno, no había que estudiar medicina para saber perfectamente de qué se trataban.