La culpa de todo eso la tenía su fiel ‘amigo’ Minho.
La tarde del viernes Key arribó a Seúl después de unas semanas en Canadá trabajando para las nuevas campañas publicitarias de renombradas marcas. Habían sido casi tres semanas donde su trabajo como fotógrafo había consumido toda su paciencia, entusiasmo y energía. Sin embargo, el joven Kim apenas pisó suelo nacional, llamó a su amigo de infancia para acordar una visita a la nueva casa que el otro había adquirido y ni siquiera se tomó el tiempo de ponerse al día con su novio: Simplemente lo encontró en su departamento, lo besó en la mejilla y arregló un par de bolsos con ropa para, finalmente, ponerse en marcha al pueblo que ahora Minho decía amar.
El viaje hacia el poblado rural no estuvo exento de peleas. Taemin, su novio apenas un poco más joven, estaba enojado y exigía que se detuviera para volverse a Seúl.
- Esta es la última vez que te lo pido amablemente Key, por favor detente y explícame qué diablos sucede- pidió en voz alta
- Sucede que vengo cansado y no quiero discutir!- le respondió casi gritando
El más joven no le contestó porque los gritos eran algo que no toleraba y pese a la insistencia de un aparentemente calmado Kibum, Lee simplemente siguió en su plan y permaneció mudo hasta que en una estación de servicio el auto se detuvo. Apenas lo hizo el chico de cabellos castaño claro abrió la puerta y se perdió a paso pesado en la pequeña tienda que lucía vistosa. Key quiso seguirlo pero tuvo que hacerlo cuando hubo pagado el combustible. El rubio entró y recorrió con calma los pequeños pasillos pero por ningún lado vio a Taemin. Resignado se volvió al auto y en cosa de segundos, su novio salió con el ceño aún fruncido y tomó asiento de copiloto.
- Lo siento bebé- se disculpó Key pero el otro seguía actuando como si no lo escuchara- Minho compró una casa cerca de aquí hace unas semanas y antes que me marchara le prometí que iría a conocerla
- Él no me agrada, tú lo sabes- le recriminó
- Pero Taemin- pausó tomando la barbilla del menor- te extrañé y quería estar contigo- dijo suave
- Esta no es la mejor forma- bufó fingiendo no importarle que Key se acercara a sus labios- ni siquiera me avisaste que habías llegado para ir al aeropuerto ~
Pero ni el mal rato que su novio lo había hecho pasar podía con las ganas de probar los labios delgados y suaves de Kibum. Ese era el primer contacto de semanas y vaya que necesitaba sentir esa presión propia del otro sobre sus labios. Taemin cedió de inmediato y sus lenguas se encontraron en un ritmo tan lento pero adictivo que el menor no se resistió e introdujo sin más una de sus manos bajo la camisa a rayas holgada que Key vestía.
- Nos correrán si sigues~ - advirtió el Kim sonriendo por lo despavorido que solía ser su novio
- Es tu culpa- respondió riendo travieso el más joven
Fue en menos de 10 minutos que una construcción cerca del camino principal captó la atención del que conducía y dirigiendo el vehículo por intuición hacia aquella casa enorme de madera, dio con el jeep negro de su amigo.
Minho apareció con esa sonrisa tan encantadora que tenía siempre y saludando a ambos con cariño, los ayudó a desempacar los bolsos que Kibum había preparado para el fin de semana.
- Es enorme – susurró impresionado Lee
- ¿Verdad que sí?- pronunció Minho mostrándoles todas las habitaciones al otro par- me alegra que hayan venido, así me hacen algo de compañía- rió
- Me encanta Minho! Es perfecta!- celebró Kibum- está hecha para una alguien como tú
El recorrido no se extendió demasiado y pronto se hallaron los tres sentados junto a la chimenea hablando de anécdotas que sólo dos de ellos manejaban. La cara de fastidio de Taemin era evidente y sin siquiera pedir permiso se levantó y subió al segundo piso. Recorrió otra vez las habitaciones que le habían sido mostradas con antelación y fue en busca de su ropa. Tomó una polera liviana y un pantaloncillo delgado, los vistió y se acostó en la habitación donde había dos camas individuales. Abrió la que estaba más cerca de la ventana y se envolvió deseando dormir pero no lo logró. En su mente había pasado una eternidad pero su reloj decía otra cosa; apenas se elevaban las diez de la noche y aunque quería, no lograba conciliar el maldito sueño. Contó animales esponjosos saltando felices una cerca en medio de un campo verde, controló su respiración y por último, trató de relajar su cuerpo a tal extremo que ya no sentía nada. Sin embargo parecía que su ánimo le estaba jugando una mala pasada y no le quedó otra opción que quedarse mirando la puerta como un loco. Seguramente Taemin estaba profundamente sumergido en su mala suerte porque no se percató del momento exacto cuando Minho apareció en medio del umbral y con una expresión amable se atrevió a hablar.
- ¿Puedo?- preguntó antes de poner un pie en la habitación
- Es tu casa Hyun, no deberías preguntar eso- respondió quedo el menor
- Tu llegaste primero, ahora el derecho es tuyo- respondió sonriendo- bien, yo quería disculparme
- ¿Disculparse?- habló sin entender Lee
- Sé que no he sido el mejor anfitrión cada vez que has estado en mis eventos y ahora que Kibum duerme en la otra habitación, creo que es tiempo de arreglar la relación- pronunció tomando asiento en la otra cama, quedando frente al más joven
- Hyun, esto no es necesario- pidió
- Escucha, nunca había visto a Key tan entregado como lo está ahora. A él lo quiero mucho, es como el hermano que nunca tuve y créeme que aunque no te caiga bien me encantaría ser tu amigo
- Ya lo soy- respondió sonriendo Taemin
Una neblina espesa comenzaba a apoderarse del entorno cuando Minho entró a la habitación donde dormía Key y abriendo con maldad las cortinas por completo, provocó que su amigo despertara balbuceando de malas ganas.
- Despierta Kibum- habló fuerte el moreno observando los árboles a través de la ventana
- Estúpido Minho!- chilló refregando sus pequeños ojos- ¿qué se supone que planeas con esa sonrisa?- preguntó al notar una expresión conocida pero no frecuente en el chico de cuerpo trabajado
- Es que anoche me acordé que cerca de aquí hay un lago y como vienes estresado creí que te haría bien ir allá con Taemin- habló convencido
- Uh! Es la primera vez que traes una buena razón para despertarme!- celebró burlón mientras se levantaba
Pasadas unas horas de mediodía, el auto ya estaba cargado con ropa y comida para tan esperado paseo. Taemin, como parecía tanto o más entusiasmado con la idea de reencontrarse con la naturaleza, simplemente tomó asiento a la espera del mayor quien oía atento las indicaciones de Minho.
Kibum había conducido por más de una hora cuando el ceño fruncido de Taemin llamó su atención y redujo la velocidad del auto.
- ¿Qué sucede bebé?- preguntó intentando mirar las instrucciones que Minho en una hoja había escrito
- Es que Minho Hyun dijo que llegarías en media hora y llevas más de una conduciendo, ¿será que estamos perdidos?
El rubio aún incrédulo por el tiempo que llevaba conduciendo detuvo el auto en una orilla y revisando la hoja que su amigo había escrito, se dio cuenta que su novio no mentía. Botó aire pesado y se bajó para comenzar a llamar al muchacho que los había enviado ahí pero el tono de conexión sonaba una y otra vez sin respuesta.
- Maldita rana!- bufó amontonando sus labios
Más su expresión se suavizó apenas Taemin se acercó a él en busca de unos besos.
- Esto es injusto ~ - se quejó Kibum enredando sus brazos tras el cuello de Taemin- me gustaba la idea de estar a solas contigo en medio de los árboles
- Yo también quería estar a solas contigo, te extrañé Key- susurró antes de volver a besar los labios de la perdición
Cuando finalmente decidieron separarse, Key bostezó un par de veces y aceptando que tenía sueño, se acomodó en el lugar que anteriormente ocupaba Taemin. Antes de cerrar los ojos le advirtió insistentemente al más joven que condujera con cuidado y que por favor lo despertara cuando ya llegaran a la casa de Choi. El muchacho de sonrisa brillante y ojos soñadores asintió y, lentamente, se puso en marcha para el regreso.
En el cielo las nubes transitaban oscuras y no pasó demasiado para que unas gotitas livianas y pequeñísimas llegaran hasta el parabrisas. Pero eso no asustó a Taemin y con una sonrisa en el rostro siguió conduciendo lentamente observando de vez en cuando el rostro calmo de Key dormir. Al llegar al cruce del que tanto Minho le había hablado, le desobedeció la orden a su novio y siguió el camino de la izquierda donde encontró las nombradas cabañas que el mejor amigo de su Kibum le había comentado.
Era un pequeño complejo con unas cinco cabañas de apariencia muy campesina. Se bajó a la recepción y volvió pronto al auto con la llave en su mano. Kibum se removió inquieto como si ya se diera cuenta que afuera las gotitas se hacían más persistente y abrió los ojos lentamente.
- ¿Dormiste bien?- preguntó Taemin alzándose sobre él para besarlo suave en la frente
- Si amor- respondió mirando desorientado por la ventana- esto no es la casa de Minho- reclamó
- No, no lo es. Yo me detuve aquí porque comenzó a llover y además ya casi está oscuro, tú sabes, no me gusta conducir así
- Mmm- suspiró pensativo- supongo que es lo mejor que encontraste
Taemin se encargó desempacar mientras que Key preparó café para el frío. El menor terminó con su abrigo corto mojado y lo abandonó sobre el pequeño sillón al lado de la puerta, ahora Taemin sentía un poco de frío y mientras su novio servía unas galletas en la mesita, él se encargó de encender la calefacción. La cabaña a pesar de tener un aspecto muy dejado no era nada antigua. Dentro era de concreto y las paredes de colores pasteles le daban un aspecto que llamaba a olvidarse de la vida en la ciudad. El baño de baldosas blancas era sencillo pero tenía una tina amplia; la habitación única de cama matrimonial lucía suave y cómoda.
- No sabía que podía ser tan ciego- habló Key refiriéndose a no ver los anuncios del lago que Minho le había comentado- ¿Acaso tu viste algo y te quedaste callado?- le cuestionó con los ojos afilados
- N-no- respondió suave; algo nervioso- yo de verdad no vi nada Key
- Pero, ¿por qué me respondes así?- lo increpó un poco molesto
- ¿Así?, ¿cómo?
- No juegues Lee Taemin, anda, dime qué sucede- le gritó
- Nada… nada- respondió con la mirada baja
- Lee Taemin!- repitió alto- si no me dices qué sucede voy a tomar mi auto y me marcho solo, ¿oíste?
- Ok!- le habló alto poniéndose de pie- no existe el lago. Ayer después que te marcharas a dormir, Minho dijo que te veía estresado y que le parecía buena idea que saliéramos solos, eso es todo
- ¿Qué?!- dijo al borde del colapso- ¿quieres decir que buscaba un lago que no existe?
- No, no existe- respondió Taemin riendo y quiso acercarse a abrazar al otro pero Key ya estaba fuera de sí y con toda su fuerza lo empujó hasta dejarlo tras la puerta
- Maldito mentiroso!- le gritó lanzando las llaves del coche y cerró la puerta con pestillo justo en su cara