Tan exuberante era el canto de aquel chico de hebras albinas y orbes magenta un tanto pálidas, más de uno se paraba a escuchar su canto al anochecer, mientras dirigía tan devastada mirada oculta tras esa dulce y cautivadora sonrisa al gran cielo estrellado, al momento que mantenía en alto su transparente sombrilla.

"Parece que van a llover estrellas... Abuelo"

En esos instantes ya los oyentes se habían disipado por completo, como si fueran almas, a la vez que el casi perfecto canto del que portaba unos tan blancos guantes, no tanto como el alma, se inundaba en un estrepitoso... ¿Llanto? Pues creemos que es del todo afirmativo, ya que el pequeño de bufanda amarilla de un tono tan encendido, es un androide. Se odia por ser eso un androide con sentimientos, pero incapaz de poder tener conciencia... Mas este pequeño, aficionado a llevar su mascara, me corrijo su protección contra el malvado mundo, poseía conciencia, la descubrió así de la nada como lo hizo con su amor por las medusas.

"Abuelo... Despierta... ABUELO!! No... No me dejes... Despierta..."

Y así con su rostro dolido reanudo su prepotente canto como oración a su ser más preciado, sin embargo esta vez llego solo la compañía de solo cinco espectadores, cautivados por aquella y tan hermosa voz angelical, que provenía de la parte de arriba de las casas, tan inusual. Todos lo oyentes que solo eran cinco personas, les llamo la atención en aquella voz rota por dentro, proponiedose hallarla en algún lugar... Y proporcionarle su ayuda a aquella, casi perfecta voz, pero su obstáculo era aquel tan doloroso pasado. Los oyentes no sabían que ya tenían, entre los cinco lazos fraternales, sobre todo que iban traz el mismo objetivo, aquel que amaba las medusas y su canción en alabanza a estas y a su querido abuelo.

Ellos iban tras... Tras el poseedor de aquel codiciado canto... *****

"Sabes... ***** tienes un canto... Un tanto codiciado, así cautivaras a más de una persona"

"No lo se abuelo"

Atte: Rose Nagato