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Vamos a ser algo difícil de superar por Niji_Takagawa

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Notas del capitulo:

Buenas noches de nuevo a mis queridos lectores~ ya sé, me he retrasado varios días, pero la verdad es que estuve lidiando con ciertos estados emocionales bastante difíciles de sobrellevar, así que no sentía muchos ánimos de traerles el capítulo. Sin embargo, ya me siento mejor, así que aquí lo tienen finalmente, así que sin más por el momento, lean, y disfruten:

El trayecto que el tren hacía desde Tokio a Osaka era de sólo unas pocas horas, lo cual en verdad le alegraba; y no era que no disfrutara viajar, al contrario, disfrutaba de los hermosos paisajes que la ventanilla del vehículo en el que se transportaba le ofrecía. Sin embargo, como en esa ocasión se encontraba solo, no le era demasiado grato, pues eso significaba estarse alejando de su pareja y de sus queridos amigos. Y justo en eso pensaba mientras bebía un poco de té en una pequeña taza de aluminio, la cual era parte de su termo color plateado; luego de aquello dejó escapar un suave suspiro, al mismo tiempo que dos pálidas y suaves manos se dirigían a cubrir sus ojos de manera que no le dejaron ver nada.

–Ah ya sé no me digas, Gackt decidiste que no podías quedarte solo por tanto tiempo y has venido a alcanzarme –fue lo primero que dijo, aunque era broma, pues sabía con seguridad que su amado tenía asuntos que resolver y que no podía hacer a un lado por más que él deseara. Ese pensamiento fue confirmado al momento que esas manos le movían la cabeza de manera negativa– bueno algo más probable… ¿Alguno de mis compañeros músicos? –Algo un poco más general, pero que le sería de ayuda para adivinar, aunque la respuesta volvió a ser negativa–. ¿Un amigo de la infancia tal vez? –Esta vez la respuesta fue afirmativa, por ello sus opciones eran dos; como uno de ellos era su compañero de banda y ya había descartado esa opción, sólo quedaba una persona– ¡ah! Entonces ya sé… Esa pequeña frutilla andante que le encanta usar pantalones cortos para presumir sus piernas y que además hace casi veinte años huyó de mi lado por su deseo de debutar primero que yo –al terminar aquella larga pero divertida respuesta, en medio de leves risas que escapaban a medias de su boca, sus ojos fueron descubiertos casi al mismo tiempo que recibía un zape en la nuca, tras lo cual su agresor tomó asiento a su lado.

–Ogawa por qué insistes en hacerme ver como el villano, ya lo dijiste en televisión a nivel nacional ¿y me lo sigues recordando? –El pequeño solista de cabellos castaños había rodeado la fila de asientos para sentarse al lado de su viejo amigo, abrazándolo con la espontaneidad con que sólo él podía, provocándole otra risa al mayor al mismo tiempo que correspondía al abrazo.

–¿Y tú sigues sentido por eso Taka-chan? Apenas puedo creerlo –respondió con una risa divertida nuevamente al notar el casi berrinche que recibía– bueno ya, dejemos de pelear. Mejor cuéntame ¿qué haces aquí? Se suponía que me alcanzarías estando en Osaka, no me imaginé verte en el tren.

–Takanori Nishikawa está lleno de sorpresas mi querido Tetsu… Te mentí, tenía bien planeado encontrarte en el tren, pero te dije que te vería allá para sorprenderte, y por lo visto llegué a tiempo porque no lucías muy animado que digamos.

–No me agrada viajar solo… Quizás es extraño pero cuando me voy alejando de Tokio me da esa sensación de que estoy dejando atrás a las personas más queridas que tengo y no me agrada. Pero si al menos una de esas personas va a mi lado, dejo de pensar así… Sí, ya sé que soy raro, pero no puedo evitar sentir eso.

–Tet-chan yo no soy quién para decirte “sí, eres raro” porque de igual forma yo lo soy, pero en fin, por algo nos llevamos tan bien –agregó, siendo esta vez él quien reía.

–Y por ti me volví acosador, así que vaya que hemos influido el uno en el otro… Qué pasa, por qué me miras así –alzó una de sus cejas en un gesto de extrañeza al recibir una mirada un tanto acusadora.

–¿Que yo te convertí en acosador? ¡Mentiras!

–¿Mentiras? ¿Acaso ya se te olvidó cómo nos conocimos…?

~FLASHBACK~

Eran las horas tempranas de la tarde en la importante ciudad japonesa de Osaka, específicamente en el distrito comercial de Umeda, donde se localizaba una de las tiendas de música y accesorios musicales más importantes de la ciudad; en ella se adentró un joven de estatura un tanto baja y una larga melena castaña que caía sobre su espalda. No buscaba nada en especial, pero como todo buen amante de la música, deseaba curiosear un poco para ver qué encontraba de nuevo respecto a los grupos que le agradaban; por lo tanto, mientras exploraba el área de CD’s, miró al chico que atendía el negocio, como siempre que entraba en aquel local. Desde la primera vez había llamado su atención, pero no por cuestiones físicas; él era muy observador e intuitivo con las personas nuevas, y algo le decía que él era un chico muy agradable, pero era muy tímido y callado. Cuando iba a comprar sólo le hablaba lo necesario para la interacción de cliente y vendedor; no obstante, ese día estaba decidido a hablarle, iniciar una conversación con él. Con aquella idea en mente se acercó al mostrador para apoyar ahí los brazos cruzados mientras lo veía atender a otro cliente que había llegado primero, aunque eso no le impidió hablarle para tratar de llamar su atención.

–Hola mucho gusto en conocerte me llamo Takanori –aparentemente su primer intento había fallado, pues había pasado desapercibido por aquel chico, quien seguía en su trabajo, atendiendo a un chico que aparentemente necesitaba algunos accesorios para su guitarra. Por ello decidió esperar a que terminara y así pudiera obtener su atención, después de todo se dio cuenta de que podía estar siendo imprudente al tratar de distraerlo de su trabajo.

–Muchas gracias por su compra, vuelva pronto –se despidió de su reciente comprador, aquel chico de cabellos castaños un tanto largos, aunque ocultos bajo una gorra de los Hanshin Tigers, uno de los dos equipos de béisbol que Osaka poseía. Una vez que hubo cerrado la caja registradora y se giró sobre sus talones, esta vez no pudo no notar al chico que, recargado de lleno en el mostrador, le miraba fijamente con una sonrisa de lo más cálida, gesto que inevitablemente le puso nervioso, dejando que dicha emoción se reflejara en su voz– buenas tardes… ¿Le puedo ayudar en algo…?

–Me podrías ayudar haciéndome saber tu nombre –fue lo primero que salió de sus labios, sin borrar aquella sonrisa, la cual sin poder contenerlo se convirtió en una risa al notar el repentino sonrojo en las mejillas ajenas y aquella expresión incrédula en el rostro de su interlocutor– no te angusties… No te estoy coqueteando, sólo me gustaría que fuéramos amigos… Mi nombre es Takanori, Nishikawa Takanori, mucho gusto.

–Mucho gusto, Nishikawa-san…–decía aún un tanto nervioso, inclinando un poco la cabeza a manera de un cortés saludo.

–Por favor llámame sólo Takanori… Así que ahora dime ¿cuál es tu nombre? Yo ya te dije el mío, lo justo es que tú me digas el tuyo –canturreó con un tono de voz un tanto divertido y una sonrisa infantil presente en sus labios.

–Ogawa… Me llamo Ogawa Tetsuya, pero me puedes llamar Tetsuya solamente… Y bueno ya que lo sabes, si me disculpas, tengo mucho trabajo el día de hoy y no puedo seguir conversando.

–¿Trabajo? Vamos, puedes tomarte algunos minutos libres para conversar, ¿ya fuiste a comer? Yo te invito ¿sí?

–Discúlpame pero tengo que hacer inventario en la bodega y eso me toma mucho tiempo así que incluso había pensado en sacrificar mi hora de la comida para no salir muy tarde –al mismo tiempo que hablaba, preparaba las listas de cotejo necesarias para el inventario. Evidentemente seguía bastante nervioso, lo cual no hizo más que provocar una leve risa divertida de parte del pelilargo que le observaba.

–Por qué me evades tanto, ¿me tienes miedo o algo así? Yo sólo quiero ser tu amigo, y no entiendo por qué ese nerviosismo –tras decir aquello, el más alto se tensó de un modo por demás evidente, pues no pensaba ser tan obvio– ah ya entiendo, es que eres tímido ¿verdad? Eso no me es problema porque yo no lo soy, y estoy dispuesto a insistirte cuantas veces sean necesarias para que seas mi amigo.

–¿Puedo saber por qué tanta insistencia en que yo sea tu amigo? No nos conocemos de ningún lugar antes así que la verdad no lo comprendo…

–Pues sólo digamos que tengo una gran intuición para reconocer cuando vale la pena acercarme a alguien, y en tu caso tengo el presentimiento de que podemos ser muy buenos amigos… Así que como no quiero interferir con tu trabajo ni causar problemas me voy por ahora para dejarte atender tus obligaciones, pero eso no quiere decir que te has librado de mí. Nos veremos muy pronto mi querido Tet-chan –tras dedicarle un guiño se retiró finalmente para dejar que el mayor atendiera su trabajo.

Aquel gesto de parte de su nuevo conocido le había provocado un sonrojo tan intenso que se sintió completamente aliviado de que se hubiera ido para no presenciarlo, pues aquello le hubiera causado aún más pena. Sin embargo, para tratar de quitarse esos pensamientos de la mente sacudió un poco su cabeza, buscando relajarse, tras lo cual se dispuso a cumplir con su trabajo; como había dicho, ni siquiera iba a salir a comer para poder terminar su trabajo. Una hora después, sumergido completamente en la bodega, escuchó de pronto la campanilla de la puerta del local que anunciaba a un comprador; fue por ello que de inmediato se apresuró a subir de nuevo a la tienda, pero tan sólo unos segundos después la campanilla volvió a sonar. Su gesto de extrañeza no pudo ser mayor cuando no encontró a nadie en el lugar, y fue por ello que el temor de que alguien hubiera entrado con el único propósito de robar no se hizo esperar; empero, todo había sido demasiado rápido como para que se hubiera tratado de eso. Con ese pensamiento más tranquilizador en mente, se dispuso a volver a lo que hacía cuando su atención fue robada por una bolsa de papel con una nota pegada que se hallaba sobre el mostrador; esta vez con curiosidad se acercó a dicho paquete para tomar la nota y leerla.

“Tetchan:
Lamentablemente no sé nada acerca de tus gustos pero espero que esto sea de tu agrado. Ya que dijiste que no ibas a poder salir a comer, la comida ha venido hasta ti; que tengas buen provecho, nos veremos muy pronto.
Takanori
PD: Si no te agrada, la próxima vez que nos veamos hazme saber qué te gusta… No se sabe cuándo puedas volver a necesitar que te salve de morir de hambre.”

Una expresión de sorpresa reemplazó de inmediato a la intriga y curiosidad que sentía unos segundos antes, pero no por ello evitó una sonrisa que amenazaba con adornar sus labios; aquél había sido un gesto simplemente hermoso, algo que nunca iba a terminar de agradecerle… Después de todo eran extraños por completo, sólo sabían el nombre del otro y ese chico le había llevado el almuerzo sin hacer siquiera algún tipo de insinuación al respecto. Revisó inmediatamente la bolsa para sacar su contenido: dos rollos de sushi, una porción de ensalada de frutas y un vaso grande de té helado, las cuales eran tres de las cosas que más disfrutaba para el almuerzo. Por ello su sonrisa se amplió considerablemente al mismo tiempo que se disponía a comer, pues dada la “amenaza” de aquel chico de volver, ya tendría oportunidad de agradecerle el detalle tan lindo y desinteresado que había tenido con él… Probablemente podía dejar un poco de lado sus barreras para intentar formar una bonita amistad con él.

~FIN FLASHBACK~

–Ves, yo sólo te alimenté un día en que no ibas a salir a comer para realizar tu trabajo, deberías de agradecerme.

–Takanori Nishikawa eres un manipulador a veces ¿lo sabías? –Respondió, mirándole con los ojos entrecerrados.

–Lo sabía, pero también sé cuánto me adoras así que mejor deja de hacer evidentes mis defectos y enfócate en mis virtudes, soy uno de tus mejores amigos.

–Lo eres pero no presumas al respecto –mientras hablaba le dio un leve empujón al más bajo con su hombro, provocando en ambos una risa divertida.

–Está bien señor que sí es humilde, dejemos eso de lado y mejor cuéntame cómo van las cosas con tu querido señor vampiro.

Tras recibir nuevamente una risa de parte de su amigo, se reacomodó en su asiento en una posición más cómoda para así disponerse a escuchar el relato que éste había comenzado a narrarle. Mientras tanto, de vuelta en Tokio, otros dos viejos amigos se encontraban conversando sobre sus viejos tiempos de igual manera, acompañados de una botella de vino tinto y un poco de jazz suave creando una atmósfera sumamente tranquila y tibia.

Gackt Camui siempre se había caracterizado por su gran elocuencia y la facilidad de palabra que poseía, pues durante numerosas entrevistas había conseguido que los conductores de éstas dirigieran la conversación hacia la dirección que él deseaba sin demasiados esfuerzos, evadiendo así temas que no deseaba tocar, o por el contrario, alcanzar aquellos sobre los que deseaba hablar; sin embargo, había alguien que podía hacerle eso mismo a él. A pesar de que en un principio se negara a admitir que dicho fenómeno fuera cierto, era innegable que había alguien con una habilidad superior a la suya, una que únicamente él conocía, pues su poseedor únicamente hacía uso de ella estando con él; a pesar de ser su mejor amigo, Hideto Takarai sabía muy bien cómo ponerlo en aprietos, situación que para su desgracia, él disfrutaba demasiado.

–¡Demonios Hyde! No se supone que debería estarte hablando de temas tan íntimos como éste a ti… Cómo rayos logras que te cuente lo que quieres escuchar.

–Mi querido Gacchan ése es uno de los tantos secretos sobre mí que, para desgracia de tu propio ego, nunca sabrás… Además no me dijiste nada que yo no imaginara, sé muy bien lo metódico que es Tetsu para las cuestiones sexuales, así que imaginaba que no has experimentado cosas nuevas con él.

–Aunque lo intuyeras no entiendo por qué ese afán de saberlo… Después de todo, el que está en una relación con Tetsu soy yo… ¡Y sí! –Exclamó antes de recibir una vez más las palabras que ya se suponía de parte del más bajo– sé que ustedes tuvieron algo en el pasado pero eso ya no importa.

–¿Por qué te pones a la defensiva conmigo Gacchan? Pareces muy tenso, tú siempre eres tan amable y caballeroso conmigo –era el vino, lo sabía, el solista siempre tenía esas reacciones cuando bebía vino luego de sentirse tenso. No obstante, esa noche había llegado a esa casa con el fin de recordar viejos tiempos con ese hombre que tenía al lado, y no precisamente a través de una conversación, por lo que una de sus traviesas manos se deslizó hacia el abdomen descubierto de éste.

–Qué se supone que estás haciendo –reclamó al sentir aquel contacto, mas no hizo nada para detenerle.

–Bueno, dado que estás bastante tenso se me ocurrió que podría ayudarte con eso, como en los viejos tiempos ¿recuerdas? –Conforme hablaba se fue acercando más al contrario, alcanzando a susurrarle al oído– cuando estábamos grabando Moon Child y tú ibas a buscarme al camper para que te ayudara a relajarte… Mis métodos eran muy efectivos ¿no crees? Por qué no volvemos a probar…

–La razón por la que me rehúso a caer nuevamente en tus redes de seducción se llama Tetsuya Ogawa, quien es uno de tus mejores amigos ¿lo olvidaste?

–Vamos, como si fuera tan tonto como para decirle algo… Además él me pidió que te cuidara, y procurar que te relajes es parte de ello…

Esta vez se encontraba peligrosamente cerca, igual que su mano de su entrepierna; sólo faltaron un par de centímetros más para alcanzar ese objetivo tan anhelado de parte del mayor. Él sabía bien cómo envolver a ese hombre en sus encantos para que terminara haciendo lo que deseaba, siempre era así por más que éste se resistiera: obtenía cualquier capricho con la misma facilidad que si chasqueaba los dedos. En ese momento le fue un tanto difícil, el nivel de resistencia que éste oponía era casi un récord; no lo había visto antes y no le gustaba, pero no le preocupaba, pues conocía a la perfección la anatomía del más alto, y con ello los puntos más sensibles que debía tocar para volverlo loco.

Justo como pensaba, no necesitó demasiados esfuerzos más para que éste cediera; aunque sus palabras siguieran negándose a lo que era obvio, su cuerpo comenzó a reaccionar y eso era suficiente. No necesitó que Gackt le devolviera las atenciones, al menos por ahora, pues que en cierta forma ya le estaba permitiendo hacer a su antojo y eso significaba que poco a poco se dejaba llevar como siempre; fue presa de una gran satisfacción, pues una vez más estaba a punto de conseguir lo que deseaba. Todos sus esfuerzos por convencerlo culminaron en el momento que se levantó del sofá para arrodillarse en el suelo entre las piernas ajenas, bajando apenas un poco las prendas inferiores que el contrario llevaba para descubrir solamente su entrepierna, la cual no dudó en atender con su maestra boca. Ese acto en definitiva ya había sido demasiado, pues tras un momento el solista se puso violentamente de pie, y en lugar de apartar al vocalista, lo jaló para que se pusiera de pie, tomándolo en sus brazos. Así lo llevó hasta su propia habitación, sin necesitar decir nada, su expresión excitada lo decía todo… Hyde por otro lado sonrió con picardía y cinismo al saber lo que había conseguido, felicitándose mentalmente a sí mismo, pues de nuevo había demostrado que sin duda, era un maestro para conseguir todos sus caprichos.

Notas finales:

Lo sé, imagino que al leer esto alguien debió odiar a Hyde -en el fic claro (?)- pero intuyo que alguinos lo veían venir. En fin, es todo por el momento, sólo les recuerdo que siempre me da gusto recibir los reviews, así que por favor, ya saben a dónde dirigirse, buenos, malos, simples saludos, críticas -mientras sean constructivas- todo es bien recibido y respondido, ustedes ya lo saben~ esperen actualización la próxima semana, nos estaremos leyendo, hasta entonces, dulces lunas ♥


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