El cumpleaños se había vuelto un gran escándalo en aquella propiedad, era toda una sorpresa que a la hora y en el lugar, la policía ya no se hubiera presentado por ruidos molestos y problemas con los vecinos, lo que, consideraba o un golpe de suerte o una situación que podría pasar en cualquier momento.
El seguía conversando con los amigos de siempre, el alcohol ya era parte de las cabezas de muchos de los presentes y en la suya, ya comenzaba a adormecer su lengua y sus actividades sicomotoras, pero aun así, la fecha y todo el aglomerado le daban para poder disfrutar de lo que aún quedaba de noche con el consuelo de que hasta ese minuto, no había pasado más que una mirada cruzada.
No fuera que lo evadiera, es que el mismo estaba limitando sus acciones cuando vio, que el cumpleañero recibía como regalo de todas las mujeres presentes, un beso apasionado en sus labios, un Logan disfrutando cada regalo que las féminas le entregaban que, él prefería mirar el fondo de su copa con el afán de con ello, olvidar que su destino había sido egoísta, o que, era un suicida de primera línea en meterse en ese ambiente sabiendo que nunca tendría una situación diferente a la del rechazo y el desprecio. Pensar todo ello le daba una fuerte razón para beber, para que el licor quemara en su garganta y sonriera con el grupo que no mitigaban en risas y comentarios hacía el cumpleañero y su sentido de olvidar cada regalo para pedir uno nuevo.
Eliot consideraba que, seguir allí era una especie de situación depresiva, como tomar la mejor de las navajas de filo perfecto y comenzar a dar corte a las venas de tu mejor mano, tan profundas que se aseguró que cada dedo perdiera no solo la sensibilidad sino, el color y hasta de cada uno.
Dejó la copa sobre uno de los muebles y entre preguntas y sonrisas, caminó buscando el típico y nunca rechazado baño, necesario ahora que sentía que la mescla indiscriminada de palomitas dulces y licor no eran la mejor opción para una futura celebración. Caminó entre personas, más pronto sintió una mano tomar la suya y entrelazar sus dedos de forma perfecta a su mano, una piel cálida que le daba algo de tibieza a su piel helada por el traspaso del hielo de la copa. Miró a quien hacía aquella acción para encontrarse a una pelirroja que no conocía, que no había nunca visto y supuso, en reuniones así, era habitual este tipo de situaciones.
Caminar por algún pasillo, llegar al baño pasó a ser un segundo plano, pasó a ser parte del olvido cuando la chica, se colgó de su cuello y en sus labios dejó un beso amargo impregnado en licor olvidado del fondo de alguna botella.
Entre el mareo y las sensaciones nauseabundas comenzó a alejarla, retirarla de su cuerpo y apelar a las ganas de devolver el contenido de su estómago, acto que no hizo más que la chica sintiera un asco en sus labios del beso robado y salir.
¿Dónde estaba?, ¿Cocina?
Se giró para vomitar en el lavaplatos de este, vaciar el contenido de su estómago o quizás, el suyo y el de la pelirroja que había dejado en esencia en sus labios, en su lengua. Dio el paso del agua para que todo lo eliminado se fuera con el paso del agua, que el sonido de este golpear en el fondo y borrar todo rastro de un acto vergonzoso y repugnante que no había hecho en años. Sonrió recordando que su última borrachera que había caído, en la cual se había sometido por alguna festividad de por medio había sido para una fiesta universitaria que había terminado para él, en una relación sexual de algunos años.
Recuerdos que ahora se consideraron presentes y refrescantes, así como la risa que escuchaba a su lado, una carcajada impregnada en Whisky de alguna marca inglesa, que no recordaría nunca, que no sabría su año de embotellamiento ni de salida al mercado, solo sabía que quien estaba a su lado, riendo quizás de lo vergonzoso que se debería estar viendo, era el protagonistas de todos sus actos públicos suicidas.
- ¿Qué?, ¿Nunca habías visto a una persona vomitar?
- A muchos – La carcajada de Logan resonó en las paredes de la cocina que aún no sabía cómo es que había terminado allá- Pero es difícil imaginarte borracho, bebiendo como universitario – las risas siguieron sonando, siguieron repercutiendo en las baldosas blancas de aquella habitación.
Se alzó y se lavó la boca, dejó que aquel líquido refrescara sus labios y le entregaran un aspecto de la realidad donde, el acto seguido que cometió fue mojar su rostro por completo para después alzarse, dejar que el agua recorriera su cuello y mojaran en algo ligero el cuello de su camisa.
De reojo vio al cumpleañero que aun reía como si fuera el mejor chiste de su vida, como si fuera un comediante dando el espectáculo en su cumpleaños con el único objetivo de hacer que Logan perdiera el aire de las carcajadas.
Seguramente en cualquier minuto alguien llegaría por todo ese ruido o, se desplomaría de un colapso en sus pulmones por la falta de oxígeno.
Sin entenderlo de mejor modo, se giró para apoyarse en el lavabo a su lado y reír aunque de forma menos escandalosa, menos exasperante, con menos efecto de rebote en las paredes de la cocina que ambos compartían mientras la música aún se escuchaba desde la sala y el enorme patio.
- ¿Te escapaste de todas esas mujeres?
- ¿Escapar yo?, ¿Qué me ves cara de marica? – Eliot sonrió de medio lado considerando la opción de responder con que no existía aquello, solo un sentimiento frustrado – Osea… no ese marica de Homosexual, sino que me refiero a ese marica cobarde, ese que…
- Se que a que te refieres – el medico sonrió y le dio una leve palmada en su hombro para que restara la importancia - Vine a tomar algo de agua, si, créelo, agua, y un respiro, pero entro a mi cocina y te veo vomitando en mi lava platos y a Samantha saliendo de acá ofendida por que casi le devuelves el trago en su vestido.
El mismo se rió de su imagen, una escena altamente asquerosa como para graficarla más allá que una humorada.
- Te debo mi regalo de cumpleaños, en verdad no sabía que era hoy.
- Tranquilo, se me había olvidado invitarte – claro, como si un cliente estuviera en su lista de cumpleaños del tipo con más ventas en la ciudad - Pero me lo puedes dar más adelante o sabes? Te cobraré el gasto del plomero cuando tenga que destapar esto.
Mas carcajadas que ahora, el compartió a la par, en un tono más alto y disfrutando de la poca elegancia de un acto tan burdo como cómico en aquel momento.
Eliot se permitió en su mente disfrutar del eco de la risa de Logan, ¿Cuándo había tenido la oportunidad de reír así, cuando había disfrutado de un chiste de sus labios? ¿Por qué ahora su mente tenía que ir a esa velocidad por culpa de los grados de alcohol y pensar que estaba en el momento justo en la situación justa y con la persona justa?
Maldita sea
Y no mejoraba cuando el cumpleañero pasó su brazo por sus hombros para después dejar su cabeza apoyada en la suya, bajar las carcajadas a una risa suave y muy sutil, como si evocada recuerdos muy íntimos y el, Eliot, sintiendo que toda borrachera desaparecía allí, en ese segundo, en que se imaginaba no era más que la escena más bizarra para una mente Gay, allí, donde podía escuchar las palabras de Logan golpear su mente con un desprecio hacia los homosexuales recordándole que la realidad era más simple que un sueño fantasioso.
- Me asusta la cantidad de personas que están acá, entregándome regalos carísimos a cambio de futuros favores, chicas que no les se sus nombres pero que probablemente no los necesite hasta que alguna salga con que le hice un hijo y así… Me asusta el cinismo de todos los que están allá
- Bueno, piensa que siempre será así, más si eres como el chico popular de la universidad
- Entonces me aburrieron las porristas, las chicas del grupo de las más bellas, me aburrieron todas esas y debería buscarme una bien nerd, con sus lentes grandes y su cabello trenzado, o buscando a la chica del traslado que no le gusta la ciudad y se enamorada de este chico famoso que brilla en la luz del sol y que bebe sangre
- Es una pésima comparación con Crepúsculo
- Admítelo, todas la odian pero la han visto más de una vez
Y no podía negarse: Había visto la película, conocía a los personajes, ahora mismo había alzado la vista para observarlo desde ese perfecto Angulo mientras el hedor a licor pegaba en su piel y aun así, no podía encontrar un gesto de rechazo.
Ese era el momento en que Logan tenía que sacar un chiste homofóbico, un comentario de película americana, algo…
Pero no, el deseo es el primer defecto de la Humanidad, cuantas personas cayeron por dejar que sus instintos más bajos y apasionados tomaran la razón de sus actos y le dieran un tinte distinto a los que hasta ese momento eran los que dominaban los hechos. Deseos, aquellos impulsos que te dañan los segundos del infinito placer, estallar tan rápidos como la creación del universo y después, consumirse a la misma velocidad en que parpadeas por lo sucedido.
Lo besó, sus labios alcanzaron los de Logan que estaban a su alcance, al igual que sus futuras groserías, sus comentarios y el desprecio verbal, al mismo alcance que todo eso estaban sus labios, los cuales besó satisfaciendo de una vez, aquellos envidiosos regalos que todas las mujeres de la fiesta le habían entregado.
En su mente tenía un discurso preparado, palabras sobre que él también había querido darle ese regalo, que sentía celos de aquella rubia voluptuosa que había dejado más que un beso frente a todos, pero, no pudo pensar cuando sintió que, el otro respondía a su beso.
Logan lo besaba, y su cuerpo comenzaba a perderse en la sensación de sentirse correspondido. Se atrevió a abrazar al arquitecto por su cuello mientras los labios del otro parecían dominar por completo los suyos, sintiendo no solo esas carnes rugosas sino la lengua de Logan buscando la suya con ansias, un beso que hacía tanto no tenía…
Tanto fue, que buscó algo de distancia de los labios del otro sintiéndose casi idiota de un beso así, sintiendo que como en las novelas rosas, las piernas le flaqueaban, las fuerzas se le iban, la autoridad se le acababa y solo tenía las ganas de no soltarlo, de verle a esos ojos, de disfrutar de otro beso como el que, Logan, el tipo mas homofóbico y heterosexual que había conocido le había dado.
- ¿Fue real?...-sonrió para Logan, atreviéndose a acariciar su nuca despacio - ¿En verdad he tenido un beso de ti?... ¿O fue producto del alcohol Logan?
- Eliot…
- ¿Logan?-una tercera voz se escuchó, el abuelo de la familia, aquel imponente hombre, aquel que había fundado el imperio que llevaba su apellido, había entrado a la cocina encontrándose a su nieto y dueño de todas sus empresas en brazos de un hombre, y por lo que alcanzó a notar, un índice de un beso.
Lo siguiente que supo Eliot, fue de un fuerte empuje contra su pecho, de una mirada que se impregnaba en cólera sin entender porque, de un par de puños que se apretaban y le amenazaban con golpearlo.
- ¡Maricon!, ¡¿Que mierda te crees?!- No era el momento de contestar, no habían palabras que pudieran encajar en esa situación.
- Creo que sobra decir algo-fue lo dicho antes emprender huida, pasando por al lado de aquel hombre mayor, no teniendo ni siquiera la educación de despedirse de nadie, simplemente caminando hasta la salida y buscando como llegar a su casa, a su encierro, a su propiedad.
Él había sentido lo mejor de Logan, y al mismo tiempo, lo peor de el.
No era el alcohol lo que le había hecho perder la razón, había sido su esperanza de ser amado por Logan.