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De Cimientos Distintos por Cid

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Notas del capitulo:

LEMON! 

 

suave pero lemon al final

 

Y despues de este, solo queda el ULTIMO CAÍTULO!!

 

así que disfruten esto que está por terminar, que está por tocar a su fin y si me odian, les prometo que todo tiene un porque...

 

Les quiero!

 

 

Los pasos al igual que los besos iban a donde fuera que ellos se dejaran llevar. Logan no estaba consciente de lo que hacía, sentía su cuerpo comenzarse adormecer por un placer nuevo, por la sensación de roce de manos ásperas en su cuello, por unos labios que con experiencia experta se movían en los suyos y le hacía preguntarse cuantos idiotas le habían enseñado a besar así, si ese tal Robert le había educado en el arte de los beso, o si había sido un don propio.

 

Pronto el equilibrio se perdió y sintió a Eliot caer a la cama. Allí fue que le vio, con la respiración algo acelerada,  con su camisa semi abierta (no recordaba si había sido por su culpa o es que Eliot había adelantado algo las cosas), con su cabello castaño claro algo revuelto, leve, y allí esperándole.

 

Se inclinó sobre el otro, no sin antes tomarlo del brazo y voltearlo, dejándolo viendo la cama, acomodándose sobre su cuerpo, apoyando su cadera propia sobre el trasero el psiquiatra, frotándose sin pudor alguno sobre este, mientras sus labios con hambre buscaban su nuca y lo mordían con algo de presión.

 

-                     Logan…- escuchar su nombre así le gustó, sin problema alguno podía admitir que aquello le inflamaba el ego de una forma sexualmente atractiva – Logan espera…  -  ¿Esperar que? Si ambos sabían que lo que seguía era el sexo, era la penetración y las embestidas hasta que el orgasmo llegara – Logan… espera por favor… - pero no escuchó, se alzó algo y buscó con sus manos tironear de los pantalones del otro por sus piernas, y aunque Eliot no prestaba ayuda, lo sentía confundido sin reaccionar…  No le importó. Tironeó la camisa y buscó como soltar su propio sexo, se volvió a apoyar ahora contra las caderas libres, contra las nalgas y la piel directa del psiquiatra con su entrepiernas y frotarse. Había tenido sexo anal con otras mujeres, muchas dispuestas a cumplir con sus deseos sexuales con tal de retenerlo. Lo observó y su mano acarició el cabello de Eliot, tirándolo levemente para atrás, algo, puesto que al ver su rostro, el rostro de un hombre, soltó algo el agarre y así solo tener la imagen de una espalda, un trasero libre, una camisa a medio tirar a medio sacar y el mismo con la visión de dominar sexualmente otro cuerpo – No soy una mujer Logan….

 

 

Detuvo su movimiento sin más al escucharle, le observó a su espalda, a su mano en la nuca tirando levemente de su cabello…

 

Las manos de Eliot estaban apresando con fuerza las sabanas, se notaba en sus nudillos la presión que estaba haciendo en ellos, la fuerza con que sus dedos se enterraban en la tela blanca.

 

Aflojó el agarre en el cabello del otro, no supo que decir más que separar su cuerpo despacio de él médico.

 

Eliot se acomodó, se dio la vuelta sin cubrirse en lo más mínimo, allí con sus ropas a medio poner, a medio sacar, cual víctima de una violación que no tuvo la oportunidad ni la comodidad.

 

Logan le miró sin saber que decir, ¿Qué podía aportar?

 

-                     Eliot…

-                     Me imaginé que estarías pensando que esto es como hacerlo con una mujer de espaldas…-Logan sin ser un especialista en el arte del lenguaje físico, pudo sin problema notar como el cuerpo del médico se contraía al pronunciar esas palabras, se imaginaba el dolor que debía estar causando emocionalmente en el psiquiatra y como este, seguía allí casi asumiendo su papel de hembra solo para acompañarlo en su deseo desenfrenado sexual.

 

Eliot tomó sus pantalones para acomodárselos y ocultar con algo de vergüenza la erección que algo comenzaba a despertar después de aquellos besos, de las mordidas. Se sentó en la cama con dificultad para esconder su rostro con la mirada a los pies.

 

Se puso de pie ante la mirada del arquitecto, pero Logan, Logan esta vez no retrocedió.

 

Extendió su mano hasta le pecho del médico y aunque notó en Eliot la distancia que quería imponer, se acercó para sacarle la camisa con calma y ver el pecho que no tenía volumen, torso sin senos, pezones más pequeños y menos expuestos pero aun así le provocaban el deseo de morderlos. El medico sintió escalofríos al sentirse despojado de su camisa – Logan no soy una mujer… -Pero el arquitecto no habló, estaba mas concentrado en lanzar la camisa a cualquier parte del cuarto y sus manos, recorrieron su pecho plano, lejanos de la lactancia, ausente de caídas en gravedad…. –Logan…-El pelinegro bajó sus dedos hasta el pantalón que gracias al cielo seguía abierto, y dejó que se resbalaran por  las piernas firmes, esas que tenían algunos cuantos vellos pero que por la palidez de la piel del otro, por el tono de su pelo, estos pequeños folículos capilares casi parecían transparentes e inexistentes.

 

Dejó que con los pantalones, la ropa interior de Eliot también se resbalara por sus extremidades inferiores hasta el piso y verle desnudo.

 

Desnudo a un hombre como tal.

 

A uno como el frente suyo.

 

Alzó la vista hasta encontrarse con la cara de… ira, si, irá, rencor, molestia y supo que, todo había partido muy mal. No esperó mucho para sacarse su propia ropa, para desnudarse frente al médico, para quedar sin ropas algunas.

 

-                      Logan… No soy una mujer, ¿puedes entender eso?

-                     Soy un idiota siempre contigo, lo sé – rodeó la cintura de Eliot con su brazo y lo empujó hasta hacerlo caer nuevamente, quedar sobre su cuerpo y después de un movimiento de piernas, quedar entre las del médico – Sé que no eres una mujer – miró su pecho y lo acarició con sus dedos despacio – Sé que acá no hay un busto, no encontraré senos… -inclinó algo la cabeza y lamió la tetilla derecha de Eliot, provocando un jadeo que le hizo tener claro, que nada de ira tenía – sé que no eres una mujer, y que eres igual que yo – se movió despacio entre las piernas del que hasta ese momento había sido la persona a quien más daño le había causado, sintiendo como, la fricción entre sus miembros era exquisitamente placentera y atractiva… ¿hacía cuánto le había dado tanta importancia al placer de la piel primero que a la penetración? La verdad no lo recordaba en lo más mínimo – Sé que no eres una mujer pero no estoy pensando ahora en tu sexo.

-                     ¿En qué estás pensando entonces?

Era una buena pregunta, esas que nacen sin que el cerebro las procese, esas que después de dichas te arrepientes por imaginarte la magnitud de la respuesta, por las consecuencias de todo ello

Ante el silencio, el medico comprendió que su pregunta había sido contestada pero evitando que las palabras lo dañaras más de lo que hasta ahora lo hacía. Se apoyó en sus manos para separarse del otro, alzarse de la cama y fue cuando notó que el peso contrario no lo dejaba. Lo observó buscando el motivo de porque le obstaculizaba la cobarde huida

-                     Pienso en que ahora lo único que me importa es saber cuántas veces puedo acostarme contigo hoy – mordió levemente el cuello de Eliot mientras se volvía a frotar en sus caderas – Cuantas veces puedo hacerte mío hoy…- y se apoyó en sus rodillas para alzar algo a cadera de Eliot y buscar con sus dedos su estrechez – Saber cuantas

-                     Cállate… - buscó besarle, suspiró cuando sintió los dedos del otro en su ano y apretó los brazos alrededor del cuello de Logan, le llamó por el nombre mesclado en un jadeo suave que agarró confianza en lo que los dedos del otro buscaban el espacio necesario.

No fue necesario más tiempo para lo que siguió, sus cuerpos reaccionaron de forma simultánea. Eliot se abrazó a la espalda del otro mientras Logan buscaba como penetrarlo.

 

Y aquello fue un solo movimiento, fue solo un paso mesclado con un jadeo entre el placer y el dolor, fue solo un acto y ya ambos estaban completamente unidos en más allá que las palabras.

-                      ¿Sabes cómo hacerlo, Cierto?

-                      Eliot… - se movió despacio – Se cómo se hace

-                     No es lo mismo – un suspiro ante la primera estocada – que con una mujer

-                     Si, lo sé, deja de recordármelo – un segundo y tercer movimiento en el cuerpo del médico – Pero supongo que tus gemidos – Un cuarto y quinto movimiento con un gemido de premio – me dicen que lo estoy haciendo bien

-                      Bástate… bien… 

 

Y los movimientos siguieron en un ritmo que dejó la ternura de lado, en una necesidad sexual de poner estar tan acoplado al otro que ni existieran palabras para ponerse de acuerdo en la necesidad de sus cuerpos por sentir aún más del que le acompañaba en el sexo.

 

Y los besos le dieron ese toque romántico y tierno, y los abrazos le dieron el tono rosa que Logan detestaba mientras se acostaba con alguien pero que entre los brazos del doctor le provocaban una sonrisa tierna y un pensamiento que rayaba en lo estúpido.

 

Era una forma de tener sexo que le encantaba y por sobre todo, le gustaba pensar en repetir.

 

Y las sabanas se apretaron en manos de ambos, y la boca de Eliot mordió los labios del arquitecto y las ropas bajo suyo, Y Logan descubrió que besar la nuca del psiquiatra tenía un valor agregado, tenía un gusto particular y agradable, pero que solo se le comparaba con el sabor de los labios del Eliot cuando el terminaba un beso con una mordida suave y un movimiento brusco de tirar de ellos como si se los quisiera para sí mismos.

 

Ambos eran la combinación perfecta entre la ternura y el placer.

 

Cuando el mañana llegó, Logan fue el primero en abrir sus ojos

 

Y dio un par de pestañeos más, y se aseguró que no fuera un sueño ni un pensamiento en su mente o una ilusión sin sentido.

 

La cama estaba vacía y al levantarse para moverse por el departamento, notó que Eliot no estaba.

 

-                     ¿Disculpe? – miró en dirección a la voz y se encontró con ese chico sobrino de Eliot, ese tal Petrov que era hijo del hermano del médico, hijastro de su amiga Scarlet y así… - Si busca al señor Eliot es tarde, se fue hace rato, me dijo que no le despertara pero él tenía un vuelo a primera hora… debe estar ya en aires camino a España, su vuelo salía hace dos horas y ya nos escribió a la familia que tomó el avión sin problema.

 

Mucho no podía hacer después de todo eso.

 

Eliot se había ido del país de todas formas.

 

Y algo dentro suyo le dijo, que era lo mejor… El por fin sabía que se sentía, que te partieran el corazón.


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