Sonrió mirando su mesa de centro, hecha un desastre entre todas las cosas que Mary, amiga de su hermano y amiga propia, había comprado para comer aquel día. Entre película y película estaba seguro que su amiga había olvidado todo eso de las calorías y las dietas, reemplazándolo entre bocado y bocado, entre helado y palomitas, entre dulces y chocolates y las muchas explicaciones que le había pedido al actor de la película.
Notó que la rubia dormía ya cansada de tantas emociones. Intentó no despertarla y así la llevó hasta el cuarto de visitas que mantenía, cubriéndola con las ropas de la cama y dejando la puerta del cuarto junta, mientras el regresaba a ordenar parte de todo lo que allí habían dejado.
Había sido buena idea aquella desvelada, el aún seguía con todas esas dudas e ideas dando vueltas en su cabeza, y su propia profesión le había dicho que, estaba entrando en un periodo de auto-interrogación que en nada le ayudaba, solo le provocaba más dudas existenciales, El tiempo tendría que actuar en sus inquietudes y por sobre todo, él tenía que estar consciente de la edad que tenía, que esos estados de alboroto de hormonas habían quedado en su adolescencia y que lo que tenía no era más que una excitación mal liberada y una frustración sexual.
Pero él no era de los que buscaran un amante para el rato, su gran problema era ese, que pocas veces pensaba en sus propios deseos y su altruismo pecaba de ser su prioridad.
¿Cuántas veces había dejado de lado alguna cita por ir a visitar algún paciente en medio de una crisis?, ¿Cuántos hombres que se habían visto interesados en él, terminaban finalmente aburridos por su monotonía de vida y sus muchas prioridades medicas?
Admitía que Logan le había provocado un deseo demasiado imponente en aquella oportunidad, que el mismo se encontró fantaseando con su amigo y se halló después tratando de calmarse y de repetirse en su inconsciente, que no era un adolescente ni que era una loca como la sociedad les llamaba a los Gay cuando sentían un impulso amoroso o sexual.
Recogió todo de la mesa y se disponía a llevar a la cocina los platos y vasos sucios cuando su celular sonó, algo que había sido muy particular considerando la hora, que claramente era pasados las 2 de la madrugada.
Dejó las cosas en la mesa de la cocina y sacó el móvil de su bolsillo, encontrándose como contacto de llamada el nombre de Logan y sus iniciales acompañándolo. Aquello no lo esperó.
Contestó dudoso, extrañado de la hora.
- ¿Alo? -
- ¿Alo?, ¿Eliot?- la voz del otro lado de la llamada era de una mujer, que no hizo más que extrañar al francés.
- Con él, ¿Con quién hablo?
- Tú hablas con una amiga de Logan, ayúdame
- ¿Qué paso?
- No… no sé qué le pasó, de pronto se enojó y comenzó a gritar y no supe que hacer, terminé encerrándome en el baño hasta que no escuché nada, salí y él estaba en el sofá inconsciente, saqué su celular y vi que tenían algunas llamadas tuyas por eso te llamo.
Solo bastó esa explicación, y Eliot ya estaba en la puerta, con su chaqueta en mano, buscando sus llaves. Entre todos sus actuares, tomó una mochila con algunos medicamentos que tenía de muestra y se dispuso a salir de casa.
El viaje se hizo eterno, le había pedido a la chica que siguiera sus indicaciones pero la mujer en sus nervios había cortado la llamada un par de veces, cayendo en disculpas por los nervios que tenía y el miedo.
Nunca había ido hasta la casa de Logan, pedir la dirección a la mujer había sido aún más difícil dado que ella había acompañado al otro… una cita en su departamento.
“Y tu corres para ir a verlo cuando él estaba teniendo sexo con una cita”
Llegar hasta el lugar había sido toda una proeza que algún día le reprocharía a Logan, si es que tenía la valentía de reclamarle algo a su amigo. Se presentó en portería y subió por las escaleras hasta el departamento del otro, un par de pisos de ese exclusivo edificio que no tenía muchos habitantes al parecer, muy alejado de la modestia, un sector bien acomodado pero con pocos habitantes que al parecer apreciaban el silencio y el espacio personal.
Llamó a la puerta y del otro lado escuchó la voz de la mujer preguntando de quien se trataba, se presentó con insistencia, viendo que la chica abría y le dejaba pasar.
Ella estaba en ropa interior, un conjunto de lencería negro que la hacía ver sensual y Logan, con solo sus bóxer, desmayado en la sala.
No quiso pensar más y se acercó rápidamente hasta el hombre tirado en la sala, notó que su pulso estaba estable, más demasiado débil para poder pararse solo, miró a la chica y le pidió ayuda pero estaba se encontraba tratando de ponerse sus zapatos y salir, no sin antes gritar un “no puedo”.
Como pudo arrastró a Logan hasta uno de los sofás y lo ayudó, vio sus pupilas encontrándolas dilatadas, vio en su cuello sus denotadas venas y en una rápida mirada, solo pudo ver taza de café y café. Comprendió con ello lo que había pasado, buscó en aquella mochila un relajante muscular, mas, de forma sorpresiva notó que llegaba la policía hasta aquel lugar.
Más pronto que tarde, los vecinos, al ver que su tranquila paz y silencio se veían interrumpidos, habían llamado a la policía, y ante la ausencia de la chica, la situación no se veía en nada comprometedora.
Los hombres habían pedido una explicación, acusando el recibo de una llamada por ruidos extraños y disturbios en aquel departamento, Eliot se encontraba de pronto en una extraña situación, sin ser parte de los actos ocurridos antes de que llegara.
- Es mi paciente – Fue su pensamiento hecho palabra- A sufrido un desvanecimiento, la chica que lo acompañaba me avisó y vine, pero necesito llevarlo a un hospital de forma urgente.
Todo pasó rápido, apresurado, todo pasó a una velocidad que él no manejaba, para cuando estuvo consiente, tenía sus manos afirmando una de las manos de logan en lo que el doctor en Urgencias los atendía.
No pudo contestar al parentesco que tenía con esa persona.
Solo era su amigo y medico particular.