Tenía un rato escuchando a su sobrino y a su hermano conversar, movía la comida en su boca mientras escuchaba el argumento de su Petrov de no querer ir a aquella fiesta en el local donde ya trabajaba, justificando que no tenía sentido que un adolescente como él se mesclara entre adultos.
No necesitaba de muchos años en la rama de la psicología para entender que el adolescente no tenía ánimos de estar peleando con el dueño del local, que esos celos que dejaba ver eran una especia de sobreprotección a la que consideraba su madre y amiga, que ese carácter desafiante y cerrado era una forma de dejar en claro que no podía ver amistad en el trato que Logan tenía hacía Scarlet, esposa de su hermano y madrastra de su sobrino.
- No voy a ir papa, además yo no bebo y lo más seguro es que tengan tragos y licores y esas cosas – Vio a su sobrino tomar otra vez un sorbo de jugo como si comiera algo picante, lo había visto repetir el mismo gesto de humedecer sus labios con algún liquido cada que tocaban el mismo tema- así que prefiero quedarme en casa, Scarlet podría ir contigo, además eres su marido, Louis.
- Es una fiesta de los trabajadores, no familiar, Debes ir Petrov.
- Ya encontré departamento – la mirada de su hermano y de su sobrino cayeron sobre el como si su comentario fuera completamente perdido en un ambiente que ninguno entendía que habían llegado – Es un bonito lugar, dos pisos, ya saben, prefiero el cuarto en el segundo piso para tener una mejor planta baja, tendrá un estudio, un cuarto también como bodega.
- ¿Entonces ya no te quedarás con nosotros tio?-Eliot sonrió al adolescente, que a veces le recordaba a su cuñada, que a veces le recordaba a su hermano mayor cuando lo observaba entre preocupado y asustado de verle partir solo por la vida- ¿En serio tienes que buscar casa?
- No puedo vivir con ustedes acá eternamente, tú ya deberías traer a tu novia a casa y tu papa ya está casado.
- O a su novio – Evitó reír de la cara de Petrov, de las carcajadas de Louis, su hermano mayor, de otra conversación entre ambos que
En la familia, él, Eliot Montagne era el gay.
Nunca había tenido problemas con ello, su hermano siempre le había repetido incansablemente que no veía problema en su orientación sexual más allá que la incomodidad de no saber que regalar para navidad.
Su sobrino por otra parte se había mostrado más ajeno al tema, con una idea un poco más conservadora sobre el amor pero sin dejar de ser el primero, que preguntara por su pareja si tenía la posibilidad de hacerlo.
Era habitual que cuando se juntaran los tres, Louis preguntara a ambos por sus parejas sabiendo que, Petrov no tenía y que su hermano había terminado hacía algun tiempo y que lo único que le quedaba era un perro perezoso que jugaba con las manecillas del reloj a ver cuál de los dos tardaba más en moverse en una hora.
- ¿y es un buen barrio?
- Lo es, un edifico con pocos departamentos, algo caro pero considerando que con la venta de mi casa anterior, puedo pagar bien esta al menos la mitad y el resto irlo subvencionando con el trabajo del centro médico, mayormente no tengo otros gastos.
- ¿y aceptaran a su perro, tio?
- Sí, es una comunidad Pro animales, tiene algunas reglas de convivencia que debo manejar, pero sin mayor problema puedo llevarlo así que, mi mudanza pretendo hacerla la próxima semana.
- ¿Y aceptaran novios Gay?-No necesitó girarse para saber que Scarlet, su nueva cuñada y esposa de su hermano se acerca a ellos a la mesa, con su sonrisa de siempre, misma que había atrapado a Louis hacía algún tiempo y lo había llevado hasta el altar por segunda vez en la vida de su hermano – Logan es bastante hermético en esas cosas, es de esas personas que cree fielmente que ser Gay se puede pegar que…
Y allí comenzaba de nuevo, quería demasiado a su cuñada, era de esas mujeres que siempre tenía algo puntual que decir, en el mejor momento, y en la situación correcta pero, como hoy, pensaba que enterarse de que el hombre que le alquilaría el departamento era homofóbico, lo ponía un poco en incertidumbre de si su estadía en la ciudad se pudiera ver menoscabada…
- Espero que no sea ese tipo de personas, se ve un hombre bastante comprensible
- Lo es, pero no cuando eres gay
Amaba a su cuñada… Pero también de alguna forma sentía que cada que ella comentaba algo, era porque, como el buen instinto de una mujer, eran palabras acertadas y en este momento las tomaba como el previo aviso de lo que él, debía saber.
No todos eran como su hermano y su cuñada, que lo aceptaron en su orientación sin ningún problema.
Que había personas como su sobrino que aceptaban su vida aun sin estar completamente cómoda con ella, ya fuera por amor a sus lazos familiares o a las experiencias.
También habían personas como Logan, quien el no conocía más allá de las palabras de Scarlet y que daba por entendido que para él, los homosexuales no eran personas ni entraban en su negocio de vida.
- Ahora es cuando recuerdo las novelas que salen en la televisión de que un Gay debería cambiar el destino y la vida de un Homofóbico
- Papá no empieces
- ¿Qué?, es un argumento que usan todos – Eliot miró a su hermano como si buscara en él, la broma… odiaba que su hermano fuera de esas personas que, no sabías si bromeaba o hablaba en serio, de lo convincente que podía ponerse.
- Oh por dios, me voy al trabajo, ¡Adiós familia! – Petrov arrancó dejando a un padre sonriendo
- Louis… No es gracioso
- Relájate Eliot – tomó un sorbo de su jugo – Es un cliché, una trama que todas las novelas usan de una forma u otra, el personaje que llega a cambiarle la vida al otro, tu podrías ser el homosexual que Logan necesita en su vida para que descubra que no hay ningún problema en amar a otro hombre.
- Logan es un hombre atractivo – Scarlet podía ser tan cómplice como Louis – es de esos tipos que tiene algo, el porte, la elegancia
- Pareciera que fuera un Dorian Grey cualquiera
- No amor – el beso de calma en la mejilla de Louis por parte de Scarlet – Logan es real, y menos torpe – sonríe.
Eliot solo suspiro, mirándose en el cristal que tenía aquel mueble de la cocina, viendo sus ojos azules en el reflejo y pensando en, una situación completamente imaginaria para él.
Y se sonrió sintiéndose un adolescente, pensando en un hombre inalcanzable.