Y Eliot no podía más que suspirar al ver que todos parecían conocer la vida de todos en aquella ciudad, y el sentía vivir aun entre extraños muy a su pesar de que estaba volviendo a vivir, temporalmente, con su hermano, su sobrino y su nueva cuñada.
Aun le parecía que los comentarios que hicieran sobre el corredor de propiedades (arquitecto, ingeniero o la profesión que cargara encima) eran demasiado. No lo conocía en profundidad ni tenía una amistad con el como para conocer de su vida y actos, pero todos se la pasaban dando tanto su opinión que, Logan se había vuelto en la persona de la cual sabía más sin ser ni siquiera su paciente.
Petrov pronto se despidió, no necesitó imaginar que el auto que se estacionaba correspondería al arquitecto. Vio la silueta de su sobrino correr hasta perderse a la vuelta de la esquina al tiempo paralelo que Logan ponía la alarma de su auto y se sacaba las gafas de sol, acercándosele.
- ¿Esperando mucho?-Eliot negó, vio a Logan dar un par de pasos y lo siguió sin mayor problema, pudo notar en las reglas del edificio que se conformaba por una convivencia pacífica, se permitían animales y no tenían problemas por las parejas homoparentales, siempre y cuando, la convivencia entre vecinos en conocimiento de esto, fuera respetuosa – Ese enano es un dolor de cabeza – Eliot regresó su atención al otro, subieron por las escaleras, un edificio como ese de 6 pisos, no tenía por qué ser el elevador la primera opción - ¿De dónde lo conoces?
- ¿Es un chico algo incómodo?
- Decirle incomodo es poco, es un dolor de cabeza, no sé si le falta una novia o si en verdad es así de raro, No me quiero imaginar a quien salió
- Salió a mi cuñada
Logan lo observó, lo vio con sus ojos claros, con su mirada extrañada, con su rostro serio y ese peinado corto que parecía que el día de hoy no había pasado mucho por el peine – Si, sacó la personalidad de mi cuñada, ella era así, a Louis le contó un tiempo poder ser su novio, pero ya juntos ella era un amor con el, con su hijo y hasta lo último fue así, pero con los desconocidos era una mujer muy cerrada y terca, confiaba en menos personas de las que trataba bien.
- ¿Se terminaron divorciando verdad?
- No… -negó levemente hasta llegar a camino, de la puerta 403- ella falleció por una infección en un mal procedimiento médico.
- Mmmm- fue el sonido como respuesta de Logan, con ello, Eliot entendió que el arquitecto desconocía esa parte de la historia. – Bueno, este es el departamento, originalmente solo ha tenido un dueño pero fueron por 3 meses de forma transitoria, un amigo que estaba de paso en el país – caminó por el departamento vacío, de paredes blancas – No tiene mayores temas, una vista muy bella de Londres, tienes centros comerciales cerca, un cine, la estación de metro más próxima está a unos 15 minutos
Eliot observó por la ventana la hermosa vista, mas después, caminó por las salas desocupadas, por la cocina con algunos pocos muebles, la forma de los marcos de las puertas sin instalar y los espacios abiertos que comenzaban a darle en su mente una escena hogareña, una que no había tenido en el anterior país y que, esperaba recuperar en Londres después de los años de ausencia.
- ¿Pasa algo con el departamento?
- No, en verdad está muy bueno, por la renta me es accesible, además está muy bien ubicado y noté que es un lugar tranquilo en convivencia
- Lo es –sonrió con ironía – claro, si es que puedes convivir con todo tipo de personas
- ¿Por qué lo dices?
- En el primer piso vive una pareja de … -lo observó cómo buscando la palabra – Gay…-pronunciarlo parecía que le había costado bastante –
- Tengo una duda… si eres el dueño de este edificio, ¿Por qué dejas que homosexuales te alquilen departamentos tan caros si no te simpatizan?
- No es que no me simpaticen
- ¿Entonces?
- Nunca entenderé ese gusto por enamorarse de otro hombre cuando existen tantas mujeres bellas en este mundo, para ejemplo un botón de sangre, mi primo es Gay y tiene a su pareja, no se que le vio y lo respeto y quiero por eso
- Pero porque es tu primo, si fuera un desconocido sería distinto
- Claro, dime ¿perderías a una mujer por el sexo por un hombre?
- Me preocupa escucharte – ambos giraron la mirada en dirección a la entrada principal de ese blanco y desolado departamento, una rubia de cuerpo marcado y bien definido, con una cabellera ondulada y que caía sensual por sus hombros, unos labios rojos que sobresaltaban más con su piel pálida- ¿Desde cuándo tu tema de conversación son los homosexuales?
- Nunca lo han sido, Beatrice, ni lo serán – vio una sonrisa en los labios de Logan – Eliot, te presento a mi abogada Beatrice Whiteley, la he contratado hace muy poco para ser la encargada de todos los contratos de alquiler y arriendos.
- Un gusto, Eliot Rousseaux.
- Beatrice, como mi buen amigo Logan aquí lo mencionó
Eliot extendió su mano a la rubia quien con el erotismo y la sensualidad brotando de sus poros, respondió el gesto besando su mejilla, pidiendo una disculpa de por medio por el labial que había quedado marcado en su rostro.
Los observó, a Beatrice y a Logan, mirarse y conversar sobre el estado del ultimo negocio, sobre la situación de los futuros arriendos y como el arquitecto, posaba su mano en su cintura para “invitarla a conocer el departamento” que él, Eliot iba a alquilar desde la firma de los documentos.
El Medico se apoyó en una de las paredes viéndolos caminar por los pasillos que pronto serían su casa. Dio unos pasos hasta la ventana y notó que desde allí, y con luz de noche, tendría una hermosa visión, un pensamiento que le hizo olvidar lo palido de las paredes, la conversación pasada, la sensación algo incomoda de que aquella mujer caminara entre las paredes de aquel departamento.
Tomó su celular y notó el mensaje de su hermano mayor, sonrió para teclear y enviar la respuesta.
“Estoy ya en mi futuro departamento… nota, pintarlo”
La respuesta de su hermano con una sonrisa y una promesa de apoyarlo, le hizo sonreír.
Una de las cosas que tenía su antigua propiedad, eran esa abundancia de blanco en las paredes que nunca se tintaron, en una promesa muerta de una vida…